Por Félix Sautié Mederos.
Y me pregunto… ¿cómo podríamos arribar al futuro?
Félix Sautié Mederos
Crónicas Cubanas
Muchas de las personas con que me relaciono o coincido manifiestan resistencias explícitas o sutilmente implícitas de pensar hacia el futuro. Puedo decir que los veo tan agobiados con el incierto presente en que vivimos, que les preocupa o incluso a algunos les aterra transportarse con sus pensamientos más allá de la subsistencia cotidiana, porque la vida se les hace muy difícil. En estas circunstancias, quizás muchos esperen sólo un próximo día para disfrutar las tramas de las novelas brasileñas de la televisión. Es triste pero así es.
Anímicamente una importante generalidad se muestran cansados por tantas consignas y se resisten a ir detrás de los iluminados de uno o de otro bando que les “orientan” lo que deberían hacer y que únicamente admiten validez para sus propias ideas como solución y ejemplo para imitar. En resumen, percibo preocupaciones, agobios, miedos y sobre todo mucho descanto. Es como si el hastío y el desconcierto nublaran la conciencia en una especie de no vale la pena, en un constante no coger lucha, en medio de una actitud de inconformidad y de protesta por la situación en que se vive y por sentirse meros objetos movidos cual si fuéramos simples fichas de ajedrez.
Paralelamente se manifiesta una espiral cargada de rencores, violencias, odios y amenazas que auguran tiempos más complicados aún. Todo lo que planteo es como para detenerse a pensarlo profundamente, porque quizás se nos está bombardeando con ideas, proyectos y planes salidos de las élites políticas de los diversos bandos subsistentes, sin que se hayan puesto los pies sobre la Tierra con un verdadero realismo político, que permita conocer lo que la población verdaderamente añora para su presente y su futuro. En mi criterio sería imprescindible buscar e investigar en el seno del pueblo, cuáles son sus verdaderos intereses antes de emitir propuestas que la población no pueda comprender y/o asumir. Hay que tener cuidado de no matar la esperanza encriptando consignas ahogadas por el apresuramiento de ir más allá de lo verdaderamente posible y por causa de las precipitaciones que nos inducen a saltar etapas por encima de las posibilidades de asimilación popular.
Me explico mejor: pienso que en el momento en que vivimos, los problemas no podrían resolverse simplemente por medio de los criterios de grupos, vanguardias o aislados partidos, sin tener en cuenta que lo determinante es el desenvolvimiento de una sociedad civil a partir de genuinas entidades que abarquen en libertad de asociación desde abajo al pueblo, incluyendo especialmente a los que no se agrupan tras los colores de la política. En esto sería determinante abrir el diálogo en todas las instancias de la sociedad, comenzando por las formas más simples posibles y disponernos a trabajar a largo plazo, porque en los cambios que nos son imprescindibles habría ante todo que partir de los intereses fundamentales y más auténticos de la población en su conjunto, procurando encauzarlos como parte de un proceso de creación, desarrollo y/o fortalecimiento una sociedad civil capaz de manifestarse libremente sin condicionamientos preestablecidos y de actuar en consecuencia.
Reconozco que lo que planteo es algo así como lo que se denomina con la expresión popular de “camisas de 11 varas” , pero me asalta con fuerza la preocupación de que podría ser lo más importante que todos tenemos por delante y que no alcanzamos comprender por causas de las angustiosas urgencias que podrían estar nublando el pensamiento profundo, sin criterios ni compromisos tomados de las ideas de otros, más allá de nuestras propias realidades, por duro que sea aceptarla y comprenderla.
¿Qué hacer, entonces?, es una pregunta que se desprende cuya respuesta quizás ya está cuajando en lo que se intenta hacer pacífica y civilizadamente por parte de quienes se han propuesto crear opciones de diálogo y encuentro, pasando por encima de temores, amenazas y reprimendas que cada vez se hacen más extemporáneas y tienen menos efectos en sus propósitos de estimular el miedo como factor paralizante de la voluntad que se desprende del don del libre albedrío, con que todos sin excepción venimos al mundo.
Un ejemplo de ello, en mi criterio, son los esfuerzos que se realizan desde la Revista católica Espacio laical con sus artículos, foros e iniciativas. Que no constituyen únicos porque se suman a otros más que poco a poco se han ido creando. Al respecto, quiero referirme a la reciente presentación en diálogo abierto al que fuimos convocados en amplia diversidad de ideas y posiciones, de un cuaderno titulado “Por un Consenso para la Democracia” en que se incluyen análisis de fondo sobre nuestras realidades publicados en la Revista por reconocidos autores, tales como Roberto Veiga, Julio César Guanche, Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, Jorge I. Domínguez, Julio A. Fernández Estada, Dmitri Prieto Sánsonov, Mario Castillo, Armando Chaguaceda, Víctor Fowler, Orlando Márquez, Ovidio D’Angelo, Alexis Pestano, Arial Dacal y Lenier González. Cito la lista de autores para significar su cantidad, calidad y diversidad, lo cual considero un importante mérito a reconocerle.
Constituye una iniciativa concreta y de fondo, que sin apresuramiento se plantea desarrollar a conciencia, porque aunque siempre un cuaderno podría verse como algo muy puntual, tiene la posibilidad de circular de mano en mano, además de no ser necesarios medios digitales ni prohibidos accesos a Internet para su difusión. Es una acción realista y posible, que saludo y que pongo como ejemplo de iniciativas concretas que pueden penetrar factiblemente dentro de los ámbitos en que se mueve el pueblo de a pie. En su artículo de prólogo con el título “Cuba está viva” Lenier González afirma un propósito muy importante que hago mío y cito: “Quiera Dios que estos modestos esfuerzos -modestos en su intención, pero pletóricos de compromiso con el pueblo cubano- contribuyan al parto luminoso de una patria más justa, inclusiva y soberana.”
