Por Elaine Díaz (La Polémica Digital)
Rotilla Festival: ¡Son personas!, per-so-nas
Elaine Díaz (centro) junto a colegas de Bloggers Cuba (foto: Yasmín S. Portales).
La gusanización de la oposición cubana ha reducido a quienes la practican al rango de animales de nivel inferior. Quizás por eso, las autoridades olvidan que detrás de cada uno de ellos existe un ser humano. Resulta difícil dejar a un lado el financiamiento recibido de embajadas, la amenaza a la seguridad nacional o la puesta en peligro del orden de cosas existente. Pero, lamentablemente, la torpeza institucional ha dejado tras su hábil búsqueda de proyectos para la subversión interna, una estela de “daños colaterales”.
Los nuevos daños colaterales no son ya amargados ancianos que no se conforman con la nueva repartición de tierras o con la redistribución fidelista de las riquezas. Quienes hoy caen como peones acusados de “recibir entrenamiento de la Sina”, “articular un discurso contrario a los principios de la Revolución” o cualquier otra acusación que para quien la emite constituye solo un trámite burocrático, son jóvenes de entre 20 y 30 años.
Así, asistimos actualmente como espectadores pasivísimos a la caída en desgracia del Grupo Matraka, organizador de Rotilla y del Festival Puños Arriba, acreedores de distinciones nacionales de la Asociación de Hermanos Saíz por “su aporte a la cultura cubana”, entre otro grupo de diplomas que parecen no importar ya en su habeas corpus.
Mi post anterior se cuestionaba algunos puntos fundamentales que motivaron la petición de una entrevista a Diddier Santos, productor general y a Aminta de Cárdenas, relacionista pública de Rotilla Festival, que será publicada in extenso próximamente en este espacio.
¿Cuáles son las razones por las que el Ministerio de Cultura asume la dirección del evento, desconociendo a sus organizadores oficiales, el Grupo Matraka?
Hasta hoy, 28 de agosto de 2011, los organizadores del Rotilla Festival no han recibido una respuesta para esta pregunta.
¿El Grupo Matraka sabía de la existencia de este documento que los ubica como receptores conscientes de “programas de entrenamiento” financiados por la USAID para “negociar con las autoridades” y lograr la realización de un evento diseñado para “extender los espacios de libertad de expresión”?
Según Diddier Santos, el grupo Matraka había leído el documento y lo conocían antes de emitir su comunicado denunciando el intento de secuestro por parte del Ministerio de Cultura. “Se nos acercaron amigos periodistas y nos dijeron que existía el informe y que hablaba del Festival. De hecho, hay una parte que salió en Granma; pero creemos que en el informe de la Usaid por 21 millones de dólares puede decir cualquier cosa”, agregó.
“Nos dimos cuenta que estábamos en medio de una guerra entre dos gobiernos que lleva 52 años y cuando hicimos la declaración no tuvimos la intención de hacer parte un documento que es falso completamente. Creemos que es una manipulación de la Usaid y de los que manejan ese dinero. También pensábamos que si citábamos eso las personas se iban a confundir. El que no conoce a Matraka cuando le das ese tipo de información puede quedarse con dudas”, añadió Diddier Santos.
La declaración del grupo Matraka se emitió a más de 8 mil correos electrónicos fundamentalmente de instituciones cubanas y a intelectuales del país.
“Nadie tuvo el valor de sentarse frente a nosotros y decirnos que el festival no se iba a hacer porque estábamos recibiendo dinero de la Usaid. No hay una justificación de parte del Ministerio. Si esa hubiera sido la justificación, la hubiéramos discutido con seriedad”, concluyó Santos.
Aminta de Cárdenas estudió en un tecnológico de contabilidad pero encontró en el Festival Rotilla su verdadera vocación. “Empecé participando como público y luego me inserté como organizadora porque quería ser parte de lo que podemos ofrecerle al medio en que nos estábamos desempeñando”.
Cuestionada sobre el informe de la Usaid, Aminta respondió: “hacemos esto desde Cuba con un pensamiento revolucionario y nunca nos ha pasado por la mente servir de herramienta a la CIA. Es algo muy loco pretender que cualquier cosa desde la juventud es manipulado. Me hace sentir mal, subestimada”.
