La Asamblea Nacional y el tema racial en Cuba

Por Esteban Morales

esteban morales

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El tema llegó al Parlamento por PRIMERA VEZ el 20 de noviembre de 2011, cuando la Comisión Aponte, de la UNEAC presentó ante los delegados de la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional, el Informe sobre la problemática racial en Cuba..

En aquel debate participaron Abel Prieto, Miguel Barnet, Zuleica Romay, Mariela Castro, Ricardo Alarcón y Heriberto Feraudy, entre otros. El de ahora (Diciembre 2012) ha sido el segundo paso, fruto del anterior. Momento que se ha caracterizado por un reforzamiento para continuar trabajando sobre el tema con todas las herramientas necesarias para las batallas que hay que llevar adelante.

“Ricardo Alarcón, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, llamó a combatir cualquier acción de discriminación, violatoria de las leyes cubanas, como un principio intrínseco de la Revolución que promueve esencialmente la unidad y la solidaridad.”

Su intervención ante la comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, en el Palacio de Convenciones, previo al VIII Periodo de Sesiones de la VII Legislatura,”… resumió la urgencia de asumir la Historia como esencia para destruir esos flagelos que persisten hasta nuestros días”.

“El fenómeno, esencialmente cultural, es incompatible con el Socialismo, insistió Alarcón…” quien alabó el trabajo de la Comisión José Antonio Aponte, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), que propició el debate en torno a un mal latente ante el cual es imposible cerrar los ojos.

“La persona que sufre por problemas raciales también sufre por otras formas de discriminación: por su género, por su orientación sexual, su identidad de género, su estatus económico, lugar de residencia, religión, etnicidad, lengua, entre muchas otras excusas…”

Sobre el tema “… Abel Prieto Jiménez, ex ministro de Cultura, dijo que no estamos en un momento meramente anecdotario o de catarsis ante las manifestaciones de racismo, sino en un instante crucial para construir juntos un socialismo más justo e inclusivo”.

“No estamos empezando de cero, agregó,… tenemos el legado de Martí, de Juan Gualberto Gómez, están los 46 volúmenes de la colección La fuente viva, de la Fundación Fernando Ortiz, las Revistas Catauro, Temas, La Jiribilla y tantas investigaciones que se adentran en el asunto desde el punto de vista científico y académico”.

“Se trata de aunar esfuerzos para eliminar esas manifestaciones que de manera instintiva deben rechazar los revolucionarios, y entender que para lograrlo es necesario revisar los textos de historia en busca de aspectos identitarios que hoy no tienen todo el realce que merecen, acotó”.

Miguel Barnert, presidente de la UNEAC,”… profundizó en las carencias en el sistema educacional cubano en torno al legado africano, su mitología y el papel de los negros esclavizados en la esencia misma de la nación.

El destacado intelectual, “… expresó que más allá del Año de los Afrodescendientes, deberíamos hablar de los más de tres siglos de dolor que les debemos a África…” y propuso “…dar seguimiento al tema por un equipo multidisciplinario de investigadores que monitoreen y analicen sistemáticamente el fenómeno discriminatorio”.

Sobre la esencia cultural de los estereotipos y formas de discriminación en Cuba, “… Zuleika Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro, afirmó que es una realidad similar a la que existe en otros países de América Latina, y lo verdaderamente importante es eliminar la negativa social de que el problema existe”, subrayó.

Cualquier iniciativa para enfrentarlo, admitió,”… debe tener en cuenta las profundas raíces que lo originan y su esencia eminentemente cultural, incorporada en el pensamiento de las personas, a veces de manera inconsciente”.

Invitada a la sesión de trabajo, Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual,”… abogó por el enfrentamiento a esa y a todas las formas de discriminación establecidas históricamente por los sistemas dominadores, para justificar y articular sus arbitrariedades, en tanto agradeció que la problemática racial se discuta hoy abiertamente para fortalecer a la sociedad socialista cubana”.

“El racismo, como todas las formas de discriminación, tiene un origen socioeconómico en las relaciones de dominación impuestas por los grupos de poder en las sociedades clasistas…”

 “La persona que sufre por problemas raciales también sufre por otras formas de discriminación: por su género, por su orientación sexual, su identidad de género, su estatus económico, lugar de residencia, religión, etnicidad, lengua, entre muchas otras excusas que sobredimensionan algún rasgo de las personas y los grupos sociales para usarlos como recurso de dominación”.

A punto de partida de esta reflexión, se suscitó un debate profundo por parte de legisladoras y legisladores que integran esta Comisión. Lo más interesante del debate fue que tomó como referencia para el análisis la interseccionalidad como relación entre formas múltiples de discriminación y se presentaron ejemplos muy elocuentes de la realidad cubana actual.

“Yo retomé las palabras de Fernando Martínez Heredia cuando dice que el socialismo es un proceso de transformación cultural. La práctica de 53 años de Revolución nos está confirmando esta profunda verdad. Si no trabajamos estrategias educativas y de comunicación social permanente, como estamos desarrollando desde hace varios años en temas de orientación sexual e identidad de género en el CENESEX, la sociedad cubana no logrará efectuar los cambios culturales que se propone desde un paradigma emancipatorio, para lograr justicia plena”.

Se comentó la necesidad de establecer una ley contra todas las formas de discriminación que, “…en mi criterio, no debe dejar de particularizar las formas específicas en que se expresan. Aunque más allá de penalizar, debemos realizar un amplio trabajo de diálogo y participación en este complejo proceso de transformaciones de nuestras conciencias”.

Sin embargo, no solo por la presentación y discusión sobre la discriminación en el parlamento de la República de Cuba saldrán soluciones ciertas a estos problemas reales.

Ahora más que nunca el ciudadano en Cuba y el conjunto de la sociedad tienen la ocasión de participar, como a la vez, de articular estrategias efectivas propias en el orden educativo, cultural, cívico y donde la persona discriminada sea o no el centro de la atención ciudadana.

La discriminación en cualquiera de sus manifestaciones es condenable, y para que ello no tenga el más mínimo campo de cultivo es necesaria la inteligente permanencia de una novedosa cultura de educación en la comunicación social, cultural y educativa.

El tema no puede dejar de entrar en la escuela para que pueda pasar a la cultura, la ciencia, la divulgación y su tratamiento por los medios. De lo contrario, el mecanismo social que nos tiene que servir de instrumento para la desaparición del racismo no funcionará.

No es posible que en una sociedad sobre bases de construcción de un sistema socialista de producción, existan aun vestigios de racismo, los cuales se reflejan a nivel poblacional. La influencia del racismo en nuestro país después del triunfo de la revolución ha disminuido bastante, pero aun queda mucho trabajo político e ideológico por hacer.

Pues no es posible, que en el sector del turismo o en las TRD aun la masa de trabajadores negros y mestizos sea tan pequeña, sobre todo en posiciones protagónicas. Por lo cual es fácil apreciar, que de otro modo, existe el peligro de que el racismo vuelva a instalarse en la superestructura de la conciencia social cubana.

Qué bueno que el parlamento, de una vez por todas, toque este tema, el más importante de todas las problemáticas de nuestra sociedad cubana, pues más allá de la crisis económica y sus derivados, se trata de un tema que nos pertenece a todos como nación, por tanto, hay que llevarlo a la calle, al pueblo, que se conozca a fondo y se debata sin descanso.

Estuvimos mucho tiempo esperando este momento. Pero no nos ilusionemos, que son casi 5 siglos, para que hayamos podido borrarlos solo en los últimos 50 años. Aunque con tropiezos, no sin errores, pero también con avances, por fin estamos tocando puertos, que yo al menos, considero seguros.

Al fin el tema racial se ha debatido en dos ocasiones en la Comisión de Educación de nuestro Parlamento. Y esperamos que el próximo año esté ya en el Plenario de la Asamblea, Nacional, ocupando el lugar que le corresponde. Para que sea debatido por todos los diputados y salgan de ello políticas específicas para trabajar y solucionarlo.

Se trata de un reconocimiento que muchos hemos esperado durante años. Luchando y sin perder nunca las esperanzas. Confiando que la justicia se abre paso, siempre que estemos dispuestos a conseguirla al precio que sea necesario.

No se trataba de una deuda de estos más de 50 años de revolución, porque ningún otro país de este hemisferio ha hecho tanto por los negros y mestizos. Ninguna nación ha luchado tanto contra la ignorancia, la discriminación de todo tipo y la desigualdad, hasta los mismos bordes del igualitarismo. No obstante, si es una deuda con la historia de la formación de la nación, su cultura e identidad.

Reconocer explícitamente que el tema existe y debe ser discutido nacionalmente es ya un logro que tranquiliza a muchos ciudadanos y rinde honor a nuestros ancestros, sean del color que sean, porque se trata de profundizar en el rescate de nuestra identidad nacional y cultural.

Sin ese rescate, la patria, la cultura cubana y nuestra identidad son incompletas. Entonces, no estamos luchando simplemente por teñir la tierra que habitamos y sus instituciones, ni solo por la igualdad de todos, sino por poner definitivamente en el alma de todos los cubanos el color que les corresponde: “el color cubano”, como diría nuestro poeta nacional Nicolás Guillén.

Porque no están todos en el lugar que merecen, especialmente aquellos que fueron traídos de África, contra su voluntad, arrancados, abruptamente trasplantados de sus tierras, sin familia, sin riqueza, sin nombres. Aunque aquí tuvieron el orgullo de convertirse en cubanos y muchos pelearon por esta tierra.

Sin odios, ni rencores, solo con el dolor de no poder sentirse iguales, ni recibir el fruto de su sacrificio. Porque la esclavitud fue abolida, pero el dolor de sus heridas permanece hasta hoy, está aquí en el corazón de muchos cubanos de todos los colores.

Decía un demagógico slogan republicano: “todos los cubanos somos iguales” forma cínica de ocultar la desigualdad. Mentira inmensa que nos obstruye el camino para comprender realmente cual es el momento en que se encuentra el proceso de consolidación de la nacionalidad, nuestra cultura e identidad.

