Por Dmitri Prieto Samsónov
Entrevista a Circles Robinson, fundador del proyecto mediático Havana Times
“Trabaja en el ESTI (Empresa de Servicios de Traductores e Intérpretes)”, acotó. “El sitio está saliendo desde hace poco, el hombre está conformando un equipo donde cada persona llevaría un blog”. Más claridad y más extrañamiento al mismo tiempo. Y, para rematar: “el colectivo de blogueros debe tener la misma cantidad de hombres que de mujeres. Balance de género”.
El nombre de Circles Robinson es poco conocido en Cuba. Pero se trata del editor de uno de los sitios digitales noticiosos sobre Cuba que más popularidad ha alcanzado en la Web. Es el pujante proyecto Havana Times, hoy administrado desde otro país del ALBA (Nicaragua) y cuyos textos (si falta de conexión on line) llegan a cada vez más destinatarios de correo electrónico en nuestro archipiélago. Un medio electrónico donde diarios con voces de cubanas y cubanos de a pie conviven con rigurosos reportes por corresponsales de la agencia IPS (Inter Press Service) acreditados en Cuba, así como con artículos analíticos y de opinión de reconocidos expertos; también publican entrevistas y excelentes fotografías.
Compartir con la Cuba profunda
El proyecto de Circles Robinson logra, quizás sin proponérselo, compartir con los no-cubanos la famosa “Cuba profunda”… Cuando vamos por la calle o miramos por la ventana, habitualmente somos capaces de aprehender un sinnúmero de detalles que tanto pretexto han sido para gente como Don Fernando, Lezama, Dulce María, Oscar Hurtado o Víctor Fowler en sus múltiples indagaciones sobre la espiritualidad vivencial de nuestro país. ¿Y qué decir de los símbolos que habitan nuestras mentes? Para mí, un mérito excepcional de Havana Times es permitir que gente de otras tierras comulguen con esos signos y símbolos de la cubanía actual sin que por ello éstos resulten folclorizados o convertidos en “pasto para turistas”. Claro, es sólo una opinión personal de un habitual colaborador del proyecto; pero doy fe: mi propia percepción de “yo y mi circunstancia” en Cuba ha ido perfilando una nitidez ascendentemente mayor desde que empecé a escribir en el sitio. A través de la palabra y la imagen fotográfica, Havana Times revela gráficamente una Cuba que no es ni infierno, ni paraíso, sino ciertamente un lugar donde es posible vivir y compartir las vidas.
Es un espacio de Internet cuyos protagonistas, en su mayoría, son personas “como todos”: trabajadores, estudiantes, cuentapropistas, profesionales, artistas, escritores. El colectivo de Havana Times es como una familia. El slogan, en inglés: “Open minded writing from Cuba”, significa escritura desde Cuba, con mente abierta. Tener la mente abierta es alejarla de las aburridas cantaletas monocordes que tantas críticas han recibido, y también de esas cansonas agresividades polarizadas… Es como una invitación al diálogo, a una Cuba donde quepan muchas Cubas.
Un periodismo palpablemente incómodo
Aunque no por ello se evade la controversia. En uno de sus recientes posts polémicos, un bloguero de izquierda (grupo Bloggers Cuba) comparó a Robinson nada menos que con Charles Dana, editor del periódico neoyorkino donde publicaron Marx y Martí. Quizás sea un elogio exagerado; pero recordemos que también abundan en la Web cubana aquellos que siempre sospechan de cualquiera que promueva un pensamiento diverso y cuestionador.
Havana Times es un formidable espacio de información y debate, que ha cubierto desde una (fallida) expedición al vertedero más grande de la capital cubana o las peripecias de un profesor que ha perdido su trabajo por un conflicto con la administración, hasta las complejas problemáticas de los cultivos transgénicos, la violencia doméstica o la vida de los cinco cubanos presos en Estados Unidos. Un periodismo incómodo para muchos, hecho por personas en su mayoría sin formación profesional como periodistas. Y entre estos “amateurs”, por cierto, se incluye el propio editor del proyecto.
