Preservar la solidaridad, desterrar los sectarismos

Por Armando Chaguaceda

En días pasados han aparecido en la web del Observatorio Crítico (OC) varios post de compañeros que abordan críticamente algunas de las iniciativas defendidas por los socialistas democráticos frente a la actual coyuntura nacional. Son textos que, en buena medida -y como se infiere de los comentarios aparecidos en dicho foro- reflejan la perspectiva de una tendencia importante dentro de OC, que podemos identificar como libertaria. A partir de la invitación expresa de varios amigos, compartimos aquí nuestros puntos de vista en torno a las ideas vertidas en dichos artículos y, de paso, reafirmamos las visiones ya expuestas por quienes nos identificamos con el socialismo democrático (1).

Perspectivas como las que los compañeros libertarios impulsan se inscriben dentro de las luchas de los llamados “nuevos movimientos sociales” (ambientales, territoriales, feministas, de economía social, contraculturales, etc.) surgidos en todo el mundo en las décadas pasadas. En tanto formas no convencionales de organización, acción y expresión, que tienden a la autonomía respecto a las instancias tradicionales de representación política -estatal, partidista, sindical- estos actores colectivos desempeñan un rol relevante en la política contemporánea a nivel global. Al generar formas de transformación comunitaria -que no apuestan a la toma del poder sino a la construcción de nuevas organizaciones y relaciones sociales no institucionalizadas a escala territorial- estos movimientos son importantes, pues permiten avanzar hacia cambios político-culturales. Cambios susceptibles de impulsar, en el largo plazo, transformaciones civilizatorias.

Sin embargo, cuando desde este paradigma se percibe la política como un mosaico de identidades y agendas desarticuladas, o cuando se apuesta en exclusiva por fórmulas micropolíticas, esta perspectivapuede resultar a la postre estéril frente a los problemas estructurales de la política dominante. Este, creemos, es uno de los retos irresueltos y/o aparentemente ignorados por la corriente (auto)definida como libertaria de OC. Pues cualquier práctica de organización social que desee ser políticamente relevante (y no meramente testimonial) debe articularse con iniciativas políticas más amplias y plurales, y no contentarse con ser experiencias ubicadas en la periferia institucional y social. Continue reading