Vaya culo

“Anda que también tu, la forma en que me dijiste que Joshua era gay. De sopetón, y sin avisar, ni a él ni a mí”
“Peor fue cuando yo se lo dije a ella”, dijo Joshua. “Se echó a reír!”
“Luna hace esas cosas”, apuntó Jose.
“Sí.” Paula se acordo de lo gracioso que solía parecerle a luna que la gente se cayera de la bici, o de la silla. Pero también quería escuchar la historia de cómo Joshua había “salido del armario” con Jose y Luna. Y a Luna no le importaba contar historias verídicas.
“Joshua nos contó que era gay un sábado por la tarde, terminábamos alguna movida en Mercadeco y estábamos sentados tomando café o cerveza. Y nos dijo que nos tenía que decir algo importante. ‘Algo importante’ es cuando te pasa algo grave, así que pensé que nos contaría que tenía una enfermedad y que se moría o algo así. ‘Que soy gay’, dice. Del alivio de que no se moría me entró la risa y me reí un rato. Pero me disculpé inmediatamente! Mira que lo tan importante resultar ser nada más sus preferencias sexuales. Total, desde aquél día, cuando Jose pasa por ahí y estamos juntos los dos decimos: “¡vaya culo!”, o cosas parecidas.”
“Aaaahh. Así que es por eso.”