Pero, hablando de periodismo incómodo -¿no es el que en nuestros adentros, todos quisiéramos para el bien de nuestra Cuba? Por ello, Havana Times se ha ido convirtiendo en una parte de la realidad cubana, de los complejos procesos de cambio que están ocurriendo. Es uno de esos instrumentos de rayos X por las cuales nuestra sociedad -¡al fin!- puede mirarse por dentro. Ante el deseo de desarmar la “intriga” en materia de la cuestión “¿quién es Circles Robinson?”, le pedí una entrevista, consciente de lo polémico que es el tema. Y Circles, quien para muchos de nosotros es ya un amigo, accedió gentilmente a socializar este diálogo en las páginas de Espacio Laical. Ahora, le damos la palabra:
-¿Quién es Circles Robinson y cómo se radica en Cuba? ¿A qué te dedicabas en la Isla antes de fundar Havana Times?
-Generaciones atrás mi familia eran inmigrantes de Rumania y Rusia del comienzo del siglo XX, pero yo nací y me crié en Los Angeles, Estados Unidos. Sin embargo, las experiencias medulares de mi vida han transcurrido muy distantes de este ambiente, en un pueblo pequeño del viejo oeste norteamericano y la mayoría en América Latina. Desde 1982 vivo fuera de mi país, en España, Nicaragua y Cuba, trabajando en agricultura, cooperativismo, turismo, relaciones internacionales, traducción, y un vínculo recurrente con el periodismo y pequeñas publicaciones.
Mi interés en América Latina comenzó cuando salí de Estados Unidos por primera vez en 1972, huyéndole a un próximo llamado al servicio militar en los tiempos de la guerra contra Vietnam. En Colombia, donde viví por dos años, conocí algo de los efectos de la política de Estados Unidos en el continente, culminado por sentir, aunque de lejos, las repercusiones del golpe militar en Chile en contra de Allende el 11 de septiembre del 1973. También conocí el calor de la gente colombiana, el valor dado a la familia, las historias y misterios, las comidas y mi preferencia de vivir en español.
Al final gané la lotería, una especia de sorteo siniestro que tenía el ejército estadounidense para reclutar a jóvenes para la máquina de guerra. En aquel tiempo el servicio era obligatorio, pero una parte de los muchachos nunca tendrían que presentarse por lograr un número alto en el sorteo. Yo fui uno de estos y así pude regresar a Estados Unidos en 1974 sin tener que esperar la amnistía dada por Carter en 1977.
Fui a parar a un pueblo de Arizona, anteriormente minero, fronterizo con México, donde trabajé en la radio local, edité un periódico, aprendí algo de tipografía y dirigí una pequeña cooperativa de alimentos. Una activa militancia política local (y algo de solidaridad con el FMLN de El Salvador y el FSLN de Nicaragua) caracterizó mis años en este pueblo como parte de un grupo que buscaba un mundo mejor a pequeña escala. Al salir definitivamente de Estados Unidos en 1982 viví al sur de Granada, España, trabajando en la agricultura, participando en una pequeña cooperativa.
Al final de 1984, ante las amenazas de un Reagan recién reelecto de invadir a Nicaragua, decidí ir a aportar mi grano de arena en los cafetales y así conocer la Revolución nicaragüense. Recogí café con una gran brigada de maestros nicas y otra más pequeña de miembros de una comunidad cristiana de base. Después de 17 años en Nicaragua, viviendo la Revolución y después su debacle, fui a vivir a Cuba, al final del 2001, contratado por Prensa Latina como revisor/traductor de su servicio en inglés. Desde el inicio establecí mucha relación con los y las periodistas, y me preocupaba por tratar de que los materiales que revisaba comunicaran siempre un poco más, un poco mejor a los lectores del exterior.
Con mi esposa, hija y nieto, vivíamos en Tarará porque era donde Prensa Latina tenía vivienda para sus técnicos en este momento. Era un lugar bello, pero también implicaba estar muy lejos de la ciudad y pasar horas cada día esperando guaguas o pidiendo botella.
Mi esposa colaboraba en aquel tiempo de manera voluntaria con dos Talleres de Transformación en los barrios de Atarés y El Canal. Mi hija estudió un año en la Escuela Nacional de Arte (ENA) antes de comenzar una carrera (pagada por nosotros) en la facultad de medios audiovisuales del Instituto Superior de Arte (ISA). El nietecito comenzó en su primer círculo infantil cuando aprendió a caminar al mes de llegar a Cuba. Así que tuve la oportunidad de conocer la vida de Cuba desde varias perspectivas.
