Por que un colectivo de consumo?

Muchas veces la cocina es en casa el lugar preferido para las visitas; A veces nos reunimos alrededor de ella para compartir alegrías y tristezas, para calentarnos alrededor del fuego o simplemente para encontrarnos en un lugar que sin ser de alguien en particular, termina siendo de todos. Hoy esta misma cocina nos ha reunido pero fuera de sus paredes, de hecho antes de sus paredes. Nos ha reunido en el momento previo de encender el fogón y empezar a cocinar. Nos hemos convocado en la compra del alimento.

Y la compra del alimento ha sido la excusa para discutir lo que comemos. Hemos llegado acá tras compartir la misma necesidad de una canasta familiar que no para de subir en precio, y que además, contiene alimentos que cada vez resultan menos saludables para nuestro cuerpo, nuestra sociedad y nuestro medio ambiente. Nos hemos sentidos iguales por la carencia de liquidez al llenar nuestras barrigas, pero también de la angustia de estar intoxicándolas con químicos, productos importados que nos imponen, sin preguntar, variar nuestras costumbres e historia alimenticia, y relaciones de intercambio que no nos favorecen a nosotros y mucho menos a quienes producen.

Este cuestionarnos por lo que comemos nos ha llevado inevitablemente a apreciar formas más saludables, sostenibles y autónomas de consumir, pero al mismo tiempo nos ha permitido indagar las diferentes variables políticas, económicas, sociales y culturales que afectan nuestro consumo. Y en este ir haciendo mercado nos comprometimos a ir empapando la palabra mientras llenamos nuestras neveras. Pero hace falta dar pasos en la explicación clara de lo que hacemos y porque lo hacemos.

El colectivo de consumo nace de la posibilidad de aprovechar el apoyo mutuo y la colaboración como estrategias efectivas de abaratar los precios de los alimentos al comprarlos en grandes cantidades y, en la medida de lo posible, superar la fila de intermediarios que se encuentran entre el productor y nosotros. Una de las expectativas a largo plazo es poder relacionarnos directamente de forma solidaria con los productores encontrándonos en dinámicas solidarias de intercambio y de mutua ayuda, porque nos sabemos iguales en esencia, a pesar de la diferencia propia de la división social del trabajo.

Pero el colectivo no es sólo una excusa para abaratar los precios; también es un intento por mejorar la calidad de la comida que comemos. Nos trazamos como otro de nuestros objetivos avanzar en recuperar los alimentos saludables para nuestro consumo. De acuerdo a esto le apostamos ir paulatinamente recuperando el consumo de alimentos sanos, identificando diferentes productores que cultiven de forma orgánica con los que podamos abastecernos.

Así mismo el colectivo de consumo se plantea como una abierta ruptura ética contra los imperativos que se nos impone en el actual Orden de cosas. Queremos aprovechar la experiencia del consumo y apoyar a pequeños productores para volver a conocer a quien nos da la posibilidad del alimento, queremos aprovechar la solidaridad como una práctica en la que el dar no requiera de devolver, queremos aprovechar nuestra acción directa para evitar que todas nuestras acciones públicas tengan que pasar por el autoritarismo del estado.

Sabemos que como seres sociales participamos en una serie de intercambios que hacen posible que nuestras comodidades aumenten y con ellas nuestra calidad de vida. Pero también somos consientes que en sociedades como la nuestra esas comodidades son restringidas de forma creciente para la gran mayoría de la población, sector al que pertenecemos. Es inevitable recordar que esas restricciones están amparadas por la riqueza y acumulación de unos pocos protegidos por las leyes y la acción estatal. Frente a esa clase y ese aparato político hemos decidido rebelarnos y evitar su explotación y autoridad, construyendo formas directas de relacionarnos volviendo a partir del reconocimiento del otro que también actúa, desde la constitución de relaciones donde la horizontalidad se presente como el principio de acción antes que el ejercicio egoísta de la dominación.

Esa es la realidad de nuestra asociación, es la apuesta a construir otro mundo distinto no mañana sino aquí y ahora, dejando las promesas de cambio futuro a los pacientes, mientras nosotros hacemos lo que podemos por el presente.

Desde la puerta del conseguir el alimento nos reunimos para poder volver a la cocina nuevamente, conspirando juntos, buscando comer con nuestras alegrías y tristezas, pero ante todo, sabiendo que tras el postre siempre tendremos intacta nuestra dignidad.

Taller del colctivo de consumo

L@S INVITAMOS ESTE JUEVES Marzo 12 AL Taller «Elabora tu semillero» A LAS 6pm
Materiales: recipientes pequeños y semillas -si las tienes-
Lugar: Coorporación Saucy Calle 35 #15-72

El crédito es una cortina de humo que desplaza a la solidaridad por el servicio.

Algunas propuestas frente a la crisis financiera mundial…

Un lugar común de la política económica contemporánea es dar al sistema financiero un papel mucho mas importante del que no solo social sino materialmente tiene; Por una parte confía en la función social que tiene el crédito para activar la economía cuando esta se encuentra en momentos de recesión, generando bajas en las tasas de intereses con el fin de promover la inversión productiva y por lo tanto el empleo. Por otro lado confía en la capacidad circulante de un ente que, a pesar de ser ilegal, genera emisión que la sociedad puede utilizar permitiendo el pequeño y mediano consumo con el dinero plástico.