Al parecer, el pecado original del Rotilla Festival y el origen del programa de entrenamiento proviene de su homólogo serbio, el Exit Festival. “El Exit tiene muchísimo dinero y en su rango de acción está patrocinar eventos como estos, incluso patrocina otros eventos en Cuba además de Rotilla”, confirma de Cárdenas.
Una entrevista concedida por Michel Matos a Havana Times añade que “el año pasado se presentó un proyecto para cobrar la entrada al Festival, de forma controlada por el Estado. Esto permitiría financiar toda la logística, pagar a los artistas que nunca han cobrado por actuar; además podríamos obtener dinero por nuestro trabajo en vez de depender de la cajita de ron que sobre para venderla. El Estado podría cobrar un buen impuesto y a la vez limitaríamos la entrada de personal indeseable. Estaríamos dispuestos a renunciar al financiamiento extranjero; contaríamos solo con las empresas cubanas”.
Esta opción fue desechada por los interlocutores de las instituciones nacionales.
Hoy, Michel Matos, director del Grupo Matraka, asistió a Estado de Sats, un espacio calificado por Martha Beatriz Roque como “una fábrica de disidentes en Cuba”. En estos encuentros han estado, en calidad de panelistas, William Vivanco, el artista plástico Saavedra y Víctor Fowler, todos reconocidos aportadores a la cultura nacional. El tema principal de la cita era la censura de proyectos independientes.
Apuesto a que en el ya extenso expediente de Matos incorporarán su asistencia a este evento. Le cuestionarán haber asistido a un espacio previamente deslegitimado por las instituciones cubanas y lo acusarán de “darle armas al enemigo”; el cargo preferido en los momentos actuales. Nadie se preguntará por qué no le dimos espacio en el periódico de la juventud cubana, en el Pabellón Cuba junto a los jóvenes creadores, en la revista Somos Jóvenes, en la oficina de Fernando Rojas o en la entrada de la oficina de Morlotte.
Nadie se pregunta ya por qué seguimos perdiendo. Nadie se cuestiona por qué seguimos restando. La estrategia de detectar enemigos confirma su infalibilidad. Uno a uno caen o están bajo sospecha por recibir fondos, recursos o usar el oxígeno que sale del respiradero de la Sina el festival Poesía sin fin; Rotilla, Havana Times u Observatorio Crítico, por citar algunos.
A pocos les importa cuántos jóvenes “inocentes” se agrupan en torno a estos espacios que desaparecen o cambian de ideología de la noche a la mañana. “No sé qué haría con mi vida si no nos dejaran hacer más el Rotilla Festival”, cuenta Aminta de Cárdenas, tan lejana de su técnico medio de contabilidad como de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos o de las preocupaciones del viceministro Fernando Rojas.
Diddier o Aminta ya no importan, han sido “gusanizados”, convertidos en daños colaterales en medio de una guerra de cincuenta años entre dos gobiernos. Nadie recuerda que ellos son personas. Per-so-nas.
¿A Rotilla?, No
Se acerca Rotilla, el evento que cada año llena las playas de Santa Cruz del Norte. Un municipio ahora perteneciente a la provincia de Mayabeque y que el festival de tres días pone en el mapa nacional. Para Santa Cruz, Rotilla es una bendición. Dicen que gracias al evento consiguen cumplir, en sólo 72 horas, el plan de ventas del año. Quizás exageran.
Se acerca Rotilla, el evento que cada año llena las playas de Santa Cruz del Norte. Un municipio ahora perteneciente a la provincia de Mayabeque y que el festival de tres días pone en el mapa nacional. Para Santa Cruz, Rotilla es una bendición. Dicen que gracias al evento consiguen cumplir, en sólo 72 horas, el plan de ventas del año. Quizás exageran.
Nunca había ido a Rotilla. El año pasado fue mi primera vez. Llegué de noche, sola y en botella. Tenía Asamblea Municipal ese día y algunos delegados me dijeron que estaba loca cuando les conté para qué era la casa de campaña. “¿Vas para Jibacoa a esta hora?”. Y llegué relativamente rápido. Tuve suerte, un año después, ya no habría aquel Rotilla.
