Dmitri Prieto Samsonov
El 13 de marzo de 2010, día en que se conmemora el aniversario del histórico ataque (en 1957) al Palacio Presidencial por combatientes del Directorio Revolucionario, comenzaron en San José de las Lajas (provincia de La Habana) las sesiones del IV Observatorio Crítico de Cuba, foro socio-cultural convocado por la Red Protagónica del mismo nombre y que cuenta con los auspicios de la Asociación Hermanos Saíz.
En la sesión de la mañana, el evento se centró en las experiencias, estudios y propuestas de modos de vida alternativos, más respetuosos con la naturaleza que las sociedades basadas en lógicas violentas, autoritarias y mercantiles. Después de que Mario Castillo y Dmitri Prieto presentaran una reseña histórica del Observatorio, contamos con la presencia de Tito Núñez, quien en compañía de un grupo de visitantes japoneses se refirió a la iniciativa de los restaurantes vegetarianos y ecológicos, como El Romero, situado en los parajes de Las Terrazas (Pinar del Río), que él dirige y cuya labor fue explicada minuciosamente. Siguieron las ponencias de Vanessa Vidano, antropóloga italiana que trabaja en Cuba, acerca de los hábitos de consumo en nuestro país y su relación con el capitalismo global; de Victorio Cué Villate, arqueólogo cubano, quien se refirió a los conflictos entre determinadas prácticas asociadas a la religiosidad de ascendente africano y la ecología; así como la presentación del historiador Mario Castillo acerca del anarco-ecologista Murray Bookchin. El debate giró alrededor de la necesidad urgente de implantar la autogestión productiva para promover variantes sanas, ecológicas y no-violentas del uso y consumo de bienes y en general para la satisfacción de las necesidades humanas en una sociedad que promueve la emancipación. También se criticaron las pocas posibilidades de auto-organizarse, la insuficiente capacidad de diálogo que a veces poseen los actores sociales, y lo imprescindible de contextualizar las investigaciones antropológicas según los ámbitos locales y nacionales donde se desarrollan. En particular, se notó una oposición al culto de la escasez (pero no de la frugalidad) como una supuesta virtud ambientalista.
El almuerzo tuvo por característica básica la existencia de una opción vegetariana, no sólo en aras del respeto a las opciones existenciales de los participantes, sino también en calidad de experimento autogestionario, ya que su preparación involucró aportes de los integrantes de nuestra Red. Reconocemos que precisamente al ser un experimento este momento aparentemente supletorio no fue perfecto, lo cual nos conduce a meditar sobre la necesidad de seguir incentivando en nuestros ámbitos las prácticas sociales de auto-organización.
En la tarde, comenzamos las sesiones escuchando las ponencias de Carlos Simón (Universidad, cultura e ideología), Zeta Dacosta (La diáspora post-soviética en Cuba) y Nileyán Reyes (Dinámicas culturales en el central Hershey de Santa Cruz del Norte), todas ellas de gran carga polémica. Carlos Simón, profesor del Instituto Superior del Arte y fundador de la Cátedra Haydée Santamaría, insistió –a partir de un análisis basado en la historia social y de las ideas- en la urgencia de cambios en los enfoques vigentes de la vida universitaria, retirando la visión normalizadora del estudiante cubano individual como “revolucionario” y pasando la misión de promover la revolución a la colectividad universitaria misma, a partir de su autonomía y su rol en la crítica teórica y la búsqueda de alternativas sociales. Zeta Dacosta se refirió a la presencia en Cuba de comunidades étnicas virtualmente invisibilizadas, cuya génesis también involucró paradójicamente el romanticismo, la ideología y la geopolítica: las comunidades de inmigrantes y descendientes de origen soviético. Nileyán Reyes -estudiante de comunicación social- habló del pasado y el presente del batey Camilo Cienfuegos / Hershey, formado a principios del siglo XX alrededor de uno de los más modernos centrales azucareros propiedad de una compañía norteamericana, y el cual actualmente está siendo desmantelado producto de los cambios en la política económica cubana. En este caso, existen claros sentimientos de nostalgia no por el sistema capitalista, sino por una multifacética vida cultural que se perdió casi en su totalidad años antes de que el central fuese desmantelado. Los debates de esta sesión condujeron a revalorar los estereotipos vigentes sobre cómo se constituyen las comunidades étnicas y locales que forman nuestra nacionalidad, así como a constatar la urgencia de los cambios ideológicos, vivenciales y motivacionales en la vida de la juventud cubana, para que los cuestionamientos de ésta se conviertan en capital político del proceso revolucionario liberador en la Isla y no en un mero obstáculo para políticas deletéreas y conservadoras.
Estos enfoques se mantuvieron presentes en la última sesión del día de hoy, dedicada a los estudios socio-culturales de localidades y manifestaciones creativas específicas. El filólogo Ricardo Vázquez reivindicó la necesidad de admitir la oralidad afro-cubana como parte del corpus literario nacional y del curriculum de los distintos niveles de la enseñanza. Danay Ramos habló de la historia de los espacios culturales en Santiago de Cuba, y Yenislaisy Abreu se concentró en la sociedad “Luz de Oriente”, también de esa ciudad. La investigadora de las artes plásticas Ileana Orozco aportó interesantes análisis sobre esas manifestaciones en la ciudad de Bayamo, donde han imperado discursos artísticos basados en una peculiar percepción de la vida periférica y de las vicisitudes de la historia. Todas estas ponencias revelaron la permanencia de importantes fenómenos de dominación y desigualdad, en la urgencia de cuya subversión se insistió en el debate. La primera jornada del IV Observatorio Crítico finalizó con las presentaciones del libro “El pensamiento crítico frente al pensamiento único” del teólogo Jorge Luis Alemán, y de la revista pinareña “La Gaveta”, editada por la Asociación Hermanos Saíz y que cuenta con un equipo redactor autónomo.
El segundo día del IV Observatorio Crítico (OC) comenzó con un desastre logístico, pues una de las guaguas que debía llevar a los participantes al lugar del evento los dejó plantados. Gracias a una expresa ayuda amistosa se resolvió el problema, pero mientras transcurría la gestión se perdió un valioso tiempo de la sesión matutina del foro.
Los que habíamos llegado en tiempo a San José de las Lajas (provincia de La Habana), sede del IV Observatorio, logramos aprovechar fructíferamente esa parte de la jornada, pues fuimos al Círculo Infantil aledaño para sembrar un pequeño árbol que muy pronto crecerá grande, intercambiar con los trabajadores y jugar con éstos y con algunos niños (quienes nos habían ayudado en la siembra y estarán a cargo del árbol) a los maravillosos juegos no-competitivos que nos enseñaron los muchachos del colectivo familiar-comunitario El Trencito (proyecto del OC radicado en el capitalino barrio del Vedado). Extrañamos a los que no estaban, pero quedamos con la gente del círculo en repetir la acción durante el mes de abril. Los del Trencito explicaron en profundidad la esencia de su proyecto, que consiste en subvertir las lógicas sociales de la competencia desde la niñez.
Cuando llegó la parte de la tropa que se había quedado rezagada (por causas ajenas a su voluntad), montamos rápidamente una sesión de debate sobre el impacto social de los varios espacios críticos que funcionaron durante los últimos 12 meses. Hiram Hernandez Castro, politólogo, nuestro invitado especial y promotor general del evento juvenil Pensamos Cuba (que sesionó el 12 y 13 de marzo) habló de las peripecias y logros de ese encuentro. Luis Emilio Aybar –estudiante de sociología- se refirió a otro importante Taller, el Vivir la Revolución, de cuyo equipo forma parte. Por último, el biólogo y poeta Isbel Díaz, coordinador de la Red Protagónica Observatorio Crítico, analizó el impacto mediático y comunitario de nuestro propio aporte.
Las enjundiosas conclusiones de esa mesa de trabajo merecen una profunda reflexión.