Y hasta ahí nos hacen creer que todo esta bien; pero como muchxs lo sabemos, nada puede estar bien con la especulación financiera. Nunca podríamos confiar en un medio que, como este lo hace, profundiza las iniquidades sociales y desplaza una de las capacidades mas fuertes y eficaces de la humanidad: la solidaridad.

Desde el principio los bancos nacieron como una formula para amasar el dinero de aquellos que habían logrado acumular a partir de la expropiación de otros, aprovechando su buena familia o su propiedad para garantizar seguir expandiendo su riqueza. En un primer momento lo hacían a pequeña escala, en los grupos cercanos y locales, pero en la medida que fue consolidando la mentira del servicio, en la que nos hace creer que unos ahorran y ganan y otros piden prestado y también ganan, ese pequeño enano se convirtió en un gran pulpo que no solo controló los ahorros resultantes de la riqueza producida colectivamente sino que los puso a funcionar en lógicas especulativas que terminaron también monopolizando el acceso a la vivienda, la educación y hasta la comida.

En la medida que iba creciendo, también lo hacía con la misma rapidez su mentira, logrando naturalizar el hecho que solo algunos podían obtener el ponqué del dinero y desplazando la posibilidad de generar apoyos económicos en los que no existiera la mediación de una tasa de interés o de usura. Pero este es el momento de reflexionar: ¿es acaso la única forma de conseguir apoyo material la que nos ofrece la especulación?.

Parte de la respuesta a esta pregunta radica en cuestionar nuestra realidad social. No solo son dos grandes mentiras las que plantean los poderosos al extender la confianza en este sistema, sino detrás están realmente escondiéndose una realidad negada con molinos de viento: ¿donde esta la riqueza producida socialmente?. El aceptar el poder financiero es de plano aceptar que está riqueza solo debe estar en manos de los poderosos, de aquellos que controlan nuestra vida con la posesión de la gran propiedad privada, y aceptar esa realidad es rendirse a la posibilidad de una sociedad en que el valor de la acción humana no este necesariamente atada a las lógicas de explotación y sumisión que significa vivir en el mundo capitalista.

Lo interesante, es que siempre estamos a tiempo de demostrarnos lo contrario, ver la realidad de los hombres y mujeres que producimos día a día en los campos y ciudades, siendo nosotros a los que verdaderamente corresponde ese excedente que logramos con nuestro trabajo y que constituye la riqueza. La respuesta a las preguntas son para nosotros claras: La riqueza producida socialmente le pertenece a toda la sociedad, y la única forma de conseguir apoyo material no es mediante los bancos, es mediante la gestión colectiva de esa riqueza por medio de nuestra solidaridad.

En este plano de la interpretación es donde nos encontramos con la realidad de que la riqueza no es mala en si misma, sino cuando ella esta restringida para la mayoría. Plantear esta posibilidad es abrir el plano de la acumulación pero no egoísta; es abrir la posibilidad de la acumulación como un activo social que merecemos y que no solo es justo sino necesario utilizar. Palabras bonitas para el oyente incauto, pero que pueden ser una realidad si transformamos los valores que rigen a la sociedad donde, por ejemplo, podemos iniciar nuestra practica cotidiana deslegitimando a los bancos, dejándoles de dar nuestro dinero para su ganancia, empezando a generar redes de solidaridad efectiva en la que sea la necesidad y no el lucro los que rijan las relaciones de apoyo material entre los hombres.

Esta apuesta de ejercer la solidaridad como principio rector de la redistribución y de eliminación de la usura, es caminar de nuevo en las sendas de la asociación colectiva en la que la colectivización de nuestros excedentes permitan solucionar los malos momentos de algunos que caemos en desgracia. Y esto, compañeros, no es algo nuevo. Es volver a darle vida a las mutuales, a las cooperativas, a las sociedades de resistencia y a sindicatos. Es volver a creer que podemos ir construyendo el mundo nuevo aquí y ahora desde nuestras limitaciones y posibilidades.

Esto por lo menos abre una senda para abrir el camino a un momento donde se produzca mas para las necesidades y menos para los caudales, donde se trabaje mas desde las posibilidades que desde las obligaciones de sobrevivencia. Ya bien lo dijo Kropotkin cuando afirmó que “Fue la necesidad la que en un principio llevo al hombre a cazar, criar ganado, cultivar la tierra, hacer herramientas y luego a inventar maquinas. Es el estudio de las necesidades lo que debiera regir la producción. Y seria lógico comenzar por ahí y luego ver como ingeniarse para atender las necesidades por medio de la producción” . De acuerdo con esta esperanza debería regir el mandamiento de que a cada cual según sus necesidades y de cada cual según sus posibilidades.

