Homenaje y descolonización

Por Rogelio M. Díaz Moreno

La mentalidad racista se alimenta de un complejo de colonización, que conduce a las personas a asimilarse a los llamados cánones occidentales de prosperidad y lucimiento. Frente a esta tendencia, las voces de la dignidad elevan el orgullo por los valores, la belleza y la riqueza de las culturas no hegemónicas, y no cesan en su empeño de defender el derecho a coexistir en igualdad.

Este sábado 27 de abril tuvo lugar, en la habanera esquina de Morro y Colón, una acción de homenaje a Gregorio Hernández, el Goyo. Integrantes de la Cofradía de la Negritud, de la cátedra Haydeé Santamaría, de la fraternidad Abakuá, amistades y personas del vecindario, se sumaron en un sencillo y emocionante recordatorio a la relevante figura de nuestra cultura, fallecido el año pasado.

El hermano y ambia Goyo llegó a la capital cubana, procedente de Pinar del Río y, con una formación básicamente autodidacta, se tornó en toda una cátedra de la musicología y los ritmos de origen africano, altamente respetado en los círculos artísticos e intelectuales cubanos, especialmente en los predios del Instituto Superior de Arte. Investigador y compositor, le debemos valiosos estudios teóricos, además de un buen número de rumbas, guaguancós y otras piezas que se escuchan con placer hoy día.

Varios hermanos Abakuás destacaron los valores humanos y patrióticos del Goyo. El escritor y sacerdote de Ifá, Tato Quiñones, se congratuló porque, después de tanto tiempo, los leones estén empezando también a escribir sus propias historias de cacería, rompiendo de esta forma con el monopolio de los cazadores. Se ofrecieron, con emotiva espontaneidad, canciones, poemas y bailes que vibraban de corazón, chekendeke.

La sede de la actividad fue un espacio sencillo y hermoso, al amparo de la sombra de un majestuoso jagüey, donde también se recuerda anualmente, desde hace algunos años, a los cinco negros abakuás, caídos el 27 de noviembre de 1871 en el intento de rescatar a los estudiantes de Medicina asesinados por las hordas españolas durante la primera guerra de independencia. Allí se ha aprecian ahora una placa conmemorativa, y símbolos y frases de homenaje y unidad de los abakuás y de la nación cubana en general. En esta esquina se gesta, con actividades de tal género, un verdadero Rincón para la Descolonización.

Gregorio Hernández, el Goyo

Tato Quiñones

Integrantes de la Cofradía de la Negritud, de la cátedra Haydeé Santamaría, de la fraternidad Abakuá, amistades y personas del vecindario, se sumaron.

Morro y Colón, Habana Vieja: Rincón para la Descolonización.

Cuba: apuntes “paranoides” sobre el ¿Caso Zurbano?

Por Manuel David Orrio (orrio@enet.cu)

La Habana, 13/04/17.-Acuso recibo por correo electrónico de un artículo al parecer aún inédito de Alberto Abreu, quien bajo el título ¿Puede ser negra la nación? ofrece su aporte al debate sobre racialidad y racismo que tiene lugar en la revista cultural criolla La Jiribilla, nacido tras la destitución del escritor Roberto Zurbano como Director del Fondo Editorial de la Casa de las Américas. (1)

Según noticias, esa destitución se produjo a consecuencia de un artículo publicado por Zurbano en el New York Times, donde habría apuntado que para los negros cubanos, la Revolución de 1959 no ha comenzado. Inicio “con pinzas”, quede claro, porque sobran motivos periodísticos para lanzarse al ruedo en cuasi paranoia, como se verá más adelante.

Me enteré del hecho y de la polémica subsiguiente por mi viejo amigo Tomás González Robaina, autor de imprescindibles textos sobre lo que se ha dado en llamar la “negritud” en Cuba. He seguido el debate, muy de mi interés por razones patrióticas, políticas y personales. Dos parejas, mi anterior esposa y mi actual compañera, son negras. La actual es una reconocida psiquiatra cuya abundante familia rebosa de negros brillantes en lo humano e intelectual. SON MI FAMILIA. PUNTO.

A fuer de franco, yo, "blanquito habanero” criado en el Barrio de La Pera, y ahora un “asere” más del Barrio Chino, he sido toda mi vida de los que ni siquiera "ve" el color de la piel. Adquirí conciencia sobre este cubano racismo "difuso" cuando conocí a mi hoy ex – esposa negra (segunda en mis casorios; la madre de mi hijo, primera, es blanca), e incluso viví una suerte de doble discriminación, porque soy limitado físico por secuelas de poliomielitis. Hube de escuchar entonces frases como ésta:"¡Pero mira qué clase e ‘prieta’ se ha ‘buscao’ el ‘cojo e mierda’ éste; seguro que el tipo tiene un ‘baro’ que llega a Miami!" Era, en honor a la verdad, una de las muy bellas de La Habana de fines de los 90. E insisto: racismo “difuso”. Jamás en mi vida he constatado que la Revolución haya discriminado por el color de la piel de manera institucional, sino todo lo contrario.

No obstante, valga la anécdota para reflexionar sobre cómo conspiran distintas discriminaciones, y si tienen o no un origen común ¿Cuento más? A lo largo de años he sido un entregado activista por los derechos de las personas con discapacidad, incluso miembro del Consejo Provincial capitalino de la Asociación Cubana de Limitados Físicos Motores (ACLIFIM) y dirigente vanguardia a nivel provincial en el 2006.Pues bien, me he alejado de esas tareas, porque si hay un sector de Cuba donde peor me han tratado es entre los limitados físicos, y éso que tengo "status de héroe" por servicios prestados en la Seguridad del Estado, como agente encubierto que se infiltró exitosamente durante 11 años en la contrarrevolución (1992-2003).

Nada de sutilezas ni discriminaciones “difusas”: se llegó al colmo de decir que saboteaba un congreso, en pleno cónclave celebrado en el 2005, porque propuse y sostengo la necesidad de que Cuba tenga una Ley General de Discapacitados, para darle un nombre. Curiosidades, curiosidades: cuando el hecho aconteció estaba presente el entonces Presidente de la Asociación Nacional del Ciego (ANCI), quien captó la idea, la propuso en su correspondiente congreso y devino ésta primera noticia sobre ese cónclave en casi todos los medios de difusión nacionales (2) De paso, ya que aludí a mis años en la Contrainteligencia, ¡cuántos magníficos jefes negros y mulatos tuve!

Con mi actual compañera y su familia también he vivido o conocido manifestaciones discriminatorias por el color de la piel, las que han llegado al punto de negar una vez un empleo a mi cuñada, no obstante ser arquitecta reconocida y profesora universitaria. Ocurrió en los 90, pero pasó. Ella no tenía pruebas para llevar a los tribunales al discriminador…y quedó así, aunque aquel le dijo sin miramientos que reunía todos los requisitos pero "tu color no le va a gustar al inversionista extranjero".De todos modos, se la perdieron. Su modestia me prohibió mencionar uno de sus numerosos logros profesionales.

Uno de mis sobrinos políticos, José Luis Rubio Reyes, ganó este año el Concurso de Interpretación de Instrumentos de Cuerda de la UNEAC, con Evelio Tieles de Presidente del Jurado. Es violinista, tiene 17; ganó con piezas como "Aires Gitanos", considerada obra para graduarse en el Instituto Superior de Arte (ISA), y tiene programado un concierto con la Orquesta Sinfónica Nacional como parte del bien ganado premio. Todos en la familia hemos sido testigos de "serruchaderas de piso" contra el aguilucho, alguna que otra protagonizada por PROFESORES de José Luis. También, en honor a la verdad, podemos testificar sobre muchos que primero han valorado el talento y no el color de la piel…si es que se han fijado en éste.

