Por Ramón García Guerra
Dedicado al Che Guevara
Comentario: Este estudio no personaliza el objeto de crítica. Entienda el lector esta crítica como un posicionamiento de frente a una corriente de pensamiento que busca la reconciliación de la nación (por arriba) y que estaría abriéndose paso a marcha forzada. [Pensamiento de corte socialdemócrata.] Proceso este que facilita la convergencia de actores políticos diversos bajo la confusión que produce la situación de des-gobierno que en la actualidad afecta a los cubanos.
PARTIDARIOS DE LA CONCILIACIÓN
Las luchas de los libertarios han estirado el espectro político hacia la izquierda. Mientras tanto, éstos han ido tomando mayor distancia del centrismo que adopta el gobierno y, finalmente, han abierto un espacio que se ensancha a favor de una socialdemocracia que crece a saltos y cada vez resulta más compleja. La situación de des-gobierno que afecta a la sociedad, así como el avance acelerado de esta fuerza política, podría hoy explicar los excesos de los partidarios del socialismo democrático que ahora discutimos en este artículo. No obstante, nos parece un deber el deslindar la causa libertaria de la ideología, el programa y la militancia de este sector de la izquierda dentro del espectro político de nuestra sociedad. En verdad no se intenta aquí una oposición ante estos compañeros sino de marcar la diferencia para evitar la confusión entre las luchas por un socialismo democrático –que sólo nos llevaría a una redistribución del poder sin modificar la alienación de fondo– y aquella por un proyecto más radical: socialista libertario.
¿Cuáles son nuestras objeciones al respecto?
- Sospecho de todos aquellos que hablan de concordia, paz, diálogo, mediación etc. en medio de un contexto de lucha de clases que se agudiza en la Isla. Entendamos que la lucha política en Cuba es entre opresores y oprimidos y no, como lo entienden las élites: entre estatistas, autogestionarios y liberales, o entre autoritarios, demócratas y libertarios. Precisamente, donde la autogestión sólo serviría para reproducir el régimen de explotación que padece la nación y la democracia, sin falta, para justificar un sistema de dominación clasista en contra del pueblo. ¿Cambiamos el actual “silencio de los corderos” por un futuro de “lucecitas montadas para escena”?
- Absurdo es reducir la “reconciliación” a un hacer las paces. (Entre élites, claro está.) Tendría aún menos sentido el concebir ese proceso como un dilema por resolver al interior del pueblo. ¡Quien hoy debe de reconciliarse es el Estado con la sociedad! (Somos en tal caso los rehenes de un Estado mandamás del cual debemos de esperar nos permita hacer nuestras vidas.) Para estos señores el pueblo es acéfalo. [La deuda externa de Cuba es de ellos, no del pueblo. Y no basta con ella. Insisten en hipotecar el futuro. Firman ellos convenios sin consultar al pueblo. Aclaro a todas las partes que los débitos de este des-gobierno no serán saldados en el futuro.]
- Insistimos en decir, que el proceso de democratización de la sociedad no resultará en pacificación de aquélla sino en abrupta multiplicación de los espacios de luchas sociales. [Espacios que pueden ser monopolizados por grupos de poder. Intentos que se inician con la búsqueda de cierta reconciliación entre las élites políticas de una sociedad.] Pongamos un ejemplo. Frente al régimen autoritario en Cuba los socialdemócratas hacen énfasis en la libertad de expresión. Correcto. Pero nos omiten (u ocultan) algo: La política de equilibrios que sugieren daría ventajas a los opresores (escritura-poder) y pondría en desventaja a los oprimidos (oralidad-pueblo).
- La política de confrontación clasista no pertenece a la tradición socialista libertaria sino a los comunistas de la III Internacional: satélite del imperio soviético. La lucha en contra de la opresión, la alienación y la exclusión no debe hacernos regresar a la II Internacional: ¡no hace falta otro Kaustkin a esta hora en Cuba! Desconocer el papel de los conflictos clasistas en el proceso histórico de las sociedades modernas, –mientras se dicen ser marxistas– enreda a estos compañeros en una contradicción en los términos. Entendible en una sociedad como la nuestra en donde la transferencia (fuga) entre el estalinismo y el populismo es la única posible.
- ¿Acaso será el socialismo un régimen que –como sucedió con el capitalismo según la vulgata– nacerá en las entrañas del ancie regime? Sucede que, apegados a la historia, decimos: dicho proceso no ocurrió de esa manera. La sociedad capitalista fue articulada con aquellos elementos espurios del régimen feudal, precisamente, cuando este régimen era víctima de su implosión. [La historia nos muestra que la burguesía forjó al capitalismo de forma consciente.] La ruptura con el capitalismo será un acto consciente de masas y no el resultado de la “competencia” entre dos sistemas. Entonces un cambio cultural radical hará ineficaz la ley del valor.
- El sujeto de la revolución no sería el trabajador libre asociado que se hallaría al final del proceso. (Porque a falta de éste otro hará su tarea.) Ciertamente será el sujeto político popular el artífice del cambio. “Proceso de apropiación por el hombre –según Marx– de su verdadera condición humana”. Instituir otras relaciones de producción (cooperativo-autogestionaria) no cambiará de modo automático la ‘superestructura’ política (participativo-democrática) de la sociedad. Convierten una abstracción en realidad. Diferente sería contrastar el discurso oficial (constitucional) con las luchas populares en cinco décadas. [Identificable en el audiovisual.]
- Los críticos socialdemócratas de la revolución sitúan el momento de extravío (regresivo) del proceso allí donde supuestamente se renunció a la democratización de la sociedad (¿1965?) y no, según nuestra opinión, justo cuando fuera adoptado el modelo soviético (años ´70s). [Durante la década de 1960 fue articulado un modelo de democracia popular con todas las imperfecciones que el ajuste inconcluso de cuentas con el populismo nos dejó de saldo.] La causa de la Libertad no se extravió en los ´60s. “Mentirota de niño asustado” –habría dicho Roque Dalton– que nos hicieron creer los obreristas al calificar de etapa preinstitucional a ese período histórico.
- Los críticos aseguran que el dilema de la revolución se reduce al voluntarismo que han practicado sus líderes políticos. Esta es la mitad de la verdad. Pero fallan en su apuesta de futuro. En otro artículo decía: “Aquellas formas de ‘autogestión’ que apuestan por el libre juego de un montón de Pymes, todas iguales, –que regidas por las leyes del mercado nos deben de conducir al reino de la libertad– no hacen más que ahondar la fractura de la sociedad”. [La dialéctica del límite –según Paulo Freire– nos advierte del voluntarismo y la espontaneidad que condena al fracaso.] Estamos, en tal sentido, por la disciplina del proceso y en contra de entes soberanos.
La línea del horizonte en estos compañeros es más breve. Denunciamos en otro artículo ese “realismo” poco realista que conduce a un recorte del proyecto de nueva sociedad. La frontera que marca la diferencia entre libertarios y socialdemócratas en Cuba es política, epistémica y ético-moral: hablamos de la opción por los oprimidos. [“Desde esta atalaya –decíamos– la realidad tiene otro color”.] Ahora bien, para lograr entender mejor a esta fuerza emergente dentro del espectro político de la sociedad cubana, en principio, hemos de superar la retórica y adelantar un análisis sociológico de la misma en relación con la ejecutoria de los radicales de izquierda. (Una fuerza política, esta última, que aparejado a la radicalización de la izquierda, desfloro el frondoso árbol del estatismo-autoritario para propiciar la emergencia de los socialistas democráticos dentro del espectro político de nuestra sociedad.) Entiéndase, en tal sentido, que la crítica libertaria no descalifica a estos compañeros sino que marca la diferencia con dicha fuerza política.