Solo para hacernos cuestionar la realidad podríamos empezar por recordar el regalo; una de las posibilidades de pensar el compartir podría ser el virar del prestar por cobrar, al regalo social, es decir, el compartir la riqueza colectiva sin buscar contraprestaciones. Que no se crea con este juicio que se esta invitando a la vagancia o a la pereza, pero si se esta invitando a superar la sobreocupación y el estres productivo. En este momento la humanidad esta en la capacidad de aprovechar la tecnología para hacer que el hombre tenga mas tiempo para ocupar libremente, sea en oficios, artes, técnicas o letras. Y pudiendo todos trabajar menos, también podríamos todos ocuparnos mas. La socialización del trabajo desde la socializacion de la riqueza y la tecnología permitiría no solo acabar con el desempleo y el subempleo; abriría la posibilidad del trabajo dignificante para el hombre: el trabajo que permite decidir en que ocupar el tiempo. Regalo, solidaridad, socialización de la riqueza y apoyo mutuo: estrategias mas dignas que la especulación bancaria.

Volver a creer en la solidaridad como una forma de superar el banco es evitar la intermediación financiera con la acción directa solidaria. Es dar pasos hacia un mundo del placer productivo en que la libertad de hacer, complementada con la solidaridad de la practica, permitirán hacer al hombre lo que es su único objetivo sobre la tierra: vivir.

Basta ya de sobrevivir, acabemos con todos los bancos y con todo aquello que no nos permite aprovechar nuestra riqueza colectiva.

Anar…

Aca va un cariñito corto… para leer por si acaso.

Anar…

Levanta el puño en alto

y seduce al viento con tu alegría

revuelve cuanto tenga orden impuesto

mientras el aroma tranquilo

ese que en la mañana tanto gusta

poco a poco va que arriba

Que se escondan los poderosos

de cualquier poder constituido

que aquí ni ángeles ni reyes soles

mucho menos padres, esposos o lores.

Si quieren alguna autoridad

primero acepten la horizontalidad

pero la verdad…

no les aseguro su puesto de mandar.

Revienten en deseo los impacientes

mantengan en sigilo los cuidadosos

esta guerra es una lucha sin descanso

y al que se duerma

a ese, seguro lo motilamos…

para que en la mañana recuerde

que ni el capitalismo y menos el estado

por mas que hacen mucho a diario

llegan a la noche cansados.

Día a día y hora a minuto

vamos los irreverentes

construyendo presente

y si alguien quiere un cielo seguro

a una iglesia puede inscribirse

vino y pan habrá en su mesa

hasta buena idea esa!

pero si lo que quiere es vivir

arriesgarse a lo desconocido

atreverse a lo prohibido,

a la posibilidad de diferir

a esa causa me apego

a esa ruta, si señor

que a ese lo creo compañero

y con ese barricadas hago yo .

Si no quieres violencia

(aunque no olvides lo inevitable que será)

igual muchas cosas más hay por hacer

asambleas en la empresa

una afinidad constituida para empezar

una publicación que espera

una conferencia a organizar

Dale dale dale libertario

ante todo la dignidad

que el futuro lo construiremos

aquí y ahora

mientras luchamos juntos

cabalgando en la senda

prospera y diversa

de la libertad.

Ni un paso atrás

Libertad y vida.

INVITACION 8 DE MARZO «CONMEMORANDO LAS LUCHAS DE LAS MUJERES


L@S ESPERAMOS ESTE DOMINGO 8 DE MARZO «CONMEMORANDO LAS LUCHAS DE LAS MUJERES» DESDE LAS 10 AM EN SOACHA CENTRO CALLE19A #17-05

Charla sobre soberanía alimentaria.


El colectivo de consumo solidario propone la asociación para mercar colectívamente. Buscamos reunirnos para, por medio del comprar a gran escala, reducir los precios de lo que se compra. Con la misma importancia le apostamos a volver a alimentos sanos buscando pequeños productores que cultiven productos orgánicos y saludables. Buscamos construir una economía alternativa a la impuesta por los pocos ricos de este país, queremos apostarle a reconstruir relaciones directas entre consumidores y pequeños productores. Esta es una búsqueda por la eliminación de la especulación con la comida, y por lo tanto una búsqueda por reducir la larga fila de intermediarios que tiene ahora el proceso de comercialización de alimentos.


Así mismo el colectivo de consumo se plantea como una abierta ruptura ética contra los imperativos que se nos impone en el actual Orden de cosas. Queremos aprovechar la experiencia del consumo y apoyar a pequeños productores para volver a conocer a quien nos da la posibilidad del alimento, queremos aprovechar la solidaridad como una práctica en la que el dar no requiera de devolver, queremos aprovechar nuestra acción directa para evitar que todas nuestras acciones públicas tengan que pasar por el autoritarismo del estado. Buscamos acabar con las relaciones inequitativas de la sociedad que en permiten alimentarnos bien.


Mercando juntos alimentamos nuestra dignidad.