Dije a mi gran amigo Tomás González Robaina que me siento poco autorizado en tanto que periodista para intervenir en el debate de marras. Jamás escribo sobre algo si no conozco a fondo, si no he investigado hasta la saciedad o, en su defecto, informo al lector hasta dónde avanzó mi conocimiento. Una máxima mía circula en Internet y ha sido citada por más de uno: "el periodista confirma, confirma y confirma".Más si en la discusión que me ocupa intervienen intelectuales conocedores de tan alto nivel, donde el mismo Zurbano — ¿objeto o pretexto de la polémica? — brilla con luz propia.

Sin embargo, mi ser y conciencia antirracistas comienzan a rebelarse contra mis racionalidades, y a tomar nota de algunos hechos que me impulsan a escribir por lo menos estos apuntes, de inicio autorizados a libre circulación. Así pues, aquí van mis “paranoias”:

1.- ¿Por qué la visceralidad de algunos ataques a Zurbano? ¿Acaso la promoción de una urgida y urgente cultura del debate no obliga a saber lidiar en respeto con enfoques erróneos o desmedidos, de suponer que los de Zurbano lo sean? Silvio Rodríguez aconsejó "no caerle en pandilla".Por mi parte, recuerdo las numerosas diatribas que la prensa cubana dedicó al MENSAJE DE LA CONFERENCIA DE OBISPOS CATOLICOS DE CUBA «EL AMOR TODO LO ESPERA»(septiembre-1993)(3),las cuales obligaron al intelectual católico y REVOLUCIONARIO Cintio Vitier a apuntar una frase en un artículo suyo publicado a los efectos en Granma, que parece caída del cielo para la actual polémica:"firmeza en las convicciones, moderación en el lenguaje".De paso, reléase la pastoral de marras: varias de sus proposiciones son hoy POLÍTICAS DE GOBIERNO.

2.- Zurbano destituído de su cargo dirigente en la Casa de las Américas. Por ningún lado he visto Resolución que contenga los "por cuantos" y "por tantos" por los cuales se sanciona. A mí, como cubano de a pie,"se me dice" que fue por la publicación de un artículo polémico en el New York Times ¿Y si fue porque lo sorprendieron dentro de la institución mientras practicaba sexo con una pandilla de nórdicas? Inexplicable, muy inexplicable el silencio de la Casa de las Américas, si parto de que por ahora el escenario del debate es La Jiribilla.

Asimismo, una observación sobre Zurbano: acabo de enterarme de que un FUNCIONARIO CUBANO de ese nivel puede publicar en el New York Times sin determinadas autorizaciones, y no es una particularidad criolla: cuando aceptas ciertas responsabilidades, aceptas también limitaciones a las sacrosantas libertades humanas. Mi impresión, por ahora, es que los superiores de Zurbano se “desayunaron” con el artículo de marras. Manuel David Orrio será un “héroe oficial”. Pero decidió no militar en el Partido Comunista, entre varias razones, para que tal militancia no interfiera en su polémico “ser” periodístico. Nada de “inocencias”, por favor, que bien se me conoce.

3.- ¿Esfera pública, debate público, que en este caso interesa a toda Cuba? Coincido plenamente con Víctor Fowler cuando expresa en su aporte a la polémica que "…es justo agradecer la existencia del nuevo circuito de discusión donde antes había casi nada, pero también recordar que reducir el debate sobre cualquier tema de alcance nacional a lo que ocurre dentro de una pequeña parte del ámbito académico, secuestra la posibilidad de debate público en lugar de potenciarla. Hay que insistir en que el debate académico a ningún nivel (incluso la publicación de un libro), ni el mejor sistema de conmemoraciones posible, ni la realización de esta o aquella reunión sustituyen al debate público en su capacidad de estremecimiento y penetración en las conciencias. El debate público es la suma de todas las tribunas de opinión que el país puede ofrecer a sus ciudadanos (en negritas, por Orrio); o sea, que no es cuestión de calificar como experto, sino de exponer la voz como ciudadano." (4)

“Preguntas del bobo": ¿Cómo es posible que UNA VEZ MÁS los medios de difusión de verdadero alcance para el cubano de a pie permanezcan en silencio? ¿OTRA VEZ MÁS se tendrá algo parecido a la "guerrita de los e-mails", habida cuenta del bien pobre acceso del sufrido Liborio al Internet? ¿Qué pasa, no hay pantalones o faldas para abordar esta polémica en los periódicos impresos, la radio, la TV en general y en particular su programa Mesa Redonda? ¿Más de lo mismo, a las puertas del Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y con Raúl Castro “tocando a degüello” contra los “excesos de secretismo”?

