Por Isbel Díaz Torres
Junto a un grupo de amigos ecologistas pretendimos verificar el impacto ambiental del vertedero de la calle 100, al oeste de la capital cubana. El intento no fue del todo exitoso, al ser expulsados de allí por la “dueña” del lugar.
El manejo de los desechos sólidos en todas las ciudades del mundo es un verdadero dolor de cabeza. No es tarea fácil, cuando el estilo de vida que nos ha impuesto occidente es de un consumismo voraz y una total indolencia ante los estragos que causamos.
Los gigantescos basureros son evidencia física de este estado de cosas. En la Habana tenemos tres grandes, pero el mayor de todos es el de la calle 100. Según las informaciones que intercambiamos antes de aventurarnos a entrar al vertedero, los capitalinos superamos la media de basura que produce cada habitante de la isla. Los de la Habana producimos 0,7 Kg de desechos al día, y todavía no se sabe muy bien cómo vamos a deshacernos de ellos. Continue reading