Por Isbel Díaz Torres
A finales del pasado mes de marzo fui invitado a la Televisión a hablar sobre autonomía social. Por alguna razón, los realizadores del programa El Triángulo de la Confianza pensaron que les permitirían sacar al aire tal programa.
No abordaré aquí los oscuros hilos que articulan el sistema de censura cubano, dado que el tema es ya demasiado recurrente, y todos (tanto dentro como fuera de los medios) reconocen esa verdad más grande que un pino.
Lo cierto es que el programa se grabó sin contratiempos, con un abordaje moderado por parte de los invitados y el conductor, fue anunciado, mas nunca se transmitió en la programación del Canal Habana ni ningún otro canal televisivo.
Vale acotar que la disposición del equipo realizador fue muy favorable en todo momento, por lo cual no puedo menos que agradecerles.
No obstante, me gustaría comentar algunas de las ideas que sobre autonomía social estuve manejando esos días. Lo hago, además, porque no expresé casi ninguna de ellas durante la grabación, como consecuencia del nerviosismo de estar frente a las cámaras (la mente se me quedó en blanco como tres veces).
La cuestión que más me preocupaba era cierta noción de ‘autonomía social’ que genera una posición ambigua respecto a lo que se conoce como ‘emprendimiento empresarial’. Gracias a la llamada a un amigo, pude despejar esa duda de modo inmediato.
A diferencia del emprendimiento empresarial o privado, la autonomía social no convierte las relaciones interpersonales en relaciones empresariales, sino por el contrario, lucha por impedir que se imponga en las primeras la lógica del mercado despiadado, del beneficio a ultranza.
Por supuesto que esta noción reconoce el papel de la economía, pero no la presupone como el factor determinante, ni aislada del resto de los procesos y construcciones sociales.
De tal modo, la autonomía social sería la capacidad de la sociedad de organizarse de manera solidaria, no instrumental respecto a los demás, generando horizontalidad en el flujo de relaciones, decisiones, conocimiento, y producción de bienes.
Inmediatamente nos viene la idea de que, para llegar a una efectiva autonomía social, deberíamos promover un proceso de descolonización cultural que nos permita detectar las “trampas” que nos tiende la cotidianidad.
Este proceso de descolonización implicaría, como señalara Castoriadis, el cuestionamiento de las instituciones y de las significaciones establecidas en las sociedades. “Todo está constituido para hacer imposible e inconcebible ese cuestionamiento”, decía el anarquista griego en 1986*.
Es por ello que la autotransformación de la sociedad, a través de organismos y procesos endógenos que no estén sometidos al dominio y al control de una instancia aparte (léase Partido o Estado), es tan mal visto la mayoría de las veces.
Recuerdo ahora a aquella profesora que fungía como jurado en un simposio no hace mucho, y que se escandalizó al escuchar mi propuesta de incluir a las ‘periferias’ como fuentes legítimas de conocimiento. “¡La periferia es el caos!”, decía la señora abanicándose asustada.
Acostumbrados a que fuentes extrasociales o “reglas simplemente heredadas” determinen e impongan cierto nivel de organización, olvidamos (o nos hacen olvidar) nuestras capacidades de autogobierno y autogestión.
La autonomía social, por supuesto, pasa por la construcción de una ciudadanía verdadera, la promoción de una educación liberadora, y la democratización de las estructuras sociales: tres cosas bastante carentes en esta isla.
* Me refiero al ensayo “La cuestión de la autonomía social e individual”, texto de Cornelius Castoriadis escrito en 1986, y publicado en el Nº2 de Contra el poder, en Madrid, junio de 1998.
Publicado en Havana Times
La base de toda independencia es economica. La mujer se hace independiente, autonoma y adquiere voz social cuando comienza ser parte de la fuerza laboral, cunado cuenta como ente economico y no es mantenida (como sector social) por el hombre. Para hacer labor social hacen falta pes$o$. Tener un valor economico, que lo que produces valga.
