A qué no se dedica Noel Manzanares Blanco

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Se cuenta en la calle que el día que Pepito tuvo la prueba de biología, le salió el tema del elefante, pero el travieso protagonista solo se había estudiado a la pulga. ¿Cómo resolvió el problema? Pues bien, mencionó que el elefante tenía poco pelo, por lo tanto no tendría pulgas y ahí soltó todo lo que sabía sobre la pulga.

Este chiste me viene a la mente leyendo el artículo de Noel Manzanares Blanco, ¿A qué se dedica el Observatorio Crítico de Cuba? Por el título, se diría que el periodista va a hablar de nosotros, sin embargo, en un texto de once párrafos, apenas tenemos el honor de ser mencionados (para mal, por supuesto) en los últimos dos.

Y no es que yo subestime el tema de la necesaria y humana atención a los dolientes de enfermedades tan graves como el Síndrome de Inmunodeficiencia, sida, ni que pretenda restarle un ápice del altísimo valor que tiene la labor del sistema cubano de salud con estas personas. Simplemente sugeriría, con toda la humildad necesaria, que el periodista que considere oportuno tratar de ese tema, le de el peso que se merece y que haga de ello el centro y el título de su artículo.

Digo esto porque, salvando el encabezamiento, ese sería el tema al que Manzanares Blanco le dedicó la mayor parte de su texto. Cosa muy loable, hasta ahí. El periodista demuestra, hasta ese punto, que se sabe muy bien esa lección. Sin embargo, a continuación, Manzanares Blanco hace un par de malabares de los que, por cierto, no se le ve salir muy bien parado.

Con un par de piruetas y excusas de las del tipo yo no me dedico a hacerle apologías al gobierno, yo también critico lo malo, para perfeccionar lo bueno dentro de la revolución, nuestro nuevo antagonista dedica el puñado exiguo de líneas que cierran su trabajo para decir, en resumen, que le hacemos (el OC) el juego a la contrarrevolución y a la sección de intereses de los Estados Unidos (SINA) en nuestra Habana. Que sobredimensionamos las manchas del sol y que ¿desconocemos? los principios de la lucha de clases. (Los signos de interrogación son de él)

Este sorprendente giro es lo que me recuerda el cuento de Pepito. Me provoca la impresión de que, ante la tarea orientada o espontáneamente asumida, quién sabe de enjuiciar al OC, nuestro crítico habló sobradamente del tema que tenía más fresco (el de la atención a seropositivos y enfermos de sida) y lo mínimo necesario del OC, el asunto que debería centrar un trabajo con el título que lleva el de su tarea. ¿Será que no se siente seguro respecto a lo que debe demostrar?

Afortunadamente no es difícil verificar, en nuestras publicaciones, cuál es la postura del OC, qué rol asumimos en este espacio de luchas tan valioso como nuestra propia nación, y cómo nos posicionamos frente a los otros sujetos con los que nos relacionan. Para no remontarnos demasiado al pasado, me permitiré sugerir a nuestro severo evaluador que consulte la respuesta que ofrecimos al señor Gerardo Morín, funcionario de la SINA, en abril del pasado año 2011, en ocasión de que aquel nos enviara la invitación del Sr. Joaquin Monserrate, Jefe de la Sección Pol./Econ. de la SINA, quien al parecer estaba interesado en conocer mejor sobre sus actividades y proyectos. Por si tiene problemas temporales en su conexión, inserto las líneas fundamentales de nuestra respuesta, seguidamente:

¡Viva el Primero de Mayo! ¡Gloria a los mártires de Chicago! ¡Adelante, Revolución!
Buenas tardes. A partir de algunas medidas unilaterales de gobernantes de los Estados Unidos de Norteamérica, bien conocidas a través de blogs, la prensa y resoluciones de la ONU, el Observatorio Critico quisiera informar al Sr. Joaquin Monserrate y al Sr. Gerardo Morin que por el momento declina su solicitud para un encuentro.
Nuestras actividades y proyectos, así como la praxis revolucionaria que los anima, cuyos objetivos son nuestros y no interesan a potencias extranjeras, bien pueden conocerlos por nuestros materiales.
Por otra parte, nos alegra comunicarles que si antes de la segunda semana de mayo resulta levantado el bloqueo norteamericano contra nuestro país, regresados los 5 cubanos presos, transferidas a bancos cubanos las sumas reclamadas a su gobierno por daños materiales y humanos, así como terminados los bombardeos de la OTAN en Libia, aceptaríamos con sumo gusto un encuentro con Uds., preferiblemente hacia esa fecha.

