Por Félix Sautié Mederos
En días pasados, previos al inicio de las sesiones de la Asamblea Nacional, se ha declarado oficialmente que no hay fecha para la aprobación de la tan necesaria, anunciada y esperada reforma migratoria en Cuba, lo que posterga una vez más las esperanzas de reencuentro, reunificación y de libertad de los cubanos para salir, entrar y/o regresar definitivamente a su país de nacimiento, conforme a los derechos humanos inalienables, sobre los cuales se reiteran consignas y reconocimientos incluso legales que no son llevados a la práctica, porque los cubanos y valga la redundancia del gentilicio, estamos limitados por regulaciones que durante muchos años nos han mantenido como rehenes dentro de nuestro propio país o bien castigados en el exterior por causa de haber tomado la decisión de emigrar.
En otros artículos y crónicas he escrito sobre este tema, afirmando que lo sufro en carne propia, porque varios de mis hijos y mis nietos han emigrado, viven en el exterior y no pueden regresar a la casa de sus padres en caso de que se les presente alguna contingencia o así lo decidan por su propia voluntad. Cada vez somos más los que tenemos familiares viviendo en el exterior y puedo decir que es uno de los problemas muy generalizado por todo el territorio nacional.
En estas circunstancias, la diáspora cubana desde hace muchos años ha ido extendiéndose por las diversas latitudes con un sostenido incremento, en tanto que en la actualidad la crisis económica de los últimos tiempos despedaza naciones; y mientras los emigrantes asentados en el primer mundo pueden regresar e incluso muchos regresan libremente para refugiarse en sus países de origen en donde reciben amparo, estos derechos inmisericordemente son negados a los cubanos porque las absurdas regulaciones vigentes los ata al exterior sin poder volver al seno de sus familias. Estamos ante un verdadero galimatías que cada día se sostiene menos, mientras que en las instancias de decisión política y gubernamentales se estudia indefinidamente algo que en realidad es un derecho de nacimiento que nunca debería haberse violado. El pueblo sufre una injusta prohibición de poder viajar conforme a su voluntad y necesidades, incluyendo la ausencia de sus hijos emigrantes a quienes solo se les permite volver como turistas por tiempos limitados, conforme a una visa o permiso especial para cubanos no residentes en el territorio nacional, que por demás puede ser negada tal y como algunos lo han experimentado. Todo un absurdo del cual parecería que nunca nos vamos a deshacer.
Estas dilaciones se justifican públicamente con declaraciones de que se necesita un consenso más amplio posible (¿de quienes?, me pregunto) así como que son múltiples las regulaciones que existen al respecto del asunto y que deben ser revisadas. También se argumenta que el país se podría desangrar de ciudadanos. Como consecuencia, continuamos sufriendo la prohibición de los derechos a la reunificación familiar, además de la falta de libertad para movernos libremente, pendientes de una autorización que aunque en los últimos tiempos se ha flexibilizado y agilizado, en cambio requiere del pago de altas tasas incluyendo la exigencia de recibir humillantes cartas de invitación desde el exterior. Por otra parte, hay personas a las que nunca se les autoriza viajar.
No se puede esperar que mientras se mantengan oídos sordos o retardados ante una problemática tan hondamente sentida, se alcance en cambio un mayor apoyo y comprensión popular para mantener prohibiciones tan absurdas y lesivas. Resulta muy significativo que los diputados que representan a los electores de todo el país, no sean sensibles a estas situaciones injustas y estresantes, aceptando una postergación tan impopular en espera de un mayor consenso en las instancias burocráticas, políticas y gubernamentales… (¿Por quién se espera?, valdría la pena preguntarse). Es muy triste esta situación que da pie a múltiples especulaciones al respecto del asunto, entre las que se plantea el aspecto de las pérdidas económicas que podrían producirse por causa de la eliminación de las tasas impositivas para los permisos de salida y las estancias de los cubanos autorizados a permanecer en el exterior o que hayan emigrado y necesitan mantener sus pasaportes al día, sin los cuales no podrían viajar a su país natal como “turistas” aunque posean otras nacionalidades.
Nos encontramos frente a un entuerto cuyos orígenes se refieren al estatus de “plaza situada” y a los rezagos de “guerra fría” justificados por el genocida Bloqueo a Cuba por parte del Gobierno de Estados Unidos, con lo cual sus efectos se hacen recaer principalmente sobre el pueblo; en tanto que el Gobierno Cubano lo afronta entre otras medidas que podrían considerarse como de justa defensa, con mayores prohibiciones sobre los ciudadanos cuya única culpa es haber nacido en Cuba. El hecho de que sea creciente el deseo de emigrar sobre todo dentro de la juventud, habría que buscarlo, en mi criterio, en las faltas de perspectivas de desarrollo personal e incluso en esas prohibiciones absurdas ante un mundo cada vez más intercomunicado. Por tanto, estas medidas constituyen un contrasentido que mientras más se les dilate, mayor podría ser una estampida como las que ya se han producido años atrás, muy a pesar de todo lo prohibido.