Reflexiones sobre el intercambio humanitario

Colombia vive en medio de un conflicto económico, social, político y armado resultado de las fuertes contradicciones propias de una sociedad en la que existe un modelo que se fundamenta en la explotación, el autoritarismo, la exclusión y la miseria. En este ambiente desde hace más de 40 años se inició por parte de algunas experiencias populares y sectores, en su mayoría marxistas, una estrategia de lucha contra esa realidad basada en la propuesta guerrillera. Desde allí se agudizo la pelea tras la avanzada de parte del pueblo en armas actuando como vanguardia revolucionaria del proceso social. Tras muchos ires y venires de esta propuesta, en la década de los noventas la estrategia guerrillera avanzo en su intento de tomar el poder con un asenso de las acciones contra la fuerza pública que resultó en una suerte de toma de prisioneros de guerra que primero se dirigió a objetivos militares, pero en la medida que se complejizaba también integro a objetivos políticos representantes de la institucionalidad a la que se combatía, buscando como fin el intercambio humanitario de esos prisioneros por combatientes de la guerrilla también prisioneros en las cárceles estatales.
Desde el gobierno del presidente Samper se integró a la legislación nacional la normatividad de el Derecho Internacional Humanitario, en especial los tratados de Ginebra, que abrieron una puerta a la posibilidad de tal intercambio, pero solo fue en el periodo del presidente Pastrana que se dieron intercambios de prisioneros en el marco de un proceso de paz con la guerrilla de las FARC. Una vez terminado este intento de proceso, y con el cambio a un nuevo periodo presidencial liderado por Uribe, la posibilidad de materializar este intercambio se volvió un imposible, ya que la nueva estrategia de guerra política por parte del estado basaba su acción en el no reconocimiento político de las guerrillas y en su eliminación por la vía militar.
De esos 6 años de este nuevo momento de la guerra en Colombia la atención de la opinión pública, fuertemente influenciada por los medios de comunicación hegemónicos, se ha concentrado en el rechazo de la lucha armada y en la exigencia de la liberación de los soldados y políticos retenidos, acompañado del creciente desconocimiento del estatus de prisioneros políticos de los luchadores detenidos en las cárceles.
Esta larga travesía del problema de los prisioneros políticos no solo se ha visto el desgaste de los detenidos en cada bando, sino además la necesidad de plantear salidas viables a la libertad de ellos porque a pesar del innegable debilitamiento de las fuerzas insurgentes lo que se ha visto es que en términos generales ninguno de los dos bandos logrará liberar a sus detenidos por la vía militar (es improbable una segunda operación Jaque). En este estancamiento del conflicto, se hace necesario aceptar la necesidad de una salida negociada por lo menos a dicha circunstancia de la guerra.
Pero ni esta salida debe ser incondicional, ni tampoco debe creerse que la guerra social esté limitada a esta situación. Si bien debe urgirse por garantizar esta libertad, en especial de los luchadores sociales, debe proyectarse como mantener la guerra social, pero revaluando la táctica de la toma de prisioneros ya que esta no solo ha resultado desgastante para los ejércitos guerrilleros, sino además ha sido una excusa para desprestigiar las propuestas en general de transformación social. No se está con esto reevaluando la legítima búsqueda de prisioneros de guerra para debilitar moral y políticamente al enemigo, lo que se cuestiona es la utilidad de esta táctica en el momento histórico concreto en que vivimos.
Sería mucho más útil y efectivo avanzar en la revolución popular dándole nuevamente la importancia que esta tiene para destruir el poder concentrado del estado y el capital retomando la acción militar no como una acción en sí misma, sino como resultado de las necesidades y proyecciones propias del pueblo en esta lucha. En aquel momento podría redescubrirse la toma de prisioneros pero como una estrategia que, acompañada de la búsqueda de la deserción de soldados invitándolos a las filas populares, promueva el desmoronamiento de la institucionalidad como paso previo a la destrucción de la misma. El ejercicio militar no puede ni debe hacerse como una actividad en si misma (como pareciese a veces la acción guerrillera alejada de la movilización social) sino como parte de el ejercicio de la autodefensa de todos y todas frente a nuestros enemigos. Para ello no se necesitan las vanguardias sino la acción eficaz y directa de todas las personas.
Así que mientras tanto es necesario promover el intercambio humanitario al mismo momento de avanzar en la batalla nuestra en esta guerra social en búsqueda de un momento en que no sean necesarios los presos en ninguna reclusión, y eso solo será posible en una sociedad anarquista.

Terror estatal, estrategia esencial de dominación política.

En Colombia ya es plato de cada día la actuación extrajudicial del estado con el fin de neutralizar aquellos proyectos, personas e ideas, que por vías legales no logra detener. Esta acción sistemática, que dio origen en su momento al paramilitarismo como estrategia contra insurgente y de aniquilamiento de líderes populares, ha sido catalogada por muchos como Terrorismo de Estado. Pero resulta impactante cuando al pensarlo con más calma se evidencia la utilización del terror como forma de control y coerción esencial por parte del estado frente a la sociedad.

De hecho, para que un estado logre ser reconocido como tal, es decir como el aparato político y administrativo que regula y ejerce la autoridad sobre las personas que se recogen en el territorio de su control, este necesita obtener el monopolio de la fuerza –militar y policial-, la capacidad de dirimir diferencias entre las personas (es decir un aparato judicial), y la facultad para establecer las normas de funcionamiento social (un cuerpo legislativo, que para el caso colombiano es el Senado). Aunque todas tres ellas son importantes para el estado, su existencia depende de garantizar la victoria de su propuesta de organización social (nunca única ni mejor), y esto sólo es posible mediante la utilización de la fuerza física para aplastar adversarios y disuadiendo a futuros opositores con su absoluta fuerza vencedora.

