Por Marcelo “Liberato” Salinas
¡Llegó el mundo del trabajo y los trabajadores al Espectador Crítico! Un elitario programa televisivo cubano dedicó el sábado 16 de abril a un tema muy relevante en la historia del movimiento obrero revolucionario mundial: el proceso político contra los compañeros anarquistas Niccola Sacco y Bartolomeo Vanzetti.
El programa conducido por la señora Magda Rezik, contó con la presencia del Presidente de la Asamblea Nacional, señor Ricardo Alarcón de Quesada, quien disertó de manera precisa sobre la comparación entre el caso de los libertarios italianos, el de los 5 héroes cubanos agentes de la Seguridad del Estado y el del terrorista confeso Posada Carriles.
Luego de responder con dignidad a preguntas de la conductora del programa del tipo “¿Cómo puede fallar la verdadera justicia?”, Alarcón hizo referencia a un libro clásico en los ámbitos jurídicos sobre el tema The case of Saco & Vanzetti, pero nada dijo de una obra literaria de la calidad de La pasión de Sacco y Vanzetti del escritor Howard Fast, publicada en Cuba hace mas de 30 años por la valiosa Colección Cocuyo de la Editorial Arte y Literatura, nunca más reeditada en el repunte editorial de los últimos años. Finalmente, nada dijo el diputado sobre la película que los televidentes verían.
Debemos señalar que entre la versión presentada en Espectador Critico y la de la década del 70, musicalizada por Ennio Morricone, con la canción tema interpretada por la inolvidable Joan Báez, hay diferencias remarcables. La conductora del programa llamó la atención sobre la especificidad de esta versión y centró su atención en la idea en que “está basada en hechos reales” como si la anterior no fuera también producto de la realidad del hecho histórico.
Si la versión anterior sobre la historia de Sacco y Vanzetti se centra en el proceso de aplicación de la maquinaria jurídica yanqui sobre los compañeros y su capacidad de reponerse moralmente, con el electrizante final en que Vanzetti entra a la silla eléctrica afirmando en el puño en alto ¡VIVA LA Anarquía!, la versión televisada el pasado sábado tiene por tema central las implicaciones emocionales y los quiebres morales que producen CUALQUIER represión estatal y los costos existenciales que involucran la voluntad de enfrentarse a cualquier estado de opresión establecido y organizado.
Tal vez me equivoque, pero es sintomático que si los programadores de la televisión querían invitar al señor Ricardo Alarcón a disertar sobre el tema legal norteamericano que pocos como él en Cuba conocen, debieron haber transmitido la versión de los años 70, que temáticamente más se corresponde con su intervención, lo cual me denota que la lógica del guión tenía una intención: intervenir y entrecruzar dos frentes temáticos que hasta ahora no se habían podido vincular en el sistema mediático nacional: la batalla legal por el retorno de los 5 y la interpelación mediática frente a la contestación propositiva al orden establecido en el país, desde posiciones anticapitalistas y no vinculadas a la disidencia liberal, pro capitalista y colonizada.
A estas alturas del texto debo decir que no terminamos de ver la película… la cual estaba viendo en compañía de mi compañera, por eso reconozco que es posible que me equivoque en algunas de mis apreciaciones. Concluí de verla cuando Sacco le comunica a su amada que, producto de la represión policial y de haber ido a la manifestación, perdieron al bebe que ella llevaba en su vientre… Mi condición de militante social no me permitió lanzarme al efecto de autoflagelación y quiebre emocional que produce la película a cualquiera que se identifica con su fulgurante maduración de conciencia.
Frente a la deriva capitalista patriótica en que paulatinamente puede ir cayendo el orden establecido en Cuba, las tomas de conciencias como las de Sacco y Vanzetti, frente a las inciertas realidades que como trabajadores nos deparan, son hechos que poco podrán evitarse.
Si hay compañeros que ganan un salario trabajando por la seguridad del Estado, nosotros trabajamos de gratis y a tiempo completo, por la seguridad de la revolución, su florecimiento y profundización, en nuestras mentes, nuestras acciones y nuestros espacios, entendiendo revolución no como un estado de cosas predeterminado como tal, sino como el proceso infinito de aprender a “emanciparnos por nosotros mismos”, sin amos, ni patrón y tomar las riendas de nuestro destino en nuestras manos.
En esa lucha Sacco y Vanzetti están de nuestro lado y por mil películas que nos “programen” en la televisión para que veamos el desgarramiento de la impotencia y el dolor que a veces implica la lucha por la justicia y la libertad y el socialismo, nosotros llevamos, como Buenaventura Durruti, ese otro luchador imborrable a pesar de la amnesia masiva, “un mundo nuevo en nuestros corazones” que no cabe en la comodidad anestesiante y satisfecha de ser simples “Espectadores críticos”.