CARTOGRAFÍA DE LA POLÍTICA
Las fuerzas de izquierda en Cuba están siendo afectadas por un proceso de constitución y diferenciación al interior de aquellas –en términos de ideologías, proyectos y militancias– que ha sucedido en la última década. Explicaría esto la corriente socialdemócrata que emerge y que, inevitablemente, marca la diferencia con la neomarxista y la libertaria en varios aspectos. Cuando se estudia el espectro político de la sociedad cubana, (ver gráfico) notamos que la ideología, el proyecto y la militancia de los socialistas democráticos se articulan por contraste con respecto al oficialismo del cual ellos formaron parte en algún momento anterior del proceso. Entonces la alternativa ante el autoritarismo será la democracia; ante el estatismo centralizador se ofrece la participación de masas (trabajadoras), y ante el sistema de partido único, finalmente, presentan una fórmula institucional más pluralista.Estamos ante una izquierda que se distingue de la clásica socialdemocracia europea (por ejemplo), entre otras cosas, porque entre ellos ninguno aún ha renunciado a subvertir el orden capitalista. (Definen así su proyecto.) Y en tal sentido ellos tienen muchísimo que aportar en la superación de la crisis ideológica, programática y orgánica que sufre aquélla a nivel mundial en la actualidad.
La situación de des-gobierno que padecen los cubanos, unido al origen oficialista de estos socialistas, (así como la reciente conversión de éstos en una oposición de izquierda más o menos moderada) nos explica la confusión que refleja su alianza con la oposición de derecha. Cumplida esta última sobre el fundamento de un pluralismo que estaría si acaso buscando ensanchar las bases del movimiento en cuestión en contra de un enemigo en común: para unos, el estatismo, y para otros, el castrismo. Particularmente esto resulta comprensible si se entiende que la economía privada (sector de las Pymes) y la emergente (trabajo por cuenta propia) que respaldan a ambas fuerzas políticas, así como la distancia que frente al sujeto político popular signa a ambas fuerzas de la oposición, conduce al recorte del horizonte del proyecto de nueva sociedad. Las formas de participación que los socialistas democráticos nos ofrecen –autogestión, cooperativas, etcétera– semejan una reacción pendular a partir de una centralización que ahora colapsa y que practicó de siempre el estamento burocrático de cual provienen los mismos.
En tal sentido, las muestras de simpatía que encuentran estos compañeros entre aquel funcionariado que reniegan del sistema de partidocracia y del régimen estatista-autoritario que hoy naufraga, nos advierte de la inminente complejización de esta fuerza política. Proceso este que sucederá a corto o mediano plazos.
Las reformas que echa adelante el gobierno deben de modificar la dinámica y composición del estamento burocrático bajo criterios tecnocráticos de eficiencia y racionalidad, hasta acabar estos siendo afectados más o menos por la política. Evidentemente, yendo pendiente abajo, la lógica del sistema se correrá cada vez más hacia el capital y en algún punto del proceso la causa libertaria puede hundirse en el pasado. [Pronóstico este que se justifica a partir de la evolución de un estamento gerencial que en este contexto iría adquiriendo unas cuotas de poder cada vez mayores.] Los rangos de solvencia con que dotarían los neocapitalistas al régimen estatista-autoritario –que trata de sobrevivir a su fracaso– serían amplios. Enfrentados a una creciente resistencia popular los liberales perderían terreno ante el capitalismo de Estado que se fortalecería con el maridaje del Estado-nación con el capital transnacional.
Este sería el tipo de pronóstico que podría ser deducido de la estrategia de reformas que sigue el gobierno en la actualidad. Previsión que anuncia el fracaso del socialismo. Las luchas de los libertarios son un factor decisivo en los destinos del socialismo en la Isla y la región.
Preguntémonos, ante todo, ¿qué hacer? ¿Emplearnos a fondo en tareas puntuales? ¿Pequeñas luchas que acaban por integrarse en una batalla aún mayor? ¿Replantearnos las reglas del juego? ¿Dibujar las casillas del tablero del juego político que hemos de cumplir? ¿Hacer la revolución hoy mismo? ¿Definir las políticas, estrategias y tácticas a emplear? No sé. ¿Deberíamos de hacerlo al unísono?… Una y otra vez: ¿qué hacer?
Empecemos por reconocer las verdades.
El potencial de transformación de que disponen los libertarios sólo se equiparía con las debilidades que afectan su desempeño en la política. Carecemos de plataformas de participación en política. Pongamos un ejemplo. Las cuotas de autonomía que fueron logradas por la sociedad en las últimas dos décadas en Cuba, así como la elevada solvencia de una economía solidaria que supera a la economía oficial en varios aspectos, esperan ser capitalizadas por la izquierda. Pensemos en la economía de remesas. Los fondos de inversión que podrían ser constituidos a partir de dicha economía, (empleados como fondos fiduciarios) –como un estímulo de la iniciativa comunitaria en las esferas de la producción y los servicios con impacto en el consumo popular– serían un factor correctivo en contra de la mercantilización que nos reconduce hacia la lógica del capitalismo. ¿Cómo serían movilizados estos fondos? ¿Cómo sería administrados los mismos? Esta sería la cuestión que hemos de resolver a corto plazo.
Pero el déficits es mayor. Superar la actual fractura de la sociedad sería una contradicción que los libertarios están obligados en resolver hoy mismo. Sin embargo, según nuestra opinión, el desafío que decidirá el destino de la causa libertaria en Cuba se hallará al interior de esta fuerza política.
Durante la última década hemos sido partícipes de una experiencia singular que anticipa el desenlace de una historia. Decenas de iniciativas y proyectos han estado dialogando dentro del espacio reconocido como Observatorio Crítico de La Habana. Espacio este en donde las culturas emergentes (p.e. Blackhat o El Guardabosque) o grupos excluidos (p.e. Cofradía de la Negritud o Arcoíris) han hallado un motivo para su desarrollo y su integración en un proyecto libertario de nueva sociedad. Los anarquistas cubanos, que han debido rehacer la tradición ácrata en la Isla, –puestos en relación con aquellas otras iniciativas y/o proyectos– han logrado dar a esta corriente de pensamiento libertario una vitalidad que sólo sería comparable con las primeras décadas del siglo XX cubano. La cuestión que decidirá el destino de estas iniciativas y/o proyectos se refiere la presencia, la capacidad de convocatoria y de agencia de cambios que éstos muestren ante la sociedad. Definitivamente, carecemos de plataformas los libertarios.
PLATAFORMAS LIBERTARIAS
Presentamos estas plataformas para debatirlas. Empecemos por decir, que el proceso de construcción de la nueva sociedad debe de concebirse en tres tiempos: a) cambio político, b) emergencia civilizatoria y c) vida cotidiana. Consideremos cada uno de estos tiempos:
Política.
