Homenaje y descolonización

Por Rogelio M. Díaz Moreno

La mentalidad racista se alimenta de un complejo de colonización, que conduce a las personas a asimilarse a los llamados cánones occidentales de prosperidad y lucimiento. Frente a esta tendencia, las voces de la dignidad elevan el orgullo por los valores, la belleza y la riqueza de las culturas no hegemónicas, y no cesan en su empeño de defender el derecho a coexistir en igualdad.

Este sábado 27 de abril tuvo lugar, en la habanera esquina de Morro y Colón, una acción de homenaje a Gregorio Hernández, el Goyo. Integrantes de la Cofradía de la Negritud, de la cátedra Haydeé Santamaría, de la fraternidad Abakuá, amistades y personas del vecindario, se sumaron en un sencillo y emocionante recordatorio a la relevante figura de nuestra cultura, fallecido el año pasado.

El hermano y ambia Goyo llegó a la capital cubana, procedente de Pinar del Río y, con una formación básicamente autodidacta, se tornó en toda una cátedra de la musicología y los ritmos de origen africano, altamente respetado en los círculos artísticos e intelectuales cubanos, especialmente en los predios del Instituto Superior de Arte. Investigador y compositor, le debemos valiosos estudios teóricos, además de un buen número de rumbas, guaguancós y otras piezas que se escuchan con placer hoy día.

Varios hermanos Abakuás destacaron los valores humanos y patrióticos del Goyo. El escritor y sacerdote de Ifá, Tato Quiñones, se congratuló porque, después de tanto tiempo, los leones estén empezando también a escribir sus propias historias de cacería, rompiendo de esta forma con el monopolio de los cazadores. Se ofrecieron, con emotiva espontaneidad, canciones, poemas y bailes que vibraban de corazón, chekendeke.

La sede de la actividad fue un espacio sencillo y hermoso, al amparo de la sombra de un majestuoso jagüey, donde también se recuerda anualmente, desde hace algunos años, a los cinco negros abakuás, caídos el 27 de noviembre de 1871 en el intento de rescatar a los estudiantes de Medicina asesinados por las hordas españolas durante la primera guerra de independencia. Allí se ha aprecian ahora una placa conmemorativa, y símbolos y frases de homenaje y unidad de los abakuás y de la nación cubana en general. En esta esquina se gesta, con actividades de tal género, un verdadero Rincón para la Descolonización.

Gregorio Hernández, el Goyo

Tato Quiñones

Integrantes de la Cofradía de la Negritud, de la cátedra Haydeé Santamaría, de la fraternidad Abakuá, amistades y personas del vecindario, se sumaron.

Morro y Colón, Habana Vieja: Rincón para la Descolonización.

El general escribe con franqueza

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Durante la pasada Feria Internacional del Libro de La Habana, adquirí los libros Guajiro y Fronteras, del general cubano Enrique Acevedo. Una vez culminadas las lecturas correspondientes, puedo afirmar que me generaron impresiones muy sugestivas.

Para los que no lo conozcan, Enrique es el menor de los hermanos Acevedo. Durante el alzamiento del movimiento guerrillero en la década de 1950 contra la dictadura de Fulgencio Batista, los hermanos en plena adolescencia Enrique tenía apenas catorce años subieron a la Sierra Maestra para unirse a las fuerzas de Fidel Castro. Al triunfar el movimiento revolucionario en 1959 Enrique, al igual que su hermano, integró las fuerzas armadas del nuevo gobierno y ascendió con el tiempo el escalafón hasta llegar al rango actual.

Ya con esta introducción, se podrá imaginar que esta persona tiene mucho que contar en un libro. También es posible que se despierte una desconfianza razonable. Después de todo, se ha visto ya cierto número de materiales testimoniales de otros compañeros de Acevedo. Por lo general, los relatos son bastante homogéneos, casi asépticos, aptos para insertarse en un texto de historia escolar como los que le gustan al Ministerio de Educación local: rebeldes heroicos, con pocas o ninguna tacha, ejemplos de sacrificio y abnegación; más un enemigo batistiano, imperialista, muy pero muy malo, que no merece siquiera el uso de la palabra.

Por suerte, en todos los rediles hay una oveja negra. O mejor dicho, porque puede que haya muchas, pero solo a una de ellas le preocupan menos las apariencias y manifiesta la mayor sinceridad. La publicación de Descamisados, primer libro de Acevedo, sorprendió a críticos y lectores. La narración en primera persona de las trastadas de los hermanos durante la lucha guerrillera, con estilo desenfadado y simpática frescura, se apartó totalmente del canon en boga. Finalmente, con el apoyo del general de ejército Raúl Castro, este primer libro vio la luz y hasta dio pie a una serie televisiva, si bien muy inferior en calidad.

