Por Elaine Díaz
Compartimos la entrevista exclusiva de La Polémica Digital con Diddier Santos y Aminta de Cárdenas, productor general y relacionista pública de Rotilla Festival y miembros del grupo Matraka.¿Cómo surge el Rotilla Festival y el Grupo Matraka?
Matraka es una productora independiente creada hace 4 años por un grupo de amigos para promocionar y producir el arte emergente, el arte poco favorecido por las instituciones culturales, que es también el arte joven y de vanguardia.
¿Estos objetivos no se relacionan de forma directa con los perseguidos por la Asociación de Hermanos Saíz (AHS)?
Un poco, la mayoría de los miembros de Matraka pertenecen a la AHS y a la Asociación Cubana del Audiovisual. La diferencia radica en que la AHS representa artistas, nosotros no podemos hacerlo legalmente, pero nos proponemos promocionar el arte en sí mismo. Existe una producción independiente, incluso más grande que la producción del patio, y hacia este segmento encaminamos nuestros esfuerzos. Nos hemos centrado en los DJs, Matraka trabaja con música electrónica y hip hop, desde 1998, año en que se reunieron las personas que después formaron parte del grupo Matraka con el objetivo de promocionar música electrónica.
¿Cuál es la relación entre el grupo Matraka y el Rotilla Festival?
Michel Matos es fundador de Matraka y en el radio de acción del grupo entraba el festival. Antes se hacía de una manera de menor envergadura, empezaron a asistir de 200 a 800 personas. En 2008 crecimos y asumimos otros géneros, aunque se mantuvieron los géneros de música electrónica, aumentamos la propuesta artística y el números de escenarios.
¿Cómo pasó Rotilla Festival de 200 a 20.000 personas?
Nosotros nos identificamos con la corriente que nos tocó vivir, con la edad que vivimos… Estábamos muy aliados a los DJ´s para crear una estrategia a través de la cual las personas consumieran la música electrónica y añadimos rock. Esto fue puro desarrollo, expansión… Al inicio lo organizaban 8 personas, una vez estuvo Telmary, la gente de Free Hole Negro, con 8 personas y una máquina de DJ.
Desde 1998 creció porque era necesario. En ese momento, el festival no tuvo promoción ninguna. Todo corría de boca en boca, algo muy informal y a través de los flyers. Cuando se comenzó a tomar en serio recibimos ayuda de la prensa nacional y extranjera, del diario Juventud Rebelde. Programamos conferencias de prensa para dar a conocer el proyecto que para nosotros era bastante sano y necesario. Era un espacio para jóvenes, hecho por jóvenes y organizado desde la juventud. Pasamos de 200 personas a 2000. En 2006 se hizo el primer Rotilla en la playa Jibacoa, el siguiente fue en el 2008, porque en el 2007 no hubo pues teníamos que reorganizarnos. Cuando nos propusimos crecer, lo hicimos en equipo, siempre teniendo un buen diálogo con las autoridades, la AHS, el gobierno municipal de Santa Cruz del Norte, la antigua provincia Habana y su Comisión de Cultura y Recreación.
Hasta ahora no han mencionado al Ministerio de Cultura…
El Ministerio de Cultura formó parte directa durante el año 2010, cuando el viceministro Fernando Rojas asistió al evento. Se mantuvieron diálogos muy constructivos y benévolos con el Festival. Nosotros estamos de acuerdo con el patrocinio y el diálogo con las instituciones teniendo en cuenta el alcance nacional e internacional del evento. Por esta razón, mostramos los proyectos, llevábamos las cartas y todo lo que era necesario para hacer este tipo de festival.
¿Podrías especificar cuáles son esos “trámites necesarios para hacer este tipo de festival” que refieres?
Las exigencias del año pasado, por ejemplo, era de dar nóminas de artistas.
¿Cómo se desarrolla la concertación con las instituciones para la realización de Rotilla Festival?