9. Cancelar la política del miedo. La fractura de la sociedad será el peor enemigo de su liberación. “El miedo que cada uno tiene de todos los demás –según Pierre Bordieu– aísla progresivamente a los individuos y a los grupos más activos en la resistencia a los poderes. La invocación de la necesidad, pesimista o cínica, proporciona un poderoso sistema de defensa contra los llamamientos a la acción”. La estrategia que han cumplido los libertarios ha contribuido en la subversión del orden existente por medio del cambio en la hegemonía que sostiene al régimen. “En otras palabras, las estrategias más eficaces –aclara Bordieu– son las que llevan a la mayoría silenciosa y aterrorizada a descubrir y mostrar su fuerza colectiva a través de acciones relativamente ordinarias y poco arriesgadas…” Finalmente, el efecto simbólico que producen tales acciones acabará afectando tanto al movimiento social como a la clase política.
10. Traducir las autonomías en autogestión. Cuando la sociedad cubana se enfrentó a situaciones límites ¿cómo reaccionó el pueblo? [Recordemos los años ´60s o ´90s, por ejemplo.] Sinteticemos en tres palabras estas experiencias: diálogo, autogestión y consenso. Las políticas de Estado, en tal sentido, fueron un obstáculo o nada aportaron al respecto. ¿Diálogo abierto con el tercero excluido? ¿Estatización de la socialidad? ¿Facturación del consenso por métodos autoritarios? Desde el pueblo ha venido la solución. [Pensemos en la economía de remesas o el repliegue del socialismo en la década de 1990.] Experiencias que se dieron en la frontera, para luego ser extendidas a toda la sociedad. Los espacios de frontera se multiplican en las últimas dos décadas, dotando de nuevas experiencias sociales a la sociedad. Busquemos los nichos de autogestión. Las ciudades pequeñas son, en tal sentido, los espacios de frontera más adecuados.
11. Democratizar la economía. Los políticos –asistidos por tecnócratas– nos han embaucado en mil aventuras (industrialistas, modernizantes, desarrollistas) que estamos aún pagando sin haber sido consultados antes en cinco décadas. La política de desarrollo (fallida) que adoptaron en la década de 1970 ha dejado endeudado a los cubanos por tres generaciones sin tener la esperanza de hallar una solución a este dilema. [Elevadísimo es el índice de país-riesgo.] Experiencias que éstos repetirán con China, Venezuela o Brasil en pleno siglo XXI. Insistamos en una idea-fuerza: ¿Qué hacen con nuestro dinero? (Hablo del dinero del pueblo.) Cobertura de salud y educación… ¿gratuita? ¡Pamplinas! Para que un trabajador de la Zona del Mariel –que puede ser elector en esa ciudad– logre estar enterado de qué están haciendo con su plata, deberá vencer nueve filtros administrativos sin antes no acaba en la cárcel. Este es todo un campo de lucha.
Civilización.
12. Cambiar las formas culturales del capital. Instituirnos implica adoptar otros patrones culturales. [En tal sentido, el poder instituyente de la sociedad ha sido secuestrado por el Estado.] Un cambio en la política es –o significa– un cambio en la cultura. Porque las formas de imaginarnos la sociedad, de ordenar la misma, de interactuar con la naturaleza, etcétera son procesos culturales. Evitemos que la sociedad quede atrapada en las redes tejidas por ella misma y para ello, toda ella necesita dudar de lo establecido: a riesgo de motivar incertidumbres que induzcan la búsqueda de equilibrios de poder (regresivos) que acaben por detener o hagan naufragar al proceso. ¿Cuáles serían los insumos que nos demanda el proceso de reproducción ampliada de la sociedad cubana hoy mismo? Existe un conflicto no resuelto entre la demanda aplazada de la década de 1990 y los patrones de consumo que se articularon en la década de 1980.
13. Otorgar a viejas categorías, valores nuevos. La adopción de una política de reconversión tecnológica del aparato productivo por parte del gobierno, –proyecto que se debate entre los criterios de modernización y la carencia de financiamiento para llevarla a término– debería de ser precedida por un trabajo de reconceptualización del modelo de economía que resulte más adecuado al proceso de transformaciones que se intenta echar adelante. Pongamos un ejemplo. El cambio en las instituciones debe de someterse a las posibilidades de los ecosistemas que participan del proceso. [Ejercicio cuyo margen de maniobra es estrecho puesto que nuestra inserción en la economía mundial nos reduce a menos.] Las formas ideológicas que exige el proceso civilizatorio socialista deben de empezar por la resemantización de las viejas categorías sociales que sostenían a de la sociedad anterior. Estrategia esta que afectará al proceso en su conjunto.
Cotidiano.
14. Empoderar a la comunidad. El derecho a hacer sociedad parte de la determinación de una comunidad de frente a las condiciones que exige el proceso de reproducción de la misma en el tiempo. ¿Quién estará en Cuba interesado en postergar la aprobación de una ley de municipios que ha esperado por dos décadas? La comunidad debe tener el derecho de establecer que dotación y calidad de servicios se ofrece, por ejemplo; así como el decidir sobre las intervenciones del Estado y otras entidades en su vida cotidiana. Para que estas no se conviertan en entes encerrados en sí mismos (heteronomía), –como un despotismo de masas– estos poderes han de mantenerse abiertos a las demandas de la sociedad como una totalidad. Empoderar a la comunidad es dotarla de derechos para decidir sobre su propia existencia. Los ejes de identidad de estos colectivos serán dislocados si el poder de decisión se sitúa fuera de sí mismos.
15. Producción y reconocimiento de alteridades. El modelo de sociedad que se agotó (socialista igualitario) produjo en su desarrollo las alteridades que más tarde negaría. Contradicción que identifica a toda sociedad moderna y que replica la revolución en cinco décadas. Conocidos son los resultados: multitud de autoestimas dañadas y sentido de pertinencia perdido. [Pensamos que la sociedad que abrirá puertas al proceso etnocultural cubano –dado este último en el contexto de una emergencia civilizatoria en las Américas que, finalmente, conduce hacia la articulación de una macroetnia antes del mediodía del siglo XXI– sería la sociedad alter-activa liberada.] Sociedad que aprende a convivir en la diferencia y hace de esta condición un motivo en el desarrollo de sí misma. La reacción pendular de un socialismo igualitario sería hacia un proceso de individuación de sus miembros que premie el altruismo, la solidaridad y la liberación.
16. Potenciar la creatividad del pueblo. Un modo eficaz de conservar el control político sería el de ritualizar la vida cotidiana de las masas. Desustanciar el cotidiano. El dilema que enfrentamos los cubanos en la actualidad se refiere a la precariedad de esa vida cotidiana, que obliga a todos y agota al cubano en hacer trámites legales y en buscar qué comer. La vida cotidiana en Cuba ha transitado por tres momentos que van del modelo espartano (años ´60s) hasta el hedonista (años ´90s). [Pasando por productivista (años ´70-80s).] Precisamente estos tres momentos han sido afectados por la desustanciación de la vida cotidiana al descentrar los ejes identitarios de la comunidad y los procesos de producción de sentido en los individuos. La política de estímulo a la creatividad popular es la única alternativa viable después de vivir la experiencia de un socialismo igualitarista basado en la reducción de las diferencias en la sociedad.
Entendemos por revolución: Superar el miedo colectivo y actuar sin demora. Instituir nuevas formas sociales. Banderas: equidad, solidaridad, libertad. Convertir las autonomías en autogestión. [Participación que liberaría a la sociedad y negaría al ancie regime.] Democratizar la economía y empoderar a la comunidad. Densidad social, transparencia, seres creativos. Comunidad que, por sí misma, se libera del gregarismo, el antintelectualismo, etcétera y aprende a convivir en la diferencia… Sociedad abierta y libertaria.
