Por J. Rivas
SR-CIT Venezuela
Este 14 de abril se realizaron las elecciones presidenciales en Venezuela, convocadas debido al fallecimiento de Hugo Chávez, quien había sido electo para un tercer mandato el pasado 7 de octubre del 2012.
La campaña electoral, que se desarrolló en tiempo record, en apenas 30 días, profundizó la polarización política de este país. Después de un larga jornada y horas de tensión y ansiedad, el poder electoral anunció los resultados que dieron como ganador por poco margen a Nicolás Maduro, candidato del chavismo, y que fuera designado por Chávez como su favorito para continuar con la revolución bolivariana.
Un resultado que deja un país fracturado y una situación compleja para el próximo período.
Con 78,71% de participación y 99,12% de los votos escrutados, Nicolás Maduro gana con 7.505.338, que representó el 50,6% de los votos.
La oposición de derecha representada por Capriles, quien fuera el mismo candidato en las elecciones del 7 de octubre y que ganara el pasado 16 de diciembre una de la dos únicas gobernaciones que ganó la oposición al chavismo, recibió en estas elecciones un apoyo de 7.270.430, que representó el 49,07%.
Estos resultados muestran una caída del apoyo electoral al chavismo de 5% y un repunte de la oposición de igual porcentaje. Además, Maduro recibió menos votos que lo recibidos por Chávez el pasado 7 de octubre, la diferencia fue de 685.794. Mientras que Capriles en comparación al 7 de octubre aumentó 679.099 votos. En total, la diferencia en votos en esta elección entre Maduro y Capriles fue de apenas 234.935 votos. (1% de diferencia).
Los resultados no fueron reconocidos por la oposición. Capriles ha dicho que este es un gobierno ilegítimo, y exigió abrir las cajas, denunció irregularidades y que se haga 100% de auditoría. Esto último también lo refrendó el mismo Maduro.
Cabe destacar que el primero que declaró sobre la debilidad del resultado y la necesidad de declararse en auditorio fue el rector Vicente Díaz, que es uno de los cinco integrantes del Poder Electoral.
Todo esto expresa una situación peligrosa para la profundización de la revolución bolivariana. La situación económica del país, donde 98% de la economía depende del petróleo, siendo un país con enorme potencial para diversificar su economía. Donde 60% de los alimentos y bienes primarios manufacturados se importan. Con una inflación que en los últimos años ha sido la más alta del continente. Con 20% de escasez de alimentos en lo que va de este año, según cifras del Banco Central. La inseguridad, la corrupción, el burocratismo y la ineficiencia en el manejo de las empresas del estado, han estado erosionando el proceso bolivariano en los últimos años.
La ausencia del liderazgo de Chávez y las limitaciones de las políticas económicas del gobierno que no termina de avanzar más allá de los propios límites del capitalismo será, más temprano que tarde, para que la revolución bolivariana sea derrotada.
Durante estos 14 años hemos insistido y luchado por la necesidad de aplicar un verdadero programa socialista, democrático y revolucionario.
Hemos expresado que las nacionalizaciones realizadas por el gobierno por ejemplo, no serán suficientes si no son puestas bajo un esquema de control democrático de los trabajadores y el pueblo, y una economía planificada que termine de romper con el capitalismo e iniciar una verdadera transición al socialismo.
Hoy hay que decir claro que en Venezuela no existe socialismo. Lo que sí existe, es un proceso político que revirtió en un primera etapa de 14 años bajo el liderazgo de Chávez, una política neoliberal que llevó a los venezolanos a mas de 80% de pobreza, y que hoy se encuentra en un 30%.
Al mismo tiempo que Chávez, interpretando la radicalización de los trabajadores y el pueblo en Venezuela, levantó las ideas del socialismo, cuando el proponía un capitalismo con rostro humano al inicio de su campaña electoral del 98 y afirmaba simpatía por las tesis de una tercera vía que plantea Tony Blair en Inglaterra.
Este giro de Chávez tomando el socialismo como alternativa, causó gran impacto internacional, cuando muchos daban ya por sentado que no había alternativas ante el capitalismo.
Sin embargo, más allá de esta declaración, en Venezuela se ha mantenido intacto como ya decimos, las instituciones del capitalismo.
Sin ánimo de caer en pesimismo, los revolucionarios somos optimistas sin dejar de ser realista. El resultado electoral de este 14 de abril pone el proceso venezolano en una situación compleja. Hay una gran mayoría de venezolanos que no son todos burgueses, que producto de las ineficiencias y errores del chavismo, se han dejado seducir y adoptar la opción de Capriles como una alternativa.
Si con Chávez, líder indiscutible que en su mejor momento tuvo un apoyo popular de más del 60%, el chavismo no fue capaz de avanzar mas allá de lo que ha llegado hasta ahora; con la actual situación se ve un escenario más complicado.
Creemos que desde ya es momento de retomar el programa socialista democrático revolucionario y que bajo este programa se reorganicen los trabajadores, el pueblo organizado y las organizaciones de izquierda. Solo así es posible que la revolución bolivariana no sea derrotada.
“Afanoso busqué mi bandera
Y otra he visto además de la mía”
Hemos expresado que las nacionalizaciones realizadas por el gobierno por ejemplo, no serán suficientes si no son puestas bajo un esquema de control democrático de los trabajadores y el pueblo, y una economía planificada que termine de romper con el capitalismo e iniciar una verdadera transición al socialismo.
que digo tics! están igual de locos que siempre
se han dejado seducir
que falta de respeto a la inteligencia ajena. la izquierda sigue con los mismos tics de siempre
Sigue escribiendo de Venezuela desde Venezuela camarada Rivas, para que el pueblo cubano (el estado tiene sus propios canales informativos) pueda informarse. Un abrazo