Dentro de una sociedad en la cual la pobreza fue también masivamente blanca, pero la riqueza nunca fue negra, además de todas las discriminaciones que por siglos nos agredieron.

“Pues no es posible, que en el sector del turismo o en las TRD aun la masa de trabajadores negros y mestizos sea tan pequeña, sobre todo en posiciones protagónicas. Es fácil apreciar que existe el peligro de que el racismo vuelva a instalarse en la superestructura de la conciencia social cubana.”

Estoy seguro que nuestros “taitas” sonríen desde donde quiera que se encuentren, porque se ha reconocido abiertamente que aún nos falta mucho por avanzar en el camino de la igualdad, la equidad y contra la discriminación, dentro de la patria por la que tantos lucharon, murieron y combaten todavía.

Me parece muy bueno el tratamiento del tema en la Asamblea Nacional por la posibilidad de particularizar desde el punto de vista jurídico para que puedan divulgarse, prevenirse y penalizarse, si fuera necesario, la violación de lo establecido en relación con un tema tan sensible. Aunque no se trate de una batalla legal la que principalmente debemos librar.

A pesar de que en Cuba “el que no tiene de Congo tiene de Carabalí”, persisten (y la grandiosa obra de justicia social de nuestra Revolución no ha podido impedirlo) actitudes y acciones que muestran en algunos ínfulas de superioridad racial.

Todo no se resolverá con leyes. Es necesario continuar el trabajo concientizador en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Lo peor sería silenciarlo y continuar pretendiendo que el racismo y otras formas de discriminación son cosas del capitalismo, o simplemente del pasado.

No, aun están aquí, y no solo como lastres, sino como resultado también de las imperfecciones y disfuncionalidades de una sociedad, cuyo modelo aun debe ser perfeccionado.

Lamentablemente el reto más fuerte que enfrentamos con el tema racial es su desconocimiento, la ignorancia, voluntaria e involuntaria, la ausencia de conciencia racial de que aun adolecemos todos para entender que estamos frente a un problema, que no es simplemente de negros, blancos y mestizos, sino de todos los cubanos.

Que estamos ante una disfuncionalidad social, que nos impide definitivamente auto reconocernos, asumirnos como lo que somos, el fruto de una sociedad “multirracial”, multicolor, que nos está exigiendo consolidar un proyecto social, sin el cual la sociedad cubana volverá a caer en las manos de sus ancestrales colonizadores.

En sociedades como la cubana, consolidar el proyecto social de igualdad, equidad y solidaridad, es condición ineludible para mantener la independencia y la soberanía política de la patria por la que tantos lucharon y murieron.

Pero no solo existen aún racistas sino que en Cuba ello tiene varias manifestaciones. Como una de esas manifestaciones, están los supuestos capitalinos puros que discriminan al resto de los cubanos que provienen de otras regiones, principalmente a los orientales, o que no tienen en su sangre la “aria” pureza de los habaneros reyoyos.

Los llaman peyorativamente “palestinos” o “sin tierras”, como si estos gentilicios no estuvieran llenos, a su vez, de la gloria que da la lucha por conquistar los derechos.

Sería absurdo no tener nada en contra de los habaneros. Considero que la mayoría son hospitalarios, justos y tan patriotas como los demás cubanos, pero sí contra aquellos que portan en su conciencia ínfulas que no corresponden a nuestro sistema social y que tanto daño ha causado.

Gracias por auto admitir que no somos perfectos y por poner sobre el tapete los problemas para enfrentarlos juntos y resolverlos.

Comprendo que la discriminación (de cualquier tipo) es un mal que afecta gravemente la sociedad cubana. Considero que Cuba es uno de los países con mayor avance en este sentido, me refiero a que la discriminación se visualiza en menor grado. He visto como mestizos, negros, blancos, mujeres, homosexuales, religiosos etc., compartimos los mismos derechos y obligaciones sociales.

Pero como cubanos nos llamó la atención durante muchos años la xenofilia que se respiraba en todo el país, donde un extranjero tenía ciertas facilidades a las cuales el pueblo no podía acceder aunque contara con los recursos necesarios.

De igual modo el trato en las instituciones que brindan servicios era diferenciado para un nacional o un extranjero. Era una forma de discriminarnos a nosotros mismos. Estas “barreras” fueron eliminadas, pero aún están en el subconsciente de las personas.

Me parece que algo similar sucede en el resto de las manifestaciones de discriminación. Desde el triunfo de la Revolución todos disfrutamos de iguales derechos, deberes y aspiraciones. Solo que en un grupo de la población todavía quedan esos rezagos heredados y construidos durante generaciones y años de desigualdad, patrocinados por el Capitalismo que vivimos hace mucho tiempo y que aun se resiste a desaparecer… Aunque no creo que la discriminación sea un rasgo que caracterice a nuestro pueblo.

Aunque con los cambios económicos, tan necesarios, pretenden retornar, amenazando la igualdad y equidad entre todos los cubanos.

Por otra parte, lo que si no comparto de ningún modo es que forcemos a que los cargos públicos sean ocupados cada vez más por mujeres, mestizos, religiosos etc. Ese es un rol que debe ganarse con resultados concretos en el área, con experiencia y mucha preparación.

Que ocupen los cargos aquellos ciudadanos con las habilidades y conocimientos concretos para desempeñar el papel, sin importar su lengua, orientación sexual, color de piel o cualquier otro aspecto por el cual pueda ser discriminado. Los cargos deben ser ocupados por aquellos que realmente pueden dirigirnos, manteniendo nuestros principios.

Aun y cuando se deben adoptar políticas, no de privilegios a favor de ningún grupo racial, sino que sirvan para equilibrar las diferencias, antes de que estas tengan que ser evaluadas porque los puntos de partida para todos los cubanos no han sido iguales.

Es un proceso paulatino, lo sé, no se puede cambiar la forma de pensar de las personas en tan poco tiempo, pero ya van cinco años desde que en el 2007 se comenzó a tratar más abiertamente el tema.

Deberían también revisarse desde los programas de educación de las escuelas primarias, secundarias y el preuniversitario. Nos debemos despojar de todos los prejuicios que se tienen.

La preparación de los maestros en estos temas también debería ser perfeccionada, pues si ellos no conocen y tienen sus mentes llenas de prejuicios, al igual que la familia (claro que hay excepciones), ¿quién educa a los niños y a los adolescentes? ¿Ellos mismos? Puede ser un método, pero si no se tiene el apoyo de los adultos todo es en vano.

José Martí quiere (sí, así, en presente) que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre. Entonces tenemos que hacer de esto no una simple consigna, sino una realidad de una vez y por todas.

Si algo queremos lograr, debemos comenzar desde las edades más tempranas y de seguro que una ley aprobada en el parlamento que reconozca oficial y legítimamente esos derechos ayudaría mucho. Aunque no sería la solución.

Las instituciones de la sociedad civil y del gobierno Cubano, sus proyectos, y las políticas que se revelan en Cuba socialista representan un paso adelante crucial en democracia-participativa, ciudadanos como protagonistas y un reconocimiento esperanzado de la identidad racial positiva.

“Una parte considerable de nuestra intelectualidad, ni siquiera menciona el tema racial, no tomándolo en cuenta como un problema a resolver.”

Sin embargo, cuál no está claro es la relación analítica y por lo tanto las estrategias políticas y de desarrollo entre la discriminación basada en cultura y la discriminación material consiguiente en la educación, el empleo, y la calidad de viviendas.

¿Cómo, por ejemplo, las nuevas políticas económicas reflejarán y enfrentarán diferenciales en los estándares de vivir con desigualdades raciales, incluyendo diferenciales en remesas? Estas situaciones habrán de ser atendidas.

En particular, el color de la piel es una realidad imposible de soslayar. Nos marcó a todos. Sobre todo a los que no llegaron buscando fortuna ni privilegios, y más a los que brindaron su sangre y sudor, dentro de los barcos negreros, en los cañaverales, las minas, como simples sirvientes, en el cepo y el anonimato, para crear una inmensa parte de la riqueza que hoy tenemos. Y por la que nunca fueron reconocidos.

Para felicidad y esperanza de todos, hemos comenzado definitivamente a quitar “la costra del coloniaje “que afectaba nuestra cultura, la nación y su identidad. Ahora si vamos a ser cubanos, como nunca antes pudimos serlo.

Hay que llenar al país de tarjas, monumentos y museos de Historia, que recuerden absolutamente a todos los que se sacrificaron en la lucha, por ser un solo pueblo; para que los que nos quieran acompañar en esa batalla contra toda forma de discriminación se sientan reconocidos y felices .

ALGUNAS RECOMENDACIONES

1. La historia cubana escrita, refleja todavía de manera bastante insuficiente el papel desempeñado por negros y mestizos y por la mujer negra en particular, en el proceso de construcción de la Nación y su cultura. Lo cual afecta a la identidad Cultural y nacional, vistas como un todo. Lo que lleva implícito una modificación importante en la que enseñan, tanto en los textos como en su metodología de trasmisión.

2. Las manifestaciones de racismo, que se expresan como fenómenos de exclusión del negro y del mestizo, sobre todo de los primeros, en algunos espacios sociales y económicos, fenómeno que debe ser combatido aún de manera más abierta, multilateral y sistemática. Lo cual lleva implícito un fuerte trabajo con los organismos de la administración central del estado.

3. La insuficiencia cultural e ignorancia presentes en no pocas personas, que soslayan el tema racial, niegan su existencia, asumen ante el mismo las más disímiles actitudes, o simplemente consideran que se trata de algo sobre lo cual no vale la pena hablar. Lo cual lleva implícito un fuerte trabajo cultural y de divulgación.

4. La nueva economía, emergida en Cuba durante el denominado «Periodo Especial», como resultado del conjunto de medidas dirigidas a superar la crisis económica, apoyándose en el surgimiento de la propiedad mixta de las corporaciones, el turismo y el acercamiento a la llamada economía de mercado, es aún muy excluyente, en cuanto a la presencia de negros y mestizos en posiciones protagónicas dentro de ella. Especialmente en las actividades cercanas al turista y en las posiciones de dirección. Hay que tratar por todos los medios de equilibrar la presencia del negro y del mestizo en la nueva economía.

