Tres valientes chicas estan siendo procesadas por develar el autoritarismo en Rusia. |
Notas.
El pasado viernes 9 de marzo en Bogotá se presentó una protesta masiva de usuarixs de TransMilenio que las autoridades están tildando como el mayor acto vandálico que ha sucedido en los últimos años. A diferencia de ellos, no entraré en discusión acerca de algunos actos de saqueo que se cometieron en el día (y que como la gran mayoría de este tipo se desarrollan en la sociedad como resultado de la desigualdad en la que vivimos que lleva a la gente a violentar la propiedad privada) sino que me concentraré en resaltar como el día de protestas se tiene que entender como uno de los actos más representativos de la rabia popular, que no puede medirse de forma simplista como un complot de partidos políticos y organizaciones específicas, o como actos de falta de civismo como lo plantean otros.
Antes que nada quisiera describir los hechos y para ello me remitiré a los dos medios de mayor circulación nacional: El periódico El Tiempo afirma que para las 7:30 de la mañana iniciaron las protestas, cuando “simultáneamente, por lo menos 400 jóvenes se tomaron el Portal del Sur y la calzada de TransMilenio en la calle 80. Luego se dieron 10 bloqueos más, y hacia las 8 de la mañana los frentes de ataque desbordaban la capacidad de reacción de las autoridades.”1. De igual forma, El Espectador afirmaba a las 10:27 de la mañana del 9 de marzo un par de cientos de usuarios protestaban a la misma hora en la estación de Minuto de Dios -calle 80 con carrera 73- y en el portal sur con también cientos de manifestantes (apoyándose en un vídeo de caracol televisión)2. A las doce del medio día publican un vídeo en el que se ve poco mas de 100 personas en frente de la Universidad Católica (Avenida Caracas con calle 46), donde una de las entrevistadas afirmó “yo vi que los jóvenes no estaban agrediendo, ni siquiera fueron groseros… estaban expresando una inconformidad… por que nos están tratando inhumanamente”3. Para las 12:35 El Espectador ya daba un indicador que decía “En estos momentos está impedido el tráfico vehicular en la avenida Caracas desde la calle 72 y hasta la calle 19 por un protesta que realizan más de 200 personas”4, pero mas adelante afirman que eran más de 600 en total los que bloqueaban el resto de las estaciones. Precisamente una de las estaciones que presentaban protestas era la estación de la calle 72, en donde los manifestantes lograron tener el control de uno de los articulados y lo atravesaron por la mitad de la Avenida Caracas trancando el tránsito. Como se puede ver en la imagen publicada en el mismo Espectador, son estudiantes de colegio y universidad los que participaron activamente5. Ya para las cuatro de la tarde el mismo diario afirma que las protestas habían reunido a más de 1000 personas.6 El día siguiente a las protestas, han aparecido nuevas informaciones en las que se calcula que fueron dañadas 5 estaciones que son Calle 72, 45, 39, sobre la Caracas, Gratamira – Avenida Suba con calle 136 A- y la Autopista Sur.
Las razones de las protestas no podían ser mas evidentes para quienes al menos una vez han utilizado este sistema de transporte: Uno de los valores más altos de América Latina -que ha subido en mas de 400 pesos en solo 5 años-, la codicia de los operadores dueños de los buses que se quedan con el 85% de los pagos de los usuarios pero que no invierten en una nueva flotilla, y por último una administración local que garantiza por medio de la ley y el orden la operación de este negocio multimillonario en contra de las mas de millón y medio de usuarixs frente a 20 familias de grandes empresarios 7 que se benefician de la necesidad de transporte de los bogotanxs.
La respuesta de los poderosos no se ha hecho esperar; Los operadores salen a decir que la culpa es del Alcalde Petro, el alcalde dice que la culpa es de los operadores8 y que de esta crisis se aprovecha el Moir y de la Organización de Estudiantes de Colombia, y la policía dice que es cuestión de vándalos que se aprovechan de las necesidades de la gente9. Lo que es cierto es que ninguno de los que se botan las culpas entre ellos son usuarios de TransMilenio (ninguno lo necesita ya que los llevan a todas partes sus choferes), y los intereses que defienden no corresponden con los intereses de los usuarios, bien sea por que sus intereses son económicos de seguir aumentando sus ganancias, o por sus intereses de clase de politiqueros, o por ser simples subordinados que sólo cumplen ordenes al utilizar la fuerza (aunque todos sabemos cuanto disfrutan los policías cuando nos pegan).
