No siento el viento cálido que avisa el alejamiento de las nubes negras.
Estoy convencido de que no es una Utopía por que ha sido claro en la historia
que ninguna tiranía dura 1000 años
aunque algunas 900 si.
Se que es imposible la estabilidad eterna
y aún más improbable la perfección de una maquina construida sobre la ilusión de la existencia.
Al capitalismo si no lo destruye la gente
lo destruirá su mismo falso piso
basado ahora en la ilusión
del dinero inexistente.
Tampoco creo que cuando caiga
solo por eso necesariamente venga otro sistema mejor.
Pero por lo menos
mientras lo conocemos
tendremos el tiempo para soñar como destruir a ese nuevo monstruo.
Precisamente por eso creo
que nunca estaremos cómodos con ideas y estructuras que duren intactas mucho tiempo.
Nuestros cerebros son dinámicos
los momentos de ocio los aprovechamos para dejar crecer el tedio.
Ahora, tampoco creo que por si solo se acabe
ni mucho menos que los reyes entreguen las llaves de sus castillos.
Siempre seremos necesarios los guerreros zapadores de minas
así nuestra pólvora sea sencillamente nuestras molestas ideas.
Del futuro, anhelo
contemplo preveiendo
la caida segura
la ilusión terca
el brazo nunca torcido
y la musculatura siempre cansada.
Pero prefiero miles de veces ese cansansio que el dormir
puede que en algún momento tome una siesta
pero nunca dejare de tener prendido el despertador.
Y no
soy incapaz de esperarlo sentado todo el tiempo
de noche en cuando mis palabras calientan mi cuerpo
de cuando en vez mis amigos me riegan con su adrenalina
y camino con ellos
aunque todos sabemos que el camino es duro
y que es posible que muchos nos dejemos mientras caminamos.
Otros lo dejarán quietos
otros preferirán dejarlo antes de ser pizados por las sombras negras de la tortura y el silencio.
No acepto el miedo como destino
siempre lloraré lo justo pero olvidaré pronto el riesgo.
Cuando veo a mi alrededor en días como estos
en que la esperanza explota como globo plástico en fiesta infantil
veo desasociego, incertidumbre y soledad.
De todos estos años de juego, lo mejor que he aprendido es a aguantar.
Siempre llega un día nuevo y el sol nunca deja de aparecer.
Aunque no logre todos los sueños
ellos nunca dejan de crecer
y como este mundo a ellos los prohibe
no tengo más que a ese mundo
hacerle cambiar de parecer.