Así lo pienso y así lo afirmo, con mis respetos para quienes piensen distinto. fsautie@yahoo.com
Publicado en Por Esto! el martes 18 de septiembre del 2012. Sección de Opinión
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=192535
Nelson concuerdo contigo en la necesidad de espacios y del debate. Necesitamos desarrollar una sociedad civil fortalecida y verdaderamente independiente para desarrollar conciencia. En ello es básico un diálogo de todos con todos en donde solo se auto excluyan los que no deseen participar.
Nelson concuerdo contigo en la necesidad de espacios de opinión, eso es esencial para el desarrollo y fortalecimiento de la sociedad civil que tanto necesitamos. Con el diálogo de todos con todos, a partir del respeto por el pensamiento diferente podemos aportar efectivamente a ese propósito.
Necesitamos un diálogo abierto de todos con todos en donde solo se autoexcluyan los que no quierean participar.
Pienso que lo que mas falta hace , son esos espacios de opinion y debate, abrir, sin miedos, todos los medios a ese ejercicio del criterio , eso no es mas que un derecho que se ha perdido y debe ser rescatado. Esa especie de apatia de pensamiento y expresion, tan dañina a la sociedad esta dada, fundamentalmente, por la ausencia de esos espacios donde las opiniones puedan ser expresadas libremente y sin temores. Cuando el dialogo se convierte, por años, en la imposicion de un monologo, el receptor pierde completamente el interes y la sociedad carente de los medios para expresarse pierde su pluralidad, reduce su creatividad y se torna mas pasiva y manejable , algo que, unicamente conviene a los que pretenden mantener el control.
Gracias amigo Robertico, de eso se trata expresar lo que se hace en favor de estos objetivos, que por cierto Espacio Laical no es lo único sino un esfuerzo concreto entre otros que han surgido. Todo ello para ponderar y estimular todas las experiencias posibles al respecto. Un saludo para todos los foristas tanto a los que están a favor como en contra de este post.
Muy buen post. Creo que la forma de que la gente se incorpore y se sienta parte de las soluciones pasa por el empoderamiento desde la base, comenzando por la capacidad de sentirse de alguna forma dueños del resultado de sus esfuerzos productivos y actores de la gestión política local. Tenemos pendiente la reversión del verticalismo, y la necesaria descentralización de las gestiónes política y económica. Me parece esencial el punto que hace el autor relativo al abordaje sin mediadores de las expectativas y prioridades reales de la gente de a pie, que implica un diálogo social que aun nos falta.
Encomiable el trabajo de Espacio Laical. Ojalá se multiplique.
Yo reseño un esfuerzo que no es el único. Hay otros más y los englobo . El diálogo debe abrirse paso entre todos sin excluir a nadie. Entiendo que la violencia está presente y realmente me preocupa mucho, porque con violencia nada mejora al contrario todo empeora. Es real, existe y puede desencadenarse más.
Agradezco las opiniones de todos, son muy importantes sin excepción aunque no se esté de acuerdo en todo para eso es el debate. La diversidad es esencial.
Me proecupa mucho matar la esperanza con faltas de realismo y de poner los pies sobre la tierra.
Sr Sautie:
El problema de la violencia (y no me refiero necesariamente al final violento de estado actual de las cosas) es algo que debería preocupar a todos.
La marginalidad que se va acumulando debido a la incapacidad manifiesta del “estado revolucionario” para cumplir el contrato social que dijo firmar, sumada a la inevitable relajación del las prácticas policiales en un hipotético escenario de cambios y a la pérdida generalizada de valores en la sociedad, pueden (como ha sucedido en otros países que salían de la pesadilla estalinista) convertirse en un caldo de cultivo para todo tipo de violencia criminal.
Lamentablemente mientras más se tarde en abordar las reformas reales que necesita el país, mayor será esa tensión acumulada
Ojalá me equivoque
“Un ejemplo de ello, en mi criterio, son los esfuerzos que se realizan desde la Revista católica Espacio laical con sus artículos, foros e iniciativas.”
con el mayor respeto que merecen estos esfuerzos los englobo dentro del principio “Arar en el mar” y “lanzar frases al viento”
Por mas que se esfuercen solo sera un gasto de energia mientras no les llegue a liborio cada una de estas propuestas.
El hecho de que este englobado en un acto dependiente de la iglesia catolica confirma mas el gasto energetico ya que al gobierno ni le viene, ni le va.
Rau, si la gente no acude a la Iglesia, difícilmente aceptarán el mensaje cristiano
Maha es que estos mensajes no son cristianos…son politicos
Y pretender llegar a las gentes a través de un medio religiosos es muchisimo mas dificil que hacerlo a través de organizaciones civiles en general
A parte que contradicen la version oficial de la iglesia de que solo esta en cuba para evangelizar
Todo cambio implica una crisis. Y esto engloba a todas las esferas de la actividad y existencia humana.
De ahi que es muy natural sentirse inseguro ante la necesidad de cambios.
El problema con cuba es que se sabe que hay que cambiar las cosas, se sabe que no hay otra salida, pero intentan de una manera increible hacer cambio con el mismo modelo, las mismas personas, los mismos metodos y los mismos objetivos que han obligado a buscar UN CAMBIO.
Si no fuese por lo tragico habria motivos para reirse hasta reventar.
La unica solucion para cuba es aplicar cambios profundos. Lamentablemente llevan años ya haciendo solo retoques cosmeticos. Y asi sera hasta despues de los grandes funerales.