En el debate que se hubo sobre los encuentros donde se ha debatido sobre el pasado, el presente y el futuro de nuestro país -Vivir la Revolución (auspiciado por el Instituto Juan Marinello), Pensamos Cuba (auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz – AHS), y el propio Observatorio Crítico (OC)- se destacó por una parte la profunda imbricación que existe entre esos espacios, y por la otra la urgente necesidad de pasar de las reflexiones y las palabras a acciones concretas, que cambien nuestra realidad social. Sobre el recién terminado evento Pensamos Cuba, Hiram nos contó que la mejor parte según él fue el concierto que en la noche del sábado 12 ocurrió en la Madriguera (sede de la AHS de Ciudad de La Habana), en el que participaron artistas conocidos por sus posturas críticas, incluidos el grupo de hip-hop Escuadrón Patriota y el conocido trovador, maestro Pedro Luis Ferrer. Los organizadores de Pensamos Cuba tienen la intención de que sea un evento de carácter anual y de alcance nacional. Todos insistimos en que para las próximas ediciones de ese encuentro y de Observatorio Crítico hay que cuidar que no coincidan en la fecha (como sucedió esta vez), para que los que quieran hacerlo participen en ambos. En cuanto a Vivir la Revolución, constatamos que fue una experiencia interesante para practicar nuevas formas de intercambio (basadas en la educación popular) y que fue un espacio donde se discutieron con bastante profundidad temas que antes no habían salido a la palestra pública; de cierto modo nos lamentamos que ese espacio mensual que duró todo un año haya concluido ya su trabajo, pero uno de los participantes nos recordó que de él salieron dos propuestas concretas: la conocida carta de rechazo a las obstrucciones contra proyectos culturales, así como un emergente grupo dedicado al estudio de las teorías y prácticas de la autogestión y el trabajo en el socialismo.
La presentación de la Red OC giró en lo fundamental sobre su impacto mediático, dando así inicio a un taller sobre el tema. Isbel presentó imágenes y videos de las acciones de los últimos 12 meses, así como las muestras de su repercusión pública en espacios mediáticos como Esquife, Granma, Havana Times, Juventud Rebelde, Kaos en la Red, Nuevo Herald de Miami, así como algunos blogs. Entre las acciones explicadas estuvo la marcha por el 1ro de Mayo en la Plaza de la Revolución con un cartel antiburocrático, los eventos Ahimsa (por el Día Mundial de la No-Violencia), Revolución Extra-Muros (por los aniversarios de la Revolución de Octubre y del derrumbe del Muro de Berlín) y Medios Digitales y Cultura (organizado por el proyecto Esquife y otros de OC), la participación de OC en la conocida peregrinación contra la violencia el 6 de noviembre pasado, el sentido homenaje masivo a los héroes anónimos Abakuá el 27 de noviembre (donde cooperó la comunidad, los trabajadores del turismo, varias instituciones de La Habana Vieja, juegos ñáñigos, y por vez primera hubo un baile de un Íreme o “diablito”), las actividades de reforestación y de desparasitación de animales en el habanero Reparto Eléctrico, y la carta de rechazo a obstrucciones de proyectos culturales, firmada por ya más de 70 personas.
Pudimos apreciar claramente la importancia del logro de un impacto mediático para la promoción de las ideas revolucionarias entre los públicos más amplios. Por segunda vez la fuerte postura antiburocrática de los activistas del OC fue referida por el diario nacional Juventud Rebelde (órgano oficial de la Unión de Jóvenes Comunistas) a propósito del desfile de 1ro de Mayo; en ese medio también apareció recientemente una entrevista al coordinador del proyecto El Guardabosques (el propio Isbel Díaz), y por vez primera el periódico Granma (órgano oficial del Partido Comunista de Cuba) hizo referencia al heroico protagonismo de al menos cinco negros ñáñigos en los sucesos del 27 de noviembre de 1871 (la Cátedra Haydée Santamaría proclamó esa fecha como “Día de la Descolonización Histórica”). Aunque en estos casos no se mencionó el Observatorio ni los proyectos que lo integran, sí logramos que nuestras ideas encontraran al fin una cierta visibilidad en los medios nacionales de tiraje más amplio. En la cobertura de las otras acciones y principalmente de la marcha contra la violencia así como de la carta contra las obstrucciones, primó el protagonismo de los medios digitales de información, así como el carácter polémico de tales actos. Se vio claramente cómo en esos casos se hacía valer un posicionamiento revolucionario y crítico frente a reacciones autoritarias y pro-capitalistas. Los participantes en el IV Observatorio Crítico tuvieron la oportunidad de consultar directamente los textos publicados a propósito de nuestras acciones, así como ver muestras de los carteles promocionales y pancartas usados en éstas. Creo que estuvimos claros en la importancia de la repercusión mediática, al tiempo que se destacó que de por sí ese horizonte de trabajo debe ser complementado con la acción directa en las comunidades, colectivos y espacios públicos. Acción directa participativa, visible, plural, productiva y consistente, con una buena coordinación entre las personas y proyectos involucrados.
