Por Félix Sautié Mederos
Crónicas Cubanas
El Papa Francisco ha comenzado su pontificado con actitudes y llamamientos radicalmente concordantes con los Evangelios que recogen los intereses esenciales del pueblo de Dios creado y conformado por los creyentes y no creyentes, porque en definitiva todos somos sus hijos sin exclusiones de ninguna índole, dotados con el libre albedrío intrínseco de la condición humana que ha sido forjada a imagen y semejanza del propio Dios, lo que implica una plena libertad de opción personal para creer, dudar o no creer conforme a nuestro pensamiento propio, nuestra libertad de conciencia y nuestra libertad de expresión. También muy recientemente el Papa Francisco con esas mismas intenciones, ha llamado a los obispos con motivo de la reciente visita ‘’ad limina’’ de la diócesis italiana de Toscana, a “escuchar más a la gente, caminar y estar cerca de ella”.
Me refiero a planteamientos teológicos de índole esencialmente pastoral y estratégica, que como consecuencia adquieren un muy largo alcance, que en mi criterio comportan un especial significado para las circunstancias y coyunturas del momento en que se desenvuelve Cuba, tanto los cubanos que estamos asentados en el territorio nacional como los que forman parte de la extendida diáspora que entristece y angustia a nuestras familias. Todos, sin excepción, somos hijos de Dios además de genuinos cubanos y como tales características poseemos similares derechos y deberes, atemperados por las circunstancias específicas de cada cual pero que en esencias son los mismos derechos y deberes, los que considero determinan una especial importancia disuasiva ante las exclusiones, los rencores y los odios que nos polarizan y enfrentan a unos contra otros como si la fraternidad no fuera la base esencial de una misma identidad, un mismo territorio de nacimiento y una historia común que legítimamente nos acoge y nos caracteriza como cubanos. Continue reading