No creo que en una sociedad como la cubana, donde gran parte de los ciudadanos trabajan para el mismo empleador. Donde ganar dinero esta prohibido y la empresa economica personal es un sueño (no pasa de pintar uñas y desmochar palmas) pueda hablarse de autonomia social, de cualquier otra libertad.
Ustedes son marxistas y eso de que primero hay que comer y despues pensar, es la verdad mas grande del marxismo, muchachos. Cuando la papa depende de un unico y omnipresente empleador, no es facil ser autonomo.
De hecho autonomia significa libertad y eso es algo que el gobierno de la isla no se puede permitir. Mientras mayor sea la autonomia menos contaran con el gobierno y esto hara menor su particiacion en actos progubernamentales
la ‘educación liberadora’ remite a modelos educativos diferentes a los convencionales, alejados del verticalismo y autoritarismo que prevalece en los modos y contenidos de nuestro sistema de enseñanza (y en el del resto de los países, en diverso grado). El ejemplo más conocido es la “Educación Popular”
¿Y dónde queda el Montessori?
Una educacion que no enseñe los limites creara una generacion Anarquista, inconforme y violenta.
Forjara jovenes egoistas y utopicos que necesitaran que la vida los coloque en su lugar
100 % Gusan@: Lamento mucho que no puedas comprender este tipo de lenguaje. Confieso que intento ser lo más coloquial posible, solo que algunos temas requieren un abordaje un tanto más delicado y preciso, justamente para no generar malentendidos entre lxs lectorxs.
No obstante, como acabo de comprobar, el lenguaje escrito es siempre fuente de equívocos. Por ejemplo, la ‘ciudadanía’ a que me refiero no se trata directamente de esa categoría que se da o quita en los pasaportes de las personas, sino al ejercicio activo de los derechos y el respeto por los deberes de los individuos que viven en las comunidades humanas. El modo consciente que se asume la responsabilidad por la colectividad, el entorno, incluso hacia sí mismo. Ser un CIUDADANO, con todo lo que ello implica.
Del mismo modo, la ‘educación liberadora’ remite a modelos educativos diferentes a los convencionales, alejados del verticalismo y autoritarismo que prevalece en los modos y contenidos de nuestro sistema de enseñanza (y en el del resto de los países, en diverso grado). El ejemplo más conocido es la “Educación Popular” promovida por el profundo intelectual, luchador y pedagogo paulo Freire, donde se critica los modelos “bancarios” y se proponen otros más “liberadores”. A eso me refería.
Y sí, el ejército es una estructura social, de las más afianzadas y de las menos democráticas. Dudo mucho que pueda proponerse un esquema democrático para un ejército, pero por ejemplo, las Milicias de Tropas Territoriales en Cuba, en sus inicios, proponían un modelo interesante, donde el pueblo directamente tenía las armas para defender su Revolución. Aunque me considere antibelicista, no dejo de reconocer que aquel esquema (después les quitaron las armas y quedaron en manos de “especialistas de la guerra”) es mucho más democrático que el actual vigente en Cuba y en la mayoría de los países.
Por otra parte, la descolonización no solo necesita cambiar el lenguaje, sino sobre todo cambiar la mirada del que escucha también. Una simple búsqueda en Internet, por ejemplo, te hubiera dado estos elementos que ahora mismo menciono, pero preferiste sencillamente decir que no sabes. No hay nada malo en no saber, pero si se disponen de las herramientas ¿por qué no intentar aprender entonces? Un buen ejercicio para comenzar la descolonización. Y por cierto, nunca te quedes con lo primero que te encuentres: en Internet se escribe mucha basura, y es recomendable ser selectivo.
Daniel: Hermano, estuve leyendo algunas cositas de Castoriadis… muy buenas… un abrazo
Manuel: Totalmente de acuerdo contigo, es una pena que no haya salido el programa, aunque te confieso que no estoy satisfecho con mis intervenciones allí. Lo mejor es el tema propuesto y la pluralidad de visiones que confluyeron. No pierdo las esperanzas que salga en estos meses.
“Y por cierto, nunca te quedes con lo primero que te encuentres: en Internet se escribe mucha basura, y es recomendable ser selectivo.”
