Cuba: ¿Es necesaria la acción afirmativa?

Por Esteban Morales

La llamada “acción afirmativa”, surgió en los EE.UU., con posterioridad a la lucha por los derechos civiles de la población negra en los años sesenta.1

Con independencia de donde haya aparecido, ¿es necesaria la acción afirmativa? ¿Qué la justifica?[1]

Cuando hablamos de acción afirmativa, nos referimos a un conjunto de políticas sociales, que, observando las diferencias “raciales”, étnicas o de color, las tome en cuenta y promueva acciones para borrarlas o al menos equilibrarlas. El colonialismo y el neocolonialismo engendraron tantas desventajas estructurales entre las personas de razas, etnias y colores diferentes, que resulta ahora imposible eliminarlas en el plazo de vida útil de una persona. Incluso en Cuba, donde el promedio de vida es muy alto, de no aplicarse este tipo de políticas mencionadas, muchos morirían antes de que pudieran ver eliminadas o siquiera equilibradas, las desventajas que arrastran, sufren y que tienden muchas veces a reproducirse.

En Cuba tenemos personas que por su color de la piel, o que independientemente de ello, recibieron históricamente un trato discriminatorio dentro de la vida social cubana. No había que ser negro o mestizo en la Cuba anterior a 1959, para ser discriminado. Los denominados blancos también lo eran, por pertenecer a las llamadas clases bajas, pobres, obreros y campesinos, entre ellos, la mujer negra, ha sufrido una doble y hasta triple discriminación: la del hombre, la del sexo y la del color.

Estos sectores mencionados, todos, deben ser ayudados a superar sus desventajas. Pero de acuerdo con el devenir histórico, la experiencia de la acción afirmativa debe ser reconceptualizada. No considero se deba entender ni aplicar esta, como la elevación del color, la raza, la etnia o el género a la categoría de privilegio, para otorgar ventajas por el hecho de no ser blanco o ser mujer. Ello, dentro de la propia experiencia norteamericana, expresado por muchos, con toda razón, ha tendido a comportarse como una especie de “discriminación a la inversa”,2 siendo incluso una manipulación del real objetivo con que surgió la iniciativa. Continue reading