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DENUNCIA PÚBLICA POR LA DETENCIÓN DEL COMPAÑERO WILLIAM JAVIER DÍAZ RAMÍREZ

Una vez más la mal llamada política de seguridad democrática arremete contra los defensores de la vida, los que luchan por el derecho a una educación digna, critica y de cara a las necesidades del pueblo. Como consecuencia de esta política fue detenido el pasado 14 de noviembre, injusta y arbitrariamente nuestro compañero, amigo, luchador, defensor de Derechos Humanos y educador William Javier Díaz Ramírez, quien en su trayectoria intelectual, política y social se ha caracterizado por volcar sus esfuerzos en la lucha por la educación pública y crítica, como un derecho para la mayoría de l@s colombian@s, a través del Taller de Jormaciòn Estudiantil Raíces (TJER) y del Plan Kaziyadu, con quien desde hace más de 12 años venimos trabajando en la organización de 23 Seminarios de Pensamiento Social donde se tratan temas amplios y críticos[1]; todos ellos desarrollados a lo largo del tiempo en las sedes de la Universidad Pedagógica Nacional y la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, en la ciudad de Bogotá, contando con un amplio respaldo de académicos e investigadores y el reconocimiento de nuestros eventos por parte de la comunidad educativa en general.

Todas nuestras actividades se han realizado de manera abierta, transparente y dentro del marco académico e institucional que ofrece la Universidad. Así mismo, fortalecemos el espacio del Plan Kaziyadu, un proyecto concebido por el Maestro y amigo Orlando Fals Borda, con quien trabajamos en pro de la consolidación de una propuesta de unidad dentro del Polo Democrático Alternativo – PDA. Esta detención se llevo a cabo en un centro educativo contra un maestro, defensor de Derechos Humanos, lo cual hace parte de la política de acallar las voces de quienes en las escuelas, las universidades y las calles proponen otra Colombia posible.

Con esta actitud el gobierno nacional deja claro una vez más que todos aquellos que promueven y defienden los derechos de los colombianos y las colombianas; son señalados como sus enemigos. En este sentido la labor del maestro Javier Díaz, amigo y compañero, ha sido defender los Derechos Humanos en todos los escenarios sociales y populares, particularmente en los espacios académicos. Es evidente que esta detención es una persecución contra el libre pensamiento, contra el pensamiento crítico para reafirmar el modelo autoritario de corte fascista.

Esta detención es contra la conciencia, contra la “jormación” y contra aquellos que nos asumimos como librepensador@s y construimos desde el debate abierto y amplio. Pero ni esta detención ni otros ataques van a acallar las raíces que se están sembrando desde este taller permanente de jormación estudiantil. Defendemos la universidad pública, y lo que esto significa, la libertad de conciencia, de crítica, de pensar y de soñarnos diferente. Y señor Uribe, si eso significa que nos persiga, nos encarcele, usted está contra un imposible: el pensamiento nunca estará preso.

Desde Tjer, Plan Kaziyadu y los otros espacios que han contado con la valentía, alegría y compromiso de Javier, manifestamos nuestra indignación pero sobretodo nuestro compromiso de continuar en la lucha por una educación para el pueblo. Con Javier y los otros compañer@s pres@s asumimos este nuevo reto para romper las cadenas que pretenden imponer las dictaduras y que ante su incapacidad de derrotar en el debate, se valen de la persecución judicial. Seguimos con la cabeza en alto, continuamos con nuestras tareas educativas porque las cadenas no están solo en las celdas.

Compañer@s, es innegable la solidaridad y el apoyo que ustedes nos han brindado, sin embargo, es de entender que esta lucha es de largo aliento, es una lucha por la verdad, la dignidad y la libertad, es una lucha que no pude permitir LA EXTORSIÓN Y EL CHANTAJE DEL FASCISMO, que busca con pruebas amañadas que nos auto-inculpemos y pidamos perdón por algo que no hemos hecho, a instancias de hombres que no tienen autoridad moral, que son gestores del mas perverso Terrorismo de Estado, con los mal llamados “Falsos Positivos” que en estos casos buscan ser jurídicos.