En horas de la tarde, continuamos con el taller “Impactos y dinámicas mediáticas”, presentando el video “La realidad se impone” (de Jesús Hernandez Güero), y la ponencia –apoyada por una secuencia fotográfica- “Renunciación de la imagen: mediaciones sociales en la representación simbólica del Che Guevara” (de los bayameses Liubis Rosales e Ileana Orozco, especialistas en artes visuales). El primer material es un corto de ficción que parodia las limitaciones de los espacios informativos de la TV cubana y los modos informales de “resolver” audiovisuales provenientes del extranjero, que después circulan ampliamente a través de varios medios de grabación (CD, DVD, memorias flash…), pasando para bien y para mal a convertirse en un elemento constante del imaginario y de la visualidad de los cubanos. En el segundo caso se trata de un acercamiento a los múltiples usos y contextos en que aparece la famosa imagen del Che de Korda, ya convertida en icono mediático y cultural (esta ponencia de Ileana, al igual que la del primer día, suscitó algunas reflexiones sobre las condiciones específicas que afrontan los creadores y los públicos en una ciudad como Bayamo, y el rol de las vanguardias artísticas y de organizaciones como la UNEAC en la defensa de las posturas críticas).
Ambas presentaciones convergieron en complejizar el universo visual y audiovisual en que cubanos y cubanas habitamos nuestra densa y viscosa cotidianidad. Se debatió cómo el imaginario del capitalismo global converge en ésta con iconos revolucionarios re-funcionalizados, donde además es posible que en nuestra propia isla exista la posibilidad constante de una censura de bajo perfil de determinados textos o pensamientos del Che, como aquél donde declara contrarrevolucionarios a los burócratas. Fue interesantes escuchar las experiencias de cómo se saboteó la promoción de los Apuntes Críticos a la Economía Política, texto guevariano clave para entender su visión del llamado “socialismo realmente existente”, publicado hace poco en Cuba y que no recibió una adecuada cobertura en los medios del país por aparecer –según los burócratas- “fuera del contexto adecuado”.
Igualmente, se profundizó en cómo ocurre en Cuba la extraña pero frecuente coagulación de la imagen icónica del Guerrillero Heroico con símbolos capitalistas de status, como la marca de zapatillas “deportivas” Converse. Una coagulación muy parecida a la que aparece –a modo de sátira- en el video “La realidad…”, y –esta vez “en serio”- en el diseño del aquel CD de Baby Lores donde este cantautor aparece con una boina del Che (de las que se compran “en fula” [o sea, en moneda “fuerte”, es decir, “del enemigo”] en los recientemente establecidos “Bazares del Arte Revolucionario” [sic!], así como en los puestos de “artesanía” “cubana” para turistas), rodeado de una especie de marquesina cuadrada que dice cuatro veces “LA MÁQUINA DE HACER DINERO”. En ese reguetonero “coagulado” se ve claramente todo lo peligroso y macabro del tránsito del sincretismo globalizado a lo que Walter Benjamin llamó la “estetización de la política” – es decir, al fascismo.
Ese fascismo, disfrazado ora de “imaginario globalizado”, ora de “cultura revolucionaria”, ora simplemente de una cotidianidad represiva, sexista y cínica que encuentra su paradigma en el reguetón, sólo puede ser enfrentado por medios contundentes, como dijo Andrés Mir –iniciador del proyecto cultural mediático Esquife- en la clausura del primer encuentro Medios Digitales y Cultura (organizado por ese proyecto) a finales del año pasado. Observatorio Crítico –cuya Red participó en la organización de aquel encuentro- brindó en su IV Foro el espacio de nuestro evento para re-lanzar esta vez de manera continuada la idea de tales encuentros, a partir de un panel especial que le daría seguimiento. En tal panel participarían los ponentes que no tuvieron la oportunidad de presentar en el evento de Esquife que tuvo lugar el año pasado.
