Por Rogelio M. Díaz Moreno
Unas pocas horas pasaron desde que yo soltara mi diatriba a raíz de la ausencia de discusión de algunos temas que me parecen de la mayor importancia, en las discusiones de la Asamblea Nacional o Parlamento Cubano, que en estos días celebraba su últimas sesiones del actual período legislativo y, en la misma clausura del magno foro el General en Jefe, Raúl Castro, abordó un par de ellos.
Avisó Raúl que el asunto de las cooperativas no rurales está a punto de caramelo y que la reforma migratoria, si bien se va a demorar un poco más, viene más o menos en camino aunque con muchas, tantas condicionales que probablemente tengamos mucha tela por donde cortar. Lástima que dejara pasar el tercer punto, del nuevo Código de Familia. Pero lo que me llama a mí la atención es lo siguiente.
Los asuntos que discutieron los diputados en la Asamblea de nuevo, lo de discutir es por decirlo de alguna manera fueron los siguientes. Uno: la famosa ley tributaria; dos: informes de algunos ministerios que pueden, un día, cuestionarse en cuanto a detalles menores pero, al final, el único que les dice sin cortapisas bueno, a veces lo mal que trabajan, es el Presidente Raúl; tres: informes de reuniones de otros altos órganos sobre lo mucho y duramente que están trabajando por implementar las políticas de mucho orden y de lineamientos que hacen falta para arreglar la economía. Alguna que otro tema suplementario que ahora no recuerdo trataron seguramente los parlamentarios, pero esos fueron los que recuerdo ahora como más importantes. Sobre la política para la creación experimental de cooperativas en actividades no agropecuarias apenas sirvieron los diputados para escuchar, del general presidente, que fue aprobada, con algunos detalles adicionales. Asimismo hicieron un buen auditorio receptor de las novedades sobre las modificaciones al importante Decreto Ley 259 y otros detalles importantes relacionados con las reformas agrarias que se vienen realizando desde hace cuatro años y, no podía faltar, el testimonio de Raúl respecto a que se siguen estudiando las incógnitas de la cuestión migratoria. Todo esto fue expuesto por el Presidente.
Mi impresión no sé cuál será la de otras personas es que todo lo importante se trata fuera del marco de la Asamblea Nacional. A esta solo le dejan el entretenimiento de aprobar por unanimidad algunos tecnicismos ya definidos por tecnócratas en otros círculos más restringidos. Ya sé que me van a decir que antes de las sesiones estas en conjunto, de unos días en julio y otros en diciembre, los diputados sí trabajaron mucho en comisiones particulares, puliendo muchos detalles para que luego todo esté listo. Pero si esto es así, tengo algunas propuestas a tono con la política de ajustes y austeridades promulgada por el Gobierno.
Sí, porque después de todo, estos eventos principales cuestan un buen dinero. Así que yo propongo que el Estado deje de asumir esos subsidios y gratuidades que hasta ahora aplican a la Asamblea, al evento central. Que el Estado subvencione solamente a las comisiones estas que trabajan tan discretamente, que nadie sabe nunca qué están haciendo, pero eso no viene al caso y preferiblemente subvencione solo a aquellos delegados de bajos ingresos, a la persona y no a la comisión completa. Que para la Asamblea grande, los diputados en general se paguen de su bolsillo todos esos pasajes para venir a pasear a La Habana, la estadía en el hotel, su alimentación que no es la de la libreta y los paseítos que eventualmente se den por el Capitolio. Si algún delegado no puede pagar el viaje de su bolsillo, puede efectuar una llamada telefónica, mucho más sencilla aunque sea a larga distancia, y dejar constancia de su adhesión a la unanimidad que corresponda en julio o en diciembre. Y enterarse de las cosas importantes que diga Raúl por el periódico o la televisión, como hice yo.
Para lo que producen las sesiones plenarias de la Asamblea, estas iniciativas pueden ayudar a que se satisfagan los objetivos con un espíritu mucho más ahorrativo, a tono con la filosofía de eficiencia que busca el gobierno en el funcionamiento de la economía y la sociedad.
A propósito, más importante que crear una ley de impuestos, es lograr fórmulas que generen la ganancia a someter a impuestos. Pero esto es como quien hace planes con el dinero que aún no ha ganado.
La prioridad es hacer producir el país, estimular, facilitar el progreso de los emprendedores, eliminar esa lista obsoleta de profesiones permitidas y crear ina moderna infraestructura de comercio mayorista y bancos confiables y cuando hagamos dinero ya lo gravaremos con impuestos.
¡parecer una maldición esto de tener un gobierno con talento para hacer las cosas mal! Han puesto los bueyes delante de la carreta. No tenemos un centavo, ni manera de producirlo, pero ya lo gravamos
ja, tienes razón, Yoyo. De vez en cuando hay que recordar que cualquier número multiplicado por cero da cero.
Rogelio,
Sé que en tu comentario hay más de lo que se lee. Tú, yo y cada cubano sabe el papel de nuestra querida Asamblea Nacional. No por gusto la conocen por el apelativo de focas (solo sirven para aplaudir y aprobar por unanimidad)
En fin, el mal
Aún suponiendo que el verdadero trabajo (por llamarlo de algún modo) se haga en las Comisiones, está claro que estas no trabajan todo el año, sino una semana antes de las plenarias (por lo que oímos en la prensa). ¿O es que hay delegados y delegados y algunos trabajan todo el año y otros no? A mí lo que más me admira es la decisión de los temas. En los seis meses previos no se oye nada, ninguna declaración, y cuando llega el tiempo ya están todos los temas decididos, nunca ningún delegado ha propuesto cambiar el orden del día.
Por otra parte, hay un tema que pasaron por alto todos los comentaristas, pero que es una derrota interesante del gobierno: me refiero a la ley “médica” del manejo de la “inanición voluntaria” (lo que en buen cubano incluiría, aunque puede que no solo, a las huelgas de hambre). Esto no es más que la recomendación principal salida del examen de Cuba ante la Comisión contra la Tortura y otros tratos Inhumanos y Degradantes, en la cual el gobierno recibió un cuero que no se esperaba. Por eso este anteproyecto de ley apareció de la nada, sin nadie haber oído hablar de él. Quizá resulte esperanzador saber que el gobierno puede plegarse ante una presión internacional bien ejercida, aunque se cuide de admitirlo.
Querido Rogelio, ahora espero no vengan tus “admiradores estrella” a ensañarse sobre tu post confundiendo tu bien serio empleo del humor de “acto contrarrevolucionario”…al final, no hay nada más antipatriótico (y absurdo) que ciertas cosas que sucedieron dentro de la Asamblea y cuyos ecos me llegan por amigos : A) Raúl critica mucho el secretismo, pero a la prensa la botaron de la comisión de Industria cuando se iba a hablar del níquel…. B) en la de Comunicaciones estaba en el programa el punto del cable de Internet desde Venezuela, pero no lo tocaron y ningún diputado se atrevió a preguntar o exigir respuestas….. C) al menos en la comisión donde se abordó la creación de las cooperativas de la construcción, los parlamentarios fueron críticos con “detalles” como que el proceso no contase con la participación de los trabajadores implicados, aunque se reiteró que los “experimentos” han de mantenerse en “secreto”….así que tu post es más que pertinente, por la tibieza generalizada del órgano y por la actitud de quienes, dirigiendo el país, parecen creer que tienen, recordando aquel libro, “todo el tiempo de los cedros”…