Quiero un estado laico en Cuba

Por Lourdes Rojas Terol

Confieso que soy atea. No hago proselitismo de eso, respeto todo tipo de creencias, pero soy decididamente partidaria de que el Estado debe ser laico. LA REVOLUCIÓN que sostiene el estado cubano no es lo que dice el concepto de Fidel (que no es el concepto de LA REVOLUCIÓN, sino el de revolución, sin artículo), no es un proceso de cambio, es un objeto de culto, con la correspondiente religión.

Como tal tiene sus santos y sus demonios, sus devotos y sus herejes. Igual a cualquier otro ente suprahumano, a LA REVOLUCIÓN se le cantan alabanzas, se le agradece el pan de cada día y, cuando no hay pan, se considera que algún fin se propone que no tenemos por qué conocer, los designios de LA REVOLUCIÓN son inescrutables. Se le piden cosas y se espera que, en algún momento, las oraciones de sus devotos sean escuchadas.

Para ser un devoto es preciso pertenecer, al menos, a una congregación, aprenderse los himnos y los salmos, conocer a los patriarcas y seguir a los pastores. El grado de devoción se mide por la participación en las actividades de la congregación. Los devotos practicantes tienen más oportunidades a que sus oraciones sean escuchadas y acceder a un teléfono, una ventana de aluminio o un viaje al exterior.

Como todas las religiones ha tenido sus períodos de guerra contra todo otro culto, seguido de períodos de coexistencia pacífica con aquellos cultos que acepten su Supremacía. Los profetas de LA REVOLUCIÓN postergan una y otra vez el advenimiento del reino de la justicia y culpan del retraso a los malos devotos y los enviados del demonio.

Como cualquier otro culto esotérico tiene sus misterios y sus dogmas no escritos, pero el cuestionamiento de LA REVOLUCIÓN es una herejía y también el cuestionamiento de sus santos y sus dogmas. Los herejes son expulsados de la congregación, boicoteados, encarcelados, insultados y apedreados en algún auto de fe.

Como religión, es dogmática, fundamentalista, conservadora y su doctrina es muy ecléctica. Como parte de ese eclecticismo se menciona con frecuencia el marxismo, pero, en realidad, no se le usa, porque el marxismo, PARA ESTA RELIGIÓN, es literatura hereje, entre otras cosas porque Marx aclaró desde el principio: “No llegamos al mundo como doctrinarios con un nuevo principio: ¡ésta es la verdad; ahora, arrodíllate!”.

Respeto a los devotos de LA REVOLUCIÓN y hasta a sus profetas, pero preferiría que separaran su culto de la vida del estado y que no tengan los ciudadanos que gastar tanto tiempo en escuchar y estudiar sermones, aprenderse los salmos, ir a misas matutinas y cantar himnos. Peor aún: La Constitución de la República nos da el derecho de alojarnos en cualquier hotel, pero en nombre de LA REVOLUCIÓN se nos quita sin que haya un plebiscito mediante, como manda la propia carta magna y no pasa nada, todos nos sometemos porque rebelarnos es herejía. Y eso es sólo un ejemplo.

Todo el mundo, incluido el gobierno, habla hoy de la necesidad de cambios en Cuba. Yo abogo por un estado laico. Quiero que el Estado se supedite a la voluntad popular, que la soberanía radique en el pueblo como dice la constitución y que el estado no sea rehén de ninguna religión.

Yo era atea antes de estudiar marxismo, ahora que he estudiado y sigo estudiando marxismo, sigo siendo atea. No quiero pedirle nada a LA REVOLUCIÓN, no quiero agradecerle nada ni cantarle himnos y alabanzas. Quiero ser atea y no ser considerada por ello una hereje. Y perdónenme los devotos y los proselitistas del culto a LA REVOLUCIÓN, pero sus rituales me resultan muy aburridos y a veces tengo la impresión de que a ustedes también.

0 thoughts on “Quiero un estado laico en Cuba

  1. La estás poniendo buena Lourdes! jejeje Esto me recuerda nuestras tertulias de madrugada en la sala de tu apartamentico en ruinas en Centro Habana… hace más de 20 años de eso… donde discutíamos tanto de política internacional como de Pink Floyd….
    Bueno verte de nuevo por nuestros lares.
    Abrazos