Lamento hacerlo por esta vía pero no tengo otra forma de comunicarme con ustedes OC, y me gustaría dejar está colaboración modesta, si fuese posible publicarla un saludo a todos y gracias por ser tan atentos.
¿Conquistaremos toda la justicia los que nos quedamos en Cuba?
Leyendo detenidamente lo publicado hoy en Granma acerca de la actualización de la política migratoria de la Cuba actual he percibido sensaciones encontradas: tranquilidad, ira, euforia y, sobre todo, victoria.
No es posible ignorar que si hemos logrado que después de muchos años se elimine la denominada carta de invitación y el permiso de salida es porque lo demandamos; cuando discutimos los Lineamientos muchos cubanos lo plantearon, no sabremos nunca cuantos, pero no pudieron ser ignorados, a ello se une el clamor de intelectuales, artistas, deportistas, etc. que lo manifestaron en muchos espacios.
Quede claro, sin embargo, que no se nos está dando ningún derecho: se nos está restituyendo uno que nos había sido conculcado oprobiosamente. Es por eso que me causa estupor observar gestos agradecidos en algunas personas. No tenemos nada que agradecer. ¡Nada!
¿Cuánta sangre y sufrimiento nos han causado las limitaciones para viajar de que hemos sido objeto por nuestro gobierno y el gobierno de USA? ¿Cuántas familias destrozadas por la aplicación de una política equivocada? ¡Y ahora vamos a agradecerles que nos restituyan el derecho de ir a donde se nos antoje y podamos! ¡Los que puedan! Falta mucho por lograr.
Hermanos nuestros están dispersos en más de 150 países de todos los continentes, la mayor parte de ellos añorando su suelo, su cultura, su tierra, debido a que políticas salvajes, no diré equivocadas, los han obligado a abandonar la Patria de todos en la mayor parte de los casos.
No nos engañemos como niños: es un derecho inalienable que podamos vender nuestras casas, carros, viajar al lugar cuyo costo podamos pagar, sin que para ello el todopoderoso estado nos tenga que dar permiso, previo pago en una moneda que no es la nacional. Hemos estado varias décadas sujetos a medidas draconianas y hemos sido incapaces de exigir el respeto a nuestros derechos. Aceptemos el principio maceista según el cual mendigar derechos es propio de cobardes incapaces de ejercitarlos.
No me anima ofender a nadie, solo recordar aquello de que al César lo que es del César. ¡Falta mucho todavía en cuanto a restituirnos derechos secuestrados siempre con la justificación del enemigo imperialista! ¿Ejemplos?
¿Por qué ahora es que un cubano acogido a la Ley 259 puede construir en su tierra? ¿Cuántos se habrán decepcionados?
¿Por qué el productor de ganado mayor no puede sacrificar uno de sus animales para el consumo suyo y de sus familiares, o darle el destino que desee a lo que le pertenece?
¿Por qué obligan, indirectamente, a ese propietario a sacrificar una res clandestinamente, exponiéndose a penas mayores que las que se impone al que asesina un ser humano?
¿Por qué nos obligan a tantos trámites burocráticos costosos, que muchas veces terminan en un soborno, de lo que casi todos somos testigos?
¿Por qué nos echan en cara el costo de una consulta médica cuando se sabe que los médicos reciben salarios miserables en relación a lo que aportan al país? ¿O es que se refieren a los hospitales de las castas privilegiadas enquistadas en el poder?
¿Por qué un profesional debe esperar 5 años para salir al exterior independientemente de su edad y los años “pagados” con su trabajo al estado?
¿Por qué el estado cubano tiene a los profesionales inventariados como vulgares medios básicos de una oficina?
¿Por qué es pésima la educación que reciben nuestros hijos en casi todas las escuelas de todas las enseñanzas en tanto la propaganda oficial enaltece sus pretendidos logros?
¿Por qué adoptan esta medida de política migratoria previo al proceso electoral?
¿Por qué sigue siendo una obra de teatro vernáculo de la peor factura las sesiones de nuestra Asamblea Nacional?
¿Por qué más de 10 millones de cubanos tenemos que aceptar lo que hayan decidido, en apariencia, los menos de un millón de miembros del partido gobernante?
¿Por qué 400 dólares el pasaporte cubano a un residente en el exterior?
Los octogenarios a disfrutar del descanso bien o mal ganado en más de 50 años de promesas que van desde el pretendido vaso de leche para el que lo desee hasta la idílica construcción de una sociedad comunista.
La mentira, el estatismo, la hipocresía, las exhortaciones cada vez más ridículas, la corrupción galopante, la improductividad, los privilegios excesivos, la vida muelle de generales y ministros afortunados, la miseria de este pueblo reflejada en su rostro cotidiano, deben cesar.
Al conocer sobre lo que había adquirido un gerente de una industria o empresa cubana, muy publicitado clandestinamente hace poco, recordé una frase de La historia me absolverá, cito: Si eso han ahorrado los sargentos ¡Cuánto habrán ahorrado los generales! Ahora cabe preguntarse: ¡Si eso ahorró el Gerente cuanto habrán ahorrado los Generales, los Ministros y sus jefes!
José Antonio Gómez
Camagüey
16 de octubre de 2012
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Querida Marlene: yo sólo he dicho y escrito esto: “me parece que Marlene se equivoca en interpretar la “oposición” de Ramón, a “la política de unidad que levanta el socialismo democrático frente a un enemigo común”, como miedo a una “confusión”… No creo que tal “oposición” provenga de la preocupación de salvaguardar la “pureza” y evitar el “contagio”. Creo que lo que le preocupa a Ramón es que, al aceptar tal “unidad” con “otras fuerzas políticas no socialistas”, los libertarios dejen de defender sus propias “metas”. De ahí su insistencia en “marcar las diferencias”.” Así pues, ni Ramón ni yo hemos dicho “que unirse con los demás en metas comunes implica dejación de las posiciones del socialismo democrático”. Ni tampoco creo que “el asunto de la unidad con los que no piensen parecido” no sea para Ramón “un asunto actual” y que “la unidad para metas comunes” sea para él “un problema de contagio ideológico”. El problema, Marlene, surge cuando se considera que la democracia es únicamente el derecho de pensar, de escribir, de reunirse y de poder votar, independientemente del sistema económico imperante. Al parecer, para ti son democracias los regímenes políticos y económicos existentes en los USA y en muchos otros paises en donde se respetan, más o menos, esos derechos; pese a existir en ellos oficialmente la explotación del hombre por el hombre y enormes diferencias culturales y económicas. Pues bien, para los libertarios ésa es una falsa democracia; puesto que ella está pervertida por la desigual distribución del poder entre los ciudadanos a la base, como tú bien sabes. Claro que eso no quiere decir que los libertarios no luchen por aquellos derechos y que no se unan, en determinadas circunstancias, con los que, aún defendiendo tales derechos, aceptan que haya explotadores y explotados. Admitirás, querida Marlene, que los libertarios puedan ejercer el derecho de expresar claramente esa diferencia y de dar prioridad a la unidad con los que también luchan por una democracia de iguales. Creo, sinceramente, que sería lamentable salir de la situación actual para volver a la democracia de la explotación capitalista. Pienso que es difícil evitarlo; pero es obvio que me siento más afin con cuantos luchan por una democracia socialista libertaria. Abrazos
Ramon, Pedro Campos y resto de socialistas democraticos. Se que parece imposible poder llevar al pais por el verdadero rumbo socialista despues de 50 años de no socialismo totalitario. Estoy conciente que no es facil poder exponer al pueblo, que lo que hemos conocido No es socialismo y que es posible construir una sociedad verdaderamente socialista alternativa a todo lo que hemos conocido hasta hoy en Cuba.