Guajiro viene a ser la continuación natural de Descamisados. Esta segunda pieza recoge las memorias del protagonista, en los primeros años a partir del triunfo de 1959. Los relatos que disponemos sobre aquellos tiempos turbulentos están violentamente sesgados por los intereses de la feroz lucha de clases que todavía se libra. Cada bando endiosa a sus miembros y demoniza a los contrarios. Esta situación torna dramáticamente original el texto de Enrique Acevedo.

Hay que reconocer la rareza de una narración que, desde el punto de vista de los vencedores, recoja con tanta franqueza las debilidades humanas de los revolucionarios. En estas páginas se desmorona el mito de que el espíritu de rebeldía fuera acompañado siempre por una moral intachable, una austeridad generalizada o algún tipo de pureza espiritual. No es que neguemos a rajatabla la existencia de algún revolucionario que reuniera estas cualidades. Por ejemplo, Acevedo menciona al Che Guevara varias veces en un contexto en el que pone de relieve esas características. Muchos otros de sus compañeros y él mismo, en cambio, dejan bastante que desear para la imagen impoluta que años después nos hicieran creer. Numerosas son las anécdotas referidas, tan escandalosas desde el punto de vista puritano, que más parecieran alardes de varón conquistador de castillos y mujeres.

Hay unos cuantos procesos del período posterior a 1959 que se comprenden mejor después de leer lo que le sucedió a este Guajiro. Por ejemplo, la metamorfosis de los melenudos con barba, bajados de la Sierra, en adalides del pelo corto y el buen afeitado. Estos caracteres exteriores, junto con otros de la estética y la moral de la clase supuestamente vencida, fueron asimilados después de la guerra por el estamento vencedor. Los jefes guerrilleros tuvieron que cursar escuelas militares para dirigir el nuevo ejército, regularizado, y absorber en el proceso un montón de estereotipos de apariencias y conductas, lo mismo de oficiales del ejército anterior que de las fuerzas armadas del llamado campo socialista.

La lectura del libro de Acevedo permite entrever otra arista aún más seria. Los mismos cuadros que dirigían la esfera militar y se formaban en las academias correspondientes, asumían también sin distingos la conducción de las esferas civiles situación que se perpetúa hasta el presente. De aquí se puede comprender la implantación en estas últimas de los mismos hábitos de ordeno y mando, tan nocivos para su desenvolvimiento.

El peliagudo tema del enjuiciamiento de los colaboradores y esbirros de la tiranía batistiana no podía ser obviado por quien sirviera en la fortaleza de La Cabaña durante aquellos meses. Acevedo refleja varios pasajes de aquellos acontecimientos dramáticos. Los sentenciados despiertan pocas simpatías en el joven oficial, que tiene frescos en su memoria y al alcance en las páginas de la prensa aún independiente, las imágenes de los asesinatos y las torturas cometidos por aquellos, pero se percata del exceso de exhibicionismo manifiesto en algunos procesos y no se libra de los epítetos condenatorios que le lanzan madres y esposas de los procesados que le tocaba custodiar.

La politiquería de muchos ñángaras quedan más que al desnudo, ante la mirada de este Guajiro, exDescamisado. Se conoce que la dirección del partido comunista en aquella etapa intentó capitalizar con actitud oportunista el éxito de la Revolución, bajo orientaciones dogmáticas y poco entrañables para el cubano de a pie. En la narración de Acevedo se pueden apreciar escenas de este proceso, indigno también de los muchos militantes torturados por su valeroso enfrentamiento a la dictadura. Igualmente se argumenta, con vehemencia, que la dirección suprema de la Revolución efectuó un proceso de depuración en el partido para unificar a todas las fuerzas nacionales. Ciertamente, Descamisados y Guajiro se parecen poco a mis libros de historia escolar.

Recientemente, el general Acevedo publicó también Fronteras. Este otro texto autobiográfico recoge su actividad en Angola, durante el involucramiento cubano en el conflicto armado en aquella nación. En Angola, el protagonista dirigió dos unidades militares en las regiones fronterizas del país africano, en distintas ocasiones.

La primera ocasión, los hombres bajo el mando de Acevedo estaban dislocados en la zona norte. En esta oportunidad, la actividad combativa fue relativamente menor, lo que no quiere decir que no se vivieran grandes tensiones. El ejército de Mobutu Sese Seko, desde el país entonces llamado Zaire y hoy, República del Congo, cernía una amenaza periódica sobre Angola, particularmente sobre la provincia de Cabinda. El enconado conflicto fronterizo de Katanga también reclamaba la atención de los mandos militares, sin obviar los movimientos UNITA y FNLA, enemigos del gubernamental MPLA.

La narración de Acevedo tiene el mayor interés en esta primera etapa, en la solución de problemas logísticos, así como en la familiarización de los cubanos con las costumbres, cultura y vida de los pueblos angolanos. Estos pasajes especie de recorrido de descubrimiento llevan el mayor protagonismo en la parte inicial, sin desdeñar anécdotas personales, reveladoras de personajes ajenos a los prototipos intachables en nuestra acostumbrada propaganda.