Primero, los coordinadores de Esquife Yanet Bello y Andrés Mir leyeron los dos últimos editoriales de su revista digital (anunciando la necesidad de que el debate ya profundo entre los sectores de la intelectualidad cubana se enraíce en los públicos más amplios y atraviese nuestras comunidades para provocar cambios reales) y el detallado informe sobre el evento Medios Digitales y Cultura que –por primera vez en Cuba- Esquife organizó a finales del año pasado y donde no sólo se discutieron numerosas ponencias y proyectos con una elevada calidad del debate, sino también tuvimos que enfrentarnos a intentos de censura y a la restricción del acceso de público, tal y como Esquife hizo constatar en su informe y como también consta en la Carta de rechazo a las obstrucciones… de la cual también se habló en el Observatorio. Algunos participantes recordaron cómo la funesta práctica de “acceso restringido” a los debates públicos también hizo aparición en otros encuentros, en particular algunos espacios de la UNEAC y de la revista Temas.
Fue muy bueno después escuchar a algunos ponentes que no pudieron estar en las sesiones de debate del evento de Esquife y que ahora este proyecto invitaba a su primer panel post-evento en el marco del IV Observatorio Crítico (se espera que Esquife vaya organizando más encuentros de ese tipo durante el año, para darle calor al diálogo en ambientes más propicios que los que tuvieron que afrontar el año pasado). Expusieron Alien García -coordinador del proyecto BlackHat-, Ramón García Guerra, Carlos Simón –coordinador de la Cátedra Haydée Santamaría-, y Pedro Campos Santos –del proyecto Socialismo Participativo y Democrático (SPD)- (quien prefirió hacerlo en la guagua de regreso, en aras del tiempo). Alien reivindicó la muy diversa cultura hacker en una sociedad que conoce bien poco de ella, una cultura más altruista que escandalosa y más cooperada que privatizadora – y Ramón así como Simón se refirieron a los aspectos socio-económicos e intelectuales de la informática en Cuba, respectivamente. Cuba es un país donde aún persisten graves problemas con la disponibilidad de acceso a internet. A pesar de ello, Pedro Campos informó cómo, precisamente gracias a los medios digitales, la promoción de su proyecto de socialismo autogestionario ha ido propagándose por nuestro Archipiélago y por el mundo, y en particular sobre el rol de publicaciones virtuales como Rebelión, Kaos en la Red, y después el propio Boletín SPD en ese trabajo de sensibilización. Hoy, la autogestión incluso se discute en las páginas del periódico oficial Granma, dedicadas a las cartas de los lectores.
Con antelación a la intervención del espacio coordinado por Esquife (que mencioné primero para entroncar con el tema mediático) tuvimos la oportunidad de escuchar a y conversar con varios activistas comunitarios que trabajan y actúan en el “mundo real”.
Hablaron: Nerio Cassone, sobre las ecovillas creadas por los movimientos Locos por la Tierra (Uruguay) y Urupia (Italia); Erasmo Calzadilla, sobre las acciones ecologistas comunitarias en el Barrio Eléctrico (Ciudad de La Habana); Juan Camilo Quiñones y Roberto Fernández Blanco, acerca del Grupo de Acción Urbana (GAU) de Santa Clara; y el maestro Tato Quiñones, en representación de la Cofradía de la Negritud. Todos tienen en común que fueron iniciados por pequeños grupos de personas y posteriormente sus efectos alcanzaron a comunidades enteras. Así, las ecovillas son espacios reales de producción sostenible; el trabajo de Erasmo comenzó por el esfuerzo institucional y actualmente involucra al CDR local, a la Red OC y a la ONG nacional Aniplant, además de que se conoce en otros países gracias a su divulgación por la web. La experiencia del GAU nos resultó muy interesante, pues al igual que OC vincula la labor intelectual –incluida la universitaria- con la acción comunitaria directa –“en la calle”-; está basada en la urbana cultura del hip-hop, asumida críticamente y desde su propia pluralidad, y el símbolo del grupo son los audífonos del DJ cruzados con el micrófono del MC, ambos sobrepuestos a la hoz y el martillo. El trabajo de la Cofradía de la Negritud –integrada por Norberto Mesa Carbonell, Tomás Fernandez Robaina y el propio Tato Quiñones- ha sido esencial en la crítica al racismo en Cuba, sobre todo después de la disolución del espacio Color Cubano (hecho que también se debatió en el evento), y de su activismo pronto se dará testimonio en las calles de La Habana a partir de la invitación que compartieron con nosotros para conmemorar juntos el Día Mundial de la lucha contra la discriminación racial.