Uno de los mejores ejemplos de ello lo hemos tenido en Latinoamérica con el nacimiento de nuestros estados modernos. Aunque el proceso de independencia pudo haberse iniciado en círculos de intelectuales, comerciantes y hasta algunos clérigos, la liberación del control español solo pudo hacerse después de formar un ejército en estas tierras que lograra expulsar a los ejércitos realistas y garantizara la no intervención nuevamente del poder Ibérico en el continente americano. Una vez ganada la guerra quienes definieron la forma en que se organizaría el estado no fueron ni los soldados de estos ejércitos ni la población a la que supuestamente habían liberado; quienes decidieron la elección del estado a asumir fueron los grandes generales como Bolívar y Santander, quienes no hicieron más sino construir un aparato político que permitiera garantizar el buen estado de sus intereses de clase, en ese momento defensores de los grandes hacendados y comerciantes.

Desde allí, en estos ya largos 200 años de existencia como Republica, el estado ha mantenido, con muchos tropiezos, el monopolio de la fuerza que le ha permitido legislar, juzgar y administrar sobre el territorio de su jurisdicción. Aunque en varias ocasiones ha tenido que ejercer esta fuerza para defender la integridad de sus instituciones, la mayoría del tiempo este ha funcionado para disuadir con la amenaza de su uso a aquellos que en cualquier momento se decidieran a desobedecer o desconocer su poder. Esta utilización de la fuerza de forma disuasiva frente al resto de la población logra constituir al miedo como esencia del control del estado sobre las personas. Esta utilización pasiva de terror es la base del funcionamiento del estado.

Una vez derrotada al resto de la población, bien sea por la fuerza o por el terror, aquellos que controlan el estado tienen las puertas abiertas para establecer todo tipo de normatividad de acuerdo a sus conveniencias, leyes que tras su aprobación deben ser acatadas por los habitantes así no estén de acuerdo o les perjudiquen. Gracias a esta capacidad de legislar, es que logran naturalizar las dinámicas que económicamente favorecen mas a su clase, garantizando su cumplimiento tras volverlas Leyes Generales de la Nación. Allí es cuando aparece en las constituciones la inviolabilidad de la propiedad privada, el derecho al trabajo asalariado y la posibilidad de la “Libre empresa”, todas ellas articuladas a lo que conocemos como un sistema capitalista de producción. En estas leyes no se cuestionan la esencia de la propiedad que restringe la riqueza de la mayoría, ni la inhumanidad del trabajo asalariado como forma de explotación de la mano de obra, y mucho menos la posibilidad de que la libre empresa degenere en monopolios que restrinjan las posibilidades de compra de los consumidores. No, nada de eso. Las leyes son así, por que así “deben ser” , y quien pretenda desconocerlas o siquiera cuestionarlas ya sabe que corre con el riesgo de ser enjuiciado por rebelión, terrorismo y quien sabe que mas epítetos ridículos contra los librepensadores. La población sabe que la amenaza de la fuerza no solo es una promesa, sabe que las consecuencias de los actos de rebeldía son pagadas con condenas entre rejas de hierro que encierran a las mentes críticas en la cárcel. El que nada debe nada teme, reza el adagio popular, pero la verdad es que todos debemos, y por eso, todos tememos.

Pero bueno, basta de lugares comunes, basta de recordar la capacidad del estado de doblegar la dignidad libre con la utilización de sus fuerzas militares y policiales, por que el terrorismo no solo esta allí. También son acciones de terror las que legisla el estado al determinar el régimen de libre especulación financiera que también hace parte del engranaje actual de nuestro sistema económico. No es por que el estado sea el beneficiario de las ganancias que es acusado, es por que es él el que determina la validez legal de que unos pocos se hagan ricos a costa de los ahorros de los muchos. Y es también con terror que el estado garantiza que solo ellos tengan el monopolio de este tipo de negocios. Cabria acá recordar lo acontecido hace pocos meses con el intento de estructurar sistemas de ahorro diferentes por parte de lo que en su momento se llamaron captadoras ilegales de dinero. Faltaría mas defender a estas empresas muchas de las cuales funcionaban como lavadoras de dinero del narcotráfico, cuando el punto realmente es que el ataque sistemático a esta tipo de empresas solo se dio tras la queja de uno de los grandes banqueros del país quien sugirió la utilización del estado de conmoción interior para acabar con esta irregularidad económica. Tras esto el mensaje por lo medios de comunicación fue claro: Solo pueden ser ejercidas por los bancos las labores de ahorro y crédito, toda propuesta diferente será combatida y eliminada. Terror para mantener el sistema financiero.

Para seguir con el sistema financiero pero mirando sus repercusiones en otras de las áreas de la vida, tendría que recordarse el sistema de consecución de vivienda por medio de los créditos hipotecaros. La generación de los setentas y ochentas fue atraída a la compra de vivienda por medio de el sistema diseñado por el gobierno denominado UPAC que lograba dar crédito para vivienda con la garantía para los bancos de que no perderían su dinero prestado ya que las tasas de interés se actualizarían anualmente con la inflación. Este crecimiento de los montos a pagar, como las crisis domesticas de los ahorradores resultaron en una imposibilidad para muchos de pagar su hipoteca resultando expulsados de sus casas sin la devolución de sus montos ahorrados. ¿Quién decreto el sistema de pagos que favorecía a los bancos? ¿Quién facilito la fuerza publica para el desalojo de las casas? ¿Quién, después cuando entraron en crisis los bancos, invirtió presupuesto público para salvarlos, dinero que no utilizo en su momento para proveer de soluciones de vivienda a los sin techo?.