5. Los principios trazados por la Dirección del País, para lograr la existencia de un equilibrio racial en la política de cuadros, establecidos desde 1985, todavía no se cumplen. La limitada presencia de cuadros de dirección, negros sobre todo, y mestizos, en las estructuras de dirección del Estado y de las empresas, en particular dentro de las corporaciones y el turismo, es preocupante. Lo cual contradice los altos niveles educacionales alcanzados por esos grupos raciales. Hay que hacer cumplir estos principios que ya fueron trazados hace tiempo, pero que no se toman en cuenta.

6. La educación cubana, por su parte, aun no ha asumido la problemática del color de la piel, como parte de la formación científica, cultural e histórico política, de un estudiantado, que todavía debe enfrentar dentro de la realidad social actual, la existencia de los estereotipos negativos sobre los negros y los «no blancos» en general; los prejuicios raciales, la discriminación y el racismo.

Por lo que respecto al tema de la racialidad, existe aún en Cuba una profunda dicotomía entre escuela y realidad social, que afecta el desarrollo cultural y político de la juventud principalmente. Se debe articular la presencia del color en la educación, la ciencia y los medios informativos nacionales. De modo que se genere el mecanismo de su retroalimentación.

7. Negros, blancos y mestizos, no se sientan en las aulas a recibir contenidos que los asuma a todos de manera igualitaria, coherente y equilibrada, como miembros de una sociedad un étnica y multicolor.

8. El color de la piel, no aparece abiertamente asumido como una variable de consideración directa dentro de la política social. Esta última, actualmente, aunque ataca de manera más específica y directa la pobreza, la injusticia social, la inequidad y practica «discretamente» la llamada Acción Afirmativa, todavía no llega a la esencia de las diferencias, que engendradas a partir de los distintos puntos de partida históricos, subsisten entre los grupos raciales que integran la población cubana actual: blancos, negros y mestizos.

9. Las ciencias sociales y humanísticas, en particular, dentro de la educación superior, aún no asumen de manera suficiente el tema racial como algo de vital estudio e investigación, para la más profunda comprensión de la sociedad cubana actual y el insoslayable abordaje de su perfeccionamiento. Por lo cual, la docencia e investigación que aún se desarrollan en nuestras escuelas y facultades universitarias son insuficientes desde la perspectiva planteada.

10. El discurso público, por medio del cual se ataca la discriminación, todavía no es suficientemente divulgado, presenta también ciertas aristas que deben ser ampliadas. Aunque, a pesar de ello, sus formulaciones, ya encierran de por sí un basamento ético importante para debatir sobre la cuestión racial.

11. Una parte considerable de nuestra intelectualidad, ni siquiera menciona el tema racial, no tomándolo en cuenta como un problema a resolver. Por lo que es posible afirmar que existen diferencias importantes, incluso entre nuestros intelectuales, en cuanto a cuál es el momento específico del proceso de consolidación de la nación cubana y su cultura en que nos encontramos.

12. Nuestras estadísticas económicas y sociales, prácticamente ignoran hasta hoy el «color de la piel», con el consecuente posible cuestionamiento científico a la validez de sus conclusiones, al excluir del análisis una variable fundamental para la caracterización de la población cubana, así ¿Lo Cuál es la razón o razones, de las múltiples ocasiones en se produzca la pérdida de oportunidades que ello significa, al no reflejar la verdadera obra social de la Revolución.

Esto no se va a lograr si nuestras estadísticas no cruzan la variable color de la piel con el resto de las variables socioeconómicas, culturales y políticas. No basta con decir que hay un porciento de desempleo, hace falta decir qué color tiene, dónde está ubicado geográficamente, para verlo en personas físicas-concretas.

Un ejemplo de esa ausencia es posible verlo en varios informes rendidos por Cuba en los años más recientes: «Investigación sobre desarrollo humano y equidad en Cuba, 1999», CIEM-PNUD, La Habana, 2000; «Perfil estadístico de la mujer cubana en el umbral del siglo XXI», ONE, La Habana, 1999; «Cuba: 10 años después de la conferencia sobre la población y el desarrollo», CEPDE-ONE-UNFPA, La Habana, 2005; «Cuba: objetivos de desarrollo del milenio», Segundo informe, INIE, La Habana, julio de 2005.

En ellos se constata el gran avance logrado por Cuba en todos los órdenes, pero al no considerar el color de la piel, se pierde la oportunidad de presentar la obra de la Revolución en aquellos sectores y grupos poblacionales, donde la pobreza es mayor. Además de que es posible cuestionarse su validez científica, a partir de que no consideran un atributo fundamental de la población cubana, como lo es el «color de la piel».

Publicado en Havana Times

0 thoughts on “La Asamblea Nacional y el tema racial en Cuba

  1. Yoyo, responderé aquí porque en tu último comentario no me permite responder. Primero lo evidente, o mejor dicho las cosas evidentes: El problema racial en Cuba -y no solo en Cuba- es un problema esencialmente cultural. Hay problemas más urgentes y graves en Cuba que el problema racial. Los cubanos padecen una patología insular de aislacionismo mental debido a las condiciones políticas que impone el establishment. Ahora bien, no concuerdo contigo que no sea un problema que haya que debatir (no sé exactamente qué quieres decir con “hacer campaña”). No concuerdo contigo en que sea un problema “supuesto”, más bien ha sido, un problema pospuesto por más de cuatro décadas, y un problema “compuesto”, porque no es simple.
    Sobre los alemanes y el solarium: No me queda ninguna duda de que los muchos alemanes de manera personal, son personas civilizadas y dialógicas, de modo que no están en contra del racismo y de otras prácticas y acciones discriminatorias, pero suponer que porque van al solarium, a “quemarse”, no es un índice de solidaridad, de diálogo y civilización en el sentido multicultural. Me parece más bien cuestión de elección personal, consumo “cultural, placer, exotismo posmoderno al estilo “un poquito de lo otro”, o una mezcla de todo eso. En última instancia no es un índice objetivo de “no soy racista”. Sobre la Alemania Occidental y Oriental: no me queda claro que significa que los turcos se hayan “ganado su puesto” en la sociedad alemana, cuando tú mismo habías referido anteriormente que los “turcos tienen problemas raciales en Alemania”. Repito fielmente tus palabras, puedes buscarlo. Claro que los turcos en Alemania son una micrografía, una expresión de lo que ocurre, en mayor o menor medida, con las comunidades de inmigrantes que viven en Europa. Son unas cuantas comunidades y unos cuantos países. Tengamos en cuenta esos datos.
    Nota aparte. Yoyo, lo de sacar anécdotas a relucir es libre elección personal de cada quien. si hay alguien que lo hace constantemente eres tú, y si hay alguien que ha apoyado la legitimidad de hacerlo soy yo. Quizás no esté de acuerdo en todas las conclusiones que saques a partir de las anécdotas, experiencias personales, pero ese es mi derecho, e intento argumentar mis posiciones, lo cual es mi derecho, pero también, responsabilidad.

    • Oblomov,
      El ejemplo del solarium no tiene que ver con ser racista o no. Lo traje a colación para ilustrar cuan atrasados estamos en Cuba donde algunos quieren “adelantar” cuando en el resto del mundo (o al menos Europa), la gente ya no quiere tener el color de la porcelana.
      Se puede debatir el problema racial, claro. Pero repito, que no es el momento. Si cada grupo comienza a hablar para su lado no llegamos a ningún lugar. Creo que sería mejor apelar por arreglar las cosas que nos joden a todos (incluidos los de fuera) como son: la doble moneda, el arancel abusivo para entrar mercancías a la isla, el derecho de asociación, derechos políticos, derechos de movimientos, libertad de expresión, Internet libre, derecho a invertir libremente en tu país, etc. Esas cosas afectan a blancos, chinos, negros, mujeres, homosexuales, religiosos, feos, gordos, todos. Por ahí es por donde deben ir los tiros. Ya después tendremos tiempo de “refinar” la cosa.
      Alemania es un problema complejo. Cuando digo que los turcos se ganaron el respeto y leyes que les legalizaron me refiero institucionalmente. El sistema de leyes alemán es super respetuoso con las posibilidades de las minorías, todo está legislado. Otra cosa es lo que piense la gente. Como extranjero, la ley te garantiza el derecho al trabajo y que no te discriminen, pero en la calle no sales del círculo externo de los inmigrantes o en empresas alemanas que se expanden por el mundo (que por suerte son miles) donde hace falta gente que hable el idioma de los países donde aterrizan.
      A propósito, la comunidad turca tiene más de dos millones y medios de inmigrantes en Alemania. Ellos se ríen de la discriminación porque son un país dentro de este país y tienen sus industrias, escuelas, mezquitas, cadenas de importación, negocios de turismo, etc. Berlín con 120 mil turcos es a los turcos como Miami a los cubanos. Pero las comunidades pequeñas están jamando soga.

    • Yoyo sería bueno informarse mejor sobre el tema, muchas de las instituciones y personas que fuera y dentro del país tienen una visión de conjunta y mucho más que todos los comentarios que hemos puesto aquí en torno al racismo. Ya sea porque llevan tiempo dedicandose al tema, ya sea porque son especialistas, y aqui solo cambiamos puntos de vista. Sugerir cuándo se debe debatir un problema o no, ha sido una de las prácticas par excellence de los gobiernos totalitarios para administrar la memoria histórica de las sociedades donde imperan. Suponer que todos los que se encuentran inmersos esta cuestión como cubanos dentro y fuera de Cuba, solo se ocupan de este tema, y que sus presupuestos, sus propuestas y sus propias acciones no tienen una visión de conjunto, que rebasa la cuestión racial, es un error y desde dluego desconocimiento, de lo que hace Enrique Patterson, en el Instituto de Estudios Cubanos de Miami, el CIR, la Cofradia de la Negritud, y otros grupos y personas. Por poner sólo unos ejemplos…
      La frase “ya después tendremos tiempo para refinar algunas cosas”, puede ser muy peligrosa en ocasiones, sobre todo cuando se trata de una sociedad en visperas de un cambio radical, o en el momento del cambio radical.
      Me parece igual totalmente inconexo el hecho de revelar el “atraso” de los cubanos que quieren “adelantar” con que los alemanes vayan al solarium. Me parece una fallida comparación. justamente por los argumentos que dije en mi comentario anterior. Al mismo tiempo, percibo que quizás padeces el problema que padecen la mayoría de los intelectuales latinoamericanos de creer que independientemente de lo que hagamos o no estaremos siempre por debajo (atrasados) que el peor de los europeos.
      Sobre los “alemanes” y los “turcos”, (y sobre los alemanes y los turcos)..,. otro día.