¡Por favor! ¡Que nadie me diga que este debate no es NOTICIA! ¡Que nadie me diga que no es “políticamente correcto” abordarlo en programa televisivo como la Mesa Redonda, o que “le vamos a dar armas al enemigo”! ¡No me jodan, coño, que de vez en cuando las palabrotas valen oro, diría Raúl Roa, NUESTRO Canciller de la Dignidad!

Entonces, me “embarqué”; me “meto en la bronca”. Primero por CIUDADANO; segundo por periodista revolucionario; tercero por mi familia negra y cuarto — no tomen en cuenta el orden de prioridades –, por algunos negros y mulatos “segurosos” que me demostraron ser más que hermanos; por mis “aseres prietos” del Barrio Chino, y también por gente como Yamilé Fagés Plasencia, capaz de haber concluído una carrera universitaria, pese a nacer sin brazos ni piernas.

Y, como Nicolás Guillén en una ocasión, punto, fecha y firma. Así lo dejo escrito.

Notas:

1.- Para consultar todo el debate que tiene lugar en La Jiribilla ir a:

http://www.lajiribilla.cu/articulo/4402/debate-racial-en-cuba

2.- “Envía el General de Ejército Raúl Castro, mensaje de saludo a delegados al VI Congreso de la ANCI. La propuesta de creación de una ley para discapacitados que unifique, implemente y regule las diversas normas y resoluciones que existen en el país para la atención a las personas con limitaciones, recogió el espíritu de las discusiones del VI Congreso de la Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales (ANCI), que inició aquí sus sesiones de trabajo este jueves, con la presencia de más de 300 delegados e invitados de toda la nación…”

http://newsgroups.derkeiler.com/Archive/Soc/soc.culture.cuba/2005-1…

3.- MENSAJE DE LA CONFERENCIA DE OBISPOS CATOLICOS DE CUBA «EL AMOR TODO LO ESPERA» Septiembre 1993

http://www.palabranueva.net/contens/0809/000102-6.htm

4.- Víctor Fowler. Derivas con (por, y desde) Zurbano: Dolor, alegría y resistencia.

http://www.lajiribilla.cu/articulo/4278/dolor-alegria-resistencia

Publicado en Hermes

MAÑANA SERÁ TARDE: Escucho, aprendo y sigo en la pelea

Por Roberto Zurbano Torres

ZurbanoSi una izquierda conservadora dentro y fuera de Cuba considera que un negro cubano revolucionario no debe hacer críticas a la Revolución, no ha entendido el papel que han jugado los negros dentro de esta y tampoco qué es un verdadero proceso revolucionario. En la base, en el corazón, en el fondo y en las orillas de este proceso los negros hemos sido buena parte del sostén. Nos asiste tanto el derecho moral a criticarla como el deber de defenderla, porque es aún insuficiente lo que hemos logrado frente a lo que hemos hecho y merecemos. Renunciar a esa crítica es renunciar a mejorar la Revolución y sentirla más nuestra.

Combatir el racismo es una de las grandes tareas del siglo XXI. Este flagelo no surgió en un país en particular, sino en un contexto mundial en el que fueron involucradas varias naciones y culturas marcadas por el afán colonial de repartirse el mundo y establecer jerarquías económicas y políticas que hoy sobreviven. El racismo contemporáneo es también un fenómeno globalizado y la lucha contra este va más allá de cualquier frontera. Renunciar al debate internacional es reducir su impacto a viejos conceptos nacionalistas y no tener en cuenta el proceso de intercambio desigual generado por el turismo, las nuevas tecnologías de la información, las migraciones y las transnacionales de la cultura. Es un debate sobre la persistencia del racismo en Cuba, sobre los modos paternalistas y sofisticados con que ese tipo de humillación se reproduce o renueva y, especialmente, sobre cómo reconocerlos y enfrentarlos en un nuevo contexto.