William Javier permanece detenido, por un proceso en donde no se ha permitido debatir las supuestas pruebas en contra, pues ellas se han tornado en secretas, en donde adicionalmente, son las autoridades de policía las que las ordenan, hecho que evidencia la ruptura del Estado de Derecho en Colombia. Sumado a ello, los testigos son llevados sin que sea permitido a los defensores participar, como ya lo ha señalado la Procuraduría General de la Nación. A pesar de que esta última entidad ha considerado que no existen pruebas para mantener detenido a William Javier, la Fiscalía no cesa en privarlo injustamente de la libertad.

No obstante, con su acompañamiento, ternura y solidaridad nos haremos mas fuertes, mas grandes y mas firmes para desenmascarar al fascismo, porque parodiando al POETA del pueblo que unas veces es Martí, otras Vidales, otras Neruda, y una de sus ultimas expresiones fue el recientemente fallecido Mario Benedetti, que decía: “…con tu puedo y con mi quiero vamos juntos compañer@…”. Apóyenos en nuestras Cátedras, Seminarios, Talleres, Cineclubes y ante todo en la CAMPAÑA TJER LIBERTAD, para demostrarle al tirano que unidos seguimos y no claudicamos, que sentimos miedo pero no nos paraliza, que sentimos dolor pero es mas fuerte nuestro AMOR, que el peso cobarde de sus motosierras y su tortura lo cargamos firmemente en nuestros hombros henchidos con músculos de ternura.

“NO PUEDO SER PROFESOR SI… no percibo cada vez mejor que mi práctica, al no poder ser neutra, exige de mi una definición. Una toma de posición. Ruptura. Exige de mí escoger entre esto y aquello. No puedo ser profesor a favor de quien quiera y a favor de no importa que… Soy profesor a favor de la decencia contra la falta de pudor, a favor de la libertad contra el autoritarismo, de la autoridad contra el libertinaje, de la democracia contra la dictadura… Soy profesor contra el orden capitalista vigente, que inventó esta aberración, la miseria en la abundancia… Soy profesor contra el desengaño que me consume y me inmoviliza… Soy profesor a favor de la belleza de mi propia práctica, belleza que se pierde si no cuido del saber, si no lucho por las condiciones materiales necesarias sin las cuales, mi cuerpo, descuidado, corre el riesgo de debilitarse y de ya no ser el testimonio que debe ser de luchador pertinaz, que se cansa pero no desiste”. PAULO FREIRE

Taller de Jormación Estudiantil Raíces – TJER, Plan Kaziyadu, Dignidad Educativa, Asociación Distrital de Educadores – ADE, Cátedra de Derechos Humanos Eduardo Umaña Luna, Polo Democrático Alternativo – PDA

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[1] Dentro de los cuales se destacan: “Educación, socialismo y revolución. Mayo del 68: 40 años”, “Ernesto Guevara De La Serna «Fruto y semilla del pensamiento social latinoamericano””, “Paulo Freire: Vida, Obra y vigencia”, “Paulo Freire, Pedagogía de la Liberación”, “Hegel: 200 años de la fenomenología del espíritu”, “Filosofía Francesa de la Resistencia”, “Michel Foucault, El Sujeto del Poder”, y más recientemente:“Historia de las Violencias en Colombia”.