Se acercan los tres días de Jibacoa con el mal sabor de una declaración del Grupo Matraka denunciando el “secuestro” por parte del Ministerio de Cultura del evento en blogs y otros espacios de Internet. En la calle, el mito Rotilla se pasa de boca en boca y cada cual suma o resta según su conveniencia para terminar preguntándole al prójimo siempre lo mismo. “¿Vas a Rotilla?”
Me tocó responder la interrogante. Y confieso que me descolocó. Tardé aproximadamente una semana en elaborar un discurso coherente. La respuesta era fácil. El por qué difícil.
“No, no voy a Rotilla”.
Y la frase anterior viene acompañada de varias preguntas.
¿Cuáles son las razones por las que el Ministerio de Cultura asume la dirección del evento, desconociendo a sus organizadores oficiales, el Grupo Matraka?
Como si no hiciera falta hacer partícipe a los 20 mil jóvenes cubanos que asisten anualmente, el Ministerio de Cultura ha omitido la necesaria declaración oficial sobre el tema. El Mincult y el Gobierno Provincial de Mayabeque garantizarán la presencia de artistas y refrigerios suficientes para recrear el Rotilla habitual. Quizás nadie note la ausencia del Grupo Matraka. A fin de cuentas, ¿cuántos de los 20 mil jóvenes saben que existe el Grupo Matraka?
Esta lógica minculturesca y verticalista constituyó una de las motivaciones para mi NO rotundo. Esperé por semanas que el sentido común y la puesta en práctica de los lineamientos, así como del artículo de Granma sobre “el derecho a la información” se tradujeran en hechos. Pero toda espera tiene un límite. A estas alturas, los decisores parecen haberle echado tierra al asunto y la declaración de Matraka, única versión sobre los hechos, fue silenciada.
Otorgo al Ministerio presidido por Abel Prieto (aún) el beneficio de la duda. Navego largas horas por Internet intentado buscar las respuestas que debía ofrecer de manera clara su oficina. En Along the Malecon, blog del periodista norteamericano Tracey Eaton, aparece un artículo donde se intenta dar respuesta a los cuestionamientos del senador John Kerry sobre el uso de los fondos destinados por la USAID a la “transición hacia la democracia en Cuba”.
El artículo fue republicado por varios medios norteamericanos, pero Along the Malecon cuenta con la primicia. Busqué en el sitio oficial del Departamento de Estado y esta comunicación no aparece. Contacté a Eaton y me confirmó que el texto había sido entregado “en exclusiva” por una fuente anónima de Washington. Asumamos entonces la veracidad del documento.
Uno de los cuestionamientos finales, exactamente en la pregunta 11, reclama: “Please provide specifics of what these programs, which have cost more than $150 million so far, have accomplished”.
La respuesta, que cito en inglés para evitar resemantizaciones por la tradución, fue la siguiente:
“A recent program worked to build the capacity of a Cuban group to organize and manage a series of public events designed to expand the space for free expression through music and rap by enabling performers to openly express their views of the Cuban government. Beyond expanding the space for free expression, the program sought to foster a culture of voting among Cuban youth, by which audience members were able to vote for their favorite performers. The success of this program can be seen in the increased participation of Cuban youth across the life of the program. The initial event attracted nearly 200 attendees, while the final event attracted approximately 14,000 with performances by over 40 artists. Despite a large state security presence, the group, using skills learned from program trainings, successfully negotiated with authorities, allowing the final event to take place”.
Si bien es cierto que la palabra Rotilla no aparece en ningún lugar (como es obvio tratándose de un documento de este tipo), la descripción del evento coincide exactamente con el organizado por el Grupo Matraka y no deja margen a ningún otro espacio de este tipo que se desarrolle en la Isla.
Llama sobremanera mi atención la última oración. Para nadie son desconocidos los programas de liderazgo desarrollados por la Usaid que sitúan a los jóvenes en el punto de mira, pero existen otros espacios de educación que también son de interés de la Sección de Intereses. En un cable de Wikileaks fechado en 2009, Jonathan Farrar respondía la siguiente interrogante:
Are church members running professional training classes? If so, what type of training are parishes providing (i.e. foreign languages, critical thinking, business management and delegation, western political thought, public speaking, etc.?)
Farrar daba cuenta de los cursos ofrecidos, por ejemplo, en el Convento San Juan de Letrán en el cual participan miles de jóvenes cubanos. Esto implica una diferencia sustantiva a la hora de enjuiciar al grupo Matraka. La denominación “programas de entrenamiento” pudiera abarcar desde un sencillo curso en cualquiera de estas instituciones que tienen el visto bueno gubernamental, hasta espacios diseñados específicamente para el evento Rotilla.
Aparece entonces la segunda pregunta. ¿El Grupo Matraka sabía de la existencia de este documento que los ubica como receptores conscientes de “programas de entrenamiento” financiados por la USAID para “negociar con las autoridades” y lograr la realización de un evento diseñado para “extender los espacios de libertad de expresión”?
Fuentes cercanas a los organizadores principales del evento me confirman que sí. Semanas antes de su declaración donde denuncian el secuestro y anuncian el comienzo de procesos legales contra las entidades involucradas por violación de conceptos de ética, derecho de autor y propiedad intelectual, los organizadores tuvieron acceso al informe de la USAID.
En un país que se comporta patológicamente como plaza sitiada, que recela de cuanto se relacione con Washington y que ha desarrollado alergias crónicas a cuanto esté fuera de la institución no puede haber margen para las dudas. El anterior es el tablero donde decidieron jugar los miembros de Matraka. Aun cuando su participación en la conformación del mismo o de las reglas del juego fueran nulas, este es el escenario al que apostaron su proyecto. Y todo funcionó por 10 largos años a pesar de los múltiples forcejeos con las autoridades.
¿Por qué entonces, en 2011, luego de aparecido el informe de la Usaid, el Ministerio de Cultura decide “asumir” el evento? La historia de la “adopción” de proyectos independientes o medianamente independientes por la institucionalidad cubana es larga. La lista de 2011 incluye, por citar un ejemplo, el Festival Internacional de Cine Pobre de Humberto Solás, que ya no organizará la familia Benvenuto, insuperables representantes del espíritu de Humberto.
En un genuino acto de imaginación y supuestos al que no deberíamos vernos obligados, concluyo que la decisión del Mincult guarda alguna relación con el documento de la Usaid. Si los organizadores de Matraka reciben de forma consciente programas de entrenamiento para dialogar con las autoridades cubanas podrían ser anulados instantáneamente como interlocutores del gobierno cubano y como organizadores de un evento que reúne a 20 mil jóvenes ajenos a las pretensiones de transición democrática en Cuba.
Por otra parte, si el grupo de Matraka no ha sido partícipe de programa de entrenamiento alguno, ¿por qué entonces no incluyó en su declaración de hace unas semanas la aclaración del tema si conocían del documento en cuestión? Y, siguiendo la misma lógica, ¿por qué nuestro Ministerio de Cultura, destinado a representar a los ciudadanos cubanos en este sector, no emite una declaración oficial argumentando sus razones para despojar a este grupo de la dirección de Rotilla?
Al parecer, cualquier intento por encontrar la verdad tras el caso Rotilla quedará en las suspicacias de quienes estén interesados. Probablemente la playa de Jibacoa estará llena por tres días de 20 mil jóvenes que seguirán aprovechando este momento para el necesario jolgorio. Por mi parte, ratifico mi negativa a participar en el evento hasta tanto nuestro Ministerio de Cultura entienda que las decisiones que incluyen a los ciudadanos cubanos no pueden quedar guardadas en un informe en la oficina de Fernando Rojas. Le recuerdo al viceministro el artículo de Granma sobre el derecho a la información, letricas negras sobre papel de dudosa procedencia que todos leen y nadie practica en un último golpe de hipocresía nacional.
Nota de OC
Acerca de los contactos de la SINA con OC, les recomendamos a nuestrxs lectorxs que consulten: Nota informativa y DECLARACIÓN DEL OC.