A diferencia de la Oposicion Anexionista, la mayoria de los intelectuales y socialistas democraticos cubanos tienen la posiblidad de acceder a los pocos espacios politicos que hay en Cuba. Muchos de ustedes son militantes del PCC y tienen moral suficiente para hacer circular un documento con sus ideas dentro de propio seno del PCC. He incluso poder llegar a los trabajadores y el pueblo a traves de las asambleas abiertas en los centros de produccion y en los barrios.
Yo pienso que en el pueblo cubano todavia hay reservas suficientes para apoyarles si logran llegar con su proyecto alternativo de Socialismo Democratico, pero hay que darlo a conocer con todos los riesgos que vendran inicialmente de la maquinaria represiva de la policia politica y sus plumiferos de los medios de desinformacion.
Yo pienso que tendran a su favor si primero que todo, declaran que no simpatizan con la propuesta de la Oposicion Anexionista y que quieren dar a conocer un proyecto para llevar al pais por el camino del verdadero Socialismo en Cuba y salvarlo del desastre que se avisora. Hay que decirle al pueblo que todo el sacrificio y limitaciones de todo tipo que hemos padecido, seran en vano si nos cruzamos de brazos y seguimos dandole un cheque en blanco a la elite eterna que ha demostrado de sobra que son incompetentes y que no tienen un proyecto serio para revertir la tendencia desastrosa del pais en lo economico, social y politico.
Pero primero que todo trabajen en la unidad y organizacion politica de los miles de cubanos que simpatizan con sus propuestas. Eso les dara un peso especifico grande en el tablero politico de la Cuba actual y les sera mas dificil a la maquinaria represiva y desinformadora poder aplicar su conocida estrategia de divide, calumnia y reprime.
Ah… lo olvidaba… de inicio este trabajo estuvo dedicado a Liborio (que ya ha realizado su aporte a este debate) según me cuenta Ramón; pero la circunstancia de la fecha lo hizo cambiar la dedicatoria. Me ha pedido que traslade su saludo a Liborio, y que le diga que al escribir este artículo tuvo en cuenta algunos de sus señalamientos a sus textos anteriores.
Pues bien si como dices, José fuera Guevarista, aunque no purista, le queda un largo trecho para ser anarquista, ni el autoritarismo guevariano, ni el culto a la personalidad que el argentino profesaba y se dejó profesar, entroncan en una concepción socialista y libertaria de la sociedad.
Mira tú… ¿y eso está escrito en la biblia anarquista? ¿alguien le va a quitar “el carné”? Sin contar con que ese “largo” trecho puede ser perfectamente recorrido… Ramón no es un muchachito y ya peina bastantes canas. Lo de “culto a la personalidad” ha sido una idea exclusivamente suya, bastante gratuita, por cierto.
Pobres cubanologos en su inmensa tarea de tratar de conceptualizar la realidad cubana. Hasta una tabla sistematizadora de tendencias politicas logro generar Ramon. Para un extranjero que no viva en Cuba puede ser interesante el analisis, pero para los cubanos es pura entelequia academisista. En Cuba solo hay dos actores politicos en puja. En primer lugar El PCC-Gobierno con su enorme maquinaria propagandista disinformadora totalitaria y sus cuerpos represivos para “moler” literalmente a todo el que trate de expresar y oponerse al totalitarismo. En segundo lugar la Oposicion Anexionista con apoyo politico y financiero en Miami, que valientemente esta expresando su propuesta alternativa de sociedad de libre mercado capitalista con democracia representativa pluripartidista, en las calles cubanas y en pequeños foros de libre debate. Este grupo ha logrado crear sus propios medios de comunicacion alternativos en la Internet y tienen un nivel nada despreciable de organizacion politica, teniendo en cuenta la brutal represion a que son sometidos por la policia politica.
El resto de tendencias politicas son cuatro gatos que se cuidan como gallo fino para no recibir el peso de la represion de la policia politica y que el miedo les inmoviliza para lograr llegar al pueblo cubano con sus ideas.
En mi opinion los cambios en Cuba vendran del propio PCC-Gobierno con giros hacia la economia de mercado capitalista pero sin democracia similares a los que hicieron en China y Vietnam
El texto fue dedicado (felizmente) al Che por la sencilla razón de que se escribió el 8 de octubre. Dada esa coincidencia, fue el modo que encontró Ramón de no pasar por alto la fecha en que se recuerda con cariño y admiración al Che, ese gran revolucionario. El mismo Ramón se ha declarado en varias ocasiones un “guevarista”. Ello no dice que el Che fuera anarquista, por supuesto. ¿Por qué tendría que serlo? Habría que preguntar a Ramón cuáles son las facetas que admira en el Che. Quizás ni siquiera coincida con las que admiro yo, pues para admirar o respetar a alguien no hay que ser un “puro” seguidor de su ideario, supongo que eso esté claro.
Si algo demuestra este texto es cuán lejos está Ramón de las posturas “puristas” (por suerte, digo yo). De hecho, en conversaciones con él me hablaba de una concepción “libertaria” mucho más amplia que lo que puede entenderse por anarquista o ácrata. De alguna manera, ese es el espíritu que a mí me parece encontrar en el OC, donde tan diversas posturas encuentran espacio; y anarquistas, feministas, ecologistas, marxistas, sienten que pueden potenciar sus ideas y proyectos, influirse mutuamente, y criticarse.
Alberola, aprovecho para enviarle un saludo de parte de Ramón, su profunda admiración, y agradecimiento por los comentarios.
Propiciando el debate: 2
Coincido con Alberola y Cubanuestra que la dedicación al Che Guevara de este artículo es infeliz porque el Che no tuvo nada que ver ni en posturas, hechos ni en pensamiento con esta corriente libertaria.Su visión económica fue maoísta y su visión política estalinista-maoista, aunque como dice Alberola se pueden citar frases felices dentro de estas limitaciones.
Para Ramón la política de unidad que levanta el socialismo democrático frente a un enemigo común es una “confusión”. Esta “pureza” de “no contagio” con metas comunes con otras fuerzas políticas no socialistas no se resuelve en el texto con otra alternativa.¿es que la unidad no es un tema de presente para esta fuerza política? ¿Por qué sería negativo unirse a favor de demandas comunes frente a un mismo enemigo común?
La propuesta del cambio político 1 de Cancelar el miedo, no sé cómo lo piensan hacer, sin que cambien las condiciones que propician el miedo, no podrá ser viable este cambio como decreto.Sobre este punto no se explica la viabilidad de esta meta.No se trata de un cambio espiritual sino material( de los mecanismos de represión actuales institucionales y legales)
En el punto 10 me llama la atención la mención a la remesas: las remesas son inversiones privadas y particulares ¿quién las conduciría en el rumbo de la autogestión?¿el estado? lo que actualmente hace me parece una utilización espúria( monopolio del comercio interior con los precios del 240% de impuesto), ¿la voluntad de los que reciben las remesas?Esto debería definirse antes de hacer pronósticos sobre el asunto.
Saludos.
En mi primer comentario ya dije que faltaba “saber si todos los libertarios se identifican con la crítica que hace Ramón del “socialismo democrático”, y, sobre todo, si haciendo esa crítica (para marcar las diferencias) se potencia el futuro del socialismo libertario”. Me parece que por el momento falta todavía saber si los demás libertarios cubanos comparten tal crítica, y, sobre el futuro del socialismo libertario, creo que es aún demasiado pronto para saberlo.