Frente a este panorama lo que hay que poner en evidencia es que este viernes lo que sucedió es la auténtica y más justa rabia de la gente manifestada en las calles, y que ésta se dio de forma espontánea en su mayor grado. Si bien es cierto que en algunos de los bloqueos habían personas que pertenecen a organizaciones políticas, lo que no podemos es darles una importancia que realmente no tienen, es decir, miremos la situación geográfica de las protestas: Éstas se dieron tanto en el sur, como en el centro, como en la calle 72 como en suba, y aunque en algunas de estas protestas hayan participado militantes, lo que es real es que no tienen la capacidad numérica para haber estado en todas y cada una de las protestas que se dieron de forma simultánea en distintos lugares de la ciudad. Lo real, y uno lo puede observar revisando los vídeos y fotografías de la jornada, es que la mayoría de personas que protestaron es gente que utiliza día a día el transporte y que está cansada de padecer tan pésimo servicio a tan altos costos.
Buena parte de la rabia que se convirtió en violencia no fue un plan premeditado realizado por “personas oscuras”, sino producto de la intervención de la policía en las protestas que en su mayoría eran de corte pacífico, pero que como siempre pasa fueron tratadas con una rudeza y brutalidad que caracteriza ya desde hace años a la policía antidisturbios colombiana (ESMAD). Como me lo comentó uno de los participantes en la manifestación en frente del SENA de la 53, la mayoría de personas que se congregaron estaban en un plantón sentadas en el piso para demostrar su descontento, pero pronto se les acerco la policía primero con un plan conciliador, diciéndoles que era mejor que se levantaran por que para ese momento habían más de 40 estaciones destrozadas y si no les hacían caso podían arrestarlos y judicializarlos por terrorismo. Como las personas no hicieron caso (y el compañero dice que habían más de 200 personas) los policías empezaron a cargar con gases y porras, haciendo que inevitablemente la respuesta de la gente fuera armarse con piedras y defenderse. La violencia entonces no vino de los manifestantes, la violencia vino de la policía, quienes tras fallar en intimidarlos con sus amenazas (¿les iban a echar la culpa del destrozo de 40 estaciones?) decidieron cargar fuertemente contra los manifestantes10.
La rabia de los usuarios se siente en el día a día, y por eso es que la mayoría estamos de acuerdo con que hay que cambiar la forma en que se maneja el transporte público, iniciando por la rebaja inmediata de la tarifa no a un mínimo de ganancia para los empresarios, sino a un precio que represente el gasto de funcionamiento del sistema operativo, es decir, el transporte debe dejar de ser un negocio y pasar a brindarse como un servicio público con un precio justo a lo que cuesta mantenerlo en operación. En este sentido no es absurdo pensar en la lucha por un pasaje de bus de entre 1.000 y 1.200, que sirvan para cubrir los gatos de operación diaria, salarios justos para todos los trabajadores del sistema y un porcentaje de ahorro para la compra de nuevos articulados y la ampliación de las troncales. Por eso mismo, es que hay que alentar que sigan los protestas, y avanzar en formas autónomas de organización de los usuarios que permitan llevar a un éxito las demandas.
Frente a la indignación de los ricos y los gobernantes, mantengamos la rabia popular!
