Por Erasmo Calzadilla
Sí hay racismo en Cuba. Los negros y mestizos son mayoritarios en las cárceles, y minoritarios en las mejores escuelas del país. Mucho ha cambiado desde el 59, pero las diferencias subsisten, no caben dudas.
No basta con facilitar la entrada de estudiantes negros o mestizos en las pocas escuelas que garantizan un futuro decoroso, porque estas siguen siendo racistas en su esencia, culturalmente racistas (la negritud no es solo un color de piel).
¿Por qué? Porque son centro de colonización mental donde se imparte, sino racismo explícito, al menos buena dosis de racionalismo ramplón, positivismo y pragmatismo chato; productos típicos del colonialismo imperialista y especialmente capitalistas, que no tiene color propio pero ensucia todos los colores.
Aunque no se comente ni sea popular hablar de eso, también existe un racismo contra los blancos, como color de piel y como cultura. ¿Es minoritaria esa variante de racismo? Tal vez no en las capitales de provincia, pero en la medida en que nos adentramos a los proliferantes barrios suburbanos, sobre todo de la capital del país, la proporción de colores y de fuerzas cambia, y el racismo contra los blancos se vuelve un asunto serio.
Cuando el reguetonero Insurrecto dice en uno de sus multi premiados y popularísimos temas, Cerro Cerrao, que en su barrio:
Los pocos blancos que hay/ están casados con negronas
Cabría preguntarse ¿Porqué no viven blancos allí? ¿Nunca estuvieron, se mudaron o fueron expulsados?
Me da la impresión de que lo dice hasta con orgullo…
Bueno, mejor no dejarse arrastrar por el Insurrecto. Al racismo hay que “irle pa’ arriba” venga de donde venga y sea cual sea el blanco o el negro de sus agresiones.