  2. En USA los negros llevan mucho tiempo obteniendo logros sociales. No se trata de Obama solamente. Antes ya hubo mucha presencia de personas no blancas en el arte, la televisión y el mercado. Muchas historias de éxito.

    Pienso que eso elimina bastante la discriminación porque ya son años de estar viendo médicos, arquitectos, maestros, actores, parejas ínterraciales como algo normal y no sólo como el problema central de la novela.

    Y aún es posible ver chistes racistas en boca de Will Smith.

  3. Ir al Parlamento con algo concreto es una frase que en realidad se queda en un plano abstracto,, no por la imperiosidad y la justicia que implique tu demanda, sino por que se trata del Parlamento Cubano, sus 600 miembros y su funicionamiento dentro del marco del vigente sistema politico cubano, el cual de por si, invalida la posibilidad de legislar y luego ejecutar como política con justicia y en un marco democrático adecuado -en el caso de que sea aprobada-, no sólo una demanda de raigambre humanista como la que propones, sino cualquier tipo demanda concreta. Justamente el “se sabe” es ya un problemita a resolver. Porque en Cuba ¨se saben¨muchas cosas y también “no se saben” otro montón de cosas. Precisamente el Qué, el Cómo, y hasta cierto punto el Desde Dónde “se sabe” es algo que tendría que resolverse. Una sociedad con capacidad de convertirse en una sociedad bastante cercana a una sociedad de la información bajo otro cielo y sobre otra tierra¨¨-perdone la reminiscencia mesiánica- todavía se informa a sí misma -en términos globales- sobre la base de rumores, noticias parcializadas por un comando político ideológico y la desinformación rampante que impera impera en torno a cómo se mueve el mundo, y en qué lugar del planeta se encuentra a sí misma. En fin…

  4. Yo si siento que hay racismo y atrazo. Cosas que no son correctas y socialmente aceptadas aqui son dichas alla normalmente.
    Creo que es tantas generaciones viviendo juntas. Mis hijos jamas oyeron eso de que debian seguir adelantando hasta que fueron a Cuba. Si hubiera tenido que vivir con mi suegra seguro que lo hubiera oido desde que nacieran.
    Yo creo que eso influye. Tantas generaciones viviendo juntas, no deja que haya un desarrollo de mentalidad.

    • Mercedes sí, el racismo y el atraso van de la mano, porque una sociedad que permite la explicitación de prácticas racistas y sexistas -y cualquier tipo de práctica discriminatoria contra cualquier grupo social sea mayoría y minoría- en el espacio público es una sociedad que no va en sintonía con los ideales democráticos de libertad y respeto al Otro. No se debe a la “densa” coexistencia generacional, creo que hay otros factores que juega un papel más importante en esta historia. En principio lo que no deja que haya un desarrollo de la mentalidad es la ausencia de un marco global de libertades para el ciudadano, a partir de ahí se desprende todo, o mejor dicho casi todo.

    • Hola Oblomov. Yo trataba de explicarme porque mis hijos no tienen ese concepto de adelantar, de tener hijos mas claros y mis sobrinas en Cuba si.
      Buscaba una razon a eso mi micromundo. Y me encontraba con esa explicacion. De que a los mios los crie yo, con mis valores, con una minima influencia de generaciones anterioes. En mi casa y no en la casa de nadie.
      Pero es cierto, en Cuba no hay libertad para un genuino movimiento de derechos civiles (sea de raza, genero, o sexualidad) , todo esta controlado por el gobierno y las organizaciones al margen del PCC no existen.

    • Hola Mercedes, no había visto tu comentario. Si estoy de acuerdo contigo en cuanto a determinadas formas de manifestarse el racismo, las cuales no son combatibles a nivel “institucional”, por lo menos de manera directa. Institucional entre paréntesis, por que la familia es ya una institución, desde luego, y fundamental en todas las sociedades. La “noción de aldelantar la raza” muy impregnada en el provincianismo de la cultura cubana (razón tiene quien hablo de provincianismo), es uno de los tantos prejuicios que pervive en la mentalidad de muchísimos cubanos, negros y blancos. Lo cual hace que la cuestión sea más complicada, porque muchos negros la han incorporado. El mismo adolescente negro -hipótesis que puede vivirse en los 1250 km de largo de la Isla, por aquí acullá- que se indigna frente a una situación explícita de racismo oral -y hasta saca la cara en seña vindicatoria, y hasta el puño…- es el mismo que aprueba internamente la noción de “progreso racial” y hasta es capaz de reírle la gracia a su amigo “blanquito”. No todos los adolescentes negros, no todos los negros… Pero tampoco son uno o dos. Vale la aclaración. La cuestión de la pervivencia de prejuicios raciales es una mezcla de sedimentación cultural con la esquizofrenia política y social de los tiempos que corren la sociedad cubana. No hay mejor documento socio-cultural que muestre esta mezcla que el reggaeton cubano, En cualquier caso, es una noción que sólo puede ser en buena medida transformada en el mundo de la vida cotidiana, si ese mismo mundo es capaz de absorber una nueva nueva cultura política y una visión más civilizada y dialógica del otro.
      Yo tengo una amiga (blanca -lo pongo entre paréntesis sólo por que viene al caso la anécdota) en Cuba que no podía evitar hablar del pelo de los negros (de las negras), Toda la vida se había criado así, en el Centro de la Habana Vieja, Y me consta que no es una mujer racista. Simplemente no era capaz de encontrar otro término. En su caso específico. Por que el término existe.
      La cuestión es más sutil en determinados casos. En otros no es sutil para nada. Eso explica la situación específica de los negros en Cuba, en términos globales, con respecto a los índices de pobreza, estratificación social, marginación, etc.

    • Has tocado tremendo punto Mercedes. Cuando mi hermano se apareció con una novia negra mis abuelos pusieron el grito en el cielo, pero mi mamá estaba muy enredada en sus asuntos y casi no le prestó atención.

    • Mercedes, eso de adelantar la raza es muy provinciano. Es como todo en Cuba, parados en el tiempo.
      No hay progreso social, en ningún aspecto, y el tema racial es lo mismo. Lo mismo que el machismo, la violencia doméstica.

  5. Yo iría al parlamento con algo concreto. Por ejemplo, se sabe que grupos raciales tienen diferentes tendencias en cuanto a tipos de enfermedades.

    Aceptar las diferencias y trabajar con ellas. Ayudaría mucho un programa de salud que atienda esto.

  6. Otra cosa es la policía.

    Yo soy blanca como la leche y también me han parado. Y a mi hermano de pelo amarillo y ojos azules también. Y a mi tío de 80 años hasta le cayeron en la finca por jugar gallos adentro de su propiedad. Y a mi papá que tenía un almendrón no había día que no lo pararan a pedirle papeles. Y a mi abuela la tuvieron una noche presa por comprar carne para luego dejarla ir con una multa de 40 pesos. Y a una amiga de Camagüey, que vendía queso en La Habana, la pararon y le decomisaron lo que llevaba encima. Todos estos casos se tratan de gente blanquísima.

    Quizás percibimos que la policía para más a los negros, pero es falso que no pare a los blancos. Quizás en una cárcel de La Habana o Santiago uno vea muchos negros, pero en una de Manacas vas a ver un montón de guajiros blancos que están presos por matar vacas.

    Y en cualquier caso, mientras no se documente y no se pruebe, sigue siendo un asunto de percepción.

    • Nadie ha dicho, -o por lo menos yo, no apoyaría semejante óptica basada en el resentimiento- que no se para a los blancos, ni siquiera se ha dicho que se detiene a todos los negros, no se trata de blancos contra negros, ni de negros contra negros. No se trata de ponerse a uno como ejemplo, aunque es válido, para sacar un teoría sobre la existencia y los modos de supervivencia, enraizamiento e intensificación del racismo en Cuba. Porque evidentemente para eso habría que apoyarse en investigaciones cualitativas y cuantitativas realizadas correctamente, cosa que en Cuba brilla por su ausencia, en buena medida y no sólo con respecto a este problema social.
      Se trata en parte de cómo se manejan los estereotipos raciales en la sociedad cubana actual, y como detrás de esos estereotipos se encuentran las verdaderas causas de la marginación y criminalización de diversos sectores sociales, que justamente fueron los que más perdieron en los últimos 22 años. Y por supuesto,captar las nefastas consecuencias que tiene a nivel social en términos globales, porque es toda la sociedad quien pierde, y no sólo un grupo racial.
      Cada uno parte de sus experiencias personales, lo cual es legítimo; sacar conclusiones generales apresuradas a partir de experiencias personales, es otro tema. De hecho, con respecto a problemas sociales concretos, esbozar políticas universales, cuando vivimos en el espacio de una sociedad planetaria que afecta positiva y negativamente en todos los niveles a cualquier sociedad, conduce siempre a errores crasos. Ese es el principal error del autor del artículo, si bien su reclamo vindicatorio puede ser legítimo. Pretender que el “Parlamento” “arregle” el “problema”, es una pretensión que sólo puede provocar risa. En primer lugar porque el Parlamento no “arregla”, legisla, en segundo lugar, porque no se habla del “Parlamento en sí” sino de un conjunto de personas que al cabo de 50 años hablan en público del “problema racial”, sin ninguna definición, fuera de toda ausencia de demanda popular real -nota apartes un grupo de intelectuales preocupados no es suficiente en Cuba para hablar de demanda popular real cuando el contenido de la demanda es de esa magnitud-, y en tercer lugar lo más evidente. El “Parlamento” no funciona exactamente como Parlamento. Y eso ya sabemos porque es.

