Béisbol en la TV: No hay peor ciego.

Por Gustavo Arcos

Mucha razón llevas, ¿Pedro Pérez?. Quienquiera que seas, he leído algunas de tus acertadas y punzantes crónicas relacionadas con el deporte, especialmente el beisbol. Pero este asunto al que haces referencia es un tema de Seguridad Nacional. De eso no se habla y no hay ni uno solo de nuestros periodistas (¿dije periodistas?) deportivos que se atreva a tratarlo públicamente. El cerrojo que se vierte sobre ellos en la Redacción de la Tv es digno del Salón de la Infamia. Y es que, resulta una vergüenza que siendo el beisbol el deporte nacional desde hace más de un siglo, jamás se hable de lo que acontece en este rubro a nivel internacional. Debemos esperar la llegada de los Clásicos para apreciar a las estrellas de este deporte y ..¡vaya sorpresa!.. enterarnos que varios de nuestros comentaristas, empezando por el propio Héctor Rodríguez, tienen todas las estadísticas, cifras y contratos de cada atleta en la mano. He visto fotos de varios de ellos posando sonrientes, al lado de Pujols, Iván Rodríguez, Alou, o Big Papi cuando tuvieron la suerte de compartir hotel y estancias en los clásicos anteriores, pero debemos escucharlos hablar muy críticamente en nuestros medios del enajenante deporte rentado y la venta de cerebros y piernas al mejor postor. Como bien apuntas en tu comentario, parece que el único deporte que es profesional y vil en el planeta, es el Beisbol.

¿Cómo puede explicarse de manera coherente y desde luego con sentido, el silencio total que se levanta alrededor de las series de beisbol profesional que se juegan en el mundo?. Por cierto, tampoco del basquetbol practicado en la NBA decimos mucho. Aunque si de las ligas europeas, en esta disciplina. Hace unos años en un evento Caracol, de los que organiza la UNEAC se debatía el tema del espectáculo deportivo en la TV. Intervine, haciendo varias observaciones, algunas contenidas en tu propio comentario de hoy. Recuerdo que en el auditorio estaba la redacción deportiva en pleno, con Danilo Sirio ( actual presidente de la TV) a la cabeza y también José Ramón Fernández que entonces llevaba el cargo de presidente del Comité Olímpico. Pues bien, para el asombro de todos los presentes la respuesta a la interrogante de que por qué no se transmitían partidos de beisbol profesional o daban con alguna frecuencia noticias del mismo, en la prensa, era, que ellos tampoco transmitían nuestro beisbol ¡!!!!!!!!!!. ¿Acaso en España pasan los partidos de nuestro campeonato nacional de futbol?. ¿ Compiten autos cubanos en los circuitos de Fórmula 1?. ¿ En algún canal europeo puede apreciarse nuestra Liga Superior de Baloncesto?. El argumento no tenía el más mínimo sentido y es que simplemente NO HAY ARGUMENTO. Y no lo puede haber ya que no existe lógica válida alguna, al respecto. Otra de las absurdas respuestas iban en la dirección de que no teníamos dinero para pagar los derechos de transmisión. Nuevamente debo quitarle la razón a tal idea, pues en el caso particular de los EEUU, jamás nuestra TV ha pagado ningún derecho, puesto que el Bloqueo nos da todo el Derecho de violentar, los Derechos de Autor o de emisiones televisivas, si se originan estas en ese país.

Quizás debamos comprender que ahora, lanzados a construir Resorts y campos de golf por toda la isla, también nos lanzaremos en los circuitos de Fórmula 1 y Moto GP, ¿Cómo si no, aceptar las frecuentes emisiones de competencias internacionales de estas disciplinas en nuestra TV? No se trata de eliminar las noticias o reportajes de las mismas, porque deportes al fin, deberían tener su lugar en nuestras revistas deportivas, sino de ser coherentes con el lugar en que vivimos, un país que respira beisbol y no llantas de Ferrari, en cada esquina. Alguien comentaba también en aquella reunión de la UNEAC que la razón del silencio pretendía evitar la salida en masa de nuestros atletas hacia otras ligas profesionales!!!!!!. Por Favor, con o sin transmisión, el atleta que quiera abandonar su selección o país, lo hará. Es una decisión personal y legítima de cada cual, jugar, viajar y topar al nivel que entienda conveniente. Y no por ello debería su nombre condenarse, borrarse de las estadísticas y de la Historia (como ha desgraciadamente ocurrido), pues dondequiera que este individuo juegue, será antes que todo UN CUBANO, llevará la cultura CUBANA, los modos de hacer y sentir CUBANOS y tendrá en definitiva una identidad CUBANA. ¿Qué ahora, unos juegan con los Medias Blancas de Chicago y otros ganan anillos de la Serie Mundial? ¿Y qué?

Creo que todo amante del beisbol en Cuba y de las probadas cualidades de nuestros deportistas, debería sentirse orgulloso de que este individuo, haya llegado al tope, a la cima de su especialidad, que haya realmente lidiado con los grandes y tenga justamente un lugar entre ellos. Durante décadas vivimos bajo una campana de cristal, construyendo castillos en el aire, impugnando, blasfemando y despreciando toda práctica de deporte profesional en el mundo. ¿Es que acaso los nuestros no cobran un salario por jugar o practicar beisbol, volley ball o atletismo? ¿Trabajan en una empresa, fábrica o institución durante el día y en las tardes y los domingos practican aficionadamente su disciplina? ¿Puede concebirse en el mundo de hoy un deporte de alto nivel o rendimiento bajo los principios del amateurismo o la simple afición? ¿Por qué no acaba la Comisión Nacional de Beisbol o el INDER de resolver todos los entuertos (en las prácticas y en su difusión) que rodean al deporte nacional en Cuba? ¿Y quién les dijo a ellos que los aficionados cubanos desprecian a los atletas que deciden encauzar sus vidas profesionales en otros países? ¿Hasta cuándo algunos de nuestros dirigentes deportivos van a mirar hacia otro lado, cuando la vida les pasa por delante?

Ciudad de La Habana