La segunda etapa de su misión angolana, Enrique Acevedo la inicia con un muy mal agüero del entonces general de división, Arnaldo Ochoa. Se recordará que Ochoa fue luego procesado y ajusticiado por un tenebroso asunto de narcotráfico. En aquel momento, el pesimismo de Ochoa resulta una desagradable sorpresa para Acevedo, quien deberá encabezar sus fuerzas la complicada frontera del sur. Para aquel momento, las fuerzas conjuntas de la UNITA y el ejército sudafricano estaban desarrollando maniobras que amenazaban seriamente con derrotar a las agrupaciones cubanas y del MPLA.

La actividad militar ocupa, por lo tanto, mayor protagonismo en esta etapa de Fronteras. Ya no se hace tanto énfasis, como en las obras anteriores, en las posibles barrabasadas y libretazos de los protagonistas. El joven teniente ha madurado y ahora es todo un general: está casado, tiene mayores responsabilidades, algunas canas, tareas de gran importancia y una imagen que defender. Aún así, no se soslayan del todo las facetas humanas y díscolas de los personajes, algunas aventurillas corridas, las bromas gastadas y muchos elementos que no caben en la versión oficial. Resulta significativo el comentario sobre la visita del entonces dirigente juvenil, Roberto Robaina, respecto a quien Acevedo refiere haber percibido una desconfianza de ribetes proféticos.

Con la victoria de las tropas cubano angolanas, la misión concluye; regresan a sus hogares los del Caribe y termina también el recorrido por estas Fronteras. Los aportes históricos y literarios del general Enrique Acevedo, en mi modesta opinión, todavía están lejos de finalizar o, por lo menos, de ser comprendidos del todo.

La teología de Francisco es la de Amós, más que la de Marx

Icono Cristiano-ortodoxo del Profeta Amós

Por Juan Arias

“El papa es más de gestos y símbolos, de ejemplos personales, de denuncias al poder, que de defensa de ideologías ultrapasadas”

A casi un mes de pontificado, los teólogos de la liberación andan un tanto desconcertados con el papa Francisco. ¿Pueden considerarlo o no como uno de ellos? De hecho las preguntas más inquietantes acerca del nuevo papa, el primer latinoamericano, cuna de la Teología de la Liberación, se refieren a su teología.

No es fácil encuadrar la ideología religiosa de Francisco. Los teólogos de la liberación, incluido Leonardo Boff, máximo exponente de dicha teología en América Latina, lo han recibido con un aplauso. Por ahora. Otros mantienen aún sus dudas. Lo cierto es que cada papa ha expresado un tipo diferente de teología. Ha habido papas tridentinos, tomistas, agustinianos, aristotélicos, enrrocados más en la teología que se elaboró tras haberse echado la Iglesia en manos del Imperio Romano y haber heredado de él pompa y poder, que en la teología pura y llana del evangelio. Que fue la de Francisco de Asís.

Las teologías de laboratorio, que mal rozan lo social se pierden en las famosas discusiones bizantinas y medievales, como la que pretendía saber si los ángeles tenían sexo.

La teología de Jesús de Nazareth fue doble. Con los pobres usó la teología de la felicidad: no soportaba su dolor ni les pedía que se lo ofrecieran a Dios para ganarse el cielo. “Curaba a todos”, dicen los textos sagrados. Y a los muertos los resucitaba. Multiplicaba el vino en las bodas para que siguiera la alegría y no imponía ayunos y penitencias a sus discípulos como hacía Juan Bautista. Con los poderosos, su teología era diferente. Usaba con ellos la teología de la “denuncia y del ejemplo”. Gritaba al rey “No te es lícito”. Y decía a los suyos: “Los que se visten de seda están en los palacios reales”. El vestía como los pobres. La forma que Jesús usaba contra lo que el marxismo llama de estructuras injustas, no era ideológica, ni de incitación a la lucha de clases. Era testimonial. Curar a un leproso, cuyas llagas eran vistas como castigo divino, era la mayor bofetada al poder tanto civil como religioso. Como lo era el lavar los pies a los apóstoles. O defender a la adúltera contra los fariseos que pedían su lapidación en nombre de la ley judaica.

Y Jesús poseía, en medio a su fuerte sentido de justicia hacia los arrinconados por el poder, una no menos fuerte fe en que Dios estaría siempre de parte de los últimos y no en los salones del poder. Dios sería siempre la garantía de los pisoteados por las injusticias sociales. La teología del papa Francisco parece nutrirse menos en la esencia de la Teología de la Liberación, que se inspiró, en su nacimiento, en la ideología social del marxismo que ve en las estructuras del poder la causa del mal del mundo.

