Por Isbel Díaz Torres
HAVANA TIMES, 3 oct. — En el parque ubicado en Quinta Avenida, entre 256 y 258, Santa Fe, no ha quedado un solo árbol en pie. El pasado mes de julio una tala sorpresiva abrió espacio para un complejo habitacional destinado a oficiales del Ministerio del Interior (MININT).En el poblado de Santa Fe existen restricciones urbanísticas debido a las dificultades de acceso al agua potable y a la electricidad, según nos informó la arquitecta de la comunidad. Además, el espacio es uno de los de mayor vulnerabilidad a causa del ascenso del nivel del mar, y de la consecuente penetración marina.
No obstante, existe un área disponible para emplazamientos al final del pueblo. El lugar, conocido como El Roble, posee un suelo firme, a diferencia del sitio que ocupaba la arboleda de casuarinas, que es terreno pantanoso además de estar ubicado en un ‘túnel de viento’ por donde entran los frentes del norte.
El Roble, por supuesto, no es lo suficientemente céntrico como tener vivienda en plena Quinta Avenida.
El delegado no sabía nada
Lázaro E. Delgado, el joven delegado de la circunscripción 64 a la que pertenece el parque, no fue informado, ni antes, ni después de la tala.
“La Ley 91 establece que el delegado debe tener conocimiento de todo lo que sucede dentro de su área de atención, sin embargo, en este caso, como son del MININT, y tienen esa libertad. . . o se la toman. . . o alguien se la da. . . entonces ellos no cuentan con ningún factor dentro de la comunidad,” declaró.Delgado supone que el proceso pasó por un mecanismo bastante riguroso, porque por la zona transitan todas las delegaciones oficiales que visitan la Escuela Latinoamericana de Medicina, además de estar radicada la vivienda del comandante Ramiro Valdés, actual Ministro de Comunicaciones e Informática.
“Me imagino que ellos no deben haber hecho nada sin una autorización de Planificación Física. Santa Fe y Jaimanitas son zonas congeladas: todo pertenece al MININT. A 500 metros de Quinta Avenida, hacia adentro y a ambos lados de la calle, todas las viviendas que hay son fondo del MININT, y los terrenos también,” nos aclaró el delegado, quien es representante popular por votación directa de los electores.
Es por eso que “como ellos son el MININT, como ellos son las FAR, llegan, tumban, y ya. Ellos no tienen que rendir cuentas a nadie,” recalcó el delegado, rebelando su inconformidad con el procedimiento usado en este caso.
Lázaro E. Delgado cuenta la experiencia previa que tuvo con una construcción del Ministerio de Relaciones Internacionales (MINREX), a escasas cuadras de allí. “A mí esta vez nadie se me ha acercado, como lo había hecho la gente del MINREX, quienes de modo espontáneo me entregaron la autorización de Planificación Física para construir en ese terreno, los planos de la obra, y la licencia de construcción,” nos detalló el joven.
También señaló que “las obras de construcción llevan ruido, polvo, molestias, solo que cuando los del MINREX terminaron arreglaron su destrozo, y colaboraron con el hogar de ancianos aledaño, con el fin de amortiguar las molestias.”
Nada de eso han hecho los directivos de la actual obra del MININT. “Esta gente empezaron mal,” se lamenta. Agrega que ni siquiera a Zenaida, la presidenta del Consejo Popular, le han dado información al respecto.
Qué se puede hacer
Según testimonios, los niños de la vecindad rellenaron los huecos con piedras para impedir el avance de la obra, mientras les gritaban a los constructores que no les quitaran el pinar.Otra vecina comentó: “Yo empecé a decirle a todo el mundo en el barrio: vamos a escribir cartas, yo misma las entrego, y vamos a movernos; pero todo el mundo se quedó dormido.”
“Los vecinos han ido allí donde están ellos, pero a ellos no les importa,” sentencia la presidenta del CDR.
Según testimonio, Marta, la abuela de Dinaidis, había comentado en su cuadra que iba a reunir a todo el barrio, y que iban a salir con carteles, noticia que molestó mucho al Coronel al frente de la obra.
Al ser entrevistada la señora nos confiesa que realmente había pensado “llamar a la periodista Gladys Rubio para contarle, pero mi marido me dijo que no me metiera en eso, que ya yo estaba vieja, que me iba a dar una cosa, pues yo me puse mal.”