No obstante, me parece que Marlene se equivoca en interpretar la “oposición” de Ramón, a “la política de unidad que levanta el socialismo democrático frente a un enemigo común”, como miedo a una “confusión”… No creo que tal “oposición” provenga de la preocupación de salvaguardar la “pureza” y evitar el “contagio”. Creo que lo que le preocupa a Ramón es que, al aceptar tal “unidad” con “otras fuerzas políticas no socialistas”, los libertarios dejen de defender sus propias “metas”. De ahí su insistencia en “marcar las diferencias”.
Es verdad que, en su texto, Ramón no ofrece “otra alternativa” a la de fijarse “metas comunes con otras fuerzas políticas no socialistas”. Pero tampoco está claro si la “unidad” con esas fuerzas permite buscar “metas comunes”. No Marlene, en esa “unidad”, la meta “común” para el futuro es la “democracia” burguesa. Que haya fuerzas que tengan tal meta es indiscutible; pero no creo que se pueda pedir a los libertarios que también sea la suya.
Un abrazo
Querido amigo Alberola, yo no estoy señalando algo más que lo que Ramón escribe y en el texto Ramón dice que esta política de unidad con otras fuerzas no socialistas es una “confusión” del socialismo democrático. No entiendo por qué razón, unirse con los demás en metas comunes implica la dejación de las posiciones del socialismo democrático, esa conclusión no sé de dónde tú la extraes porque Ramón no la ha dicho, y si Ramón coincidiera contigo, queda como una sospecha sin fundamento: es un “prejuicio” y no un argumento. Hay metas comunes como la Demanda Ciudadana promovida por Estado de SATS que pide la ratificación de los Pactos firmados por el gobierno cubano en el 2008 sobre los derechos humanos económicos sociales culturales civiles y políticos.Y que aparecen ya como propuesta en el programa del socialismo democrático desde el 2008. Parece que el asunto de la unidad con los que no piensen parecido no es un asunto actual en la agenda de Ramón y la unidad para metas comunes un problema de “contagio ideológico” como si los movimientos y las fuerzas políticas no tuvieran consciencia de lo que hacen y no estuvieran muy seguros de lo que quieren y piensan.Este presupuesto a la luz de la historia no se sostiene.
Si los libertarios están en contra de la democracia porque es un concepto burgués, como fuerza política tienen la responsabilidad de decir el contenido político de la libertad que defienden. Sin eso, no hay propuesta de cómo se organizaría y se canalizarían las demandas de la población, y el vacío en política siempre se llena por los que piensan diferente.
Creo que el asunto de fondo consiste en definir finalmente la relación del movimiento libertario con el estado y con la nación territorial, geográfica y de unidad de lengua.Y esto es necesario porque toda la plataforma está descrita en términos de cambios políticos culturales y sociales en los cuales aparece definitivamente el estado como el responsable de hacer: empoderar a la comunidad( quién la empodera y si es el sujeto popular cómo lo hace en la sociedad actual plagada de prohibiciones y asfixiada por una legalidad que la “disciplina”?; eliminar el miedo( esto no es un cambio de mentalidad como he señalado, si no que obedece a la eliminación de las represiones materiales institucionales y legales en curso), convertir la autonomía en autogestión( ¿quién, cómo?, también este cambio está limitado por las estructuras y mecanismos existentes) el cambio cultural (quién decide y cómo se implementa), el manejo de las remesas, hasta ahora manejadas por el estado de manera centralizada.Desustanciar la vida cotidiana( no depende de un acto voluntario individual y/o colectivo de las personas, sino de los mecanismos económicos institucionales y legales que son el contexto en el cual la población tiene que conseguirse su subsistencia. Todos los actores sociales están actuando bajo esa forma de organización.Desconocerla y no dialogar con esa estructura sociológicamente real, hace que no se entienda quién y cómo y si es viable la plataforma que Ramón nos propone en todos sus puntos. Si todo esto depende del sujeto pueblo pues será a las maneras y ritmos y consciencia de ellos mismos y no parece ser al unísono en las formas en que se piensa en esta plataforma.
Dicho sea de paso, en mi caso yo no le regalo los conceptos a ninguna clase ni fuerza política. Las palabras son de todos y de lo que se trata es de darle contenido y por supuesto dejar bien explícito a lo que nos referimos cuando las utilizamos.Si la palabra democracia surgió como una demanda burguesa en su época de ascensión, la de socialismo también y bastante que se discute los contenidos de todas las variantes existentes.
La estructura Estado Nación no va a desaparecer mañana lamentablemente, entonces un pensamiento o filosofía política ( normativa) quizás no, pero una plataforma política sí tiene que ser explícita en las formas alternativas que propone, de lo contrario ” los de abajo” seguirán preguntando¿y cómo voy a hacerme oir?
Las demás fuerzas políticas no ácratas proponen mecanismos, instituciones y legalidades y que el resto de los actores empujen hacia ellas o en contra, pero no precisar estos elementos en una plataforma política resulta una relación ambigua con el estado, repito, una realidad sociológica en la cual estamos todos inmersos.
Saludos.
Marlene.
Querida Marlene: yo sólo he dicho y escrito esto: “me parece que Marlene se equivoca en interpretar la “oposición” de Ramón, a “la política de unidad que levanta el socialismo democrático frente a un enemigo común”, como miedo a una “confusión”… No creo que tal “oposición” provenga de la preocupación de salvaguardar la “pureza” y evitar el “contagio”. Creo que lo que le preocupa a Ramón es que, al aceptar tal “unidad” con “otras fuerzas políticas no socialistas”, los libertarios dejen de defender sus propias “metas”. De ahí su insistencia en “marcar las diferencias”.”
Así pues, ni Ramón ni yo hemos dicho “que unirse con los demás en metas comunes implica dejación de las posiciones del socialismo democrático”. Ni tampoco creo que “el asunto de la unidad con los que no piensen parecido” no sea para Ramón “un asunto actual” y que “la unidad para metas comunes” sea para él “un problema de contagio ideológico”.
El problema, Marlene, surge cuando se considera que la democracia es únicamente el derecho de pensar, de escribir, de reunirse y de poder votar, independientemente del sistema económico imperante. Al parecer, para ti son democracias los regímenes políticos y económicos existentes en los USA y en muchos otros paises en donde se respetan, más o menos, esos derechos; pese a existir en ellos oficialmente la explotación del hombre por el hombre y enormes diferencias culturales y económicas. Pues bien, para los libertarios ésa es una falsa democracia; puesto que ella está pervertida por la desigual distribución del poder entre los ciudadanos a la base, como tú bien sabes. Claro que eso no quiere decir que los libertarios no luchen por aquellos derechos y que no se unan, en determinadas circunstancias, con los que, aún defendiendo tales derechos, aceptan que haya explotadores y explotados.
Admitirás, querida Marlene, que los libertarios puedan ejercer el derecho de expresar claramente esa diferencia y de dar prioridad a la unidad con los que también luchan por una democracia de iguales. Creo, sinceramente, que sería lamentable salir de la situación actual para volver a la democracia de la explotación capitalista. Pienso que es difícil evitarlo; pero es obvio que me siento más afin con cuantos luchan por una democracia socialista libertaria.
Abrazos
Mi siempre querido Octavio.