La primera vez que crecimos, por ejemplo, conversamos con la Comisión de Recreación y Cultura de provincia Habana. Para hacer algo tan grande tienes que pedir apoyo de la policía, medicina, gastronomía. Estas cosas el primer año (2008) no funcionaron. Estuvimos un día completo sin agua, solo funcionó el puesto médico y había 5000 personas. Sin embargo, cuando comenzamos las reuniones del año 2009 planteamos lo que no había funcionado el año anterior y ellos reconocieron que lo habían tomado a la ligera. A ese año le pusieron ganas. El diálogo se mantuvo todo el tiempo, un diálogo constructivo, de trabajo, después de eso seguimos haciendo otros eventos, el festival Puños Arriba, que es una premiación de discos de raperos hechos de manera underground.
¿Puños arriba?…
Este festival es gestionado por Matraka y dirigido por raperos. Hay trece categorías y vamos por la tercera edición. Se pide un disco lo más completo posible, aunque sea hecho de manera underground, independiente, bajo costo, casero, pero con la mejor terminación posible. Este año que pasó se presentaron discos de todo el país, se quedaron los mejores, en esta gala se premian (alrededor de 40) y se muestran en la gala. Al evento de rap asisten unas 2000 personas, la primera vez lo hicimos en el cine Riviera y la segunda y la 3ra en el Teatro América.
Este es otro espacio de diálogo con las instituciones…
Siempre hemos trabajado con las instituciones. Sabemos que es necesario. Todas las personas tienen el conocimiento de todo lo que se está haciendo.
En el informe de la Usaid –que abordaremos después – se menciona un evento donde “los jóvenes pueden votar por su artista favorito”, lo cual fomenta la cultura del voto en este sector social. En Rotilla no se llevan a cabo votaciones de este tipo. ¿Podría referirse a Puños arriba?
Para “Puños arriba” se crea un grupo de jurados, raperos más viejos y conocidos que no pueden participar en el evento ese año, ellos deliberan, hacen una selección para nominación y después anuncian los premios…El sistema de votación y jurado es el estándar mundialmente. Este espectáculo se conforma en la parte artística y los que van ganando premios se presentan. Siempre hay un mínimo de 12 temas musicales que se cantan. Puños arriba es producido completamente por Matraka con la dirección de los raperos.
Volviendo a Rotilla y a Matraka, ¿qué les ha aportado personal y profesionalmente?
Aminta de Cárdenas: Soy graduada de contabilidad pero no me gusta la carrera. Comencé a trabajar de productora con Matraka porque me agradaba lo que mostraban. En ese momento pertenecía al público y desde allí quise insertarme como organizadora porque había dado unos cursos de producción y había trabajado en producción de espectáculos. El aporte era puramente emocional y me interesaba trabajar con personas jóvenes. Es algo que necesitamos y quería ser parte de lo que podemos ofrecerle al medio en que nos movíamos. En lo profesional he aprendido mucho. Me siento bastante preparada para enfrentar trabajos difíciles, he hecho revistas, he preparado campañas, siempre apoyándome en especialistas en periodismo o en campañas socioculturales. Me siento preparada para enfrentar muchísimo trabajo y para hacer eventos bastante completos que no solo sean música, de “vamos a bailar y emborracharnos” sino que incluyan algún mensaje positivo para la sociedad. No tengo idea de que haría sin Matraka. Es algo que me cuestiono todos los días, podría hacer muchas cosas… pero no me imagino ninguna. Ya tengo 25 años y desde los 21 formo parte del grupo.
Diddier Santos: En lo personal me ha dado mucha seguridad de acción, en la parte profesional he crecido mucho con Matraka. El festival es un megaevento y para un productor es un orgullo, más cuando organizas un evento de este tipo en Cuba con las condiciones que tenemos. Es inimaginable, uno se siente seguro. He trabajado en películas, en la Muestra de Nuevos Realizadores, trabajos difíciles que he aceptado, pero es porque uno dice “si yo hago Rotilla puedo hacer cualquier cosa”, al menos en Cuba puedo hacer cualquier cosa. No me imagino trabajando fuera de Matraka, no ha pasado por mi mente.
Por su extensión, la entrevista será publicada en tres partes. Fuente: La Polémica Digital, Rotilla Festival: “Un espacio hecho por jóvenes y para jóvenes” (I).