La teología de Francisco se nutre más en la teología del profeta Amós, aquel pastor que ni siquiera pertenecía a la casta de los profetas y que fue quién con más dureza arremetió contra los mecanismos de explotación y opresión campesina llevados a cabo por los reyes opresores. Amós, sin embargo, arremetió tanto contra las injusticias sociales como contra los pecados de idolatría de su pueblo. Y para él, al final, como para Jesús ocho siglos después, Dios seguiría siendo el verdadero libertador de los oprimidos. No cabía en Amós, ni en el profeta de Nazareth, la moderna teología del ateísmo. Dios seguía siendo el centro de la vida: para castigar al opresor y para proteger al oprimido. Amós fue llamado el “profeta de los pobres”. Curiosamente como hoy Francisco es llamado el “papa de los pobres”. En esta vertiente, Francisco se enlaza con una parte de la Teología de la Liberación, que coloca como prioritaria la “opción por los pobres”.

Quizás se distancie de los instrumentos tomados por dicha teología del marxismo para luchar contra la injusticia social. No en vano, en sus conversaciones con el rabino Skorka, Bergoglio, le recuerda varias veces al profeta Amós y sus invectivas contra los poderosos de su tiempo y la defensa a ultranza de la justicia y de los perseguidos y “triturados” por el poder. Le dice Francisco al rabino que si los sacerdotes y obispos de hoy “usaran el lenguaje del profeta Amós” la misma Iglesia “se escandalizaría”, dada la dureza de sus palabras contra los opresores de los campesinos pobres de entonces.

A los teólogos de la liberación les gusta Francisco porque pide a la Iglesia que se “manche los pies de barro” en la búsqueda de los más desamparados. Quizás les guste menos cuando afirma que las ideologías, tanto del comunismo como el capitalismo, son igualemente idolátricas. El comunismo deifica su ideología absolutista y el capitalismo la explotación de los recursos, arrodillándose y haciendo que nos arrodillemos ante el dios del consumo. En ambos extremos, Dios aparece ausente.

En Francisco hay más evangelio que ideología; le interesan sobre todo las lágrimas de los oprimidos. Y Dios, para él, como para los profetas bíblicos, sigue siendo la garantía de esperanza libertadora de los pobres. Francisco es quizás más Amós que Marx, en su lucha contra las injusticias sociales. Para Francisco, la religión, vista y practicada en la línea del profeta Amós, no es el opio de los pobres sino su garantía de redención.

Es posible que las caravanas de pobres de América Latina entiendan mejor la teología “amosiana” de Francisco, enjugador de lágrimas y misionero de periferias, que la teología de la Liberación, que aún habiendo hecho la opción primordial por los pobres, sigue en este continente, más cercana a las clases pensantes que a las que luchan por el pan de cada día.

El arzobispo brasileño, Helder Cámara, gran defensor de los oprimidos, solía decir, criticando al poder: “Cuando doy comida a los pobres, me llaman santo. Cuando les pregunto por qué tienen hambre, me tildan de comunista”. Tenía razón. El problema es que hoy el comunismo está más preocupado en defender su poder y sus privilegios que en interesarse por qué hay aún gente que sigue pasando hambre. Quizás sea eso lo que advierta el papa Francisco que está inaugurando en la Iglesia una nueva teología, hecha más de gestos y símbolos, de ejemplos personales, de denuncias al poder con nombre y apellidos, que de defensa de ideologías ultrapasadas.

Publicado en El País (11 de abril de 2013)

Cuba: apuntes “paranoides” sobre el ¿Caso Zurbano?

Por Manuel David Orrio (orrio@enet.cu)

La Habana, 13/04/17.-Acuso recibo por correo electrónico de un artículo al parecer aún inédito de Alberto Abreu, quien bajo el título ¿Puede ser negra la nación? ofrece su aporte al debate sobre racialidad y racismo que tiene lugar en la revista cultural criolla La Jiribilla, nacido tras la destitución del escritor Roberto Zurbano como Director del Fondo Editorial de la Casa de las Américas. (1)

Según noticias, esa destitución se produjo a consecuencia de un artículo publicado por Zurbano en el New York Times, donde habría apuntado que para los negros cubanos, la Revolución de 1959 no ha comenzado. Inicio “con pinzas”, quede claro, porque sobran motivos periodísticos para lanzarse al ruedo en cuasi paranoia, como se verá más adelante.

Me enteré del hecho y de la polémica subsiguiente por mi viejo amigo Tomás González Robaina, autor de imprescindibles textos sobre lo que se ha dado en llamar la “negritud” en Cuba. He seguido el debate, muy de mi interés por razones patrióticas, políticas y personales. Dos parejas, mi anterior esposa y mi actual compañera, son negras. La actual es una reconocida psiquiatra cuya abundante familia rebosa de negros brillantes en lo humano e intelectual. SON MI FAMILIA. PUNTO.