Si van a comprar una casa es mejor que tengan claro que pueden pagar el crédito, por que si no ya saben que si se quedan colgados vendrán a desalojarlos con la fuerza pública. Ese es el mensaje, y por lo tanto es la advertencia: sin pagos no hay vivienda, y si es necesario el estado intervendrá para hacer valer la riqueza de los bancarios. Ese mensaje es el que disuade al ahorrador de cumplir, aun así tenga que pasar necesidades por ellos. Esa disuasión, es también la utilización del terror por parte del estado.

Sigamos con la vivienda ahora. Ir por las calles es mirar cantidades de lugares que se ofrecen en arriendo, y que están dispuestos a ofrecerse a los sin techo necesitados. Pero detrás de ello se enmascara otra realidad, la de la especulación de la finca raíz por parte de terratenientes urbanos. En este mundo en el que muchos llegaron tarde a la repartición de cuartos, apartamentos y casas, otros aprovecharon la normatividad estatal que defiende la propiedad y la acumulación así esta sea innecesaria para el dueño (¿quien necesita poseer mas de dos casas si solo va a dormir en una?). Mientras unos se hacen ricos a costa de rascarse la barriga, sentados en su sofá en frente del televisor esperando a que llegue su chequecito mensual del arriendo, otros miles debemos pasar angustias por recoger lo necesario para pagar por el alquiler de su lugar de vivienda. Y si acaso alguno de nosotros decidiera hacer la ocupación de uno de estos lugares “privados” que se dan en arriendo sabemos que hay que esperar la atenta represión de el estado, quien mandaría a su fuerza pública a expulsaros por hacer una intromisión indebida en un lugar que no es nuestro. ¿y si no es nuestro entonces de quien, de quien no lo necesita?. Por que sabemos esto es que muchos no lo hacemos, por que sabemos que pasaría un desalojo, muchos de los que necesitamos un lugar donde vivir seguimos “respetando a al autoridad” y buscando trabajo donde nos exploten para poder darle de comer a aquel viejo del sofá. Esa persuasión, solo es posible por el terror que le tenemos al estado.

Y así puede seguir enumerándose, casi infinitamente, la cantidad de cosas que no hacemos por miedo al estado. No tomamos alimentos de supermercados sin tener con que pagarlos (que si igual nadie los compra se perderán sin vender), pagamos cumplidamente los servicios públicos, ahora privados, aun que estos hallan nacido como una forma colectiva de proveerlos y con una inversión de todos, sabemos que si no pagamos a tiempo el servicio no lo cortan, y si tratamos de evitarlo… Subir sin pagar a un transporte público operado por privados que se enriquecen a costa de la incomodidad de los usuarios, y así pueden seguirse muchas descripciones donde están impregnados nuestros temores fundados por todo el miedo que ha sembrado en nosotros el estado, que mantiene nuestras acciones restringidas tanto por la acción de sus fuerzas militares como por el terror que genera sus amenazas de afectar a todos aquellos que incumplan sus mandados.

El terrorismo de estado no es una anomalía incalculada o esporádica de la acción de la fuerza publica sobre movimientos sociales o lideres de la oposición. De hecho tampoco es una política sistemática de exterminio contra los que no comulgan con el régimen. El terrorismo de estado es la esencia misma del funcionamiento y justificación de la acción estatal prácticamente en todas las áreas de intervención de este en la vida social. Su lógica se basa en infundir el miedo a todos a los que domina, garantizando con esto la inacción de cada uno si está fuera de las normas que el estado quiere. El terror infundado a la población es el que mantiene en mayor medida su capacidad de dominar, y de generar leyes que así estén en contra de la población no reciben oposición por que la gente prefiere no correr riesgos. Allí es donde el terror es efectivo, en hacer que la gente no se manifieste ni que asuma actitudes que pueden mostrarse como contrarias al estado. Esa es una de las razones por las cuales el régimen se mantiene en el poder.

Frente a este diagnostico, esa cruda realidad donde el estado se mantiene intacto gracias al terrorismo que aplica a la población, la única salida a esta encerrona planteada por el poder es precisamente voltearles la arepa con su táctica y coger el sartén por el mango. Si su política se basa en el miedo, debemos anteponer a ella el riesgo a tomar decisiones y acciones a pesar del peligro. No es hacer jugadas ciegas en las que salgamos vulnerados, es en cambio, actuar y pensar diferente siendo inteligentes y cuidadosos, de tal forma que podamos combatir al estado al punto de llegar a destruirlo. Nuestra pelea contra el debe ser a muerte, superando el miedo a combatirlo con la esperanza de estar construyendo un mundo diferente en el que valores como la horizontalidad, la autogestión y la solidaridad prevalezcan a aquellos del egoísmo, el autoritarismo y la explotación.