A mediados del 2004 acepté una oferta para trabajar en lo mismo para otros medios digitales cubanos, pero desde una nueva oficina llamada Traducción en Línea del ESTI. El factor vivienda cobró peso en esta decisión. Así nos trasladamos a un apartamento recién desocupado por otro técnico, por la Playita de 16, a media cuadra de la facultad de mi hija. En el ESTI nuestro pequeño grupo de Traducción en Línea formamos un núcleo de la Unión de Periodistas de Cuba, aceptado por nuestro involucramiento en la prensa cubana. Yo también comencé a escribir un blog personal desde finales del 2005, en parte respondiendo a la sugerencia de la UPEC a sus miembros.
En los años siguientes participé en capacitaciones a traductores y webmasters sobre cómo mejorar sus páginas en inglés. Hice una ponencia y la presenté en reuniones convocadas con los medios digitales por el Partido. Ya como miembro de la UPEC y representando nuestro núcleo, comencé a participar en reuniones de periodistas de la prensa escrita convocadas cada año.
Las discusiones sobre las deficiencias de la prensa cubana en su contenido y alcance fueron constantes entre mis colegas cercanos. En el 2007 salió una orientación interna del Buró Político sobre los medios donde, entre otras cosas, se hablaba de la necesidad de reflejar la realidad del país en sus reportajes. Encontré motivadora esta orientación. Participé como delegado, con derecho al voto, en el Congreso de la UPEC en julio de 2008. Había mucha gente de los medios hablando sobre cómo mejorar la prensa, especialmente los jóvenes, pero las discusiones no terminaban en cambios concretos y al salir volvimos a lo mismo, la rutina estática. Me sentí muy frustrado.
-¿Cómo se crea Havana Times?
-Un poco después decidí comenzar, como aporte mío, una página digital para poner en práctica el tipo de medio que pensaba y pienso debe existir para un público nacional y también extranjero interesado en Cuba. Era más que claro que lo que se veía en los medios cubanos no reflejaba la vida cotidiana del país, en las calles, centros de trabajo y las casas. Las problemáticas estaban prácticamente ausentes, igual que la rica diversidad de criterios sobre cualquier tema. Sentí que mi blog personal había llegado a su fin y que quería hacer algo con más alcance e involucrando más gente.
“Open minded writing from Cuba”, nuestro lema en inglés, significa en otras palabras: “Cuba sin prejuicios”. Con tantos medios demonizando todo que tiene que ver con la Revolución cubana y sus líderes, y el monólogo de los medios oficiales cubanos con su mensaje de que todo está casi perfecto en Cuba y que el resto del mundo está mal; había una gran falta de un medio que no cayera en los extremos. Ya contaba con varias experiencias en el campo de las publicaciones. Edité un periódico que salía cada dos semanas en el pueblo donde viví en Arizona y años después edité una revista mensual en inglés para la principal organización campesina de Nicaragua. Era Nicaragua desde una perspectiva campesina.
Pero HT no fue solo idea mía: dos personas, un cubano y un estadounidense, desde su inicio han sido parte indispensable de la creación y continuación del proyecto. Tampoco puedo dejar de agradecer el apoyo familiar que he recibido para ayudar a financiar el proyecto. Siempre pensé que auto-financiado sería la única manera de llevarlo a cabo sin hacerlo vulnerable a las críticas de estar siendo sustentado directa o indirectamente por el omnipresente “enemigo”. Por suerte, los costos del proyecto son modestos. Es una de las grandes ventajas del trabajo digital.
Durante tres meses hicimos el diseño y buscamos colaboradores para escribir y tomar fotografías. No fue fácil porque principalmente dimos con personas trabajando en entidades estatales, o estudiando, y escribir por un medio no-oficial del Internet no es bien visto por muchos jefes, profesores y cuadros dentro de Cuba. La foto que encabeza HT la recibimos a pocos días de iniciar. Optamos por un diseño sencillo pero atractivo, con muchas fotos, que es uno de los fuertes de HT. Al comienzo la publicación solo salía en inglés, focalizada en personas no hispano parlantes interesadas en Cuba, sea para turismo o estudio. Era coherente con mi labor como técnico extranjero trabajando para medios digitales de Cuba en inglés.