A fuer de franco, yo, "blanquito habanero” criado en el Barrio de La Pera, y ahora un “asere” más del Barrio Chino, he sido toda mi vida de los que ni siquiera "ve" el color de la piel. Adquirí conciencia sobre este cubano racismo "difuso" cuando conocí a mi hoy ex – esposa negra (segunda en mis casorios; la madre de mi hijo, primera, es blanca), e incluso viví una suerte de doble discriminación, porque soy limitado físico por secuelas de poliomielitis. Hube de escuchar entonces frases como ésta:"¡Pero mira qué clase e ‘prieta’ se ha ‘buscao’ el ‘cojo e mierda’ éste; seguro que el tipo tiene un ‘baro’ que llega a Miami!" Era, en honor a la verdad, una de las muy bellas de La Habana de fines de los 90. E insisto: racismo “difuso”. Jamás en mi vida he constatado que la Revolución haya discriminado por el color de la piel de manera institucional, sino todo lo contrario.

No obstante, valga la anécdota para reflexionar sobre cómo conspiran distintas discriminaciones, y si tienen o no un origen común ¿Cuento más? A lo largo de años he sido un entregado activista por los derechos de las personas con discapacidad, incluso miembro del Consejo Provincial capitalino de la Asociación Cubana de Limitados Físicos Motores (ACLIFIM) y dirigente vanguardia a nivel provincial en el 2006.Pues bien, me he alejado de esas tareas, porque si hay un sector de Cuba donde peor me han tratado es entre los limitados físicos, y éso que tengo "status de héroe" por servicios prestados en la Seguridad del Estado, como agente encubierto que se infiltró exitosamente durante 11 años en la contrarrevolución (1992-2003).

Nada de sutilezas ni discriminaciones “difusas”: se llegó al colmo de decir que saboteaba un congreso, en pleno cónclave celebrado en el 2005, porque propuse y sostengo la necesidad de que Cuba tenga una Ley General de Discapacitados, para darle un nombre. Curiosidades, curiosidades: cuando el hecho aconteció estaba presente el entonces Presidente de la Asociación Nacional del Ciego (ANCI), quien captó la idea, la propuso en su correspondiente congreso y devino ésta primera noticia sobre ese cónclave en casi todos los medios de difusión nacionales (2) De paso, ya que aludí a mis años en la Contrainteligencia, ¡cuántos magníficos jefes negros y mulatos tuve!

Con mi actual compañera y su familia también he vivido o conocido manifestaciones discriminatorias por el color de la piel, las que han llegado al punto de negar una vez un empleo a mi cuñada, no obstante ser arquitecta reconocida y profesora universitaria. Ocurrió en los 90, pero pasó. Ella no tenía pruebas para llevar a los tribunales al discriminador…y quedó así, aunque aquel le dijo sin miramientos que reunía todos los requisitos pero "tu color no le va a gustar al inversionista extranjero".De todos modos, se la perdieron. Su modestia me prohibió mencionar uno de sus numerosos logros profesionales.

Uno de mis sobrinos políticos, José Luis Rubio Reyes, ganó este año el Concurso de Interpretación de Instrumentos de Cuerda de la UNEAC, con Evelio Tieles de Presidente del Jurado. Es violinista, tiene 17; ganó con piezas como "Aires Gitanos", considerada obra para graduarse en el Instituto Superior de Arte (ISA), y tiene programado un concierto con la Orquesta Sinfónica Nacional como parte del bien ganado premio. Todos en la familia hemos sido testigos de "serruchaderas de piso" contra el aguilucho, alguna que otra protagonizada por PROFESORES de José Luis. También, en honor a la verdad, podemos testificar sobre muchos que primero han valorado el talento y no el color de la piel…si es que se han fijado en éste.

Dije a mi gran amigo Tomás González Robaina que me siento poco autorizado en tanto que periodista para intervenir en el debate de marras. Jamás escribo sobre algo si no conozco a fondo, si no he investigado hasta la saciedad o, en su defecto, informo al lector hasta dónde avanzó mi conocimiento. Una máxima mía circula en Internet y ha sido citada por más de uno: "el periodista confirma, confirma y confirma".Más si en la discusión que me ocupa intervienen intelectuales conocedores de tan alto nivel, donde el mismo Zurbano — ¿objeto o pretexto de la polémica? — brilla con luz propia.

Sin embargo, mi ser y conciencia antirracistas comienzan a rebelarse contra mis racionalidades, y a tomar nota de algunos hechos que me impulsan a escribir por lo menos estos apuntes, de inicio autorizados a libre circulación. Así pues, aquí van mis “paranoias”:

1.- ¿Por qué la visceralidad de algunos ataques a Zurbano? ¿Acaso la promoción de una urgida y urgente cultura del debate no obliga a saber lidiar en respeto con enfoques erróneos o desmedidos, de suponer que los de Zurbano lo sean? Silvio Rodríguez aconsejó "no caerle en pandilla".Por mi parte, recuerdo las numerosas diatribas que la prensa cubana dedicó al MENSAJE DE LA CONFERENCIA DE OBISPOS CATOLICOS DE CUBA «EL AMOR TODO LO ESPERA»(septiembre-1993)(3),las cuales obligaron al intelectual católico y REVOLUCIONARIO Cintio Vitier a apuntar una frase en un artículo suyo publicado a los efectos en Granma, que parece caída del cielo para la actual polémica:"firmeza en las convicciones, moderación en el lenguaje".De paso, reléase la pastoral de marras: varias de sus proposiciones son hoy POLÍTICAS DE GOBIERNO.