Contra el terrorismo de estado, emancipación antiautoritaria.

Los falsos positivos no sólo son mortales.

Nos han tenido consternados y rabiosos los acontecimientos que se han hecho públicos en meses pasados que evidencian la utilización de asesinatos selectivos del ejercito como bajas supuestas en sus combates contra los ejércitos guerrilleros. Estos hechos, conocidos como falsos positivos, no solo han sido una tragedia personal de cada una de las familias a las que pertenecían las personas asesinadas, sino, han sido una muestra mas de las atrocidades que puede cometer el estado por construir una falsa percepción de seguridad en la guerra contrainsurgente.

Pero lo que no se ha asociado con estos acontecimientos, es que el problema de los falsos positivos nos solo refiere a aquellos casos que han terminado con personas muertas. Han sido falsos positivos también todas y cada una de las detenciones hechas a compañeras y compañeros luchadores sociales, que acusados de ser guerrilleros debieron pasar alguna temporada en las cárceles estatales, siendo muchos de ellos “puestos en libertad” sin haberse comprobado la acusación. Y de eso si que ha sabido el régimen en estos últimos años.

Hagamos un poco de memoria: Desde el año de posesión de Uribe, llegó con la política de crear zonas que llamo de “Rehabilitación y consolidación” que servían para focalizar la acción de la fuerza pública en algunos lugares del país. Con esta política, puesta en ejecución desde septiembre de 2002, se dieron una serie de detenciones masivas en las que cayeron muchos luchadores sociales acusados de auxiliadores o milicianos de la guerrilla. En un editorial de el tiempo en el 2005 que hacia parcialmente el balance de esto se decía a propósito de lo ocurrido en la zona de Bolívar que “entre julio de 2003 y mayo de 2004, fueron puestas en libertad 209 personas recluidas en la cárcel de Ternera de Cartagena de Indias. Entre estas, 122 obtuvieron libertad inmediata, 80 libertad provisional y 3 libertad condicional. Es decir: casi un 60 por ciento de los detenidos había sido acusado injustamente”*, y ese no seria un caso excepcional.

El hecho de que se hicieran tan escandalosas capturas masivas no indica que los falsos positivos no hayan sido hechos también de forma individual. De hecho el movimiento anarquista fue golpeado por esta estrategia con la captura hace cuatro años de dos compañeros. Uno de ellos fue liberado inmediatamente pero el otro, sin correr la misma suerte, duró más de un año sufriendo en las cárceles estatales. Obviamente, el caso de ellos no fue excepcional, muchos conocidos luchadores han sido detenidos sin pruebas contundentes solo con el único propósito de acallar su protesta crítica frente al régimen actual.

El mas reciente, y cercano caso, de este tipo de falsos positivos se dió con la captura de nuestro compañero de Tjer William Javier Díaz. Su captura se llevó en el marco de la detención de más de 55 personas que fueron acusados por haber aparecido supuestamente en un computador decomisado a las FARC en el Meta en febrero del año pasado. No solo era un ataque directo contra la figura de nuestro querido compañero, luchador sindical y defensor de los derechos humanos, sino ésta nueva captura masiva estuvo enmarcada en la arremetida que contra la movilización social en el sector de la educación se viene dando, siendo varias de las victimas estudiantes y profesores defensores de la educación pública.

Los falsos positivos no mortales son una realidad, y le están haciendo igual o peor daño a la sociedad colombiana que los que resulta con la muerte. Es por esto que no sólo tenemos que rechazarlos enfáticamente por la injusticia misma del hecho, sino que debemos apoyar toda la serie de iniciativas que se hagan a favor de la información de la situación de los presos y elevar nuestra solidaridad con nuestros compañeros luchadores sociales que sufren en las mazmorras estatales.

Todos a una sola vos debemos mantener nuestra consigna de lucha contra la criminalización de la protesta social, por la solidaridad con los presos políticos y sociales que sufren en el frió encierro al que los tienen sometidos, y ante todo por la eliminación de estos centros de reclusión que no responden con la dignidad de nuestra humanidad. Todos sabemos que la conquista de estas victorias solo podrá tener su momento de materialización con una verdadera revolución social anticapitalista, antiautoritara, es decir, con la construcción de una sociedad anarquista.

Ni un falso positivo más.
Libertad inmediata a William Javier Diaz y a todos los presos por luchar.
Abajo los muros de las prisiones

*Editorial del 17 de marzo del 2005, se puede visitar registrandose en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1681189; de hecho en otro balance del 2004 se decia que “De los 1.264 colombianos que han terminado en la cárcel en 31 redadas ya han sido dejados en libertad 414. Y aun cuando la Fiscalía trabaja en la recolección de evidencias para definir si llama a juicio o cesa el proceso de los 850 que permanentes detenidos, es aún incierta su suerte. Hasta ahora, solo 53 de ellos están a disposición de los jueces”, noticia aparecida el 16 de febrero de 2004, puede verse en http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1586063.

Que esperaban israelitas, una fiesta de bienvenida?.