    • “Se trata en parte de cómo se manejan los estereotipos raciales en la sociedad cubana actual”

      Sí, totalmente se trata de eso. PERO, ni siquiera hablan en claro de cómo se manejan los estereotipos.

      ¿El parlamento va a prohibir hacer chistes de negros o de pinareños? Lo dudo.

    • Creo que distintas formas qué entender por racismo, discriminación racial y discriminación en el sentido estricto de la palabra. Son tres conceptos diferentes y justamente por el carácter negativo que embargan y la conciencia a nivel social en la mayoría de las sociedades sobre los problemas a los cuales apunta no creo que haga falta que explicarlos mucho. Aunque parece que a veces se hace necesario.
      Creo, al mismo tiempo, que quizás la discusión pudiera estar en otra parte (“alguien” pretende explotar la discusión sobre la cuestión racial, ocultando otras cuestiones de vital importancia; “alguien”2 pretende dar prioridad a la dimensión racial por encima de otras dimensiones sociales o de la cuestión ideológica y política; o simplemente “alguien” pretende depreciar el asunto racial porque la trinchera vital está en otra parte) y no nos permite hablar objetivamente sobre el asunto “en sí”. Yo me salgo de esas hipótesis, porque cada cuestión tiene su propia importancia en la medida que hay un reconocimiento social (implícito o explícito) sobre este; en la medida en que surjan interpretaciones y debates, grupos de intereses, políticas o acciones en favor o en contra, demandas, soluciones en potencia o reales, etc. Y creo que de la misma manera –pero no en la misma medida-, en que el problema fundamental de nuestra nación se percibe en el plano político, en el sentido más estricto y más global del término; también es reconocido el problema racial. como uno de los problemas fundamentales de la sociedad cubana (aunque lógicamente con menos importancia que el anteriormente mencionado).
      Ahora bien, si existe racismo seguramente es porque existe también discriminación racial. Tu hablas de discriminación “formal” yo hablo de discriminación real, que afecta a personas concretas. El hecho de que sea posible que no se elimine jamás sobre la faz de la tierra el racismo –porque se encuentra en las vísceras o en los genes nuestros- no justifica la ausencia de protesta, crítica, lucha organizada cívicamente, etc. No sólo contra el racismo, sino también contra el machismo y contra el sexismo… que son otras ¨formas racistas¨ de entender a la humanidad. Justamente porque cada forma de discrminación social comprende acciones (ciertamente acciones negativas cometidas por sujetos o grupos sociales de manera extra o intrainstitucional, de manera explícita o implícita), y leyes (o ausencia de leyes de protección, o de carácter afirmativo que concretamente contribuya a combatir la discriminación de cualquier tipo), es que creo necesario que haya un debate maduro y progresivo, insertado orgánicamente dentro de la sociedad, y en la medida de lo posible no manipulado por los poderes. En parte ese debate ha tenido lugar en la sociedad cubana y, creo que es positivo. En buena parte ha sido manipulado, y eso también es inevitable.
      Es muy notorio -o quizás no entiendo bien tu noción de “acción discriminatoria”-, que sepas de acciones discriminatorias contra homosexuales y mujeres (las cuales también he visto), pero ninguna contra negros. Sobre todo, teniendo en cuenta que no hablamos de Finlandia -donde supongo que no haya muchos negros, no lo sé-, sino de Cuba, donde hay más de un millón de negros. Sobre las consideraciones personales –sin pretensiones de ser globales- de cómo ver la cuestión racial en Cuba, lo he dejado escrito en otros comentarios. De paso, te dejo aquí casos “concretos” (de “aquí” y de “allá”), también contextualizados, sobre acciones de discriminación racial en nuestra sociedad. Los dejo de esta manera, porque prefiero moverme sobre testimonios completos, y no “sobre lo que ví y dejé de ver alguna vez como experiencia de la discriminación racial”. No creo en los argumentos cómo “punta de lanza”, creo en los argumentos como elementos lógicos de un discurso que pretende verificar, comprobar, demostrar según la lógica una tesis. Y es más que sabido que la “lógica de los hechos” necesita más que “casos concretos”.
      1. Persiste sutil discriminación racial en Cuba, denuncia escritor. Gerardo Arreola.
      (http://voselsoberano.com/index.php?option=com_content&view=article&id=12796:persiste-sutil-discriminacion-racial-en-cuba-denuncia-escritor&catid=22:internacional)

      2. Nuestra ceguera blanca. Yusimí Rdguez.
      (http://revista.ecaminos.org/article/nuestra-ceguera-blanca)

      3. La otra ceguera. Yusimí Rodriguez
      (http://observatoriocriticodesdecuba.wordpress.com/2012/08/18/la-otra-ceguera)
      4. Cuba: doce dificultades para enfrentar al (neo)racismo e doce razones para abrir el (otro) debate. Roberto Zurbano
      (http://www.geledes.org.br/atlantico-negro/afrolatinos-caribenhos/cuba/10182-cuba-doce-dificultades-para-enfrentar-al-neoracismo-e-doce-razones-para-abrir-el-otro-debate)
      5. Racismo, totalitarismo y democracia. Enrique Patterson
      http://www.iecuba.org/resources/Racismo_patterson.pdf

  7. En Cuba más fácil yo encuentro una discriminación formal contra la mujer: según el INDER las mujeres no pueden practicar boxeo, que contra los negros. Por qué los machos del INDER dicen que las mujeres no pueden con el boxeo, si hay boxeo femenino por todas partes y en última instancia es asunto de cada una si quiere practicar este deporte. Eso sí es discriminación.

    Insto al autor a que me cite al menos una ley, norma, decreto, circular, práctica, o lo que sea, que discrimine a los negros. No la hay. Por eso no comprendo qué hace este tema en la Asamblea Nacional.

    A menos que se busque que les den ventajas sobre los blancos. Racismo en positivo, creo que le llaman a eso.

    • Respeto tu sinceridad, pero no creo que sea suficiente para englobar una realidad tan compleja la cubana, una realidad multiétnica y multicultural en la cual hoy viven según censos oficiales recientes aproximadamente 1 millón 200 mil negros y negras, en una nación de más o menos 11, 2 millones de habitantes. Es posible que tu nunca hayas visto ninguna manifestación de racismo en Cuba. Considérate hasta cierto punto feliz por eso, pues no es una situación que se agradece fácilmente. No obstante, los múltiples testimonios publicados o no por parte de personas concretas que lo han vivido en carne propia, o lo han visto de cerca, las publicaciones de numerosos intelectuales de dentro y de fuera, hasta la propia aceptación del Gobierno contradice tu sinceridad. El racismo en Cuba, en muchas ocasiones intra y extrainstitucionalmente se práctica de manera velada, es decir, no se hace explícito. Eso no significa que no existe, y tampoco garantiza que no se vuelva explícito. En última instancia contentarse, conformarse con el racismo implícito porque es menos “violento” que el racismo explícito, puede llevarnos sin querer al cinismo. Como también, el racismo no es unilineal, no se trata solamente de que te nieguen un televisor Panda en tu centro laboral. Mi consideración no tiene ánimos de refutación, sino de analizar las cosas un poco en profundidad. En una sociedad que carga con un pasado y presente lleno de prejuicios de todo tipo, ideológicos, sexistas, genéricos, racistas, y un largo etc, con más de un millón de negros (muchos de los cuales) ¿es posible que no haya siquiera un negro que haya sido discriminado? Difícil de creer, Te invito a conocer un poco sobre la historia del Ballet Nacional de Cuba, y de otras instituciones prestigiosas de la cultura cubana, por poner sólo un ejemplo. Si no ¿quá sentido tiene la aparición de grupos críticos de presión, de derechos humanos y de otros tipos que han emergido en los últimos veinte años tanto desde la izquierda como de la derecha con semejantes demandas en favor de los negros y en contra de la discrminación racial?
      Concuerdo totalmente con que la discrminación no es sólo del tipo racismo antinegro, las mujeres, los orientales, los homosexuales, en fin la lista es larga y el problema es más complejo en su análisis….

    • No he dicho que no hay racismo sino que es difícil encontrar y demostrar un solo caso a nivel institucional. A nivel callejero sí, hay mucho y muy tolerado. Hasta muchos negros han incorporado el lenguaje racista.

      Claro, que yo también he presenciado situaciones de “¿quien tiró la tiza?-el negro ese”, “la negra se planchó la pasa”; pero no me viene a la mente un caso tipo: “El INDER dice que los negros no pueden practicar natacion” o “El sindicato dice que el carro se lo vamos a dar al blanco porque es más sensible al sol”, o “El director dice que los negros vayan acortar caña y los blancos al laboratorio”.

      No recuerdo un sólo caso en que sea posible tipificar una acción racialmente discriminatoria que permita legislar sobre esta acción. No encuentro nuestra Rosa Parks en Cuba.

    • Comentando los comentarios del Yoyo, se desprende claramente que no sostengo ninguna equivalencia entre el problema racial tal como se presenta en la historia de los Estados Unidos, y tal como se manifiesta en nuestra sociedad. Nadie de los presentes, incluyendo al autor, le ha dado por eso. La discusión va por otro camino. Como mujer entiendo (he sobreentendido que eres mujer por el comentario que aparece abajo sobre que eres más blanca la leche) que ponga más énfasis en la cuestión de la discriminación de la mujer. Y te apoyo. Yo quizás hago más énfasis en la cuestión racial, porque soy negro, más negro que el café (el café original de Oriente, y no el de las bodegas capitalinas que lo mezclan con no se qué). Lo que no estoy muy de acuerdo, quizás es con cierta manera en que ves las cosas: la demanda del boxeo como derecho de la mujer, no es una demanda tan esencial, aunque debe ser igual tomada en cuenta y valorada, como otras demandas de carácter más global sobre la discriminación a las mujeres, al homosexual o a los negros. Yo no tengo que aspirar a que el racismo en cuba sea tan retorcido como el que se manifestaba en los 50 y 60 norteamericanos, para escandalizar al cubano cubano y al Parlamento, sobre cuestiones que simplemente deben ser debatidas en públicos porque constituyen flagelos que afectan de una manera real a la sociedad cubana actual.