Es bien conocido que The New York Times no es un diario de izquierda, aunque se declare contra el bloqueo y sea el soporte donde se dio a conocer a la opinión norteamericana el caso de Los Cinco. Publicar en el NYT no fue un acto de ingenuidad, sino un riesgo asumido con toda responsabilidad. Decidí publicar allí, donde escasean las firmas cubanas de la Isla, y no en el Granma ni en El Nuevo Herald, por razones diversas, pero conocidas. Acepté la propuesta con la intención de colocar el debate más allá de los insuficientes espacios académicos y culturales a los que asisto hace 15 años. Un periódico es otra cosa: puede alcanzar, informar, desinformar y convocar, en breve tiempo, a decenas de miles de personas.

El original fue aceptado, con propuestas de cambios. Durante el proceso de negociación editorial se agregaron y rechazaron textos que fueron discutidos por vía electrónica, durante una semana de trabajo. Dos colegas compartieron conmigo estas revisiones, ambos con excelente dominio del inglés. El texto final, enviado en la tarde del viernes 22, nos satisfizo a todos. El título aprobado por mí Para los negros en Cuba, la Revolución no ha terminado, aunque no fue el original (El país que viene y mi Cuba negra) me resultaba afortunado, pues esta idea se esboza en varios momentos del texto. Desafortunadamente, el título que apareció, Para los negros en Cuba, la Revolución no ha comenzado, sin mi aprobación, borró toda posibilidad de identificar a los negros cubanos con la Revolución. Continue reading

La creatividad avanza en lo que la mediocridad apedrea

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Los tiempos de crisis ven florecer la creatividad. El razonamiento es simple, se trata en primera instancia de sobrevivir a la debacle del modelo hasta el momento imperante. En segundo lugar, se desea crear las condiciones de un nuevo mundo, mejor, posible; rectificar de la mejor manera los errores pasados y cometer los nuevo de forma que se puedan, con el tiempo, rectificar también.

En este empeño las personas montan lo mismo, iniciativas económicas individuales, que de pequeños colectivos. Otros se asocian para reflexionar colectivamente, recapitular las experiencias acumuladas, buscar miradas frescas y analizar el legado de la producción teórica y filosófica internacional. Esta contemplación, idealmente, se realiza sin perder la originalidad, la capacidad de innovar y crear caminos nuevos aptos para las condiciones de nuestro país. Todas estas experiencias, aún aquellas que fracasan o generan complicadas estelas de debates y discrepancias, contribuyen a movilizar las energías de las personas y la nación en pos de la necesaria recuperación, del anhelado progreso.

Todas estas experiencias despiertan, también, suspicacias y mezquindades que no tienen relación con el necesario cuestionamiento y análisis crítico de los que son merecedores toda tarea humana. Estas últimas miradas son, más bien, hijas bastardas de la envidia, del sentimiento conservador, incapaz e incapacitante, que marcó el zigzagueo desorientador de las épocas anteriores. Si sus protagonistas tienen poder estatal o administrativo, pueden truncar trabajos que enriquecen espiritual y materialmente a la sociedad. Desde los campos donde se extiende la producción intelectual, se puede practicar la difamación y los ataques contra aquellas ideas refrescantes que contrastan tan dramáticamente con la pobreza del discurso oficial.