La palabra miedo no aparece en el texto de Ramón. Señala como confusión la política de unidad con otras fuerzas políticas por metas comunes en el caso del socialismo democrático.
No creo que ninguna fuerza política tenga miedo de unirse a otras porque dejarían de atender sus propios intereses, y si esto es así según Ramón, cosa que no me consta, entonces esa fuerza política no tiene lo suficientemente claro cuáles son sus intereses.
Si una fuerza política tiene “miedo” a perder sus propios intereses al unirse en metas comunes con otros, entonces todavía no se ha constituído como tal.
Te remito al artículo de hoy de Haroldo Dilla, que trata el mismo tema del sectarismo para conservar la “pureza” de los intereses.
Un abrazo.
Marlene.
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/la-nueva-izquierda-cubana-pura-y-solita-280807
Mi siempre querida Marlene:
Al parecer no hay manera de entendernos sobre lo que dice Ramón y digo yo. Partamos pues de lo que tú dices: “No creo que ninguna fuerza política tenga miedo de unirse a otras porque dejarían de atender sus propios intereses”.
Reconocerás pues que lo que debe preocuparles es el por qué se unen. La unidad debe tener un objetivo o unos objetivos, ¿no? Y si es así, reconocerás que es muy importante definir cuál o cuáles son esos objetivos.
Por lo que he podido constatar tras estos intercambios, para ti los objetivos de esa unidad son o deben ser rescatar la democracia. De ahí pues que sea necesario lo que se entiende por democracia, ¿no? Y si no me equivoco, me parece que para ti la democracia es: libertad individual, igualdad política y justicia social… Los libertarios comparten contigo los dos primeros principios; pero no el tercero… Salvo si por “justicia social” se entiende igualdad económica y social. Si para ti también la “justicia social” social significa eso; podremos pues dar por terminado este intercambio de comentarios, ya que no habría diferencias fundamentales ente nosotros al ser las metas comunes.
Y en cuanto al sectarismo, tras leer el artículo de Dillas, como podrás comprobarlo en los comentarios que he puesto tras esa lectura, me parece que el sectarismo está más bien del lado de los que se consideran ser “mayoría” que del lado de los tratados de ser “minoría.
Un abrazo.
Octavio
Ya que estamos debatiendo pondré mi grano de arena. La cuestión sería si resulta pertinente dedicar tan buen trabajo a Ernesto Guevara, quien representa incluso a nivel simbólico todo lo opuesto al anarquismo. En el mundo real el Che, fue un marxista que se inició en dicha doctrina a través de su lectura estalinista, que intentó aplicarla a la construcción del socialismo en Cuba enfrentado al Jruchovismo, tanto en el plano económico como estético, desde el coqueteo con el trotskismo y que murió abrazado definitivamente al Maoísmo. Ninguna de estas visiones, por el carácter autoritario y el culto a la personalidad que encierran, tienen nada que ver con el socialismo libertario.
Efectivamente, tanto Eernesto Guevara como el Che tienen muy poco que ver con el socialismo libertario, aunque en sus textos haya algunas frases que se pueden interpretar como una defensa de la libertad. Pese a sus diferencias con Fidel, el “guevarismo” es una concepción autoritaria de lalucha y del devenir humano (el “hombre nuevo”). No obstante, se comprende que en ocasiones se utilicen tales frases para poner en evidencia al castrismo ante sus incondicionales.
Mi querido Octavio, discúlpame si te respondo por acá pero al final de tu última intervención no sale la palabra responder y no puedo responder en el orden de tu intervención. Tener claro los objetivos no implica negar la unión por metas comunes con otras fuerzas no socialistas.No son para nada intereses contradictorios, ya he puesto un ejemplo de la Demanda ciudadana que ayuda a todas las fuerzas políticas y que los ácratas no se unen.
Creo por conocer los escritos de los ácratas cubanos, que ellos no se plantean la igualdad económica y social, sino la equidad económica y la igualdad social.El igualitarismo ramplón que hubo en algún momento no creo sea aceptado por ellos porque niega la diferencia y la diversidad.El Estado no puede definirme qué como qué visto y qué leo.Ese es el Leviatán que tenemos.
Y tampoco leí en el artículo de Haroldo Dilla, que dijera que él representaba la mayoría de nada.De la misma manera en que los ácratas tienen todo el derecho a pronunciarse por sus objetivos, de manera pública, tienen también el derecho ha ser evaluados por los demás.Eso no les quita su derecho a explicar sus objetivos e intereses. Tu intervención en el foro del artículo de Dilla, defendía ese derecho y es que Haroldo nunca lo cuestiona.Evalúa desde su punto de vista la viabilidad y los errores que ve en esa postura de negación de la democracia y la negación del reconocimiento de la existencia de los demás que no son ácratas.
Un abrazo y dejemos a Ramón y los demás que debatan si es que quieren hacerlo, porque este debate se ha convertido en un diálogo,- siempre para mí un placer intercambiar contigo mi amigo, ya sabes que te quiero mucho- pero creo que ellos son los que tienen que participar y no lo han hecho.Tú y yo estamos interpretando lo que Ramón escribe pero no hemos leido qué piensan de nuestras interpretaciones.
Démosle la palabra.
Un abrazo.
Marlene.
Mi querida Marlene, claro que los libertarios cubanos no difienden el “igualitarismo” impuesto por el Estado-partido y que el que ellos defienden está basado en la equidad. Yo no veo por qué, el marcar diferencias sea una “postura de negación de la democracia y la negación del reconocimiento de la existencia de los demás que no son ácratas”. Pero, como tú bien dices,
“este debate se ha convertido en un diálogo” y lo indicado ahora es dejarlo a otros…
Un abrazo.
Ahí les dejo dos análisis a los que se han hecho sordos sordos, ciegos y mudos los articulistas cubanos en Kaos: El socialismo como formación económica social no tiene nada que ver con la concepción proletaria del mundo expuesta por Marx-Engels es una desviación atorrante, Aquí está la demostración: Y algo acerca de la idea libertaria.
http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/22730-a-los-miembros-de-la-izquierda-cubana-c-i.html
http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/25251-a-los-miembros-de-la-izquierda-cubana-c-ii.html
http://kaosenlared.net/component/k2/item/33709-aclaratoria-a-una-joven.html
Propiciando el debate,
1- creo que Ramón debe precisar las sospechas del punto 1 diciendo quiénes piensan así y citando dónde se puede observar esa conclusión que extrae. Las sospechas sin esclarecer enturbian las discusiones políticas.
2-En su punto dos, la reconciliación es entendida sólo entre las élites y así se da por sentado que la población piensa monolíticamente concertada y a favor de la plataforma libertaria. Todos los orpimidos piensan igual y todos los que detentan el poder son monolíticos.Lo cual creo que es un supuesto no probado sociológicamente hablando y es a eso a lo que me refiero cuando creo que se repite la deformación de “hablar por otros”.
3-En su punto 3,la democratización de la sociedad redundaría en males mayores porque se impondría cito “a los opresores (escritura-poder) y pondría en desventaja a los oprimidos (oralidad-pueblo)”.No sé de cuál pueblo habla Ramón en este punto porque el promedio de instrucción en Cuba es de 12 grado y parecer ser, no hay analfabetismo. De este razonamiento se desprende la negación de la democracia, porque crea problemas mayores, entonces ¿el autoritarismo y un partido único es superior? o ¿cuál es el contenido de la libertad política para Ramón? privilegiar la oralidad popular por encima de la escritura- poder nos lleva a una nueva dictadura de una minoría en contra de la mayoría.No creo que Ramón esté en este sentido entre los de la oralidad popular sino que parece ser según su texto parte de los opresores, porque maneja perfectamente la escritura.Se está ¿autoexcluyendo de los oprimidos?