Son cuestiones que parecen no importarles a quienes dilatan las soluciones imprescindibles, mientras hablan de normalización de las relaciones con una diáspora tratada como posibles enemigos, que ve preteridos sus derechos de nacimiento y de reencuentro con sus familias y con sus orígenes más genuinos. Es un problema de primer orden y de urgencia para hacer valer en la práctica el planteamiento de cambiar todo lo que deba ser cambiado y convertir las palabras y las promesas en hechos concretos. Cuando se publique esta crónica habrá comenzado el Noveno período ordinario de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional y si este tema no se trata, se continuará postergando indefinidamente. Así lo pienso, así lo afirmo con la angustia de la necesidad que sean oídos y resueltos los clamores del pueblo; con mis respetos por el pensamiento diferente.
fsautie@yahoo.com Publicado en por Esto! el martes 24 de julio del 2012-07-24 http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=180903
Pingback: 13 de agosto de 2012
Félix, tenemos un saldo migratorio de aproximadamente 37000. Si cada uno de ellos pagó 300.00 entre cartas y permisos son 11 100 000.00 (Once millones cien mil). Y eso, contando solo los que se van definitivo.
Si nos metemos a estimar los que viajan de visita sale otro tanto. Y si sumamos lo que nos cobran a los gusanos por cualquier trámite sencillo.
Ven acá, chico…. ¡Esto es una maquinita de hacer plata!
¿Por qué el Gobierno habría de quitarse la teta?
Es preferible que lo admitan y te cobren un Impuesto de Salida que lo pagues y ya. Vaya, si no quieren ponerle ese nombre lo pueden llamar “paz y salvo para viajar”, “salvoconducto” o cualquier otro nombre de esos que le gusta inventarse a ese Gobierno pero al menos no tener que esperar los vaivenes de las cartas desde los consulados y los permisos desde el Minint.
SE PODRÍA PENSAR QUE ES UN MECANISMO COLECTIVO, VARIAS MENTES PENSANDO POR EL BIEN DE LOS CUBANOS. PERO NO ES ASI: SON VARIAS MENTES PENSANDO PARA SOSTENER A NUESTROS GOBERNANTES Y NO AL PUEBLO, PORQUE SE PIENSA QUE NUESTROS GOBERNANTES SON LOS UNICOS QUE PUEDEN CONDUCIR A CUBA. ESTA IDEA ES TRISTE, AMÉN DE TODAS LAS GLORIAS DE NUESTROS GOBERNANTES, PORQUE SE INCREMENTA EL DESARRAIGO Y LA DES-VOLUNTAD POLÍTICA DE LA JUVENTUD. DE HECHO OPINAR POLITICAMENTE, HACER ALGUN ACTIVISMO POLÍTICO LOS CUBANOS DE HOY PENSAMOS QUE NOS PUEDE COSTAR EL SUFRIMIENTO DE LA PRISIÓN. LA JUVENTUD NO SE ENTIENDE CON LOS VETERANOS: LA UNICA FORMA DE ENTENDIMIENTO QUE LOS VETERANOS ACEPTAN ES EL ACATAMIENTO DE SUS DECISIONES. LA JUVENTUD TIENE TRES OPCIONES: 1- HECHAR SUS VIDAS A MORIR Y VER COMO SE NOS VA LA VIDA, 2- IRSE DEL PAIS Y OLVIDARNOS QUE ALGUNA VEZ TUVIMOS SENTIMIENTOS DE UNA PATRIA DONDE TAMBIEN PUDIERAMOS HACER CON LIBERTAD Y AUTORESPONSABILIDAD Y NO POR ACATAMIENTO, 3- LUCHAR. NOSOTROS NOS HEMOS QUEDADO RETARDADOS RESPECTO A LO QUE ES SER CUBANOS, NOSOTROS VIVIMOS ENCERRADOS DENTRO DE UNA MUERALLA CHINA TROPICAL, SIN LOS DERECHOS BASICOS HOY EN EL MUNDO Y CON MILLONES DE CUBANOS EXILIADOS SIN PODER INTERVENIR EN NUESTRA REALIDAD. Y SI NOS ATREVEMOS A DECIRLO SOMOS CONDENADOS. TODOS LOS PROBLEMAS DE CUBA ESTÁN AHÍ, POR MÁS QUE LE DEMOS LA VUELTA: NO TE-NE-MOS-LI-BER-TAD… Y EL QUE QUIERA DECIRME ALGO LO INVITO A CAMINAR Y DISCUTIR MIENTRAS CAMINAMOS LAS CALLES DE LA HABANA O DE CUALQUIER PARTE DE CUBA, PARA QUE LA VERDAD SE IMPONGA POR ENCIMA DE NUESTRAS RAZONES.