Desde finales del año pasado, nuevamente el ejército israelí ha entrado en las zonas autónomas palestinas haciendo uso de su fuerza militar, sin diferenciar en sus ataques a civiles o a sus “enemigos” militantes del Hamás. Esta guerra, iniciada hace mas de 50 años con la conformación de un estado Judío en tierras habitadas por palestinos, parece no tener una finalización próxima ya que esta atravesada por la discusión política del reconocimiento del estado palestino en tierras que los judíos pretenden propias, así como la discusión entre dos fundamentalismos religiosos que no aceptan una visión de mundo diferente a la de su religión. A pesar de ser dos organizaciones políticas inmersas en una lucha prácticamente declarada a muerte, la pelea en las tierras palestinas involucra mas que ellos, siendo la población palestina la mas afectada.

Realmente, a pesar de ser la mayoría del tiempo pasivos, ellos son los que han protagonizado esta guerra por que los políticos hablan en las cadenas nacionales, o van de ves en cuando a los barrios, pero ellos, ellos son los que sufren de la crueldad de un sitio impuesto a sus tierras. Ellos han sido los que han logrado mantenerse con sus familias en un lugar como la Franja de Gaza donde mas de 1 millón de personas viven en un territorio del tamaño de cundinamarca, muchas veces sufriendo de la interrupcion de la electricidad por parte de los israelies, o de la restriccion de profesar una vista del Islam diferente a la de Hamás.

Aun así, son ellos mismos los que se han mantenido dignos resistiendo a la prepotencia israelita que les ha robado centímetro a centímetro sus territorios y dividiendo su frontera con un muro de concreto que resguarda la «seguridad» que solo la tienen los poderosos. Son ellos los que han seguido cocinando los pocos víveres que les permiten cultivar o comerciar, mientras en las calles de Jerusalén y otras principales en Israel, siguen pululando los Mac Donalds a los que por supuesto son sus primos lo que deben ir a servir y limpiar las mesas. Ellos siguen caminando las calles, atentos a que sus juegos y secretos juveniles no se pierdan por el temor a el estado de sitio impuesto por los Hebreos.

Y son ellos los que siguen creyendo en la vida, que respetan viviéndola con alegría y manteniendo la esperanza de un mañana mejor para ellos y para sus hijos. Por eso es que no pueden recibir bien una invasión como la que viven en este momento por al ocupación del ejercito semita. Y vendrán intifadas, y vendrán niños encapuchados lanzándole de nuevo piedras a los indestructibles tanques, que son fuertes con la balas pero no con la dignidad. Ellos no les darán la bienvenida a este o cualquier ejercito invasor, no permitirán que su pasado sea acabado por las ínfulas del gran israelí en el futuro ocupando toda la región palestina.

Desgraciadamente sabemos que la resistencia solo les permitirá mantener lo que ahora tienen, por que todo lo perdido solo podrá ser recuperado con años y años de lucha palestina, organización y fraternidad árabe-israelí y solidaridad internacional. El problema de palestina no se solucionara dándole legitimidad, status o beligerancia legal al estado palestino; Es precisamente la no conformación de un estado palestino, de la mano de la destrucción del estado israelí la que permitirá vivir fraternalmente tanto a judíos como palestinos en tierras bíblicas. Son los estados en estos momentos los que atacan o se defienden en guerras a muerte, siendo los únicos pérjudicados la población que muere inocente defendiendo banderas o uniformes que al final nada le darán para si sino solo para sus dirigentes.

El problema no es si se cree en Ala o en Jehová, si se cree en Jesucristo o en Maoma, cada cual puede creer en lo que quiera, hasta no creer es una posibilidad. El problema no es ser culturalmente diferente y hablar unos árabe y otros hebreo, ni siquiera el problema es una cuestión de terrorismo, seguridad nacional, liberación nacional o resistencias. El problema es aceptar la diferencia, y aceptarla como una cualidad que potencia la creación del hombre. Para eso ni Israel ni Palestina necesitan sus estados, menos aun necesitan sus dirigentes; lo único que necesitan es el reconocimiento del otro como igual, y de si mismo como inviolable. No es una pelea por la creación de nuevos mundos eclécticos, es por la perpetuación de este mundo real en el que vivimos y en el que somos diferentes.

Solo la organización en aquel territorio basada en el autoreconoccimiento, la valoración del otro y la búsqueda de la libre asociación hará que se superen los problemas a los que desde hace 50 años han tenido que atender tanto israelitas como palestinos. Solo el respeto por la integridad humana, y la aceptación de la diferencia étnica, lingüística, cultural, sexual, etc… permitirá que este tipo de lapsus mortales desaparezcan, y ya no debamos solucionar nuestros problemas por vías violentas sino por búsqueda de consensos y disensos.

Mientras tanto, mientras el pueblo palestino y el israelita se den cuenta que sus diferencias son posibilidades, que sus religiones no tienen que ser impuestas a otr
os, y que sus fronteras territoriales no son mas que una excusa de habitación territorial mas no de prohibición de movilidad para el otro, solo hasta entonces deberá mantenerse la resistencia por la sobrevivencia y la dignidad que el pueblo palestino sigue con la cabeza en alto. Los dirigentes sobran para los pueblos dignos. La autonomía y el apoyo mutuo son mas efectivos que la autoridad y la competencia.

No habrán fiestas de bienvenida hasta que los palestinos no sean bien recibidos en tierras israelitas.