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Mano

Con la mano del metate le dio tan tremendo cate... 
Piporro

Mortero de la edad de piedra es el metate. Elaborado de roca ígnea, casi siempre basalto. Su función principal es la molienda del maíz, aunque también es utilizado para machacar los ingredientes del mole y del chocolate .
Consta de dos partes; plataforma y rodillo. El metate como tal es la plancha. La roca alargada se denomina metlapil (coloquialmente maclapil), el hijo del metate. Vulgarmente se le conoce como mano. Una vez escuche a mujer tlahuica decir que lo correcto sería llamarlo brazo.
El metate revive mis recuerdos; conversaciones en dos lenguas, risas frente al tecuil, figuras de humo formadas por los rayos del luz, el agua del nizcomitl, fiesta, tamales, atole sin leche y  Las Tortillas (mayúscula por favor).
En la urbe se añora el metate en su contexto. Porque para echar tortilla es necesario el corazón. No es casual que las peores tortillas se encuentren en las grandes ciudades. No es tema menor, la descomposición sociocultural va de la mano del progreso (léase depredación agroindustrial).
El metate puede ser opresivo para la mujer sometida a la división del trabajo y al patriarcado. A veces el remedio es peor que la enfermedad. Me acuerdo de aquella comunidad en La Lacandona donde fue introcido un molino eléctrico, al interrogar a una mujer sobre los beneficios tecnológicos ella respondió que la aturdía el ruido y que extrañaba la convivencia antigua con sus compañeras de molienda.
La necesidad me hizo aprender a moler nixtamal. Hincarse y reverenciar a la tierra, según el costumbre.

Un día extravié el maclapil. Empezó el recorrido por tianguis en busca de uno de piedra negra, difícil de conseguir. Junté varios. Los conocidos me obsequiaron algunos. Ninguno podía recordar su nombre…»la piedra, esa». Después apareció el metlapil extraviado, quedándome con un montón de manos

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