Se podía haber evitado

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Uno de los fenómenos que más ha empobrecido nuestro país en los últimos dos decenios ha sido el flujo migratorio, fundamentalmente compuesto por personas jóvenes, cuya calificación profesional típica es elevada y, por supuesto, en plena edad reproductiva. Numéricamente, se puede estimar en cerca de treinta mil personas al año, desde inicios de la década del noventa del pasado siglo. Por ese caño se han derramado cuantiosos recursos invertidos en la formación de esas personas pero, sobre todo, se ha perdido la posibilidad de que el trabajo creativo de esas personas enriqueciera material y espiritualmente a nuestra sociedad. Como elemento de igual o mayor importancia, este problema agrava la situación demográfica de una población profundamente marcada por el envejecimiento y decrecimiento. Todo esto, sin mencionar el desgarramiento individual y familiar, el dolor de la separación, las dificultades de adaptación tanto de las personas que buscan los nuevos horizontes, como de los que quedan atrás, privados de la amoroso soporte que supone un hijo, una hermana, un amigo.

Un pensamiento incómodo aguijonea la mente, que sugiere que este fenómeno se podía haber evitado o, al menos, mitigado en buena medida. Hace demasiado tiempo que se hizo evidente, para todo el que no mantuviera los ojos firmemente cerrados, que bajo los esquemas estatalistas que no socialistas de la economía, la regla general con algunas excepciones establecía que las únicas garantías de cobijo estaban extendidas a la mediocridad conformista; a aquellas personas cuyas aspiraciones no estuvieran muy alto; trabajadores manuales o intelectuales que con un sueldito ínfimo pero estable, más un par de prestaciones sociales estratégicas y lo que se pudiera sustraer taimadamente del centro laboral, se dieran por satisfechos. Han tenido que pasar más de veinte años desde el inicio del Período Especial o del regreso a la depauperada normalidad, podría decirse para que se estabilizara un mínimo de respeto por la iniciativa privada en la forma del llamado trabajo por cuenta propia. Y eso, bajo la presión actual para el Estado que significa la decisión de despedir a más de un millón de sus trabajadores, y la necesidad de dejarles vivir de algo mejor que el delito. Aún así, el antaño todopoderoso Estado no ha desbloqueado sino las franjas más precarias del espectro de actividades económicas posibles, aquellas de oficios básicos de baja calificación tan dignos como los de alta, pero poco halagüeños en términos intelectuales y únicamente remunerativos debido a la extraña situación que experimenta nuestro país. Para los profesionales jóvenes que buscan un empleo a sus dotes trabajosamente cultivadas, emprender iniciativas económicas más sofisticadas, apenas se cuenta a estas alturas con las vagas promesas de estudiar y dejar establecido, algún día, la posibilidad de formar cooperativas fuera del ámbito agrícola.

Vamos a hacer un par de especulaciones de cómo hubieran ido las cosas, si la política hubiera sido distinta. Nótese que haremos énfasis en empeños de colectivos bajo términos cooperativos, que consideramos como formas avanzadas de gestión socialista, en contraposición con las formas estatales y saludablemente distanciadas de empresas privadas, basadas en la explotación capitalista de los trabajadores por los dueños.

Se partió de una situación en la que miles de ingenieros, técnicos, personal calificado en general, se encontraban estancados, mayoritariamente en trabajos de escasa productividad e interés, además de la pobre remuneración y la imposibilidad de modificar sustancialmente el orden de las cosas en sus centros laborales. Esta última osadía constituye todavía hoy un imposible desafío a las inexorables autoridades. A ese grupo no se puede dejar de añadir, en igualdad de condiciones, al sector de obreros vegetando en fábricas de tecnología obsoleta, de producción detenida por los frecuentes desabastecimientos de materias primas, repuestos, combustibles y hasta por abarrotamiento de los almacenes ante la mala gestión de las otras instituciones estatales encargadas de la comercialización. Esta ha sido la cantera fundamental de la emigración, en todo este tiempo, ante la falta de una mejor opción. Ah, pero ¿qué hubiera pasado si, digamos, desde fines de esa década de 1990, cuando ya se pasó el golpe más duro tras la caída del campo socialista, se hubiera comprendido las potencialidades en ese conjunto de personas? ¿Qué tal que se les hubiera permitido agruparse autonómicamente, en centros de producción y servicios cooperativos, dedicados a satisfacer de una manera indiscutiblemente más eficiente las necesidades malcubiertas por instituciones estatales?