2.- Zurbano destituído de su cargo dirigente en la Casa de las Américas. Por ningún lado he visto Resolución que contenga los "por cuantos" y "por tantos" por los cuales se sanciona. A mí, como cubano de a pie,"se me dice" que fue por la publicación de un artículo polémico en el New York Times ¿Y si fue porque lo sorprendieron dentro de la institución mientras practicaba sexo con una pandilla de nórdicas? Inexplicable, muy inexplicable el silencio de la Casa de las Américas, si parto de que por ahora el escenario del debate es La Jiribilla.

Asimismo, una observación sobre Zurbano: acabo de enterarme de que un FUNCIONARIO CUBANO de ese nivel puede publicar en el New York Times sin determinadas autorizaciones, y no es una particularidad criolla: cuando aceptas ciertas responsabilidades, aceptas también limitaciones a las sacrosantas libertades humanas. Mi impresión, por ahora, es que los superiores de Zurbano se “desayunaron” con el artículo de marras. Manuel David Orrio será un “héroe oficial”. Pero decidió no militar en el Partido Comunista, entre varias razones, para que tal militancia no interfiera en su polémico “ser” periodístico. Nada de “inocencias”, por favor, que bien se me conoce.

3.- ¿Esfera pública, debate público, que en este caso interesa a toda Cuba? Coincido plenamente con Víctor Fowler cuando expresa en su aporte a la polémica que "…es justo agradecer la existencia del nuevo circuito de discusión donde antes había casi nada, pero también recordar que reducir el debate sobre cualquier tema de alcance nacional a lo que ocurre dentro de una pequeña parte del ámbito académico, secuestra la posibilidad de debate público en lugar de potenciarla. Hay que insistir en que el debate académico a ningún nivel (incluso la publicación de un libro), ni el mejor sistema de conmemoraciones posible, ni la realización de esta o aquella reunión sustituyen al debate público en su capacidad de estremecimiento y penetración en las conciencias. El debate público es la suma de todas las tribunas de opinión que el país puede ofrecer a sus ciudadanos (en negritas, por Orrio); o sea, que no es cuestión de calificar como experto, sino de exponer la voz como ciudadano." (4)

“Preguntas del bobo": ¿Cómo es posible que UNA VEZ MÁS los medios de difusión de verdadero alcance para el cubano de a pie permanezcan en silencio? ¿OTRA VEZ MÁS se tendrá algo parecido a la "guerrita de los e-mails", habida cuenta del bien pobre acceso del sufrido Liborio al Internet? ¿Qué pasa, no hay pantalones o faldas para abordar esta polémica en los periódicos impresos, la radio, la TV en general y en particular su programa Mesa Redonda? ¿Más de lo mismo, a las puertas del Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y con Raúl Castro “tocando a degüello” contra los “excesos de secretismo”?

¡Por favor! ¡Que nadie me diga que este debate no es NOTICIA! ¡Que nadie me diga que no es “políticamente correcto” abordarlo en programa televisivo como la Mesa Redonda, o que “le vamos a dar armas al enemigo”! ¡No me jodan, coño, que de vez en cuando las palabrotas valen oro, diría Raúl Roa, NUESTRO Canciller de la Dignidad!

Entonces, me “embarqué”; me “meto en la bronca”. Primero por CIUDADANO; segundo por periodista revolucionario; tercero por mi familia negra y cuarto — no tomen en cuenta el orden de prioridades –, por algunos negros y mulatos “segurosos” que me demostraron ser más que hermanos; por mis “aseres prietos” del Barrio Chino, y también por gente como Yamilé Fagés Plasencia, capaz de haber concluído una carrera universitaria, pese a nacer sin brazos ni piernas.

Y, como Nicolás Guillén en una ocasión, punto, fecha y firma. Así lo dejo escrito.

Notas:

1.- Para consultar todo el debate que tiene lugar en La Jiribilla ir a:

http://www.lajiribilla.cu/articulo/4402/debate-racial-en-cuba

2.- “Envía el General de Ejército Raúl Castro, mensaje de saludo a delegados al VI Congreso de la ANCI. La propuesta de creación de una ley para discapacitados que unifique, implemente y regule las diversas normas y resoluciones que existen en el país para la atención a las personas con limitaciones, recogió el espíritu de las discusiones del VI Congreso de la Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales (ANCI), que inició aquí sus sesiones de trabajo este jueves, con la presencia de más de 300 delegados e invitados de toda la nación…”

http://newsgroups.derkeiler.com/Archive/Soc/soc.culture.cuba/2005-1…

3.- MENSAJE DE LA CONFERENCIA DE OBISPOS CATOLICOS DE CUBA «EL AMOR TODO LO ESPERA» Septiembre 1993

http://www.palabranueva.net/contens/0809/000102-6.htm

4.- Víctor Fowler. Derivas con (por, y desde) Zurbano: Dolor, alegría y resistencia.

