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SOMA. UNA TERAPIA ANARQUISTA.

Durante la dictadura brasileña Roberto Freire participa en la guerrilla urbana que combate a los militares. Cae encarcelado junto con sus compañer@s y padece tremendas torturas, querían obligarlo a traicionar lo que más amaba; a sus compañeros, a sus amigos, a sus ideales. El terror cotidiano destruía su personalidad, temía no soportar la tortura y delatar a sus gentes. Sobrevivió sin acusar a nadie, pero cegaron su ojo.
Ya fuera de prisión los conflictos emocionales lo atormentan, el horror se establece dentro de él.
Freire era médico siquiatra, pronto descubre que la sicología y el psicoanálisis  tradicionales de poco ayudan a los militantes que padecen la represión. Busca, junto a otros compañer@s, un método rápido y eficiente, de carácter libertario. Sintió que la terapia tenía que ser corta, al igual que un hospital de campaña, los problemas debían resolverse rápidamente, pues las personas se enfrentaban a una guerra cotidiana.
Crearon una nueva y heterodoxa técnica corporal y colectiva denominada Soma (Somaterapia), que fusiona la capoeira con el ideal anarquista, la antisicología de Wilhelm Reich con la terapia Gestalt y la filosofía vitalista del tesao[*].
A través de ejercicios teatrales, juegos lúdicos y de sensibilización, se producen  vivencias que posibilitaban el descubrimiento del comportamiento, sus infinitas y singulares diferencias. Percibir como el cuerpo reacciona delante de situaciones comunes en lo cotidiano de las relaciones humanas, como la agresividad, la comunicación, la sensualidad, y su asociación con los sentimientos y emociones, permite rescatar la individualidad de la masificación.

Sem tesão não há solução

La soma es una terapia pedagógica y una enseñanza con efectos terapéuticos.
Practicar soma es intentar ser libre y, por tanto, ser revolucionario y alegre. Transformar  la vida en unión de tres elementos fundamentales e inseparables: la belleza, la alegría y el placer, componentes estos del tesao. «Sin tesao no hay una solución. »
Nuestro referente de sano está en función permanente con todo aquello que es tesudo[*].  Por lo tanto, al hacer terapia también estamos haciendo un acto bello, alegre y  deliciosamente placentero.
Tratando de eliminar la tendencia de rimar terapia con sufrimiento, y malestar con formalidad. Es común pensar así, porque la psicología tradicional funciona de esa manera. Al contrario, jugamos con el sufrimiento, disfrutamos del malestar y somos informales con la formalidad. Creemos que es la única manera de ser sano y tesudo. Esto no quiere decir que las personas no deben percibir, sentir y vivir sus dolores y dificultades. Pero no hay que convertirlos en un martirio insoportable.
En la soma utilizamos la ideología del placer (salud) como un antídoto contra la ideología del sacrificio (neurosis). Vamos deshaciendo el nudo autoritario de nuestra formación burguesa capitalista, que exige el sacrificio de nuestros anhelos y deseos a cambio de la aceptación social.
Esta nueva ideología nos da la energía para llevar a cabo una lucha tesuda contra la ideología burguesa neurotizante. Y todo es fantástico, porque la lucha por lo que somos y queremos nos da la certeza de estar vivos. Vivir es enfrentar el riesgo de disfrutar la libertad. Sobrevivir es todo lo contrario, es conformarse con los límites que da la seguridad.
Luchamos por la plenitud de la vida, por eso enfrentamos los obstáculos. Una persona sana entiende bien lo que es eso: el neurótico no, pierde la capacidad de reacción. Quién no quiere entregarse a la mediocridad de la neurosis aprende a luchar para ser libre.
La soma existe para que las personas conozcan y ejerzan sus vidas en el sentido más amplio, tan pronto como sea posible. Pronto se entiende que el acto de vivir es extremadamente simple. Pensando y actuando así, la soma es objetiva y práctica. Trabajamos para que la persona pueda identificar y combatir a los agentes externos que están impidiendo la realización de su vida. Y desde allí, ser ella misma.
Más no todas las personas desean luchar por la libertad de ser. Las estructuras sociales autoritarias sólo se mantienen porque hay individuos autoritarios. Capitalistas, reaccionarios y conservadores mantienen ideologías que perpetúan la ecuación opresor-oprimido y conservan el poder autoritario presente en todas las relaciones sociales.
Sin embargo, es la formación y el mantenimiento de la familia burguesa lo que lo hace evidente de manera clara y al mismo tiempo oculta. La estructura familiar hace casi imposible la realización plena de la vida del individuo. Se limita la libertad y el deseo por el amor familiar. Esta es el arma más poderosa que la familia tiene y utiliza para satisfacer las expectativas del estado, la sociedad y la del mercado. Los burgueses lo aceptan con resignación, los revolucionarios  lo rechazan y combaten.
La soma es una invitación a los revolucionarios, a los contestatarios y a todos aquellos que se sienten libertarios. Sólo ellos pueden entender la vida porque luchan, aman y gozan. Solo para ellos la soma tiene sentido y razón. Para los demás, no sirve y es un veneno.
Cuando se elimina la acción del autoritarismo, nos encontramos con la singularidad de cada vida. Cada ser humano es único en su diferencia. Las sociedades autoritarias, guiadas por el poder económico y del Estado, necesitan homogeneizar la conducta humana para facilmente poder controlar y dominar.
La represión en masa se hace a través de mecanismos y objetivos políticos. La soma, deshace estos juegos de poder, y la persona se libera a medida que rescata su ser original, la hace infinitamente fuerte, brillante y amenazadora. No tenemos ninguna duda de que la genealidad humana ocurre cuando somos nosotros mismos. Complementados todos los seres están en armonía.

Nuestro sueño es la utopía,
Nuestro combustible, la pasión,
Nuestro vehículo el tesao,
Nuestra lucha por construir y
Hacer realidad una vida personal y social tesuda,
Aquí y ahora: en Anarquía.

Roberto Freire

* Tesao y tesudo no tienen equivalencia al castellano; se refieren a la tensión pasional que antecede al orgasmo, a un goce prolongado, al erotismo y la voluptuocidad, a la energía creadora, a la esperanza y la melancolía, a lo prohibido y  clandestino, a lo lúdico y artístico.

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