Entre las metas estaba presentar las diferentes realidades del país y una diversidad amplia de criterios, enseñando lo mismo las bellezas y los logros que los problemas y las tristezas. En fin, mostrar un país de carne y hueso como los demás, pero a la vez diferente. Entramos al ciberespacio a mediados de octubre de 2008, y acepté el reto de trabajar mi jornada normal con el ESTI y editar HT en mi tiempo libre: un ritmo bastante agotador con días de 14 y 16 horas en la computadora. Además, aunque habíamos pensado actualizar uno o dos veces a la semana, el sitio rápidamente evolucionó convirtiéndose en diario digital por la cantidad de materiales y la velocidad de la tecnología. Presentamos el sitio oficialmente, dos meses después de su comienzo, en la sede de la UPEC, frente a representantes de numerosos medios cubanos y directivos de la organización.
-Cuéntanos cómo tus vivencias anteriores influyeron en el concepto y estilo de ese medio digital.
-Hubo muchos cubanos que vivieron la caída de la Unión Soviética y el campo socialista desde esos países, donde estaban estudiando o capacitándose. Yo no conocí Europa del Este de primera mano, pero si viví la dolorosa caída de una Revolución en Nicaragua. Una gran ventana de oportunidad, de creatividad, para aprender de otros esfuerzos y mejorar, cerró de un solo golpe, y me duele hasta hoy.
Para mí la Revolución nicaragüense era otra historia, como Cuba, de un David contra Goliath y con mucha frescura y esperanzas, que poco a poco se fueron extinguiendo. El bloqueo económico que también sufrió Nicaragua, como Cuba, y la guerra patrocinada por Estados Unidos obviamente jugaron su papel significativo. Sin embargo, para mí fue la pérdida de la ética revolucionaria, el endiosamiento de los altos dirigentes, un discurso de monólogo triunfalista, la falta de controles y malos manejos económicos, la falta de participación real de la gente en la toma de decisiones, más el distanciamiento progresivo de la dirigencia con la base, al creerse eternamente en el poder, fue lo que condujo a la aplastante debacle electoral del 25 de febrero del 1990.
Después de la hecatombe me quedé trabajando siete años más para la organización campesina, la UNAG, homólogo a la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), que incluía el movimiento cooperativo, y traté de aprender, como muchos otros, de lo que había pasado, soñando con otra oportunidad de transformar el mundo, donde la gente, la justicia social y el bienestar común y de la naturaleza tengan más importancia que el capital, y donde se aprenda de los errores en vez de repetirlos.
Ir una década después a Cuba para mí era una oportunidad de ver un poco como habría sido Nicaragua si su revolución hubiese durado 40 años en vez de 10 y pico… ¿Cuáles habrían sido sus logros? ¿Cuáles sus problemas y puntos flacos? Nicaragua no era copia de Cuba, pero sí la influencia de su hermano mayor era grande en muchas esferas. Y viviendo en Cuba me di cuenta cuánto significaba la Revolución nicaragüense para los cubanos a nivel personal de cada quien. Muy doloroso lo que pasó.
Referente a los medios, recuerdo que Salman Rushdie decía en su libro sobre Nicaragua (“La sonrisa del jaguar”), que el periódico del partido sandinista –Barricada- era el peor periódico que había visto en su vida. En su momento, en medio de la guerra, y aceptando los argumentos de los dirigentes de que tenían que restringir la información y la crítica en aras de la unidad, no me gustó nada lo que decía Rushdie. Más tarde le di la razón a Rushdie -efectivamente, era un periódico pésimo que menospreciaba la capacidad de la población de informarse y sacar sus propias conclusiones.
En Cuba encontré un país fascinante con grandes logros como sociedad, y enormes problemas acumulados. La inversión que hizo durante medio siglo para promover la cultura era evidente y estando en la capital pude disfrutar mucho de estos avances. Pero la prensa, la radio y la TV eran otra cosa, era regresar al estilo de Barricada.
El mismo monólogo de una sola verdad con información omisa, mal uso de estadísticas, falsa unanimidad y triunfalismo es lo que encontré en los medios cubanos. En fin, “la prensa aburrida” que describe el actual presidente Raúl Castro. Con HT quisimos hacer algo diferente, donde la persona de a pie tuviera voz, y no solo el dirigente, o el intelectual prestigioso. También propusimos incluir trabajos de periodistas y fotógrafos experimentados, reportajes y comentarios. La meta ha sido reflejar las diferentes realidades y problemáticas del país. De ahí nace nuestra sección de “diarios” que son blogs personales de colaboradores con una gran diversidad de campos de trabajo, estudio, criterios y creencias/ideologías.
-¿En qué se diferencia Havana Times de otros medios similares? ¿En qué se parece?