Reflexiones sobre el intercambio humanitario

Colombia vive en medio de un conflicto económico, social, político y armado resultado de las fuertes contradicciones propias de una sociedad en la que existe un modelo que se fundamenta en la explotación, el autoritarismo, la exclusión y la miseria. En este ambiente desde hace más de 40 años se inició por parte de algunas experiencias populares y sectores, en su mayoría marxistas, una estrategia de lucha contra esa realidad basada en la propuesta guerrillera. Desde allí se agudizo la pelea tras la avanzada de parte del pueblo en armas actuando como vanguardia revolucionaria del proceso social. Tras muchos ires y venires de esta propuesta, en la década de los noventas la estrategia guerrillera avanzo en su intento de tomar el poder con un asenso de las acciones contra la fuerza pública que resultó en una suerte de toma de prisioneros de guerra que primero se dirigió a objetivos militares, pero en la medida que se complejizaba también integro a objetivos políticos representantes de la institucionalidad a la que se combatía, buscando como fin el intercambio humanitario de esos prisioneros por combatientes de la guerrilla también prisioneros en las cárceles estatales.
Desde el gobierno del presidente Samper se integró a la legislación nacional la normatividad de el Derecho Internacional Humanitario, en especial los tratados de Ginebra, que abrieron una puerta a la posibilidad de tal intercambio, pero solo fue en el periodo del presidente Pastrana que se dieron intercambios de prisioneros en el marco de un proceso de paz con la guerrilla de las FARC. Una vez terminado este intento de proceso, y con el cambio a un nuevo periodo presidencial liderado por Uribe, la posibilidad de materializar este intercambio se volvió un imposible, ya que la nueva estrategia de guerra política por parte del estado basaba su acción en el no reconocimiento político de las guerrillas y en su eliminación por la vía militar.
De esos 6 años de este nuevo momento de la guerra en Colombia la atención de la opinión pública, fuertemente influenciada por los medios de comunicación hegemónicos, se ha concentrado en el rechazo de la lucha armada y en la exigencia de la liberación de los soldados y políticos retenidos, acompañado del creciente desconocimiento del estatus de prisioneros políticos de los luchadores detenidos en las cárceles.
Esta larga travesía del problema de los prisioneros políticos no solo se ha visto el desgaste de los detenidos en cada bando, sino además la necesidad de plantear salidas viables a la libertad de ellos porque a pesar del innegable debilitamiento de las fuerzas insurgentes lo que se ha visto es que en términos generales ninguno de los dos bandos logrará liberar a sus detenidos por la vía militar (es improbable una segunda operación Jaque). En este estancamiento del conflicto, se hace necesario aceptar la necesidad de una salida negociada por lo menos a dicha circunstancia de la guerra.
Pero ni esta salida debe ser incondicional, ni tampoco debe creerse que la guerra social esté limitada a esta situación. Si bien debe urgirse por garantizar esta libertad, en especial de los luchadores sociales, debe proyectarse como mantener la guerra social, pero revaluando la táctica de la toma de prisioneros ya que esta no solo ha resultado desgastante para los ejércitos guerrilleros, sino además ha sido una excusa para desprestigiar las propuestas en general de transformación social. No se está con esto reevaluando la legítima búsqueda de prisioneros de guerra para debilitar moral y políticamente al enemigo, lo que se cuestiona es la utilidad de esta táctica en el momento histórico concreto en que vivimos.
Sería mucho más útil y efectivo avanzar en la revolución popular dándole nuevamente la importancia que esta tiene para destruir el poder concentrado del estado y el capital retomando la acción militar no como una acción en sí misma, sino como resultado de las necesidades y proyecciones propias del pueblo en esta lucha. En aquel momento podría redescubrirse la toma de prisioneros pero como una estrategia que, acompañada de la búsqueda de la deserción de soldados invitándolos a las filas populares, promueva el desmoronamiento de la institucionalidad como paso previo a la destrucción de la misma. El ejercicio militar no puede ni debe hacerse como una actividad en si misma (como pareciese a veces la acción guerrillera alejada de la movilización social) sino como parte de el ejercicio de la autodefensa de todos y todas frente a nuestros enemigos. Para ello no se necesitan las vanguardias sino la acción eficaz y directa de todas las personas.
Así que mientras tanto es necesario promover el intercambio humanitario al mismo momento de avanzar en la batalla nuestra en esta guerra social en búsqueda de un momento en que no sean necesarios los presos en ninguna reclusión, y eso solo será posible en una sociedad anarquista.

Los falsos positivos no sólo son mortales.

Nos han tenido consternados y rabiosos los acontecimientos que se han hecho públicos en meses pasados que evidencian la utilización de asesinatos selectivos del ejercito como bajas supuestas en sus combates contra los ejércitos guerrilleros. Estos hechos, conocidos como falsos positivos, no solo han sido una tragedia personal de cada una de las familias a las que pertenecían las personas asesinadas, sino, han sido una muestra mas de las atrocidades que puede cometer el estado por construir una falsa percepción de seguridad en la guerra contrainsurgente.

Pero lo que no se ha asociado con estos acontecimientos, es que el problema de los falsos positivos nos solo refiere a aquellos casos que han terminado con personas muertas. Han sido falsos positivos también todas y cada una de las detenciones hechas a compañeras y compañeros luchadores sociales, que acusados de ser guerrilleros debieron pasar alguna temporada en las cárceles estatales, siendo muchos de ellos “puestos en libertad” sin haberse comprobado la acusación. Y de eso si que ha sabido el régimen en estos últimos años.

Hagamos un poco de memoria: Desde el año de posesión de Uribe, llegó con la política de crear zonas que llamo de “Rehabilitación y consolidación” que servían para focalizar la acción de la fuerza pública en algunos lugares del país. Con esta política, puesta en ejecución desde septiembre de 2002, se dieron una serie de detenciones masivas en las que cayeron muchos luchadores sociales acusados de auxiliadores o milicianos de la guerrilla. En un editorial de el tiempo en el 2005 que hacia parcialmente el balance de esto se decía a propósito de lo ocurrido en la zona de Bolívar que “entre julio de 2003 y mayo de 2004, fueron puestas en libertad 209 personas recluidas en la cárcel de Ternera de Cartagena de Indias. Entre estas, 122 obtuvieron libertad inmediata, 80 libertad provisional y 3 libertad condicional. Es decir: casi un 60 por ciento de los detenidos había sido acusado injustamente”*, y ese no seria un caso excepcional.

El hecho de que se hicieran tan escandalosas capturas masivas no indica que los falsos positivos no hayan sido hechos también de forma individual. De hecho el movimiento anarquista fue golpeado por esta estrategia con la captura hace cuatro años de dos compañeros. Uno de ellos fue liberado inmediatamente pero el otro, sin correr la misma suerte, duró más de un año sufriendo en las cárceles estatales. Obviamente, el caso de ellos no fue excepcional, muchos conocidos luchadores han sido detenidos sin pruebas contundentes solo con el único propósito de acallar su protesta crítica frente al régimen actual.

El mas reciente, y cercano caso, de este tipo de falsos positivos se dió con la captura de nuestro compañero de Tjer William Javier Díaz. Su captura se llevó en el marco de la detención de más de 55 personas que fueron acusados por haber aparecido supuestamente en un computador decomisado a las FARC en el Meta en febrero del año pasado. No solo era un ataque directo contra la figura de nuestro querido compañero, luchador sindical y defensor de los derechos humanos, sino ésta nueva captura masiva estuvo enmarcada en la arremetida que contra la movilización social en el sector de la educación se viene dando, siendo varias de las victimas estudiantes y profesores defensores de la educación pública.

Los falsos positivos no mortales son una realidad, y le están haciendo igual o peor daño a la sociedad colombiana que los que resulta con la muerte. Es por esto que no sólo tenemos que rechazarlos enfáticamente por la injusticia misma del hecho, sino que debemos apoyar toda la serie de iniciativas que se hagan a favor de la información de la situación de los presos y elevar nuestra solidaridad con nuestros compañeros luchadores sociales que sufren en las mazmorras estatales.

Todos a una sola vos debemos mantener nuestra consigna de lucha contra la criminalización de la protesta social, por la solidaridad con los presos políticos y sociales que sufren en el frió encierro al que los tienen sometidos, y ante todo por la eliminación de estos centros de reclusión que no responden con la dignidad de nuestra humanidad. Todos sabemos que la conquista de estas victorias solo podrá tener su momento de materialización con una verdadera revolución social anticapitalista, antiautoritara, es decir, con la construcción de una sociedad anarquista.

Ni un falso positivo más.
Libertad inmediata a William Javier Diaz y a todos los presos por luchar.
Abajo los muros de las prisiones

*Editorial del 17 de marzo del 2005, se puede visitar registrandose en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1681189; de hecho en otro balance del 2004 se decia que “De los 1.264 colombianos que han terminado en la cárcel en 31 redadas ya han sido dejados en libertad 414. Y aun cuando la Fiscalía trabaja en la recolección de evidencias para definir si llama a juicio o cesa el proceso de los 850 que permanentes detenidos, es aún incierta su suerte. Hasta ahora, solo 53 de ellos están a disposición de los jueces”, noticia aparecida el 16 de febrero de 2004, puede verse en http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1586063.