¿Somos animales?

¿Somos animales?

“La gente quiere vivir hoy y nadie se siente convocado a destinos trascendentes en una historia en que la trascendencia pareciera ausente por todas partes.”

José Pablo Feinmann (Filosofía política del poder mediático)

"Homo georgicus" by 120 - Own work (photograph), model by Élisabeth Daynes. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Homo_georgicus.jpg#/media/File:Homo_georgicus.jpg

«Homo georgicus» by 120Own work (photograph), model by Élisabeth Daynes. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Commons. (Tamaño modificado para el post).

Somos seres humanos, tenemos cualidades que nos distinguen de los animales. Tenemos la capacidad de pensar. De hacer análisis complejos. Pero el resultado electoral del 22/11 junto con el odio que parece imperar en ciertos sectores de la población parecen contradecir esa suposición o creencia. Existe mucho odio, mucho instinto, mucho pensamiento automático buscando la recompensa inmediata. Pocos poderosos que dominan a muchos sin poder.1

¿Será que más allá de fabricar satélites y microchips somos seres que no nos diferenciamos demasiado de aquellos homínidos evolucionados2 que surgieron hace unos 195000 años 3

Dan ganas de llorar, da bronca, porque parece que no aprendemos. Existe una continuidad histórica de una Argentina que parece odiarse a sí misma.

Desde la protohistoria nacional ha sido así: Los dos hombres que consideramos nuestros padres fundadores: Belgrano y San Martín se diferenciaron de la mediocridad dominante y tal vez por eso fueron ignorados y/o perseguidos.

El primero falleció joven, con una horrible enfermedad y empobrecido4. El segundo en el exilio, con una tristeza que nunca pudo apagar: la de no regresar a su tierra.

En la actualidad tenemos una clase media que lee muchos libros de autoayuda para no boicotearse en sus esferas privadas pero que termina haciéndolo como sociedad.

Pongamos la carta sobre la mesa: sos un reivindicador tardío.
Desde nuestros próceres, luego Illia, Alfonsín, siempre te das cuenta tarde. ¿Sabés que tengo un poco de hartazgo de todo esto? Hastiado de esa persistencia de reivindicar líderes políticos cuando ya es tarde: Yrigoyen, (aun en muchos casos) Perón, Illia, Alfonsín. El medio pelo de cada una de esas épocas los denostó. Pero después ensayan un arrepentimiento.

¡Hasta algunos, durante el gobierno de CFK llegaron a tener nostalgia por Néstor Kirchner! Un gesto de misoginia imposible de disimular.

Disculpame estimado, pero me agota tu pereza moral, porque privilegiás las maneras antes que las cuestiones de fondo.

Encontraste siempre la manera de autojustificarte ¿Solamente te interesan los problemas cercanos? ¿Los que te rozan directamente? ¿Solamente lo que podés tocar? No podés pensar a largo plazo. Es como decía aquel tema de SUMO (Lo quiero ya): “No se lo que quiero, pero lo quiero ya”.

Pero te pareció que lo más importante es extirpar el problema de los K. No tenés noción de causa y efecto.  Una vez más: te dejaste arrastrar por lo inmediato, lo cortoplacista.
Te creés educado y puede ser cierto, pero perdiste tu capacidad de interrelacionar sucesos y su impacto en el tiempo. Tomaste instantes, recortes, fotos, anécdotas. Buscaste como alimentar tu dolor.

Ese dolor es cierto, fue estimulado de manera intencionada, te hicieron creer que todo lo que tenías era gracias a tu esfuerzo. Te dijeron que existe algún lugar del mundo, en el cual, no hay burocracia, no hay crímenes, la justicia es siempre rápida, la libertad de expresión no tiene límites, no se pagan impuestos, los sueldos son altísimos y hablan un idioma que suena mejor que el castellano. Lugares de felicidad absoluta. Te hicieron creer que como existe algún lugar allá afuera que es un paraíso terrenal, todo lo que pudiera lograr el estado nacional (con aciertos y errores) para equilibrar el poder casi ilimitado de las mega-corporaciones era en realidad un déficit, un estorbo para tu felicidad absoluta.

Una vez que encontraste al estado y a una mujer (excelente combinación ¿no?) como enemigos, como responsables de esas frustraciones, ese dolor se convirtió en bronca. Buscaste como alimentarla, en particular los domingos a la noche. Que te digan como pensar, como racionalizar eso que ya se había convertido en odio…

Disfrazaste tu rigidez con la suavidad en tu tono de voz. Te refugiaste en palabras como disenso, independencia, democracia, república, trabajo en equipo, lo estamos haciendo juntos. Pero en la realidad te importaba poco todo eso, únicamente esa displacer de cubrir necesidades muchas veces irrelevantes, pero que te gritaban por la televisión, por los diarios, por la radio, como si fueran importantes, trascendentes. Te pusiste a trabajar todos los días para que se vaya ese gobierno K insoportable, por sus cadenas nacionales, por 678, por Boudou. Porque te decían que la plata se iba para los vagos. Vos te ibas al gimnasio, al club, llevabas a tus hijos a escuelas privadas, te ibas de vacaciones. Pero claro todo eso era tu propio mérito personal. No alcanzaba con eso, querías más.

“Si les preguntás qué odian, balbucean, hablan de las cadenas nacionales, del tono de voz de CFK, o citan las mentiras de Jorgito el Mercenario. Y se hacen los giles con los males que se avecinan sobre sus vidas.” (Javier Chiabrando, “El odio es más fuerte”)5

Como decía una de las etiquetas en twitter: #EsAhora querido. ¿Vas a persistir en el odio? ¿Vas a persistir en la venganza? ¿Cuál es el daño tan grande que te hicieron? ¿Vas a seguir justificando esto por los errores cometidos por los kirchnerismo? ¿Continuarás tranquilizando tu conciencia leyendo los medios que ayer te incitaban al odio y hoy te adormecen?

¿O vas considerar que tal vez, como a muchos, nos pasó a casi todos, que te dejaste arrastrar como a un animal en una manada?

Y cuando digo tu conciencia, no me refiero a la necesidad de la culpa. No me interesa algo que te inmovilice, no quiero que te autoflageles ni que le des la razón a alguien. Me gustaría verte justamente que tu conciencia se despierte, que despiertes, que sos mucho más que un homínido que saben manejar herramientas. Que tenés cuerpo, alma, espíritu todo eso que te hace ser humano y distingue del resto de las especies conocidas: lo que te hace trascendente Que hay un mundo más amplio y apasionante del que grita tu entorno de comodidad.


  1. ESSAY PLAN – Panopticism in the Mass Media – To what extent has it effected our lives
  2. The Arithmetic of Compassion, Scott Slovic y Paul Slovic
  3. Stratigraphic placement and age of modern humans from Kibish, Ethiopia, Ian McDougall, Francis H. Brown y John G. Fleagle
  4. Días finales de Manuel Belgrano
  5. El odio es más fuerte
Esta entrada ha sido publicada en General y etiquetada como , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *