HAVANA TIMES, 2 julio — Unas semanas atrás leí un artículo, publicado en varios medios digitales cubanos, en el que se hace referencia a Havana Times. En aquel momento tuve el impulso de escribir algo al respecto, pero asuntos más importantes me hicieron postergarlo y al final sentí que no merecía la pena.
Pero una parte del texto ha estado dándome vueltas en la cabeza. El autor menciona a nuestro colega Erasmo y cita la forma en que se presenta en el sitio: .”..estoy muy bien definido políticamente: soy un agrio opositor de los mandones, los abusadores, los impositivos, los que se creen con la verdad etc. pónganse estos el traje que se pongan.”
Entonces el autor del artículo dice que al leer estas palabras, el lector “naturalmente” piensa en el imperialismo Yanki, aunque más adelante intenta mostrar lo que él considera que es la verdadera posición de mi colega.
Es verdad que cuando se habla de abusadores es casi inevitable pensar en el imperialismo Yanki. Aunque una no quiera, aunque haga su mayor esfuerzo por describirlos de otra forma, ellos siempre se las arreglan para estar en el hit parade del atropello y la violación de los derechos humanos en el mundo.
Es casi imposible leer el periódico o ver el noticiero sin escuchar sobre los bombardeos a Libia, los muertos en Irak y Afganistán (en nombre de la libertad y la lucha contra el terrorismo, por supuesto), las torturas y violaciones de los derechos humanos en las cárceles de Abu Grahib y Guantánamo, la misma que el presidente Obama prometió cerrar durante su campaña electoral.
¿Sin embargo, por qué será que al leer las palabras de mi colega, los imperialistas norteamericanos no son los únicos abusadores que me vienen a la mente?
Ha habido otros abusos que nuestra prensa cubana no ha reflejado con tanta profusión (o que no ha reflejado en lo absoluto), como la masacre de Tiananmen en 1989, de la que he sabido por primera vez gracias al artículo de la colega Daisy Valera; la entrada de los tanques soviéticos en Checoslovaquia en 1968; la invasión de Afganistán por parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Como en la conquista del cosmos, los soviéticos le tomaron la delantera a los norteamericanos e invadieron Afganistán en 1979.
Pero no hay que ir tan lejos para buscar ejemplos de abusos. El colega Erasmo y el autor del artículo viven en la misma isla y bajo el mismo sistema político en el que muchos homosexuales fueron enviados a las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción) y expulsados de sus centros de estudio o trabajo a finales de los sesenta y principios de los años setenta del siglo pasado.
Es el mismo país y el mismo sistema en el que muchos intelectuales y artistas, sin necesidad de ser homosexuales y habiendo incluso demostrado su apoyo a la Revolución, también fueron expulsados de las universidades donde estudiaban o de sus centros laborales.
Si esos actos no fueron abusos, que alguien me de una nueva definición del término. Los abusadores están tanto en la derecha como en la supuesta izquierda. Mi colega lo deja claro en su presentación: “pónganse estos el traje que se pongan.”