-Creo que no hay otro medio similar con la gran mayoría de sus escritores jóvenes y viviendo en Cuba. Tal vez los más parecidos en formato son Cubaencuentro y Diario de Cuba. Aunque técnicamente somos un blog más y hay más de mil sobre Cuba, desde el comienzo hemos optado por un formato más de periódico digital, y así hemos funcionado. En un solo sitio tenemos voces de 15 diaristas, escribiendo sus blogs en primera persona, más los reportajes, comentarios y fotoreportajes de periodistas tanto experimentados como nuevos en el oficio. También reproducimos materiales de la agencia IPS que lleva más de 30 años con una corresponsalía en Cuba.
Referente al contenido, creo que lo que nos distingue es la diversidad de criterios y estilos, desde el análisis intelectual hasta estilos muy sencillos y directos; no ser extremistas, y no ser el órgano de ningún partido, organización, institución o movimiento. Cubrimos y comentamos temas sobre economía y también lo deportivo, cultural, etc. Simplemente una publicación que busca elevar el conocimiento y el interés hacia Cuba y ser accesible a un público amplio de lectores nacionales y extranjeros.
-¿Hay alguna contradicción entre tus ocupaciones anteriores y la creación de ese nuevo medio de información? ¿Ha cambiado tu apreciación de la realidad después de iniciar Havana Times?
-Al contrario, haber traducido y revisado para medios cubanos por siete años me dio muchos ideas de cómo mejorar con un periodismo a la altura de los tiempos. Traducir/revisar materiales periodísticos puede ser extremamente aburrido cuando los materiales son de poco interés, repetitivos, carentes de información y obvian la realidad que se ve por todos lados. Pero también te da mucho de pensar en lo que escribiría uno, de temas y formas.
Yendo más atrás, ya había editado publicaciones y tuve dos programas de radio sin ser profesional titulado. Para lograr HT, recurrí a todos mis experiencias. Una cosa que he aprendido y que me encanta es involucrar más gente, casi crear una familia y esto siento con el grupo de HT. Hasta tenemos lectores que se sienten parte del proyecto.
Mi apreciación de la realidad sobre los medios cubanos no ha cambiado. Ha habido un tímido esfuerzo para presentar aspectos de las diferentes realidades del país y sus gentes, y hablar de ciertas problemáticas, pero muy por debajo de lo requerido. Igual, siguen ausentes enfoques y criterios divergentes con políticas oficiales. Son inexistentes, o tan tímidos que no llegan a significar un cambio real. Un debate de verdad sigue ausente. Además, la falta de un periodismo investigativo ha hecho mucho daño al país. Estoy seguro que de tener apoyo este tipo de periodismo, unos cuantos casos grandes de corrupción habrían salido a luz pública mucho, mucho antes. ¡La falta del periodismo investigativo hace que empresarios y autoridades se sientan como en un trono, incuestionables y intocables!
-¿Quiénes hacen Havana Times?
– HT cuenta con un número fluctuante de 20-25 colaboradores entre los que escriben, los traductores, el webmaster y yo, el editor. El grupo lo forman, en su gran mayoría, cubanos viviendo en la Isla, de diferentes edades, aunque los más entre 30 y 45 años, pero también tenemos colaboradores cubanos desde el exterior, y tres estadounidenses; todos estos últimos con un fogueo de experiencias viviendo en América Latina y trabajando para gobiernos en países con revoluciones.
Una de las cosas en que insisto con los que escriben sus diarios es la importancia de su voz propia, sus percepciones, sus experiencias. El “yo” existe en HT y es de interés para los lectores. Cuando nos reunimos como grupo cada seis meses se aprecia la diversidad de personas que conformamos el colectivo. La mezcla de profesiones, trabajos, habilidades, procedencias, género, raza, activismo comunitario y creencias, etc., es evidente. Siempre vienen algunos invitados y según ellos esta diversidad es palpable.
Los escritos también lo demuestran. Hay personas que escriben de problemas personales-prácticos y filosóficos, otros sobre su vecindario, otros abarcan los problemas económicos y políticos que ha sufrido el país, otros temas de convivencia social, otros gustan relatar historias o entran en el terreno internacional, etc. Sólo se excluyen posiciones extremistas que para debatir usan insultos en vez de argumentos. A veces sugiero un tema para un artículo o Fotoreportaje, pero esto no pasa del 5 por ciento de los materiales que publicamos.