El último ataque que nos ocupa proviene de Alejandro Cruz, protagonista del blog Cubano1er.Plano. El ataque de Cruz encontró eco en el sitio digital Cubarte, que cuenta entre sus méritos haber amplificado ya difamaciones contra importantes figuras e intelectuales de la cultura cubana que, en su momento, tuvo que retirar. Al autor que hoy nos perturba, parece haberle molestado el proyecto-documento Casa Cuba, una de las iniciativas como las que referíamos más arriba. La experiencia de Casa Cuba, generada libremente desde la incipiente y maltratada sociedad civil cubana, pretende aportar bases de consenso y exhortación hacia los valores de democracia, libertad y solidaridad que tanto anhela la mayoría de los seres humanos. Continue reading

La central sindical, el turismo y otras maledicencias nuestras

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Me encuentro con una socita mía, una que escribió un artículo hace poco sobre la eximia central sindical que tenemos por acá, y empezamos con nuestra maledicencia. Mira tal nota, le comento apegado a mi capacidad de relacionar la gimnasia con la magnesia, dijo hoy Cubadebate que había tantos millones de cubanos que fueron de turistas el año pasado. Qué bien que estamos, y eso que ya el sindicato no le da reservaciones a los trabajadores. Por mucho que se inmolen en su puesto de trabajo, por ejemplo un médico o un maestro, con su sueldito de 20 cuc mensuales, no podrán ir al hotel; en cambio, seguro se consolarán con los compatriotas que sí pueden ir. Así, concordamos, todavía se pueden pensar más maravillas de la CTC y de las buenas decisiones que toma sobre el lado del que se va a poner.

Cabe también recordar otras noticias interesantes de nuestros diarios nacionales sí, porque aquí no leemos esa malvada prensa internacional, y no digamos ya la pérfidaInternet. Como aquellas noticias que hablan del trabajo por cuenta propia, y cómo la categoría de los trabajadores empleados por los pequeños y medianos empresarios o hacendados, es ya la más poblada. ¿Pasarán por la mente de la organización sindical cubana, la idea de facilitarle a estos proletarios, maneras organizativas o cualquier otro apoyo, frente a la perspectiva de ser explotados todo lo posible por la nueva clase empresarial? Digo yo, esto sería preferible a que se alinearan con los patrones, pero quién sabe. Imagino en mis pesadillas que en la élite de la nueva clase empresarial, seguramente, va a haber más de un exdirigente o gerente u oficial, de los que llevan ya tiempo orientando amistosamente a la CTC.

Esto de apoyar a los trabajadores del capitalismo está muy bien, seguramente, pero para los países extranjeros. Uno se pregunta lo que no tiene que preguntarse, porque los capitalistas resulta que desembarcan luego aquí. Con las nuevas zonas francas, como las del puerto del Mariel, y las flamantes maquilas que se instalan en ellas, tendremos una vitrina inmejorable para apreciar la reproducción del capital a cuenta del trabajo producido, pero no totalmente remunerado: o sea, la explotación clásica Continue reading

Para los negros en Cuba la Revolución no ha comenzado aún

Por Roberto Zurbano

La Habana, 23 de marzo – La últimas noticias salidas de Cuba se refieren a los cambios, aunque esto es más un sueño que una realidad para los afrocubanos como yo. A lo largo de la última década, han sido abolidas muchas prohibiciones ridículas para los cubanos que viven en la Isla, como dormir en un hotel, comprar un celular, vender una casa o un automóvil y viajar al extranjero. Estos gestos han sido celebrados como signos de aperturas y reforma, aunque en realidad solo son esfuerzos para normalizar la vida. La realidad es que en Cuba tu experiencia de estos cambios depende del color de tu piel.

El sector privado goza ahora en Cuba de cierto grado de liberalización económica, pero los negros no estamos en posición ventajosa para aprovecharnos de ello. Heredamos más de tres siglos de esclavitud durante la era colonial española. La exclusión racial continuó después de la independencia de Cuba en 1902, y medio siglo de Revolución desde 1959 ha sido incapaz de superarla.