Si por fin, dentro de poco, se llega a instaurar la posibilidad de empresas cooperativas, se verá que el panorama no se transforma de un día para otro. La consolidación de los colectivos lleva su tiempo, tiempo de aprendizaje, de reajuste, de disolución inevitable de los proyectos menos viables. Esa etapa hubiera podido vencerse a estas alturas, de haber empezado a tiempo. Con el entusiasmo que la posibilidad de ganarse, por uno mismo y con sus esfuerzos, una vida honrada y satisfactoria en términos materiales y espirituales, la sangría de la emigración que buscaba esa posibilidad allende los mares se hubiera reducido considerablemente. Lo que es más, algunos de los que se fueron y no tuvieron el éxito esperado, se hubieran animado a regresar. Por supuesto, esto requeriría de paso de una política responsable respecto a la migración.

A estas alturas, hubiera sido posible que el Gobierno no tuviera que plantearse el despido de esa cantidad de trabajadores, porque ya se encontrarían trabajando en este sector. La producción de bienes y servicios se estaría efectuando en instalaciones mucho más eficientes que lo que se ha venido haciendo. Las pérdidas millonarias por subsidios a las ineficiente empresas estatales se hubieran reducido al mínimo imprescindible para garantizar el funcionamiento de determinadas necesidades sociales; por el contrario, los ingresos al fisco se habrían estabilizado en una magnitud creciente y capaz de cubrir las inversiones en salud, educación, infraestructura, etc., que normalmente se coordinan a nivel centralizado. El país, en pocas palabras, estaría ahora en una posición mucho más ventajosa en términos económicos y sociodemográficos.

Queda de estudio individual responder a las cuestiones de por qué tarda tanto en desbloquearse este camino; qué daño le está infligiendo a nuestra sociedad esta demora, y qué opinión se merecen sus responsables.

0 thoughts on “Se podía haber evitado

  1. Creo que este artículo peca de una ingenuidad a prueba de Ingenuos.

    Tal propuesta no es viable en Cuba hoy y mucho menos hace 20 años (al inicio del período especial) porque:
    – Desmochando palmas, domando bueyes o forrando botones no se saca a ese pais de la pobreza. Llenando la Habana de restaurantes o llenadores de fosforeras, no se incrementa la riqueza porque el nivel adquisitivo de los clientes es muy bajo. En definitiva, esas personas son empleados sin un sueldo real. Cuba necesita dinero para sustentar cualquier proyecto económico. Ese dinero no nace dentro de Cuba y no queda más remedio que traerlo de fuera o salir a buscarlo. Para eso, el monopolio ejercido por el estado cubano sobre el comercio exterior y sobre la mano de obra “calificada” es el único obstáculo. Mientras no se deroguen todas esas leyes anacrónicas y frenadoras, las cooperativas tienen en Cuba poco o nada de futuro.
    – Basicamente, la formación gratuita recibida en Cuba es obsoleta, poco competitiva en el mundo real actual. No puedo aportar datos, pero de los cientos de cubanos que conozco en el extranjeros muchos son graduados Universitarios en Cuba, pero sólo tres de ellos se desmpeñan en su carrera. Los otros han tenido que empezar en otros empleos y otros (mi caso), hemos tenido que reciclarnos a tareas más modernas.
    – Puede pensarse en un mundo sin Internet? No, definitivamente no. Mientras el estado cubano siga bloqueando el acceso de sus nacionales a la red, estará frenando de manera inequívoca el desarrollo de cualquier intento de desarrollo en el país.
    – ¿Puede venderse un ingeniero como tal teniendo menos de 10 horas de uso de Internet, sin saber qué es la libre circulación de ideas en foros especializados, sin conocer qué es el comercio electrónico, qué es el internet marketing? No, sencillamente es una persona a la que le han hecho creer en un espejismo, pero no es un ingeniero real.
    – En el mundo real existen cientos de miles de emprendedores que “venden” fuera de sus fronteras. Desde profesores de idioma a través de Skype hasta programadores, diseñadores a través de portales como freelancer.com. Cuba necesita deshacerse de esa mentalidad de “propiedad sobre las personas”, liberarse de ese miedo de “robo de cerebros”.
    – Cuba cuenta con un potencial increíble de inversores si se tiene en cuenta que hoy cerca del 20% de su población vive en el extranjero. ¿Cuantos cubanos de los que vivimos fuera estaríamos dispuestos a invertir y crear trabajo en nuestra propia tierra o a crear cooperativas o empresa familiares en la isla? me atrevo a decir que miles o cientos de miles. Yo tengo una empresa de desarrollo Web en el extranjero y nada me gustaría más que contribuir al desarrollo de esa actividad con un inmenso potencial en Cuba. Tengo el knowhow, el dinero pero no estoy autorizado a invertir en mi propio país mientras que por otro lado se recibe a extranjeros con menos posibilidades y menos grado de compromiso que yo (mi familia vive aún allá). Mientras el estado no derogue esas leyes tan parecidas al apartheid no será posible empezar a mover esa carreta.
    Soy de los que pienso que el único obstáculo para que Cuba se convierta en una nación próspera es el gobierno actual de la isla que en su tiempo fue revolucionario pero hoy son sólo personas mayores que no pueden correr a la velocidad de estos tiempos.