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1Redacción Bogotá, Así fue el peor ataque a TransMilenio en sus 12 años de funcionamiento; http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/actos-vandalicos-en-los-bloqueos-a-transmilenio_11313042-4
2Caracol TV; Bloqueos y disturbios en estaciones de TransMilenio http://www.elespectador.com/noticias/bogota/video-331337-bloqueos-y-disturbios-estaciones-de-transmilenio
3Norbey Quevedo H; Con Policías y explosivos disuelven marchas de estudiantes http://www.elespectador.com/noticias/bogota/articulo-331363-policias-y-explosivos-disuelven-marchas-de-estudiantes
4El Espectador, Policía alerta presencia de menores en protestas contra Transmilenio
http://www.elespectador.com/noticias/bogota/articulo-331312-protestas-contra-transmilenio-bloquean-caracas
5 Ídem
6El Espectador, Fuerte protesta contra Transmilenio; http://www.elespectador.com/noticias/bogota/galeria-331439-fuerte-protesta-contra-transmilenio
7Viviana Londoño Calle¿Quiénes están detrás del sistema?; http://www.elespectador.com/impreso/bogota/articulo-331572-quienes-estan-detras-del-sistema
8http://noticiascaracol.com/nacion/video-258930-petro-esta-desinformado-dicen-operadores-de-transmilenio
9http://www.caracol.com.co/noticias/bogota/la-policia-ofrecio-20-millones-de-pesos-por-vandalos-que-destruyeron-estaciones-de-transmilenio/20120309/nota/1652147.aspx
10 Otra muestra de brutalidad policial ese día la podemos ver en: http://www.noticias24.com/internacionales/noticia/33436/la-imagen-policia-colombiano-arremete-contra-un-manifestante-por-grabar-protesta/ Y habría que recordar que todxs los que utilizamos Transmilenio ese día vimos militarizadas las estaciones, incluso con antimotines dentro de los portales.
Empecemos por el principio, los candidatos a ser elegidos; A diferencia del imaginario que nos intentan implantar en la escuela con los consejos estudiantiles institucionales -que cualquiera puede ser un candidato elegible- en la sociedad democrática adulta solo en la teoría es cierto que todos podemos ser elegibles. Claro, cualquiera puede ser candidato, pero esa falacia es tan grande como el hecho de que en la sociedad de libre mercado cualquiera puede comprar un Mercedes Benz y vivir en una casa con piscina. En el modelo de representación indirecta no cualquiera puede ser elegido, para poder entrar en una carrera electoral debes tener algunas características para que tu nombre sea recordado o tu propuesta creída. Nuestro sistema político, que no es nuevo, está constituido por un serie de mafias electorales organizadas alrededor de los partidos políticos que funcionan como máquinas de elaboración constante de elegibles, pero estos no son cualquiera de los que integran los partidos: en primera línea siempre encontramos a los hijos, sobrinos, nietos y hasta bisnietos de políticos que han participado en la historia de la nación en esta lógica representativa. Así que estamos llenos aquí y allá de Lleras, Gavirias, Galanes, Rojas y otra sarta de hijos de alcaldes, presidentes y demás que no han visto mejor camino que ganarse la vida como sus padres ya lo había hecho, aprovechándose de los impuestos sociales.
Otra generación de candidatos se ha extendido de la mano del no tan nuevo sistema neo-liberal, y es la de aquellos que se presentan como buenos gerentes, administradores y académicos de la administración pública, todos ellos tecnócratas (poderosos por la técnica) que creen que el problema de la administración parte de asumir los principios de la eficacia, la productividad y la evaluación racional de lo público. Grandes analistas pero profundamente ciegos al ver la realidad que esta mas allá de los modelos teóricos racionales (no todo es solucionable con la ciencia).
Una última tendencia la han tenido reconvertidos políticos, que han nacido en el movimiento social o en el caso de Colombia también en el guerrillero. Aunque muchos de ellos venían previamente de clases medias críticas, también en estos espacios se encuentran auténticos líderes de extracción popular que en su momento decidieron dejar la lucha social y vincularse con la política electoral (y toda la estabilidad económica, cultural y social en general que esta trae). Una vez decidieron por esta vía ingresaron como el resto de los políticos a las mismas dinámicas del clientelismo y corrupción que caracterizan el manejo burocrático de recursos públicos.
Quienes no han pertenecido a estos lugares de origen de sus candidaturas, y estos últimos definitívamente son la minoría, han visto las ventajas de ser político (y hace falta ser ciego o imbécil para no notar la diferencia de trabajar poco y ganar millonadas que obtienen los políticos, a seguir ganándole la vida haciendo horarios laborales completos), o creen de forma honesta en la posibilidad de aportar socialmente al mejoramiento de todxs, desgraciadamente son estos los que más rapidamente encuentran problemas para poder ser realmente elegidos. Pero claro para quedar en la categoría de elegibles tienen que tener la capacidad de: o bien comprar votos directamente o hacer que su nombre y propuesta sean recordados por la gente, y eso en nuestra sociedad del espectáculo no es más que tener la capacidad de montar campañas publicitarias costosas, que solo los mas privilegiados -o con el financiamiento de los mas privilegiados- se pueden desarrollar.