En los primeros años de la década de los 90, después del fin de la Guerra Fría, Fidel Castro se embarcó en reformas económicas que continúa Raúl, su hermano y sucesor. Cuba había perdido su mayor benefactor, la Unión Soviética, y cayó en una profunda recesión que se conoció como el periodo especial. Había frecuentes apagones. El transporte público apenas funcionaba. La comida escaseaba. Para encauzar el descontento, el gobierno dividió la economía en dos sectores: uno para el negocio privado y las empresas de orientación extranjera, esencialmente autorizadas a negociar en dólares estadunidenses; y otro que continuaba el viejo orden socialista centrado en puestos gubernamentales de trabajo con un promedio de 20 dólares mensuales. Continue reading

Posición del Capítulo Cubano de ARA sobre las recientes polémicas acerca de la problemática racial en la Cub a de hoy

Posición de la Articulación Regional de Afrodescendientes de Latinoamérica y el Caribe, en su Capítulo Cubano (ARAC)

En relación con las recientes polémicas en medios nacionales e internacionales acerca de la problemática racial en la Cuba de hoy, deseamos expresar lo siguiente:
1. La Articulación Regional de Afrodescendientes de Latinoamérica y el Caribe, en su Capítulo Cubano (ARAC) proyecto de nuestra sociedad civil aún en plena construcción- reconoce que el antirracismo radical es parte de la profunda esencia y de los contenidos populares más genuinos del Proceso Revolucionario cubano, uno de cuyos momentos cumbre ha sido el triunfo insurreccional de enero de 1959.
2. Urge erradicar en Cuba todo vestigio de racismo, discriminación racial, colonialidad, exclusiones, desigualdades sociales e irrespeto a las diferencias. Reconocemos que tan lamentables prácticas lesivas a la dignidad humana aún persisten en nuestro país, y la lucha contra ellas constituye nuestro más alto propósito, al cual dedicamos nuestros esfuerzos de pensamiento, amor y acción directa – empeño que consideramos parte de las luchas revolucionarias de alcance planetario, que ocurren hoy mismo en aras de los múltiples fines de la emancipación humana.
3. ARAC apoya y apoyará resueltamente la libre expresión de ideas por tod sus activistas, como parte de la imprescindible libertad de expresión en la sociedad toda.
4. ARAC se opone pues a cualesquiera medidas o procedimientos institucionales o personales de carácter obstructivo o represivo contra cualquier participante en tales polémicas que a título personal haya expresado sus opiniones o criterios.
5. Al interior de ARAC existe pluralidad de posturas, lo cual constituye una condición necesaria. Consideramos que el hecho de que cubanos y cubanas profundicen en las polémicas en torno a los problemas que nos preocupan, es un buen síntoma de la capacidad de nuestra sociedad para resolverlos de manera autónoma, protagónica y solidaria, con respeto a la diversidad y sin intromisiones de poderes externos.

La Habana, 4 de abril de 2013

El derecho a equivocarse ¿también es racista?

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Roberto Zurbano durante una sesión de la Cofradía de la Negritud - Foto Isbel Díaz Torres

Roberto Zurbano durante una sesión de la Cofradía de la Negritud – Foto Isbel Díaz Torres

Cuando leí el artículo de Roberto Zurbano que tanta algazara ha despertado, recuerdo que no estuve muy de acuerdo con los puntos A, B y C, pero los subsiguientes D, E y F me parecieron muy ciertos. Distintas miradas pueden introducir distintos matices. Un escrito corto es necesariamente más superficial que un hondo tratado. Y, por supuesto, queda pendiente el asunto de la manipulación del título por el órgano estadounidense que lo divulgó en primera instancia. Si el nombre original dice que la Revolución en Cuba, para los negros, no ha terminado, en lugar de iniciado, yo únicamente le añadiría: y para los blancos, tampoco ha terminado.

Pero no quiero polemizar con los aciertos o fallas del material en cuestión, como tampoco me interesa por el momento debatir con los intelectuales indignados que salieron a rebatirle a Zurbano. Estos últimos también manejan ideas certeras, como mismo pueden equivocarse en otros aspectos la afirmación de Rodríguez Rivera, por ejemplo, sobre las elecciones presidenciales que los cubanos tendríamos en el 2018, es una pifia singular. Lo que me motiva a meter mi indiscreta cuchara es la reacción institucional-punitiva, que considero deleznable: ¡Despedido el Zurbano!