  2. Otra cosa que menciona Rogelio: “producción detenida por los frecuentes desabastecimientos de materias primas, repuestos”… ¿A una cooperativa sí se le permitiría mandar a un comprador al extranjero a adquirir las materias primas necesarias para trabajar? ¿O la cooperativa tendría que esperar que llegue a la shopping la materia prima necesaria?

    • ¿Y tú crees que la situación sería diferente para una empresa cuyo propietario sea una cooperativa?

    • Seria igual pues existe la cultura de robar del estado los recursos y es evidente que el costo les sale bajo de ese modo.

  3. Si unos usufructuarios de la tierra deciden asociarse en una cooperativa para sembrar maiz y producir tamales y mandarlos a Miami congelados… ¿Podrían? ¿A una cooperativa formada por campesinos sí se le permitiría exportar?

  4. Otra consulta. Si un desmochador de palmas, que es un empresario privado, decide irse a la forma cooperativa y asociarse con otros dos desmochadores. Los tres pondrían capital en dinero, bienes y trabajo. Si uno de ellos muere… ¿Los hijos heredan su parte de la cooperativa? ¿Y si los hijos no quieren desmochar palmas sino forrar botones?

  5. Una consulta, ¿Una empresa propiedad cooperativa podría comprarle al Estado un ingenio y retomar la producción de azúcar?

    ¿Esta cooperativa podría ser familiar? Digamos, papá, mamá y nené son los dueños de la cooperativa.

    ¿Qué tan diferente es eso a una empresa del tipo Papá e Hjos?

  6. Me he quedado dando vueltas al asunto de la explotación del trabajador. ¿Una empresa de propiedad cooperativa sería menos explotadora que una de propiedad individual?

    Como yo lo veo: sería exactamente lo mismo.

    La más o menos explotación que la empresa logre sobre el trabajador dependerá exclusivamente del tipo de relación obrero-patronal que permita la Ley. Si tienen un código de Trabajo que tienda a ser favorable a la protección del empleado ninguna empresa sea individual, colectiva, cooperativa o estatal podría explotarlo sin consecuencias.

    Ejemplo: Si el Código de Trabajo cubano estableciera que el empleado tiene derecho, por ejemplo, a un mes de salario en concepto de indemnización por cada año trabajado, sea cual sea la causa de terminación de la relación laboral… ¿Cuánto le hubiera costado al Estado-Patrono despedir a tanta gente?

    Si dicho Código impidiera expresamente el pago a destajo, por pieza, por productividad o como quieran llamar a esa forma… ¿No estarían mejor protegidos los empleados de empresas individuales, cooperativas o estatales?

    Si lo que preocupa es la cuantía o la calidad de la explotación del empleado, no es a través de las formas de producción que se soluciona ese tema sino a través de la Ley Laboral y una estructura jurídica que la haga cumplir.

  7. Gracias Rogelio por tan excelente post.

    No coincido contigo en cuanto a las espectativas que muestras con respecto a las cooperativas. Nadie vera las ventajas de estas mientras no exploren la iniciativa individual. El objetivo de una cooperativa es aunar empresas afines que se beneficiarian mutuamente entre ellas. Luego repartirian los beneficios.

    En cuba el cooperativismo fue forzado y no gracias a que el campesino dedujo su ventaja con respecto al trabajo individual. El estado los forzo mediante afixia crediticia, supresion de insumos, abandono , etc. Y para colmo de males les controlo luego la distribucion del fruto logrado.

    De ahi que hablar de cooperativismo en cuba es hablar mas de lo mismo pero con diferentes palabras.

    Lo que hay que hacer es liberar las fuerzas productivas, liberar la distribucion y comercializacion del fruto logrado y liberar los precios. O sea ECONOMIA DE MERCADO.

    Sobre las causas de la emigracion hay muchas pero no olvides la politica que es en definitiva la esencia de la economica. De no ser por el fracaso de la politica habria otra economia.

    Ah y sobre los tantos miles de profesionales que viven en cuba no olvides que la enorme mayoria de ellos fueron criados como pichones y de luchar por si mismos no saben NADA.