http://www.lajiribilla.cu/articulo/4278/dolor-alegria-resistencia

Publicado en Hermes

MAÑANA SERÁ TARDE: Escucho, aprendo y sigo en la pelea

Por Roberto Zurbano Torres

ZurbanoSi una izquierda conservadora dentro y fuera de Cuba considera que un negro cubano revolucionario no debe hacer críticas a la Revolución, no ha entendido el papel que han jugado los negros dentro de esta y tampoco qué es un verdadero proceso revolucionario. En la base, en el corazón, en el fondo y en las orillas de este proceso los negros hemos sido buena parte del sostén. Nos asiste tanto el derecho moral a criticarla como el deber de defenderla, porque es aún insuficiente lo que hemos logrado frente a lo que hemos hecho y merecemos. Renunciar a esa crítica es renunciar a mejorar la Revolución y sentirla más nuestra.

Combatir el racismo es una de las grandes tareas del siglo XXI. Este flagelo no surgió en un país en particular, sino en un contexto mundial en el que fueron involucradas varias naciones y culturas marcadas por el afán colonial de repartirse el mundo y establecer jerarquías económicas y políticas que hoy sobreviven. El racismo contemporáneo es también un fenómeno globalizado y la lucha contra este va más allá de cualquier frontera. Renunciar al debate internacional es reducir su impacto a viejos conceptos nacionalistas y no tener en cuenta el proceso de intercambio desigual generado por el turismo, las nuevas tecnologías de la información, las migraciones y las transnacionales de la cultura. Es un debate sobre la persistencia del racismo en Cuba, sobre los modos paternalistas y sofisticados con que ese tipo de humillación se reproduce o renueva y, especialmente, sobre cómo reconocerlos y enfrentarlos en un nuevo contexto.

Es bien conocido que The New York Times no es un diario de izquierda, aunque se declare contra el bloqueo y sea el soporte donde se dio a conocer a la opinión norteamericana el caso de Los Cinco. Publicar en el NYT no fue un acto de ingenuidad, sino un riesgo asumido con toda responsabilidad. Decidí publicar allí, donde escasean las firmas cubanas de la Isla, y no en el Granma ni en El Nuevo Herald, por razones diversas, pero conocidas. Acepté la propuesta con la intención de colocar el debate más allá de los insuficientes espacios académicos y culturales a los que asisto hace 15 años. Un periódico es otra cosa: puede alcanzar, informar, desinformar y convocar, en breve tiempo, a decenas de miles de personas.

El original fue aceptado, con propuestas de cambios. Durante el proceso de negociación editorial se agregaron y rechazaron textos que fueron discutidos por vía electrónica, durante una semana de trabajo. Dos colegas compartieron conmigo estas revisiones, ambos con excelente dominio del inglés. El texto final, enviado en la tarde del viernes 22, nos satisfizo a todos. El título aprobado por mí Para los negros en Cuba, la Revolución no ha terminado, aunque no fue el original (El país que viene y mi Cuba negra) me resultaba afortunado, pues esta idea se esboza en varios momentos del texto. Desafortunadamente, el título que apareció, Para los negros en Cuba, la Revolución no ha comenzado, sin mi aprobación, borró toda posibilidad de identificar a los negros cubanos con la Revolución. Continue reading

Reportaje Cultural Aponte 201

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Aponte

Por Tato Quiñones

Texto leído el 9/4/1995 en la esquina de Monte y Aponte, donde estaba la tarja en honor al conspirador cubano

Queridos hermanos, queridos amigos y amigas,

La Junta General de la Organización de Unidad Abakuá que agrupa a las doce potencias del municipio San Miguel del Padrón, en sesión extraordinaria celebrada el pasado día 2 de abril de 1995, acordó colocar hoy, domingo 9 de abril, una ofrenda floral ante esta tarja que perpetúa la memoria de José Antonio Aponte.

Antigua tarja en homenaje a Aponte, colocada por cubanos antifascistas en los ´40, y que al parecer fue sustraída del lugar en años posteriores a la escritura de este texto.

José Antonio Aponte y Ulabarra, negro libre, obrero de oficio carpintero ebanista y ejecutor de bellas tallas en madera, fue el organizador, en 1812, de la primera, la más vasta y más importante de las conspiraciones que en Cuba tuvieron como objetivo la abolición del brutal régimen de la esclavitud, la trata negrera, y el derrocamiento de la tiranía colonial, para sustituir aquel régimen de horror por otro: cubano y sin odiosas discriminaciones.