Acá se toca un tema fundamental: para poder ser elegido tiene que tener la capacidad económica de promocionarse, dedicar su tiempo completo a la campaña y tener los gastos cubiertos para hacer las diferentes apariciones en los lugares donde se quiere promover su nombre. Si bien es cierto que la ley colombiana patrocina económicamente las elecciones (entregando aproximadamente 1000 pesos por votos validos al candidato), este patrocinio nunca está en relación con los gastos necesarios para posicionar una campaña: mientras sea para un cargo más alto será más costoso en la medida que es obligación hacerse conocer en distintas localidades, varias ciudades si es el caso, el departamento, la región y el país. Allí es donde entran los compromisos previos que los candidatos hacen con aquellas personas que están dispuestas a financiar sus campañas, quienes a cambio de políticas favorables para sus negocios disponen dinero en cantidad necesaria para que su candidato-funcionario pueda tramitarles los diferentes proyectos que le interesan. A pesar de que Colombia, aunque mediáticamente solo Bogotá, se vea actualmente en un escandalo que parece coyuntural (al cual han salido todas las fuerzas de la salvación moral, encabezadas por el presidente, condenando y “persiguiendo” tal flagelo) lo real es que buena parte de las administraciones locales nacionales y a nivel mundial1 están atravesadas por esta tendencia de la administración: Financiación de campañas por contratos promesa.
Esto deja en el tintero una de las cuestiones más relevantes de la elegibilidad en la democracia, y es la que está atravesada por la condición de clase de los que pueden soportar económicamente las campañas. Puede que los pobres aspiren a puestos políticos, pero a menos que participen en clientelas, se alíen con ricos o recauden de una forma innata los recursos necesarios, la elección de estos candidatos procedentes de las clases populares solo será una excepción que confirma la regla2.
Y ahora: ¿que les tocará hacer a ellos cuando estén sin partidos y sin clientelas en los puestos a los que aspiran? pues no les queda de otra sino empezar a aprender de alianzas, bloques, construcción de mayorías y demás porque en el sistema democrático en el que vivimos nadie puede dirigir solo, debe ponerse de acuerdo así sea con una parte de la clase política para llegar a cumplir sus intenciones. Y allí entonces, aprenderá que la clase política solo sabe de una cosa: reproducirse como dirigentes a costa de los contribuyentes. A la inocencia de querer hacer sin contaminarse de la clase corrupta le seguirá el pragmatismo político en el que el hacer, así sea con la mejor voluntad, depende de aprender a negociar con los corruptos.
Ahora, como empecé esté artículo mantengo que las elecciones son una ilusión muy liquida por que son de esas cosas que independientemente de nuestra participación o no van a seguir sucediendo, votemos mil o quinientos siempre tendremos cada cierto tiempo la elección de nuevos “representantes”. Es una ilusión por que es difícil que alguien pueda representar realmente a tanta gente sin tener canales de comunicación constante, sin pertenecer a nuestras comunidades, respondiendo más a sus propios intereses ideológicos y sociales que a los de quienes votan por el. Pensemos tan solo por un momento en cómo se construyen los programas de gobierno: ¿has asistido a alguna reunión en que te pregunten sobre un programa de gobierno? pues no, los candidatos siempre parten del hecho que saben interpretar el clamor popular (ojo, que no es lo mismo que creer en ese clamor ahí es donde esta el arte de ser político, ser populista). Al final, los programas terminan siendo una reunión de sus prejuicios, sus anhelos de clase, su violenta afirmación del status quo o simplemente una poesía para encantar sirenas que los elijan.
Peligrosos políticos han intentado hacernos creer que si nosotros hacemos los programas y si participamos en sus mesas “pedagógicas” haremos parte efectiva de sus campañas; esto ha pasado con personajes como Antanas Mokus en Bogotá y con muchos de los políticos del Polo en el país. Pues no nos dejemos engañar, detrás de sus aspiraciones están sus propios intereses y, por mas altruistas que estos puedan ser, al final son sus aspiraciones, y a nosotros nos siguen dejando en el lugar de las aspiraciones de los sin voz que no son escuchadas por la clase política de este país. En el mejor de los casos en que propuestas altruistas lleguen a pasar y materializarse en políticas públicas, estas no serán resultado de nuestros anhelos sino de lo que ellos creen que queremos. Frente a los deseos de la clase política es hora de que empecemos a hacer escuchar nuestra voz, construir nuestras propias políticas públicas y desarrollarlas comunitáriamente sin ningún poder que interceda por nosotros.