    • Oblomov: ¿Conoces algún caso concreto de discriminación racial en Cuba?

      Al menos un caso, que se pueda utilizar como punta de lanza para demostrar que hay discriminación.

      Racismo siempre va a existir a nivel de la gente. Y no hay parlamento que lo impida. Y menos con el recato y la mojigatería que se vive en Cuba. Mientras haya razas habrá racismo, así como mientras haya machos y hembras habrá machismo. Pero discriminación implica algo más concreto, acciones, leyes, prohibiciones, normas. No se trata que por ser mujer yo tenga más ojo para una discriminación por género. También encuentro que ha habido actuar discriminatorio con homosexuales. Y si conociera de que esto ha ocurrido por motivos raciales no estuviera en esta posición.

    • Oblomov,
      Yo creo que el problema “racial” en Cuba es más un problema cultural y de aislamiento de pueblo de lo que pasa en el mundo.
      Lo digo porque todos conocemos que los alemanes llevaron al punto máximo el tema del racismo y la superioridad de la llamada raza aria. Después de derrotado el nazismo, surgieron dos Alemanias: una abierta al mundo y otra encerrada en el estrecho mundo del socialismo. La RFA tuvo contactos con soldados americanos negros, en los 70 importaron millones de turcos que ayudaron a la reconstrucción alemana y que por ser una fuerza tan grande demandaron leyes para su legalización etc. En fin los alemanes occidentales se acostumbraron a ver negros, chinos, indios y cualquier raza caminando por sus calles. Esa gente les ayudaron a reconstruir el país y se ganaron el respeto.
      Los alemanes orientales vivieron en una urna de cristal. Los únicos extranjeros que vieron eran los rusos que les lastraban con una multa increíblemente grande como pagó a los destrozos de la guerra. Tambien vieron muchisimos vietnamitas y cubanos que llegaban y cargaban con lo poco que tenian para llevarlo a dus paises.Los extranjeros eran para ellos gente odiable.
      Hoy el racismo en Alemania y el repunte neonazi es más evidente en proporción abrumadora en las regiones de la ex RDA.
      Volviendo a Cuba, este es un problema nado menos similar. El aislamiento hace que la gente no sepa por donde va el mundo. No te creen cuando les dices que en Alemania los alemanes se meten en el solárium para ser más “negros” y salen con ese color “Julio Iglesias” horrible. Desgraciadamente casi todos los que nos visitan son europeos o canadienses, en su mayoria blancos, lo que no ayuda a ver como se ha movido el mundo. No pueden contrastar por ejemplo que los negros en Estados Unidos también hacen turismo por lo que el mensaje subliminal es: todos los turistas, los que se pueden pagar vacaciones son blancos.
      La cosa no está en sacar anécdotas a relucir. Un problema lo tiene cualquiera en cualquier lugar sea del color que sea y por eso no creo que haya que hacer una campaña para combatir un problema que en Cuba no es el más crítico. Tenemos problemas muchísimo más graves que discutir y solucionar que afectan a todos.
      El problema en Cuba es que tenemos que hacer una segunda campaña de alfabetización para enseñar a la gente que tienen derechos, que basta con ser un ser humano para ser respetado, que tienen en derecho a decir lo que piensan sin temos a represalias, que tienen el derecho a entrar y salir de su país cuando deseen sin pedir permiso a nadie o de moverse y de radicarse en cualquier lugar de la isla. Que tienen derecho a asociarse o no en la organización que deseen.
      Esos son problemas mucho más urgentes de resolver que el supuesto problema racial, al menos en este momento

  8. Después de vivir en Asia y en Alemania (además de media Europa) y visitar los Estados Unidos no creo que Cuba sea racista sino:
    En Cuba hay discriminación por origen
    Si naciste cubano, te jodiste. Poco importa si eres blanco, negro o a rayas. Tus derechos están limitados a poco más que comer, dormir y respirar. Tendrás un salario bajísimo, tendrás que acatar la doble moneda, tendrás que agradecer al patrón que te haya enseñado a leer y que te mantenga sano (con el dinero que produjiste para él y que no te pagó). Pero no podrás abandonar la dotación sin su permiso y sin dejar garantías a cambio (que puede ser un esclavito menor, o sea, tus hijos). No podrás visitar otras provincias, ni asociarte libremente a otros en tu misma condición. Eso es para todos.
    EN Cuba hay discriminación política
    La propia constitución proclama la superioridad de un grupo de hombres por sobre todos los otros: el partido comunista es la fuerza rectora superior de la sociedad Dejando de un plumazo al resto de la sociedad a merced de lo que este grupo, que ni siquiera es mayoritario “piensa” que es lo que nos conviene.
    En Cuba no hay discriminación racial
    Las posibilidades de TODOS los cubanos son las mismas. O para decirlo mejor: las imposibilidades y prohibiciones a que se enfrentan TODOS los cubanos son las mismas. Nadie puede decir que los blancos ganan más que los negros (en Asia los malayos ganan menos que los chinos solo por ser malayos), nadie puede decir que en Cuba los negros no pueden estudiar o entrar a la Universidad, quién no conoce un profesor, médico, abogado negro o chino en Cuba. Casi todos los inmigrantes cubanos que conozco en Alemania son negros, (o al menos comparados con los alemanes no engañan a nadie). Curiosamente además, todos son profesionales: arquitectos, ingenieros civiles, abogados, bailarines graduados del ISA… no hay un negro plomero, ni estibador de los muelles. Ahora cómo le explico a los alemanes y que me crean que en Cuba hay racismo, cuando además los dominicanos, colombianos o africanos que conozco apenas saben leer y escribir mientras los cubanos hablan perfecto alemán, inglés, español y hablan del renacimiento o de Van Goh como si fuera cosa de todos los días.
    Muchas veces se confunden en Cuba las preferencias con racismo. Cualquier ser humano puede y tiene el derecho de escoger con quién quiere andar, quienes son sus amigos, cómo luce y con quien se quiere acostar. Eso no es racismo. Si tú eres gótico y abrazas esa doctrina, te juntarás con gente de piel muy blanca que se viste de negro, pero si eres practicante de una religión de procedencia africana en Cuba lo más probable es que andes con negros que se visten de blanco. Y no por eso cualquiera de esos grupos son racistas.
    Un detalle: la policía para más a los negros que a los blancos: Es verdadero, pero esto se debe más a la baja profesionalidad y la mentalidad tercermundista de los policías que a un objetivo marcadamente racista.
    Mucha gente afirma que en Cuba para trabajar en turismo o en una firma extranjera hay que ser blanco: Otra falsedad. Yo negro trabajé en una firma cubano-española en Cuba, los capitalistas contratan a la gente por el dinero que les puedan reportar, no por el color de la piel. Eso es negocio, no una pasarela de modas. Varios de los mejores y más grandes hoteles construidos en los 90 en Cuba fueron proyectados por “no blancos”: Meliá Varadero, Sol Palmeras por ejemplo. Meliá Santiago, El centro comercial de la Puntilla, el aeropuerto de Santiago y muchas otras obras de ese calibre fueron concebidas por el arquitecto descendiente de chino de apellido Choy y además oriental (de las provincias orientales) que es hoy quizás el arquitecto de mayor reconocimiento en Cuba.
    Así yo tengo amigos médicos, cirujanos y un epidemiólogo que son invitados a universidades y congresos en Europa. Todos ellos negrísimos.
    Toda esta gente por mucho que tengan talento, cobran una miseria de salario (comparado con lo que aportan), no porque sean mulatos, chinos o a rayas sino por ser cubanos. Ellos tuvieron que pedir su permiso para salir de Cuba a representarla y vivir de un estipendio miserable en Europa para llevarle algo a sus hijos. Pero toda esta gente tiene algo en común: una autoestima muy grande. No se quedan en el lloriqueo y la justificación de “no pude porque era negro/mulato/chino”.

    El problema de Cuba nos afecta a todos. Dice el dicho, divide y vencerás. Lo último que le hace falta a Cuba ahora es que cada cual tire para su lado cuando el barco se nos hunde a todos bajo los pies.