Dímelo a mi. Una persona conectada a la red 24/7. Ya ni siquiera almaceno documentos en mis computadoras.
Y sí, aunque yo sea una costurera bruta, vi más de una publicación sobre autonomía social. No creas que no hice mi tarea. Solo quería saber de cuál estás hablando en tu escrito.
“Por ejemplo, la ‘ciudadanía’ a que me refiero no se trata directamente de esa categoría que se da o quita en los pasaportes de las personas, sino al ejercicio activo de los derechos y el respeto por los deberes de los individuos que viven en las comunidades humanas”
xxx
¿Y para que existe entonces la constitución de la republica en donde se define bien claro quien es ciudadano cubano? ¿O es que cada cual puede inventarse su propio concepto de ciudadanía?
La autonomía social no es algo etéreo sino que es la base sobre la cual se construye la democracia. Las sociedades modernas se han caracterizado hasta ahora por el distanciamiento de la sociedad civil respecto del sistema político y económico, al punto que estos últimos se ven y actúan como estructuras autónomas respecto de la primera y ese es precisamente el mayor daño que se le hace a la democracia hoy en día.
Es la sociedad civil, los individuos y las relaciones entre estos en el proceso de producción y reproducción de la vida material y espiritual el poder instituyente y del cual depende el carácter revolucionario de los procesos. Ni el sistema político (poderes públicos, partidos) ni el sistema económico (propiedad, mercado, planificación) son revolucionarios en sí mismos porque son solo poderes instituidos que pueden actuar como instrumentos al servicio de todos los ciudadanos o de poderes hegemónicos. Es la democracia, entendida como un proceso de participación de ciudadanos libres que se asocian para crear y cooperar lo que hace la diferencia en el carácter instrumental de los poderes instituidos.
La imposibilidad en Cuba de llevar a la esfera pública los debates sobre la autonomía social le hace daño a la democracia y por lo tanto es una actitud contrarrevolucionaria.
Es una pena que en ocasiones los comentarios que se adosan a los articulos en la blogosfera sean tan planos y tan centrados en cualquier otro punto que no sea el incentivar un debate reflexivo, propositivo, que se concentre tanto tiempo en explotar de la manera mas pueril y neurotica posible la dimension afectiva. Eso si es perder el tiempo: seguir la “tradicion” antilectualista y vociferar son justmamente dos elementos de los cuales tanto Isbel como muchos otros intentan cambiar en la sociedad cubana. lo que mas me sorprende es que supuestamente se esta luchando por una sociedad democratica -creo que buena parte de los que comentan quisieran ver su nacion incluida dentro del arco democratico de la sociedad global-. Y la democracia no solo trata de Constituciones, Instituciones y Leyes que garanticen, promuevan y profundicen de democracia como el unico sistema social y politico que puede instituir una sociedad donde sus ciudadanos disfruten de la libertad. Depende de otros muchos elementos, queramoslo o no. Depende de que una buena parte de sus ciudadanos -si no todos- se comporten como reales ciudadanos que no solo respeten las reglas, normas e instituciones de su sociedad, sino que respeten la palabra del otro, al otro como persona. Depende de la creacion de un amplio marco de discusion y deliberacion, donde prime el dialogo y la reflexion fructifera. Justamente Castoriadis, quien vivio la experiencia del totalitarismo estalinista, decepcionado del comunismo y de todas concepciones englobantes y totalitarias que ha dispensado en los ultimos cien años, esclarece que la democracia es el sistema politico mas efectivo, natural, apetecible, pero al mismo tiempo el mas dificil. Y la historia de la democracia norteamericana, las democracias europeas y otro grupo de sociedades lo ha demostrado con creces.
En ningun momento, y es tan clarisimo, el autor afirma que existe tal autonomia social que permita a los cubanos disfrutar de las libertades que suponen ciudadania real, educacion en libertad y democracia social: “son elementos bastante carentes en la isla”, La demanda se levanta desde el principio mismo en que no existe siquiera autonomia social, para que un programa de television de media hora, proyecte una discusion entre tres personas con diferentes puntos de vista justamente sobre la autonomia social. Donde esta la fraseologia, la oscuridad y la ambiguedad? No la veo en ningun lado.
