Por Yusimí Rodríguez
La mayoría de los cubanos no tiene acceso a Internet. Muchos no saben qué es la red de redes. Para ellos, Miriam Celaya es solo un nombre.
Quienes, desde sus centros de trabajo, acceden a Internet, tampoco conocen su blog. El acceso siempre está denegado.
Si supieran que es la autora del blog Sin evasión, anclado en la plataforma desdecuba.com con un espejo en vocescubanas.com, asegurarían que es una ciber terrorista, mercenaria, pro imperialista. Son los términos que han aprendido a asociar con: disidente, blogger, periodista independiente.
He entrevistado a Miriam para conocer sobre su vida, sus ideas, y cuánto tiene realmente de mercenaria, ciber terrorista y pro imperialista.
Esta mujer de 52 años es graduada de Historia del Arte y trabajó veintiún años en el Instituto de Antropología. Tiene dos hijos y dos nietos. Entre 1975 y 1980, fue una militante convencida de la Unión de Jóvenes Comunistas.
HT: ¿Qué la hizo cambiar de posición?
Miriam Celaya: Fue un proceso. Mi generación se formó en la idea de que quienes abandonaban el país eran traidores. No nos comunicábamos con los familiares que se habían ido. No estaba prohibido, pero era mal visto; podía perjudicarte. En 1979, el gobierno dialogó con la comunidad cubana en el extranjero y ellos empezaron a venir. Ya no eran traidores, sino los hermanos de la comunidad. Me pareció una historia mal contada.
Traían jeans, zapatillas, cosas que gustaban a todos los jóvenes. Pero en las reuniones de la Unión de Jóvenes Comunistas, comenzaron unos procesos de profundización de la conciencia, en los que se analizaba a quienes tenían diversionismo ideológico. Usar pitusas, zapatillas, fumar cigarros de marcas extranjeras, era considerado diversionismo. Cuestioné muchas cosas y siempre me sancionaban.
En 1980, parí y tuve que dejar la escuela, no encontraba quién me cuidara el niño. Me separaron de la organización por desertora, como si la maternidad fuera motivo de castigo. Apelé. Mientras duraba la apelación, me orientaron incorporarme a mi comité de base y participar en las actividades. La primera para la que me citaron fue un mitin de repudio. Había visto algunos. Me negué y dije que aquello era fascismo. Fui expulsada de la organización. Continue reading