    • Yoyo quiero dialogar contigo unos puntillos, de paso con el que le interese leer el comentario. La frase inicial de Cuba no es racista, es una frase vacía de sentido, por ser una generalización que no tiene ningún contenido. Es como decir En Cuba las cubanas están buenas. Como cubano sonreiría y mi ego quizas sonreiría -y no del todo inocentemente- pero esta claro que es otra frase vacía de sentido. Cualquier generalización de evaluación moral de totalidades del tipo “los cubanos son asi”, “Cuba es así”, “Estados Unidos es así o es asao”, no lleva a ningún lugar. Que quede claro, moralizar totalidades. Por el contario si yo digo que Venezuela es el segundo pais más violento del mundo, Estados Unidos impera una democracia liberal o en Cuba impera un sistema monopartidista antidemocrático, son realidades que pueden ser discutibles, pero al mismo tiempo defendibles y sustentables.. Fundamental no estoy haciendo directamente con tales frases evaluaciones morales, aunque pueda tener cada frase una resonancia moral.
      En Cuba hay discriminación política y hay discriminación racial . Lo que te hace dudar o pensar que no hay discriminación racial, no es tanto tu ejemplo personal, como el hecho de que ves por separado los elementos positivos de una revolucion social que en terminos globales garantizó educación y salud gratuita universal, con la capacidad de reproducción de los escuálidos sectores de la clase media postrevolucionaria y la emergente clase tecno-gerencial post 90 -en la cual por ciertos hay negros-, por poner dos ciclos que garantizan en gran medida la persistencia de la discriminación racial en Cuba.
      No se trata de si mi vecino de al lado cree o no, si su hija blanca debe estar o no con un negro, hay un margen inmenso de libertad en lo que deciden los padres y la familia y lo que decide finalmente la hija. Y contra eso no hay ley que pueda.
      Se trata del modo en que la sociedad cubana se “organizó” en el último medio siglo, especialmente en el marco de la relaciones políticas y en el marco de las relaciones laborales.
      Por otro lado, creo que tienes un problema de perspectiva, crees que con ejemplos personales propios y cercanos -legítimos en sí mismos desde luego- puedes planchar de una vez la discusión, y decir que en Cuba no hay racismo. Eso desde luego no es base para soportar una conclusión de semejante magnitud. Los ejemplos san validos para matizar, pero no para dar una conclusión tan atrevida, como decir que en Cuba no hay discrimincaión racial. Ahora bien, si alguien se lo toma tan a pecho, u otro se muestra un poco más o un como menos indiferente, entonces estamos hablando de otro tema, es cómo el debate sobre un problema real se lo toma cada cual en el plano afectivo, y eso es elección personal.
      Lo explicaré de otra manera, yo vivo en en un pais de la Unión Europea, tengo dos amigos que fueron encarcelados hace seis meses por poner afiches en toda la ciudad con el nombre y la imagen de un parlamentario en clave hieprcrítica pero no ofensiva. La imagen de un parlamentario que según la propia opinión pública no gozaba de mucha legitimidad. Estos dos amigos estuvieron en la Policía durante dos días, y luego fueron soltados. Faltan mil elementos, pero grosso modo esta fue la situación. Por esa situación específica, que aconteció a dos amigos mío no puedo decir que vivo bajo una dictadura, donde nadie puede expresar su criterio abiertamente. Sería una conclusión apresurada, y totalmente desacertada. Hasta donde yo tengo entendido ningún país de la Unión Europea es una dictadura.
      Con algo estoy de acuerdo contigo,.Con la frase final, convertir el poblema racial en el principal problema del pais, o apuntalarlo políticamente, separándolo de los demás problemas y cuestiones, que en muchas ocasiones son tan graves o más graves que este, es un error craso. Pero eso no justifica una conclusión tan general como afirmar que en Cuba no hay discriminación racial.

    • Oblomov,
      Por supuesto que yo ni nadie puede sustentar tales afirmaciones con estadísticas. Porque de hecho no las hay. Pero si creo que es válido establecer comparaciones y de hecho abro mi comentario con la siguiente frase
      Después de vivir en Asia y en Alemania (además de media Europa) y visitar los Estados Unidos no creo que Cuba sea racista …
      De ahí que mi análisis no se base en términos más o menos absoultos sino en la comparación con otras realidades. El volumen yo no lo puedo demostrar, pero si puedo afirmar que en Asia el racismo es mucho más fuerte, que en Alemania si te pones a tontear no la pasas bien por el hecho de ser negro o al menos extranjero.
      Por ejemplo, sé que en Canadá está prohibido pedir fotos, hablar de origeno edad en las solicitudes de trabajo. En Alemania un cubano amigo, ingeniero, negro, rasta decepcionado porque no le aceptaban cambió su apellido y colocó una foto de un modelo blanco en el currículo. De inmediato le comenzaron a responder.
      La comparación es válida: En Cuba vas a tener menos problemas raciales que en Malasia siendo malayo o que siendo turco en Berlín. En Cuba no encontrarás una campaña como la de aquel candidato suizo que ponía unas cuantas ovejas blancas, expulsando a una oveja negra por encima de una cerca (la frontera suiza) de una patada.
      No con esto quiero decir que la vida de los negros en Cuba sea olor de rosa, sino que en otros lugares pueden tener además de los problemas que afectan A TODOS, morir. No digo tampoco que sea mejor vivir en Cuba que en Alemania, son problemas y realidades distintas. Si en Cuba cualquier negro puede ser cualquier cosa que haga un blanco (siempre que no sea de apellido Castro) en Alemania cuesta entender que como extranjero (no solo los negros) tienes limitaciones, tienes un lugar asignado. Y puedes ser Einstein en negro que no vas a llegar. La sociedad no te lo permite y no quiere decir que incluso llegues a ganar buen dinero (usando los idiomas, en empresas tabacaleras, exportadoras, en servido de atencion al cliente en tu pais de origen y si acaso un restaurante etnico; pero siendo “el negro, “el inmigrante” no vas a hacer una empresa como se puede hacer en USA. Tampoco vas a encontrar en Alemania un jefe de un aeropuerto negro o turco como yo vi en San Francisco (USA).
      Espero haberme hecho entender. Mi analisis es comparativo.

    • Sinceramente, yo nunca he visto que en Cuba se le niegue algo a un negro solo por ser negro. No a nivel del Estado, y no oficialmente. No como a los homosexuales y no como a las mujeres. Eso sí ha sido discriminación.

      Si iban a dar un carro o una moto se la daban a un hombre, y en una de aquellas asambleas llegaron a decir que la mujer, a pesar de tener más méritos que el compañero, podía coger botella y que por eso le daban la moto a él.

    • Yoyo la conclusión que sale de tu análisis comparativo ha matizado la conclusión inicial, lo cual me parece más acertado. En cierto momento dices: La comparación es válida: En Cuba vas a tener menos problemas raciales que en Malasia siendo malayo o que siendo turco en Berlín. Eso cambia las cosas. Te doy la razón, depende de cada sociedad, y sobre todo de factores culturales (en sentido amplio) la intensidad con la que se manifiesta el racismo en cada sociedad.
      Ahora bien, me he fijado en las referencias geográficas que has usado, cómo percibe la cuestión racial en los Estados Unidos, Canadá y Europa Central, He pasado por el Aeropuerto de Frankfurt y sé a qué te refieres con el racismo cuasi-visceral de una mentalidad “neonazi” que impera todavía en Alemania, y que ahora ha encontrado caldo de cultivo en un buen lote de la Unión Europea (Italia, Grecia, España -en menor medida-, Inglaterra, etc), por causa de la inmigración y otros factores. En cambio, en Estados Unidos y Canadá -sobre todo en Canadá- la cuestión racial se enfrenta de otro modo, pese a que en Estados Unidos la “bomba racial” de vez en cuando explota, sobre todo por cuestiones políticas asociado a las elecciones, las relaciones con América Latina, el narcotráfico, etc. Pero en términos generales estoy de acuerdo contigo. En Canadá, normalmente los canadienses, debido a su formación cultural, no se permiten ni permiten a los otros en el mundo de la vida cotidiana y los espacios públicos hacer referencias de carácter negativo con respecto a cuestiones étnicas. A mi juicio es uno de los países más avanzados en esta cuestión. Por eso, en parte, se encuentran donde se encuentran. En fin el tema es largo, tengo la impresión de que a nivel institucional en Estados Unidos ocurre más o menos lo mismo, pero la esquizofrenia de su política exterior con respecto a como ver al Otro, condiciona en buena medida, la visión que pueden tener sus propios ciudadanos. Alemania y la Unión Europea, como te decía antes, vive otra realidad.
      Sin embargo, analizando superficialmente el asunto hace unos meses, encontré las declaraciones conjuntas del tristemente célebre Kadhafi con el otro tristemente famoso político Berlusconi. Julio de 2009, negocio por delante, Kadhafi en su delirante proyecto panárabe-panafricano, hablaba literalmente del miedo a una Europa negra, entre otros despectivos y frases racistas que dejó atras con creces al mismísimo Berlusconi. En 2010 el Kadhafi intentó chantajear a la UE 5 mil millones de euros para evitar la “negrificación de Europa”. Esto sin contar, los múltiples enfrentamientos de los grupos neonazis que especialmente en la Europa del Sur, y en Alemania, tienen con los inmigrantes. Por suerte, aquí en Europa tenemos no sólo las estadísticas, sino grupos de múltiples tendencias y orígenes que enfrentan también el problema, puesto que hay conciencia de su gravedad.
      La manera de manifestarse en Cuba el racismo es totalmente diferente, si se quiere más sutil y no hay arraigo de una cultura política racista. Esto significa una enorme diferencia que valida tu comparación. En Cuba, a nadie se le ha ocurrido construir un grupo político en contra del peligro negro. El “peligro negro” es cosa del pasado republicano. Hasta dónde yo sé, se remonta a los años 10 y 20 del siglo XX cubanos. La historia de Cuba -no muy bien enseñada en la escuela- lo refleja con los sucesos siguientes: “la Guerrita de Razas´, la masacre racial de casi 3000 negros y mulatos, el fiasco del Partido de Independientes de Color, las ambiciones del Tiburón, la solución final del PCC en la década del 30 con la llamada Franja Negra, etc. Y no es casual que en 20 años de crisis profunda a nivel sistémico, no haya emergido ningún grupo radicalista con semejantes pretensiones (tampoco creo que vaya a surgir).
      Por supuesto, que la vida de los negros en Cuba no es color de rosa: la persistencia de prejuicios coloniales, la ausencia de una política democrática, la construcción sesgada de nichos y redes de reproducción de las relaciones laborales y políticas, no lo permite, No se lo permite a muchos independientemente de su color, Aunque el color sigue jugando un papel clave en el sesgo ideológico.

    • Oblomov,
      Coincido con 100%gusano que en Cuba otros grupos sociales podrían quejarse de ser verdaderamente atacados oficialmente, pero no los negros. En un discurso del 13 de marzo de 1963 Fidel dijo refiriendose a los homosexuales:
      Hay unas cuantas teorías, yo no soy científico, no soy un técnico en esa materia (RISAS), pero sí observé siempre una cosa: que el campo no daba ese subproducto. Siempre observé eso, y siempre lo tengo muy presente.
      “Que no confundan la serenidad de la Revolución y la ecuanimidad de la Revolución con debilidades de la Revolución. Porque nuestra sociedad no puede darles cabida a esas degeneraciones (APLAUSOS) (….) Estoy seguro de que independientemente de cualquier teoría y de las investigaciones de la medicina, entiendo que hay mucho de ambiente y de reblandecimiento en ese problema. Pero todos son parientes: el lumpencito, el vago, el elvispresliano, el “pitusa”

      Ese subproducto son los gays a los que la revolución tilda directamente de “degeneración”.
      En este sentido, yo admitiría como justa una lucha por la reinvindicación de los derechos homosexuales. Ahora tienen a Mariela, que los reinvidica un poco, pero aún hay un tremendísimo trecho para que los homosexuales puedan gozar de la misma consideración que un negro. Si esos negros se pintasen de blanco seguirían teniendo exactamente los mismos problemas que el día anterior. Si un gay esconde su condición hace una vida normal, si un día sale del closet puede hasta perder el trabajo. Y si llega ostentando su condición de gay ya de entrada posiblemente no le den el trabajo.
      En menor medida pasa lo mismo con la mujer.
      Ningún negro puede decir que la sociedad no le deja avanzar, que gana menos dinero, o que no le dejan salir de viaje y a los blancos sí. Por eso me parece una tontería ponerse a pelear por cosas que nos afectan a todos.

