La Asamblea Nacional y el tema racial en Cuba

Por Esteban Morales

esteban morales

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El tema llegó al Parlamento por PRIMERA VEZ el 20 de noviembre de 2011, cuando la Comisión Aponte, de la UNEAC presentó ante los delegados de la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional, el Informe sobre la problemática racial en Cuba..

En aquel debate participaron Abel Prieto, Miguel Barnet, Zuleica Romay, Mariela Castro, Ricardo Alarcón y Heriberto Feraudy, entre otros. El de ahora (Diciembre 2012) ha sido el segundo paso, fruto del anterior. Momento que se ha caracterizado por un reforzamiento para continuar trabajando sobre el tema con todas las herramientas necesarias para las batallas que hay que llevar adelante.

“Ricardo Alarcón, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, llamó a combatir cualquier acción de discriminación, violatoria de las leyes cubanas, como un principio intrínseco de la Revolución que promueve esencialmente la unidad y la solidaridad.”

Su intervención ante la comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, en el Palacio de Convenciones, previo al VIII Periodo de Sesiones de la VII Legislatura,”… resumió la urgencia de asumir la Historia como esencia para destruir esos flagelos que persisten hasta nuestros días”.

“El fenómeno, esencialmente cultural, es incompatible con el Socialismo, insistió Alarcón…” quien alabó el trabajo de la Comisión José Antonio Aponte, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), que propició el debate en torno a un mal latente ante el cual es imposible cerrar los ojos.

“La persona que sufre por problemas raciales también sufre por otras formas de discriminación: por su género, por su orientación sexual, su identidad de género, su estatus económico, lugar de residencia, religión, etnicidad, lengua, entre muchas otras excusas…”

Sobre el tema “… Abel Prieto Jiménez, ex ministro de Cultura, dijo que no estamos en un momento meramente anecdotario o de catarsis ante las manifestaciones de racismo, sino en un instante crucial para construir juntos un socialismo más justo e inclusivo”.

“No estamos empezando de cero, agregó,… tenemos el legado de Martí, de Juan Gualberto Gómez, están los 46 volúmenes de la colección La fuente viva, de la Fundación Fernando Ortiz, las Revistas Catauro, Temas, La Jiribilla y tantas investigaciones que se adentran en el asunto desde el punto de vista científico y académico”. Continue reading

Cuba: ¿Es necesaria la acción afirmativa?

Por Esteban Morales

La llamada “acción afirmativa”, surgió en los EE.UU., con posterioridad a la lucha por los derechos civiles de la población negra en los años sesenta.1

Con independencia de donde haya aparecido, ¿es necesaria la acción afirmativa? ¿Qué la justifica?[1]

Cuando hablamos de acción afirmativa, nos referimos a un conjunto de políticas sociales, que, observando las diferencias “raciales”, étnicas o de color, las tome en cuenta y promueva acciones para borrarlas o al menos equilibrarlas. El colonialismo y el neocolonialismo engendraron tantas desventajas estructurales entre las personas de razas, etnias y colores diferentes, que resulta ahora imposible eliminarlas en el plazo de vida útil de una persona. Incluso en Cuba, donde el promedio de vida es muy alto, de no aplicarse este tipo de políticas mencionadas, muchos morirían antes de que pudieran ver eliminadas o siquiera equilibradas, las desventajas que arrastran, sufren y que tienden muchas veces a reproducirse.

En Cuba tenemos personas que por su color de la piel, o que independientemente de ello, recibieron históricamente un trato discriminatorio dentro de la vida social cubana. No había que ser negro o mestizo en la Cuba anterior a 1959, para ser discriminado. Los denominados blancos también lo eran, por pertenecer a las llamadas clases bajas, pobres, obreros y campesinos, entre ellos, la mujer negra, ha sufrido una doble y hasta triple discriminación: la del hombre, la del sexo y la del color.

Estos sectores mencionados, todos, deben ser ayudados a superar sus desventajas. Pero de acuerdo con el devenir histórico, la experiencia de la acción afirmativa debe ser reconceptualizada. No considero se deba entender ni aplicar esta, como la elevación del color, la raza, la etnia o el género a la categoría de privilegio, para otorgar ventajas por el hecho de no ser blanco o ser mujer. Ello, dentro de la propia experiencia norteamericana, expresado por muchos, con toda razón, ha tendido a comportarse como una especie de “discriminación a la inversa”,2 siendo incluso una manipulación del real objetivo con que surgió la iniciativa. Continue reading