    Saludos

  8. Rogelio, soy de los que piensa que nada se logra llorando sobre la leche derramada más que buscar responsables o culpabilizar a algunos por lo que no se ha hecho en 20 años es mucho más productivo pensar en lo que se puede hacer ahora para revertir esa sangría que pienso al igual que tú significa la emigración.
    Esto se enmarca en la necesidad de tener empresas que logren producir con eficiencia y calidad bienes y servicios que mejoren la calidad de vida de sus trabajadores, sus familias, las comunidades donde se desarrollan los proyectos productivos y la sociedad en general. A ello habría que agregar que las empresas lo hagan cuidando del medio ambiente para que podamos con todos estos elementos hablar de un desarrollo sostenible.
    En el centro de la discusión claramente está que tipo de propiedad responde mejor al objetivo de lograr un desarrollo sostenible y es aquí donde hay que dejar a un lado voluntarismos y visiones dogmáticas.
    Hay dos elementos que para mí resultan centrales, una de ellas es el desarrollo actual de las fuerzas productivas: tenemos un capital humano que muchos envidian pero una carencia crónica de infraestructura productiva donde emplear dicha fuerza de trabajo.
    El otro elemento que destaco es subjetivo pero no menos importante es la motivación de las personas y el riesgo que están dispuestas a asumir. Mientras unos prefieren seguir siendo asalariados otros optarían por emprender de manera individual o colectiva.
    Veo por tanto que pueden coexistir diversas formas de propiedad y más que abogar por una u otra forma porque sea “más socialista” lo que se requiere es de una legislación que garantice la coexistencia de la propiedad estatal, la cooperativa, la individual y la privada.
    Avanzar hacia formas de propiedad basadas en la autogestión y la cooperación es un cambio cultural que no se logra por decreto. Un marco regulatorio adecuado podría favorecer este cambio sin comprometer el desarrollo sostenible.

    • “”tenemos un capital humano que muchos envidian pero una carencia crónica de infraestructura productiva donde emplear dicha fuerza de trabajo.”

      xxx

      Manuel ese capital humano fue educado y criado en su enorme mayoria como pichones en espera de que el estado le pusiera el alpiste en su boca.

      Y mientras mas diplomas tengan mas dificil les sera comenzar DE CERO a crear empresas de las que quizas no tengan la menor idea. Sera muy dificil que dichos profesionales logren crear mercados en sus profesiones mas bien sus estudios les seran un impedimento

    • “En el centro de la discusión claramente está que tipo de propiedad responde mejor al objetivo de lograr un desarrollo sostenible y es aquí donde hay que dejar a un lado voluntarismos y visiones dogmáticas.”

      Buen punto. ¿Cuál es el mejor tipo de propiedad? ¡TODOS! La coexistencia de todas las formas de propiedad posibles es lo mejor y que cada organización escoja qué forma utilizará dependiendo de sus objetivos.

      Más es más.

    • “Mientras unos prefieren seguir siendo asalariados otros optarían por emprender de manera individual o colectiva.”

      Creo haber leído en algún momento que apenas un 2-3 % de la población tiene aptitudes de emprendedor.

    • Gusa el gobierno al ser tan paternalista ha mutilado el espirutus emprendedor y este solo se restablece chocando con la realidad. Y eso lleva años lograrse

  9. Gracias Rogelio, esperaba otro escrito tuyo porque son muy buenos.

    Ahora bien, paso a un punto que hace ratico me viene dando vueltas en la cabeza y es lo que me parece un exceso de expectativa hacia la cooperativa como forma de propiedad. Esto, que yo había notado en diferentes analistas lo has resumido aquí:

    ” términos cooperativos, que consideramos como formas avanzadas de gestión socialista, en contraposición con las formas estatales y saludablemente distanciadas de empresas privadas, basadas en la explotación capitalista de los trabajadores por los dueños”

    ¿En qué se fundamenta esa expectativa? ¿Quién dijo que una cooperativa sea más eficiente que una estatal o menos explotadora que una privada?

    Te pongo un ejemplo, el Canal de Panamá es una empresa estatal y se considera un modelo de gestión administrativa y eficiencia.

    He visto cooperativas nacer y quebrar. Y las he visto demandadas en el Ministerio de Trabajo por violar derechos laborales de los empleados.

    No veo viable que exista y se respete la propiedad cooperativa donde ni siquiera se ha logrado mucho con la propiedad individual.

    Y no entiendo aún porqué cifrar las esperanzas en un tipo de propiedad cuando lo primordial sigue siendo el Derecho de Propiedad y la libertad empresarial: libertad de iniciativa y libertad de crecimiento.

    Mark Zuckerberg no tuvo que esperar a fundar una cooperativa para desarrollar su red social.

    • Gusa en la EXURSS existian cooperativas que llegaron a tener hasta sus propias carceles.

      Tal cual se instauro de manera forzosa la cooperativisacion en cuba esta fue un modelo de mayor explotacion que si fuese privada.

      De heco fueron vergonszas las tacticas empleados por el gobierno de la isla para obligar a los campesinos a cooperativizarse pasando de ser dueños a ser simples obreros asalariados