Por lo que evidenciamos, creo que no estaría mal que la SINA nos hiciera el juego a nosotros. La variante que asume Manzanares Blanco tiene, sin embargo, muy poca lógica o relación con lo que acostumbramos a asumir. ¿Quién esperaría ver que la SINA apoye el homenaje a Carlos Marx que brindamos en mayo pasado, cuando también nos pronunciamos en solidaridad con las fuerzas anticapitalistas de todo el mundo, incluyendo el movimiento Ocupa Wall Street? ¿Quién creería que la SINA tiene interés en que se defienda el patrimonio ecológico de nuestro entorno? ¿Ocurrirá algún día que dichos señores le otorguen su prioridad al rescate de la memoria y el legado históricos de los líderes obreros y sindicalistas cubanos?

Estas interrogantes que hago, naturalmente, reflejan algunos de los ejes centrales de la actividad del OC, en conjunto con el enfrentamiento al racismo, a la discriminación por todos los motivos posibles, y a las políticas de autoritarismo, secretismo, burocracia e implementación de medidas de restauración capitalistas que estamos viviendo hoy día. A contrapelo de lo que diga Manzanares Blanco, estamos muy claros de cómo se desarrolla, en el mundo y en nuestro pequeño rinconcito, la lucha de clases de explotados y explotadores, de empresarios y trabajadores. El lector que haya leído a cabalidad nuestros materiales, crónicas y declaraciones, podrá discernir claramente de qué lado estamos, y reconocerlo. O difamarnos, sin profundizar mucho, y rellenar los vacíos de sus morrales de conocimiento y de ética, con material sacado de otro tema.

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  3. SSIDA Político, el virus Stalinista que te desprotege de la opinión contraria.

    El SSIDA o Síndrome Stalinista de Inmuno Deficiencia Adquirida (por contagio de Stalin) es la incapacidad de tolerancia a opiniones opuestas en el socialismo. Recuerdo la primera vez en mi vida que presencié (fuera del NTV) en Madrid, una manifestación pública de protesta pacífica. Me llamó la atención que en la retaguardia había una fila de barrenderos haciendo su faena, recogiendo los desperdicios que los manifestantes echaban al suelo. Como soy del mundo del arte, se me fijó lo simbólico de la escena. Luego de años en la diáspora, constato con frecuencia que miles de personas salen a las calles y hasta se dan de pedradas con los esbirros antimotines y, mañana será otro día en el que No Pasa Nada, todo sigue “igual”. En cambio, dentro del socialismo real, particularmente en nuestra isla cubana, no saben qué cojones hacer con cuatro gatos ( cuatro no es una metáfora) que salen a la vía pública a gritar un par de consignas antigobierno; se perdió la capacidad de defensa más allá de las baterias antiaéreas y tanques. O sea, otro tipo de SIDA pero en lo político; tal vez por eso la entendible fobia a la Perestroika que fulminó la pésima salud del socialismo soviético. Cuando yo era adolescente, a principios de los 80´s, me involucré a full en lo que entonces se llamó Freaks o Frikis Frikis (los primeros). En una reunión de núcleo del PCC se llegó a plantear seriamente de que “a los Frikis los subvencionaba la CIA”. E decir que hasta a las subculturas juveniles les temen por la Inseguridad del Estado a una pandemia incontrolable.
    ¿Será el hermano compañero Manzanares miembro de los organos de la Inseguridad del Estado cubano?