El debate se enriqueció con las intervenciones de los participantes, que interpelaron a los ponentes con preocupaciones como porqué sería muy difícil crear una ecovilla de matriz cooperativa en Cuba (provista la permanencia del marco jurídico actual) o cómo garantizar la sobrevivencia del GAU si éste se enfrenta a obstrucciones orquestadas por representantes institucionales que no entienden ni quieren entender su estética hip-hop ni su compromiso ético-social. Estas presentaciones, como las del panel de Esquife, revelaron cuáles son actualmente los grandes ejes problémicos de OC.
Precisamente el tema de la autonomía y de la institucionalización de los proyectos fue uno de los más recurrentes en los debates del IV OC, junto con aquel otro, más complejo, de cómo generalizar el debate en nuestra sociedad, y pasar de la reflexión y las palabras a las acciones en medio de comunidades ávidas de revolución pero contagiadas con el virus del conformismo. Sin descartar la posibilidad de avanzar en un dialogo con las instituciones, allí donde sea fructífero sigue siendo factible un co-protagonismo junto con ellas, o en su propio seno. Pero como el IV OC demostró una vez más, no podemos dejar que la voluntad de protagonismo solidario “desde abajo” se convierta en rehén del anquilosamiento, la pasividad y el oportunismo institucional.
A mi modo de ver, en estos momentos la Red OC debe superar el gran reto de su organización y coordinación al interior, así como ampliar el horizonte de la equidad de género (participación de más mujeres).
También es extremadamente importante superar el sesgo habanocéntrico (pues la Red Observatorio Crítico la integran actualmente sólo proyectos situados en las Provincias La Habana y Ciudad de La Habana, no así las delegaciones al evento anual), logrando la coordinación de activistas socio-culturales y comunitarios en diversas partes del país y vinculando cada vez más nuevos proyectos e investigaciones de otros territorios. De allí la significación de OC en su faceta de foro social anual de creadores, pues el evento Observatorio Crítico ha sido concebido en sus inicios como una alternativa a otros espacios, casi siempre competitivos o cooptados temáticamente; por tanto, la diversidad y el diálogo constituyen los dos pilares de nuestro capital social y político. En este IV Foro del OC participaron delegados de la mitad de las provincias que integran nuestro país (Pinar del Río, las dos Habanas, Sancti Spíritus, Villa Clara, Granma y Santiago de Cuba), así como visitantes del extranjero (Francia, Italia, Rusia y Japón). Aún así creemos que la diversidad territorial es todavía insuficiente; un próximo reto del Observatorio debería ser la organización de eventos similares en las distintas provincias del país. Y debemos seguir trabajando en extender nuestra presencia pública y mediática.
En el logro de esa participación de personas de otros territorios, ha sido clave el apoyo de la Asociación Hermanos Saíz en la gestión del transporte y en otros aspectos logísticos.