Defender la democracia y sus elecciones nos hace caer en una gran ilusión por que las transformaciones estructurales que necesita nuestra sociedad nunca serán legisladas en el parlamento, nunca la democracia estará en contra del capitalismo, es imposible ser una contradictora de lo que se complementa. No hay males menores en los momentos de las elecciones, no existen elegibles que puedan mejorar un poco nuestra realidad, cualquier migaja que nos den será un grano más en la dominación a la que nos someten. Habremos que decidir dejar de recoger las migajas y empezar a cocinar nosotros de una ves por todas nuestro propio pan. Y por último, en la medida que se construyan en el mundo cotidiano formas de participación real en que todxs construyamos nuestra realidad sin intermediarios será evidente que no es necesario ni partidos políticos ni elecciones para decidir lo mejor para nuestras comunidades. La mejor participación que podemos hacer no es la del voto, es la del reconocernos en nuestras comunidades con nuestros iguales e ir poco a poco viendo que es lo que tenemos y que lo que nos han quitado. Llegará un momento en el que al analizar nuestra realidad decidamos combatir a aquellos que nos desangran con sus impuestos, alentar a nuestras comunidades a no depender de nadie más sino de nuestras propias fuerzas y energías, gestionar colectivamente la realidad sin programas ni parlamentos ajenos a nuestras calles.
Llegara el momento en que nos demos cuenta lo liquida y frágil que es esta realidad y decidamos simplemente regarla para que se evapore… ese día no nos dará miedo gritar a todos los vientos: El pueblo unido funciona sin partidos, el pueblo organizado funciona sin estado.
Se que es imposible la estabilidad eterna
y aún más improbable la perfección de una maquina construida sobre la ilusión de la existencia.
Al capitalismo si no lo destruye la gente
lo destruirá su mismo falso piso
basado ahora en la ilusión
del dinero inexistente.
Tampoco creo que cuando caiga
solo por eso necesariamente venga otro sistema mejor.
Pero por lo menos
mientras lo conocemos
tendremos el tiempo para soñar como destruir a ese nuevo monstruo.
Precisamente por eso creo
que nunca estaremos cómodos con ideas y estructuras que duren intactas mucho tiempo.
Nuestros cerebros son dinámicos
los momentos de ocio los aprovechamos para dejar crecer el tedio.
Ahora, tampoco creo que por si solo se acabe
ni mucho menos que los reyes entreguen las llaves de sus castillos.
Siempre seremos necesarios los guerreros zapadores de minas
así nuestra pólvora sea sencillamente nuestras molestas ideas.
Del futuro, anhelo
contemplo preveiendo
la caida segura
la ilusión terca
el brazo nunca torcido
y la musculatura siempre cansada.
Pero prefiero miles de veces ese cansansio que el dormir
puede que en algún momento tome una siesta
pero nunca dejare de tener prendido el despertador.
Y no
soy incapaz de esperarlo sentado todo el tiempo
de noche en cuando mis palabras calientan mi cuerpo
de cuando en vez mis amigos me riegan con su adrenalina
y camino con ellos
aunque todos sabemos que el camino es duro
y que es posible que muchos nos dejemos mientras caminamos.
Otros lo dejarán quietos
otros preferirán dejarlo antes de ser pizados por las sombras negras de la tortura y el silencio.
No acepto el miedo como destino
siempre lloraré lo justo pero olvidaré pronto el riesgo.
Cuando veo a mi alrededor en días como estos
en que la esperanza explota como globo plástico en fiesta infantil
veo desasociego, incertidumbre y soledad.
De todos estos años de juego, lo mejor que he aprendido es a aguantar.
Siempre llega un día nuevo y el sol nunca deja de aparecer.
Aunque no logre todos los sueños
ellos nunca dejan de crecer
y como este mundo a ellos los prohibe
no tengo más que a ese mundo
hacerle cambiar de parecer.