  9. Memorias de la calle Obispo

    Pasaje I: Félix es un negro que vive en el Vedado. Buen muchacho con una sensibilidad musical increíble para el rap. Me dice un día que el tiene un expediente en su casa de la cantidad de veces que lo han parado por caminar en la Habana Vieja, Centro Habana o Miramar. Dice que lo han detenido en quince ocasiones en lo que va de año para requerirle el carnet de identidad sin dar explicaciones de ningún tipo. Trenzas de rapero, camiseta de Malcom X: sus atributos que lo hacen a priori sospechoso. Una vez, – me dice- iba con dos amigos míos blancos. Un profesor de música y su hijo. Este profesor parecía un tipo sacado de los Alpes suizos, pero cubano de pura cepa. En medio de la Calle Obispo nos detiene un policía, y me pide el carnet a mí. Me tira por la planta. Mi profesor indignado le pregunta porque no le ha pedido el carnet a él y a su hijo, pero el policía no responde y da la espalda. Policía negro que tiene que enfrentarse también a la indignación de mi profesor que ha estado reclamando de continuo para pedirle una explicación al policía. En ese preciso instante llegó un joven vestido de civil y le dice al policía que me devuelva el carnet. Positivo –dice el policía negro. Compredimos la escena que dejó sin voz a mi profesor, y seguimos nuestro camino. Mejor dicho, la escena se comprendió a sí misma, porque no me queda claro como en la calle más trransitada de Cuba es posible que te paren más de 10 veces el mismo año.
    Pasaje II: Un amigo mío que ha salido del país en dos ocasiones a España, me cuenta que una amiga suya de Barcelona viene a Cuba para visitar el paraíso socialista del Caribe. Y quien te dice compadre que el primer día cuando le doy la bienvenida decidimos celebrar nuestro reencuentro tomando uno de los deliciosos mojitos de la Habana Vieja. ¡Y nos han parado en menos de dos horas cuatro veces! Yo no sabía que hacer, pero lo peor de todo era que mi amiga es periodista y se indignó las últimas tres veces y quería documentar todo aquella situación. Yo le dije que no, por favor, sino era peor. Eso significaba la imposibilidad de volver a salir, porque existe un delito llamado asedio al turismo, que consistía en que si un cubano se ve al lado de un turista… en fin, ¨pa que decir si tú sabes¨…
    Estos hermosos pasajes de la vida cotidiana en Cuba me hacen pensar en el speech del Presidente de la Asamblea Nacional en la Universidad de las Ciencias Informáticas. Escuela de la cual tengo conocimiento por tres acontecimientos que fueron de conmoción instantánea en el país –y fuera del país-: la hermosa iniciativa del Comandante en Jefe de formar millares de jóvenes informáticos fundando una ciudad universitaria de nuevo tipo, en una sociedad que espera aún con suma paciencia integrarse a una sociedad de la información y del conocimiento; las más de tres mil fotos y videos de porno adolescente y juvenil que recorrieron el mundo; y la interesante charla donde un joven llamado Éliecer Ávila le pregunta al susodicho parlamentario cuál es el proyecto de país que al cabo de medio siglo tiene la Revolución Cubana, y qué posibilidades efectivas existían en Cuba sobre la libertad de viajar. Sabemos la escandalosa no respuesta del entonces Presidente de la Asamblea.
    Recuerdo que entre los argumentos inconexos, las preguntas sin responder, las cifras de pretensión exitosa y las anécdotas atemorizantes que espetó este señor; se refirió a un amigo suyo de raza negra que antes del triunfo de la Revolución no podía transitar por las mismas calles que el caminaba, porque eran zonas exclusivas para blancos. No dudo de la sinceridad con que se sensibilizaba entonces Alarcón en esta anécdota con su amigo negro; pero su exposición en aquel contexto se parecía más a una suspicacia retórica sobre la igualdad racial en tiempos de revolución, que tenía un dejo amenazante y gozaba de una total visión polarizante. Lo cierto es que su experiencia antes de la Revolución hoy día se repite con miles de negros cubanos –y no tan negros-, y ningún argumento, pese a las evidentes diferencias que pudiese portar objetivamente el proceso posrevolucionario con respecto al mundo republicano anterior al 59, podría justificar las injusticias y la violencia estructural contenidas en los pasajes anteriormentes comentados. Además semejantes comparaciones en el “discurso revolucionario oficial” no son más que trampas ideológicas de idealización-demonización de la historia del etnos cubano.
    El reconocimiento de la existencia de prejuicios raciales en la sociedad cubana no es suficiente para una acción afirmativa de conjunto que permita el progreso social de un grupo que posee una historia colectiva y compartida de opresión y humillación. Se necesita más bien una articulación de ese reconocimiento con las problemáticas fundamentales, las estructuras y los modos de hacer política que han sido desarrolladas y ejercidas en la sociedad cubana, especialmente en el proceso posrevolucionario.
    Se necesita de paso una sociedad que tenga un modo de debatir, politizar los espacios y las demandas, legislar de manera diferente, es decir, democráticamente.

  10. Haber comenzado un artículo que supuestamente defiende la lucha contra el racismo apuntalando la fraseología mesiánica del diaconado hiper-revolucionario es ya un craso error de concepto. Esperar que por tales posicionamiento nada y nada menos de Ricardo Alarcón y compañía que no son justamente el Parlamento, sino figuras “destacadas” de la Asamblea Nacional del Poder Estatal (por decirlo rápido y bien) puedan aportar algo al debate racial no es ni siquiera un error. Suponer que un análisis serio sobre el racismo, o sobre la lucha contra el racismo, puede brotar de semejantes argumentos y presupuestos es totalmente risible, sobre todo viniendo de un intelectual que lleva décadas sumergido en el tema. Continuar evaluando el racismo en la época postrevolucionaria en ¨comparación¨ con la prerrevolucionaria es una trampa ideológica que se basa en la idealización de un proceso histórico de cinco décadas y más, y además una contribución gratuita al cinismo. Eso es justamente lo que hace Ricardo Alrarcón cada vez que tiene la oportunidad de hablar en público sobre el tema, con el cuento de su amigo negro. ¿Lo habéis escuchado alguna vez? Porque lo repite constantemente. En fin…

  11. El problema del racismo en Cuba no terminará hasta que hayan leyes que lo sancionen. Y aún así, no se podrá regular lo que ocurra al interior de las mentes de los racistas. No se trata de cambiar mentalidades, si no, de detener las acciones racistas en contra de los afectados.
    Aquí en USA existe el racismo y existen racistas, pero todo PROCEDER racista está tipificado y sancionado por severas leyes federales que protegen a las minorías.
    Lo demás es muela. Demostrado está que donde conviven diferentes razas alguna se cree superior a las demás. Lo único sensato sería crear leyes bien claritas que le digan al racista: “si dices esto, y te denuncian y se prueba, te toca esto” .”Si haces esto y te atrapamos haciéndolo, o te denuncian y se prueba, te toca esto”.
    El racismo jamás va a terminar. A una legislación civilizada sólo le toca condenar severamente los actos racistas y… remedio santo. Quien saque la pata, se la cortan. Punto.
    Pero en el llamado socialismo cubano todavía siguen las viejas cantaletas fidelistas de “cambiar” la mentalidad de la gente, por eso todos los caminos se hacen interminablemente largos.

    • Vice, pero como se puede sancionar a un racismo que se mueve en el plano de la percepción. No hay nada escrito que discrimine a los negros por ser negros. Sí lo hay para las mujeres: no practicar boxeo, por ejemplo.

      Obligar a la policía a que pida el carnet a mitad blancos y mitad negros. Sería similar a reproducir en los diputados a la AN la composición racial de la población.

  12. Me tome el trabajo de buscar las fotos de los ¿debatientes? Y resulta que 4 de 6 son blancos. Y para mas inri, los 4 blancos son de mas alto nivel que los dos negros. es mas, solo tuve que buscar a Zuleika y a Heriberto porque a los blancos ya los había visto.

    El colmo sería que sean los blancos los que digan cómo hay que reivindicar socialmente al negro. Mismos blancos que antes, siendo clasemedieros, haciendo papel de libertadores se dieron a la tarea de darle igualdad a los pobres, al final la igualdad consistió en conseguir más integrantes a las filas de la pobreza.

    Me parece que más negros debieran interesarse en el tema o tener la oportunidad de discutirlo a ese nivel.

    Y hablando de nivel, ¿qué se supone que pueda hacer la Asamblea Nacional para eliminar la discriminación? Porque, a propósito, ¿De qué discriminación se trata todo esto?

    Abel Prieto, que jamás ha oido un chiste contra el Gobierno no debe conocer tampoco uno de negros.

  13. Con perdón del autor y la audiencia paso de leerme esto.
    Una pregunta : ¿de donde sale la conclusión de que (cito textualmente)
    No es posible que en una sociedad sobre bases de construcción de un sistema socialista de producción, existan aun vestigios de racismo, los cuales se reflejan a nivel poblacional. ?
    ¿Donde está la demostración de ese “concepto” ? Porque hasta ahora todos y cada uno de los experimentos “socialistas” (que me perdonará el profesor, pero al parecer cada uno tiene su concepto de lo que esa cosa significa) han fracasado estrepitosamente a la hora de modificar la tendencia natural del ser humano a odiar y despreciar al distinto.
    Oh! declaraciones altisonantes ha habido a patadas, pero el carro sigue ahí ….