Por otro lado, celebro a Isbel que mencione a Castoriadis justamente cuando se habla de autonomia social, que para Castoriadis no es mas que la autonomia colectiva e individual que pueda lograr una sociedad a partir de las demandas, las luchas y las propuestas concretas que los ciudadanos en principio articulen para establecerla, para establecer o preservar una sociedad democratica. en el caso cubano se trata de estalecer, lo que hace mas dificil la propia cuestion politica de lo que deseamos y de lo que realmente podemos hacer como cubanos.
Es una pena que no haya salido el programa, es una muestra mas de la dificil situacion que viven los activistas e intelectuales que quieren un cambio autentico en Cuba, conjuntamente con el resto de la sociedad cubana.
Completamente de acuerdo con la promocion de practicas y visiones que generen relaciones no instrumentales -mas bien solidarias y dialogicas- entre las personas. En esto consiste tambien la lucha por la democracia.
“La autonomía social, por supuesto, pasa por la construcción de una ciudadanía verdadera, la promoción de una educación liberadora, y la democratización de las estructuras sociales: tres cosas bastante carentes en esta isla.”
¿Ciudadanía verdadera? ¿Educación liberadora? ¿Democratización de las estructuras sociales?
¿A qué te refieres con eso?
Por ejemplo: Nací en Cuba, soy cubano. Soy verdaderamente ciudadano cubano. No de mentiras. ¿Eso es ciudadanía verdadera? Supongo que para algunos sí y para otros no.
Otro ejemplo: Educación liberadora. Ser cultos para ser libres. Somos el pueblo más culto del mundo entonces debemos ser también el más libre. ¿No lo somos? Algunos dirán que sí, que el pueblo cubano es el más libre. Entonces, la educación nos liberó o no. O qué le falta a la educación para ser liberadora.
Democratización de las estructuras sociales: ¿Qué estructuras? ¿El ejército es una estructura social? ¿Si lo fuera podría ser democrática? ¿Un juicio es democrático?
Es el tipo de fraseología que no permite avanzar porque tenemos que meternos la mitad del tiempo en aclarar de qué hablamos. Entonces, Isbel, esa descolonización cultural tiene que empezar por cambiar el estilo ambiguo que por tanto tiempo han usado el Estado, el Partido y sus intelectuales orgánicos. Esa manera de decir tanto como para que resulte atractivo a más individuos y tan poco para que se traduzca en metas concretas, cumplibles y cronometrables.
Gusa ciudadania verdadera seguro es la definicion que le dan al ciudadano que defienda al gobierno de la isla. Fijate que algunos han tenido el descaro, la falta de respeto de pretender quitarnos el derecho a llamarnos CUBANOS jajajajajaa
Sobre la Educación liberadora”” se entiende que es la educacion que libera del capitalismo jajajajaj
y “”Democratización de las estructuras sociales”se refiere a estructuras anticapitalistas pues sin duda para la autora la CTC, la FMC, el CDR etc son sin dudas estructuras democraticas pues defienden el concepto de “DEMOCRACIA” que interpreta el gobierno de la isla
Busqué el término “autonomía social” (con comillas para que lo busque junto) en Google´s Library y me sale otra definición:
Capacidad de una persona para afrontar situaciones nuevas, es decir, es capaz de adaptarse, adquirir experiencia y utilizarla.
Guao!! Es el tipo de lenguaje oscuro que tanto me cuesta entender…. Es que soy brut@ pero esta parte creo que la entendí:
“Es por ello que la autotransformación de la sociedad, a través de organismos y procesos endógenos que no estén sometidos al dominio y al control de una instancia aparte (léase Partido o Estado), es tan mal visto la mayoría de las veces.”
Creo que ya voy entendiendo por qué cada vez que alguien plantea estar en contra del Gobierno, o de la familia Castro, de inmediato se dice que es pagado por la Cía, por Prisa, o por alguien más.