4-En su punto cuatro, declara que la lucha de clases no viene del pensamiento libertario, sino de la tercera internacional, sin embargo Ramón asume el conflicto de clases como el fundamental y los demás se equivocan cuando le hacen rememorar a él la corriente socialdemócrata. Como está escrito este punto se infiere que Ramón se retrotae a la tercera internacional como el paradigma de su pensamiento.Y retrotraerse a ella es levantar la dictadura de nuevo como forma de gobierno.
5-En su punto cinco cito:”La ruptura con el capitalismo será un acto consciente de masas y no el resultado de la “competencia” entre dos sistemas. Entonces un cambio cultural radical hará ineficaz la ley del valor.” esto me parece un deseo loable pero no una realidad sociológica.
6-En este punto 6 de su trabajo Ramón le cambia el nombre al sujeto de la revolución, pero peca igualmente de todas las abstracciones que se la han atribuído al Obrero y al Campesino, categorías propias del marxismo de los años 60, que impone desde afuera una homogeneidad dentro de cada clase y una consciencia impuesta desde afuera de acuerdo a las condiciones de existencia y a la “vanguardia” que le enseña lo que debe pensar, una visión desbancada por la academia más progresista precisamente porque abstracción al fin y desde afuera de los oprimidos no permite entender la consciencia real de los cuáles se habla pero que no tienen voz.Las tres corrientes progresistas a las que aludo son¨: La historiografía de los Estudios Subalternos, la historiografía de los Estudios Poscoloniales y los Estudios Culturales.Todos se hacen visibles en los temrpanos 80s.
7- en su punto 7 Ramón discute el momento de desvío de la revolución popular.Otros muchos investigadores lo hacen.El asunto más serio es si “la revolución popular” es entendida por Ramón como una funcionalidad, vertical autoritaria excluyente porque en los setentas ya se ha perfilado una revolución centralizada vertical, con la ofensiva revolucionaria y el Cierre de la revista Pensamiento crítico. De lo cual se infiere que Ramón iguala centralismo verticalismo y líder carismático, en una pirámide de poder, en el cual la vanguardia autoproclamada es a la que hay que obedecer.Si esta es la visión se le está condenando a los oprimidos a ser dirigidos por “mesias” y a obedecer como en el resto de las sociedades capitalistas.
Por hoy me detengo acá pero seguiré incorporándome al debate.
Me parece un excelente texto, este de Ramón. Sobre las dos opciones que menciona Alberola, según me parece entender, el texto de Ramón intenta un deslinde sincero (la verdad es siempre revolucionaria), pero que no es ni sectario ni excluyente, puesto que a la par que reflexiona críticamente en torno a los conceptos que defiende el “socialismo democrático”, en este mismo y en muchísimos textos anteriores también rompe lanzas contra la restauración capitalista en la isla, por parte del Estado. Sin contar con que en más de una ocasión en el pasado, el presente y muy probablemente en el futuro, hemos compartido trincheras anarquistas, marxistas, trotskistas, etc… lo cual me parece es una fórmula válida.
Por otra parte, el esquema propuesto por Ramón es de lo más interesante, y bien ameritaría un debate en torno a él.
Saludos
Como lo recuerda oportunamente Marlene, debemos darle la voz “a los de abajo” y no hablar por ellos, aunque esto no debe significar callarnos ni dejar de hablar por nosotros mismos; pues, nosotros somos también de “los de abajo”. Pues bien, precisada esta obviedad, no creo que el compañero Ramón haya escrito su texto (demasiado largo y teórico, creo yo) para “criticar al hermano ideológico más cercano”, como lo ha entendido la compañera Marlene; pues él mismo
advierte “que la crítica libertaria no descalifica a estos compañeros sino que marca la diferencia con dicha fuerza política”. Claro que falta por saber si todos los libertarios se identifican con la crítica que hace Ramón del “socialismo democrático”, y, sobre todo, si haciendo esa crítica (para marcar las diferencias) se potencia el futuro del socialismo libertario. Y digo esto porque me parece que en estos momentos el debate no es tanto de saber si el socialismo debe ser “libertario” o sólo “democrático” (aunque los compañeros que militan en esta corriente también dicen querer un “socialismo libertario”) sino sobre cómo evitar que el proyecto del Estado-Partido (para restaurar el capitalismo en la isla) siga adelante y acabe imponiéndose. En este sentido y en un tal contexto, ¿es más eficaz aparcar las diferencias o el recordarlas? Creo que es a cada uno y una valorarlo; pero que, en todo caso, no se debería olvidar el enemigo que se tiene en común.
Me pregunto qué utilidad tiene toda esta demostración de palabras para, digamos, un campesino en contramaestre o un mecánico en Pinar del Río…
Esto no es más que es la teoría por la teoría, el discurso que empieza y acaba en sí mismo. Podría tener 10 párrafos más o acaso 100 cuartillas y tendría el mismo poco provecho e interés para la sociedad.
Socialismo libertario, socialismo democrático, socialismo participativo, capitalismo, feudalismo… Cuba está ya en el abismo, el problema es aquí saber quién la saca de ella con un plan creíble y demostrable, fechas, hechos, acciones.
Magnifico trabajo, te felicito Ramón y de paso te recomiendo que lo envíes a los compañeros del periódico CNT en España que siempre ha sido muy solidario con la causa de los anarquistas cubanos, aquí te dejo el enlace: http://www.cnt.es/periodico
Muy buen análisis, profundo.En este análisis realizado “desde abajo” y por “los de abajo”, se resiente sin embargo, la ausencia de posibilidad de que la voluntad popular no sea en la dirección de esta plataforma.Creo que el libro de Pierre Bourdieu “La miseria del mundo” es un magnífico ejemplo a tomar de darle la voz “a los de abajo” y no hablar por ellos.
Si hablamos por ellos y no le damos la posibilidad a que sean los propios actores sociales los que se expresen en sus percepciones intereses y valores, estamos repitiendo el mismo método “civilizatorio” que se critica y que Marx imbuído por su época vió en la expansión del capitalismo a las colonias.
Se repite el mismo metarrelato, que ya todos sabemos, ha sido construído por el hombre blanco urbano y occidental pero con otros códigos de contenido, pero la operación de leer e imponer desde afuera una visión supuestamente “superior” a ellos mismos, la población, repite la misma lógica.
Creo que el pensamiento libertario no puede caer en lo mismo que critica, porque si constata que la población no quiere adherirse a esta plataforma no puede entonces leer a la población de “inculta” ” inmadura” “ganada por el hedonismo”, etc, valoraciones que ha hecho siempre la academia elitista de todos los países.
En cuanto a que el socialismo democrático entienda la reconciliación de las élites, no me parece cierto.El ensayo de Pedro Campos premiado por Espacio Laical no permite sacar esa conclusión.
Y como estrategia política discursiva no me parece feliz definirse a partir de criticar al hermano ideológico más cercano.Eso me recuerda el estalinismo que decía( y hacía) que era más importante la lucha contra el trotskismo que la lucha ideológica contra el imperialismo.
Me ha parecido que el socialismo democrático ha sido entendido en este trabajo como el adversario más “dañino” del liberalismo y esa visión es profundamente distorsionada, sencillamente por no ser ácrata.