-Cuéntanos cómo se ha desarrollado el proyecto, cómo se ha posicionado, las sorpresas, conflictos y alegrías que ha generado.
-Tres cambios grandes ocurrieron el primer año. El primero fue perder el apoyo de la dirección de la UPEC, inicialmente ofrecido públicamente al proyecto. Al fin, viendo el proyecto en práctica por medio año, no pudieron aceptar un medio independiente y crítico, donde había jóvenes no periodistas expresándose sobre su realidad, una realidad que dista mucho de la que los medios oficiales pintan.
El segundo cambio fue cuando no fue renovado mi contrato de trabajo en junio 2009. Según creo, este acontecimiento tenía sus raíces en un conflicto ético con mis directivos, y HT no fue el motivo principal. Sin embargo, el resultado neto fue la pérdida de la residencia temporal y la necesidad de abandonar el país en 30 días. Regresé a Nicaragua, donde tengo estatus legal de residente permanente. Y desde ahí continué el proyecto con visitas cada seis meses a Cuba.
Sin embargo, el cambio más grande para HT fue la decisión, en septiembre de 2009, de hacer una versión en español. Había sido una demanda constante de los colaboradores para poder compartir sus trabajos con otros cubanos. El efecto ha sido notable y creciente. De un público cubano en Cuba de menos de cinco por ciento en el primer año, hoy en día 15 por ciento de los lectores en español son de Cuba, en primer lugar, por arriba de España, Estados Unidos, México y Venezuela. En inglés, también se ubica Cuba en cuarto lugar después de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido. Esto sin mencionar que mucha gente en Cuba recibe HT en formato texto por correo electrónico.
El proyecto ha demostrado un crecimiento lento pero continuo. Tenemos un modesto promedio de alrededor de 2.000 visitas al día al sitio y 5.000 páginas visitadas al día. No es poco para una publicación relativamente reciente que se especializa en un solo país. Estamos construyendo un público variado, de diferentes tendencias políticas, y lo que une a la gran mayoría es un sano interés o amor por Cuba, y el sentirse cómodos con la incluyente variedad de criterios que se lee en HT, ajena a lo que se puede encontrar en centenares de sitios apologéticos y otros tantos de detractores venenosos.
-¿Es un proyecto principalmente para “yumas” anglófonos, o también para cubanos? ¿Cómo valoras que los cubanos lean Havana Times? ¿Hay alguna contribución especial y propia de Havana Times al devenir de los procesos que ocurren en Cuba?
-Creo que Havana Times está jugando un modesto papel en el debate sobre el presente y futuro del país y también en el análisis del pasado. Una de sus contribuciones frescas es el incluir a personas de a pie con sus diarios o blogs personales como parte fundamental del sitio. Hay intelectuales que dirían que el nivel no está parejo, pero no pretendemos ser una publicación académica o solamente para la intelectualidad.
Cultivamos un público general que los incluye, si desean, pero no son los únicos. Me atrevo a decir también que todos quienes escriben en el sitio han ido mejorando su oficio, sus formas de expresar y sus argumentos. Por la cuestión obvia del idioma, comenzamos dirigiéndonos al mundo anglófono y a cubanos que entienden el inglés, incluyendo muchos en el exterior. Pero hoy en día nuestro público es mucho más variado y cada vez tenemos más lectores en los diferentes países de América Latina, como México y Venezuela.
Una meta ha sido quitar el factor sorpresa para las personas que visitarán Cuba en el futuro. Poner los logros y problemas en la mesa, al conocimiento de los lectores para que cuando estén en Cuba puedan profundizar, buscando entender un país complejo. También diría que después, muchas de estas personas encontrarán la Cuba de matices que conocieron en las páginas de HT. Para el debate interno en Cuba, HT está jugando un papel como varios otros sitios, dando un espacio para la expresión crítica que prácticamente no existe en los espacios oficiales. Obviamente, la gran limitante es la poca conectividad de los cubanos, pero algo es algo y la tendencia es de crecer.
-Robinson, Havana Times ha sido un motivo de polémicas desde distintas posiciones políticas… ¿qué puedes responderle a los críticos?
-Las personas con posiciones totalmente cerradas, igual las de la supuesta izquierda como las de la derecha, que se creen dueños de la verdad absoluta, se molestan con el sitio y nos han atacado. Del lado estadounidense el mejor ejemplo es un negociante de Massachusetts, dueño de más de 2000 dominios con palabras claves de Cuba para promover sus negocios presentes y futuros, incluyendo el turismo sexual. Él ha mantenido desde el comienzo que yo soy un “alto agente de la Seguridad Cubana” y que somos “la respuesta del gobierno cubano a la famosa bloguera Yoani Sanchez.”