¿Qué es esto que estamos contemplando? ¿Acaso esta es la manera de resolver polémicas o discusiones histórico-filosóficas? Yo encuentro muy bien que, quienes no estén de acuerdo con Zurbano, publiquen sus críticas, en tono y volumen tan alto como estimen conveniente, pero otra cosa muy distinta es que se tome una represalia administrativa y profesional contra una persona que da empleo a sus capacidades de pensamiento. Hasta antes del despido, teníamos un debate académico e ideológico, pendiente de algunas aclaraciones. A partir de ese punto, lo que se escucha es un mensaje alto, claro y muy, pero muy racista: ¿qué le pasa al ´negro equivocao´ este?, ¡fuera!.

Este incidente remarca cómo todavía están bien lejanos los aires de renovación y cambios que se necesitan, para oxigenar y liberar las ataduras al pensamiento y la crítica, y su expresión en nuestra sociedad. Los problemas del racismo están ahí; nunca fueron resueltos totalmente y lacerarán por mucho tiempo aún el tejido social de la patria. La creciente diferenciación de clases sociales que trae la transición cubana, hacia un sistema mixto con mercado, no hará sino acrecentar estos problemas, junto con muchos otros. Señalar críticamente estas realidades no será darle armas al enemigo eterno argumento de la falange estalinista atrincherada en sus puestos de autoridad y privilegios, sino que hace todo lo contrario: fortalece las capacidades internas de la nación para trabajar en la solución de los problemas que afectan a todos los cubanos. Continue reading

Transiciones, socialismo, institucionalidad y justicia

Por Rogelio Manuel Díaz Moreno

Mis elucubraciones no se detienen en mi cabeza, en estos tiempos en los que el término Transición se manifiesta y reproduce intensamente en las arenas de la política nacional. Todavía habrá muchos quebraderos de cabeza que nos darán vueltas en lo que aquilatamos los rayos que nos caen arriba. Los funcionarios que parecen saber lo que hacen, apuntan a que lo fundamental es desatar a las fuerzas productivas, prácticamente a todo costo, mientras otros remarcan la -cada vez más vacía- afirmación de que el movimiento es hacia más socialismo.

Digamos que empiezo por los trabajadores asalariados, esos que queden en las empresas estatales después del fin de la próxima ola de despidos. En estos días, los dirigentes cubanos repiten, nuevamente, las letanías del llamado a nuestras conciencias, aquellas que nos incitan a cuidar cierta “propiedad socialista” que, supuestamente, es de todos y, por lo tanto, también de uno. Cómo puede pertenecer a uno, una empresa, y uno botarse a sí mismo, es algo que escapa a mis cortas entendederas. Y aquellos que mantienen sus puestos, ya se acostumbran a sentir la espada de Damocles del despido como una realidad más de sus vidas -con la mayor autonomía de las direcciones, sumada a la acostumbrada inoperancia de los sindicatos, como facilitador ideal de los recortes. Asimismo, los ya ínfimos niveles de salario van a perder la magra compensación, que con frecuencia se pregona por los oficialistas, de los pocos subsidios que todavía queden en pie. ¿Cómo evitar la obvia enajenación del que malamente vende su fuerza de trabajo al Estado, de igual forma que se hace en el capitalismo a un patrón explotador? No lo creo posible.

Aún más claramente sentirán que viven en el capitalismo, aquellos que trabajen para los flamantes negocios de paladares, los peones de los nuevos hacendados y demás empleados que se contraten con los nuevos empresarios privados, acogidos todos caprichosamente bajo una licencia disparatadamente igualitaria de Trabajador Por Cuenta Propia. Aquí, los empleados carecen naturalmente de algunos de los derechos que resisten en los círculos anteriores, dada la falta de obligación del patrón de otorgar vacaciones, licencias de maternidad, respetar normas anti discriminación y así sucesivamente. El único terreno donde, tal vez, se igualen estas personas, será en el de sentirse ajenos a algún empeño social común, pues: poseen o trabajan para empresas privadas (que pueden quebrar o despedirles)… pagan sus impuestos… reciben algunos servicios sociales a cambio (educación, salud y algunos otros menos connotados); igualito que en España, Argentina, Corea del Sur y los Estados Unidos. Continue reading