Retrato “reconstruido” de Aponte, que aparece en la portada del libro “La rebelión de Aponte de 1812…” del norteamericano Matt D. Childs, publicado recientemente en Cuba por la editorial Oriente en marco de un programa del ALBA

“Este criollo de ascendencia lukumí” –escribió el historiador cubano Leví Marrero, recientemente fallecido en Puerto Rico- “demostró poseer una capacidad de organizador y unas condiciones personales que aún sus más violentos denigradores se vieron obligados a reconocer”.

Emilio Roig de Leuschenring, historiador que fue de la ciudad de La habana, calificó a Aponte de “hombre idealista y generoso, que no sufriendo él los horrores de la esclavitud, quiso salvar de ella a sus hermanos de raza”.

José Luciano Franco, otro insigne historiador cubano a quien debemos el hasta hoy más profundo y extenso estudio sobre la Conspiración de Aponte, no ilustró sobre el prestigio de José Antonio entre los vecinos de los barrio de extramuros de La habana, pues en su casa de la calle Jesús Peregrino se alojaba el Cabildo Shangó Tedún y, además, por su origen yoruba, Aponte era un ogboni, quiere esto decir, miembro de una de las más poderosas sociedades secretas de Nigeria. En el orden religioso lukumí, ostentaba la categoría de Oní Shangó. Continue reading

La creatividad avanza en lo que la mediocridad apedrea

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Los tiempos de crisis ven florecer la creatividad. El razonamiento es simple, se trata en primera instancia de sobrevivir a la debacle del modelo hasta el momento imperante. En segundo lugar, se desea crear las condiciones de un nuevo mundo, mejor, posible; rectificar de la mejor manera los errores pasados y cometer los nuevo de forma que se puedan, con el tiempo, rectificar también.

En este empeño las personas montan lo mismo, iniciativas económicas individuales, que de pequeños colectivos. Otros se asocian para reflexionar colectivamente, recapitular las experiencias acumuladas, buscar miradas frescas y analizar el legado de la producción teórica y filosófica internacional. Esta contemplación, idealmente, se realiza sin perder la originalidad, la capacidad de innovar y crear caminos nuevos aptos para las condiciones de nuestro país. Todas estas experiencias, aún aquellas que fracasan o generan complicadas estelas de debates y discrepancias, contribuyen a movilizar las energías de las personas y la nación en pos de la necesaria recuperación, del anhelado progreso.

Todas estas experiencias despiertan, también, suspicacias y mezquindades que no tienen relación con el necesario cuestionamiento y análisis crítico de los que son merecedores toda tarea humana. Estas últimas miradas son, más bien, hijas bastardas de la envidia, del sentimiento conservador, incapaz e incapacitante, que marcó el zigzagueo desorientador de las épocas anteriores. Si sus protagonistas tienen poder estatal o administrativo, pueden truncar trabajos que enriquecen espiritual y materialmente a la sociedad. Desde los campos donde se extiende la producción intelectual, se puede practicar la difamación y los ataques contra aquellas ideas refrescantes que contrastan tan dramáticamente con la pobreza del discurso oficial.

El último ataque que nos ocupa proviene de Alejandro Cruz, protagonista del blog Cubano1er.Plano. El ataque de Cruz encontró eco en el sitio digital Cubarte, que cuenta entre sus méritos haber amplificado ya difamaciones contra importantes figuras e intelectuales de la cultura cubana que, en su momento, tuvo que retirar. Al autor que hoy nos perturba, parece haberle molestado el proyecto-documento Casa Cuba, una de las iniciativas como las que referíamos más arriba. La experiencia de Casa Cuba, generada libremente desde la incipiente y maltratada sociedad civil cubana, pretende aportar bases de consenso y exhortación hacia los valores de democracia, libertad y solidaridad que tanto anhela la mayoría de los seres humanos. Continue reading

Para agotar(me) temporalmente en este tema de la organización obrera

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Se podría decir que, para alguien tan moroso con los pagos de la cuota sindical, yo le doy demasiadas vueltas al asunto. A veces uno quisiera ser un feliz despreocupado, olvidarse de los peces de colores, puede que incluso haya quienes quieran que uno haga justamente eso. Pero no nos vamos a complacer por el momento.

Antes de saltar a otras zanahorias, este conejo quiere liberar el par de bocadillos que se le quedaron en la última entrega. Allí nos sumábamos a los muchos compañeros que han criticado la desdichada situación de la organización obrera cubana, incapaz de desempeñar ni regularmente el presunto papel de defensora de los intereses de los trabajadores; ni de los que laboran para el Estado, ni los que se emplean para los nuevos empresarios privados, ni de los que están por entrar en las horcas caudinas de las flamantes maquiladoras de las zonas francas.

Quedarían por señalar algunas tareas que, a nuestro juicio, deberían alcanzar una primerísima prioridad en la agenda de una organización de trabajadores socialistas. Quiero referirme aunque ya lo habré dicho de pasada en ocasiones anteriores a las empresas que el Estado decide abandonar por la incapacidad de volverlas productivas, y a la organización de cooperativas. Continue reading