Hoy, trabajos de muchos participantes del OC aparecen sistemáticamente en diversas publicaciones socio-culturales, académicas y digitales no relacionadas directamente con nuestra Red (como Caminos, Temas, Espacio Laical, Kaos en la Red, Cuba Libertaria, Havana Times…). En especial, los activistas de la Cátedra Haydée Santamaría durante sólo los tres últimos años hemos obtenido importantes becas, premios y menciones nacionales e internacionales (Pinos Nuevos, Calendario, mención en el premio de Ensayo de la Revista Temas, premio Isaac Schapera de la London School of Economics, entre otros), y salieron publicados dos libros nuestros. También aparecieron textos de la gente del Observatorio en varios libros compilativos, junto con los de otros autores. En el último año, los artistas visuales Wilay Méndez y Rodolfo Peraza –ambos activistas de OC- tuvieron sendas exposiciones en la galería de Luz y Oficios (en el caso de Peraza como parte de un trabajo premiado en Curaduría durante la Bienal de La Habana). Wilay también creó una pieza escultórica que será adicionada a los grafiti realizados en el sitio donde anualmente se conmemora el Día de la Descolonización Histórica. Peraza por su parte ha participado en algunos proyectos fuera de Cuba.
Además de escribir, hacer arte y configurar espacios de debate, los colectivos que integran Observatorio Crítico poseen un notable potencial productivo. Aparte de la organización y promoción de eventos, los proyectos vinculados a OC producen:
- CUATRO excelentes publicaciones digitales seriadas (Esquife, Blackhat, El Guardabosques y Boletín SPD, dedicadas –respectivamente- al universo socio-cultural cubano y mundial, a desentrañar y socializar los “secretos” de la informática, al activismo ecológico, y a la promoción de un proyecto socialista autogestionario, cooperativo, participativo y democrático), así como varios blogs;
- Software libre (de código abierto) para diversos fines, provisto por el colectivo Blackhat;
- Posturas de diversas especies de árboles, en dos viveros independientes (apoyados por activistas comunitarios como Erasmo Calzadilla y Luis Gustavo Menéndez, y por los proyectos Ahimsa y El Guardabosques);
- Servicios de siembra de árboles y reforestación (ídem);
- Servicios de vacunación de animales (ídem);
- Vigilancia ecológica (El Guardabosques);
- Cursos sobre temas diversos (por ejemplo, por el Grupo de Estudios Culturales Nuestra América, y por la Cátedra Haydée Santamaría);
- Servicio de mini-biblioteca y mediateca pública, con acceso a publicaciones y audiovisuales de Cuba y otros países, en formatos diversos (Cátedra Haydée Santamaría);
- Recreación para niños de todas las edades y formación solidaria (El Trencito);
- Exposiciones y promoción del arte y literatura (Fanguitoestudio y Cátedra Haydée Santamaría).
Todos estos productos y servicios se proveen con carácter absolutamente GRATUITO. Además, en el caso de las publicaciones digitales y software la distribución es SEGÚN LAS NECESIDADES de los destinatarios (con la necesaria acotación de que desgraciadamente Internet o simplemente una computadora para muchos sigue siendo un lujo). La gran mayoría de los activistas trabajan en los proyectos de OC de manera VOLUNTARIA.
El IV Foro Observatorio Crítico de Cuba culminó con la repartición gratuita de ejemplares de los últimos números de la revista Caminos (cortesía del Centro Memorial Martin Luther King) y del recientemente publicado libro “Tras las huellas del exotismo oriental cubano” (cortesía de la Asociación Hermanos Saíz), de Mario G. Castillo Santana –coordinador de la Cátedra Haydée Santamaría y fundador del Observatorio Crítico-, que obtuvo el Premio Calendario 2009 y trata de una mirada novedosa y refrescante a las complejidades de los circuitos geopolíticos que habitan el imaginario cubano en su historia.
Pero minutos antes tuvimos la oportunidad de ver la proyección de un documental sobre la obra de más de 15 años del proyecto El Trencito, que enseña a los niños a jugar y a vivir en solidaridad, sin la competencia troquelante del sistema-mundo. En el video, el niño Ernestico (quien también asistió al Observatorio en calidad de delegado más joven, e hizo varias intervenciones muy lúcidas) dice: “El Trencito es libre… por eso les gusta a los niños”. Una idea tremendamente simple. En un instante recordé unos versos de aquella histórica canción proletaria:
El bien más preciado es la libertad.
hay que defenderla con fe y valor.
Alza la bandera revolucionaria,
que llevará al pueblo a la emancipación…
Para nosotros, la revolución es un hecho posible, que esta vez no va por el camino de los tiros, sino por las prácticas de la vida en resistencia.
Como posible es otro mundo. Y otra Cuba, también.