No obstante, sí acudió al Coronel quien le dijo que ellos no estaban obligados a comunicarle nada a la comunidad. La señora llamó “depredador del siglo XXI” al militar del MININT, cuando este le exigió que no se quejara tanto, pues con la tala estaban eliminando los mosquitos del área.
Su nieta Dinaidis, madre de un niño de dos años, está aún preocupada por el efecto de las inundaciones. El bosquecillo funcionaba como sumidero, pero al ser ocupado por edificios probablemente cuando llueva el agua se desplazará hacia las casas aledañas, pues el área no dispone de alcantarillado.
Hasta el momento, la única acción práctica ha sido la realizada por la activista Patricia Alonso y otros jóvenes, quienes indignados grabaron un graffiti en un muro cercano al lugar, en plena Quinta Avenida, con el texto “Desarrollo S. O. Stenible,” y el dibujo de un pino cortado.La audacia de tan inofensiva protesta los hizo terminar detenidos esa noche en la estación de policía más cercana. Se les ordenó que al día siguiente pintaran el muro para eliminar el reclamo ecologista.
La casuarina no es un pino
La casuarina es un árbol exótico, oriundo de Australia y las islas del Pacífico. Llega a alcanzar hasta 30 metros de altura, y su follaje hace que las personas la confundan con los pinos, conociéndose como pino australiano en algunos lugares.
La especie fue traída a Cuba con el fin de utilizar su madera, que es muy dura. Se utiliza para la construcción de cercas y la fabricación de carbón vegetal, pues es un combustible de gran calidad. Además, su corteza se pueda utilizar con fines medicinales para combatir las diarreas.
Desafortunadamente, todos los entrevistados han coincidido en que los árboles talados ni siquiera fueron aprovechados para beneficio de la comunidad, sino que fueron tirados en un vertedero.
La casuarina sirve también como rompe-vientos, o para hacer una pantalla de gran altura contra el salitre del mar. Resiste bien la falta de humedad y los sustratos pobres y salinos, de ahí que sea muy adecuado para reforestar zonas litorales.
No obstante, históricamente su uso extensivo y descontrolado en toda la isla dañó las arenas de las playas y endureció los suelos donde fue sembrada.
Por otra parte los manglares afectados (como los de Santa Fe), admiten con mayor facilidad a especies no nativas, más agresivas y menos exigentes como la casuarina. En ese ambiente la especie es capaz de multiplicarse espontáneamente y desarrollar poblaciones grandes y vigorosas en detrimento de las especies autóctonas.Los controles y evaluaciones de la colocación de esta especie son medidas imprescindibles. No obstante, la estrategia para el manejo de la casuarina en las zonas costeras no debe olvidar la función histórico-social de la misma.
Un rincón para salvar
La impopularidad de la obra acometida ha resaltado, así como el potencial impacto ambiental y social de la misma. Las transformaciones podrían provocar cambios en el suelo que impliquen deterioros significativos en los recursos naturales y afectar el equilibrio ecológico del lugar, según criterios de especialistas.
“Esta obra incrementa mucho más la vulnerabilidad, por ser un obstáculo al drenaje natural, constituyendo una barrera a la actividad de las olas, con la consecuente tendencia al incremento erosivo y abrasivo, y a una mayor incidencia de los efectos negativos de la penetración marina,” había expresado la ingeniera Gertrudis Valdés Hernández, investigadora del Instituto de Geofísica y Astronomía, en carta entregada a las autoridades locales.
“Tantos lugares que hay por aquí donde la gente tira desechos, o llenos de marabú: corten marabú y construyan ahí, y no en ese pinar que estaba tan bonito, y donde se respiraba otro aire,” dice con nostalgia Aymé, la presidenta del CDR Nº5, para quien la tentadora ubicación de la manzana en Quinta Avenida fue determinante para el MININT en la selección del lugar.
“Yo hice un terreno de futbol allí. Los muchachos me pedían dónde jugar, y es cierto que no tenían dónde jugar,” recuerda por su parte el joven delegado, como una acción equilibrada para responder a una necesidad social y a la par respetar la naturaleza.
A Patricia Alonso, quien había solicitado asistir a la reunión pública que realizan los delegados del poder Popular y otros factores de la comunidad, le fue prohibida su participación. Ella, junto a su familia, y los vecinos del lugar aún aspiran a reforestar, al menos en parte, aquel rincón siempre verde de Santa Fé.
Publicado en http://www.havanatimes.org/sp/?p=50479