Mientras tanto hay sectores totalmente apologéticos en Cuba y personas dentro de algunos grupos de solidaridad que nos ven con malos ojos. Alguno/as me han dicho que “estamos haciéndole el juego al enemigo” porque publicamos artículos mostrando las muchas dificultades e insatisfacciones en el país. Algunos conocidos y colegas de este pensamiento me han dicho que estos jóvenes que se quejan tanto “deberían de irse del país” en vez de estar criticando el gobierno o sus políticas.
-¿Es Circles Robinson “de antes” de Havana Times la misma persona que el “de ahora”?
-Mi apreciación de la vida no ha cambiado con la experiencia de HT aunque me siento más “acuerpado” con buenas amistades que se han desarrollado a través del proyecto. Hemos vivido en el filo de la navaja, siendo críticos duros pero también constructivos, esperando comprensión de los funcionarios -que pueden provocarles problemas a nuestros colaboradores y hasta a los lectores, si no llegan a entender que somos parte del proceso de cambios dentro de una Revolución que ya sucedió hace 52 años.
Yo sigo con el sueño de poder editar Havana Times desde Cuba, como hice en el comienzo, y así tener más comunicación con los colaboradores y también con el país y sus autoridades. Podría ser locura mía, pero siento que hay quienes desde el mismo Partido valoran positivamente nuestro aporte a la Cuba que intenta superar esta etapa de inmovilismo, estancamiento y deterioro. Y sustituirla por otra nueva, de iniciativa, creatividad, amplia participación y progreso solidario.
Espacio Laical Septiembre 2011. No. 142
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Cuando escribí ” habrá” quisé escribir “abra”… ya no soy capaz de escribir medianamente en Español… pero de esto también se trata, de saber y querer rectificar. Eso, siempre…
Excelente entrevista. Un placer haber accedido a la historia de este periódico digital que nos une a Cuba a tantos que no viven ya en ella. Esperemos (aunque ciertamente con esperanzas que no llegan ni a la luz de un cocuyo) que muy pronto todo el potencial transformador de Havana Times, pueda llegar a aquellos que más necesitan de ese impulso: los cubanos de a pie. Por supuesto que un paso del plano digital a la celulosa y la tinta es ya impensable…. pero no menos necesario. Esperemos tambien que tarde o temprano se habrá la ostra y se acabe la triste realidad actual de que en Cuba los que urgan y critican, pero tambien (y sobretodo) hacen y prononen… los que aceptan al país como es, para salvar lo que se puede salvar aun, tengan que callar o cambiar de trabajo, país o hasta de nombre cuando escriben en internet. Felicidades a Dmitri y a todos los que hacen HT. En lo personal, intentaré hacer algo más de tiempo para seguirles. Un abrazo!
He disfrutado mucho leyendo esta entrevista sobre la vida de Circles y el proyecto havanatimes, del cual soy asidua lectora. Felicito a Dimitri por la idea. Saludos
Me parece maravillosa la idea que Dmitri y Espacio Laical hayan decidido hacer esta entrevista, felicidades. Pienso que servirá para poner fin a las manipulaciones que los lebreles (usando el término de un amigo) hacen por estos días de proyectos atónomos como Havana Times y Observatorio Crítico. Imagino que después de leer esto el ‘Señor de los Anillos’ quedará desconcertado, y tendrá que escribir una nueva saga para reubicar a sus personajes, o simplemente tendrá que comprarse una nueva sortija.
En cualquier caso, quisiera recalcar que entre los atributos de Circles está el ser un magnífico ser humano, con una especial dulzura para tratar con lxs demás, siempre respetuoso.
Por otra parte, como bien se ve, el que HT se escriba en Cuba y se edite de Nicaragüa no es decisión de su equipo de trabajo, sino de la UPEC y demás instancias burocráticas que después de aprobar el proyecto, se amilanaron de tanta verdad al descubierto. También es curioso descubrir cómo los llamados a tener una prensa en Cuba que refleje nuestra realidad se vienen haciendo desde hace décadas ¿quiénes lo impiden? ¿acaso no serán los mismos que hacen el llamado? ¿Eso no es lo que se llama demagogia?