Internet, Intranet, mis inquietudes y Cuba como Nación

Por Luis Rondón Paz

Así que Venezuela ya tiene dos satélites y nosotros en Cuba nada de nada. ¿No se supone nos beneficiaríamos con el acceso a la soberanía en materia de telecomunicaciones a través del primer satélite? No lo dije yo, eso fue lo que hace unos años vi en Cuba Visión, si mal no recuerdo: había varias personas firmando acuerdos que garantizaban que, paralelamente al enlace por fibra óptica, la conexión al satélite Simón Bolívar garantizaría la redundancia y el adecuado flujo de la información (datos, audio, video, telefonía).

¿Donde está la calidad de acceso a la Intranet e Internet en Cuba? ¿Por qué siguen siendo abismales los precios de la telefonía celular y el acceso a Internet? La Intranet (red de infocomunicaciones interna, dentro de Cuba), es tráfico puramente interno y no influye en nada el tráfico hacia fuera, a no ser que a estas alturas aún se esté usando un sistema de enrutamiento tipo cuello de botella, para que toda la red colapse. Algo así se arregla sencillo: tener par de fibras de alta velocidad y grupos de equipos enrutadores para que cada uno se encargue de direccionar, reconocer y gestionar de manera coherente y eficiente el tráfico interno en el país. Continue reading

El Trencito

Por Regina Cano

Había escuchado mucho sobre Educación Popular y Arte Educando* y sus logros en actuaciones con los más pequeños y con el niño que llevamos dentro. También de lo importante que para adultos puede ser experimentar estas prácticas, logrando maneras más horizontales de comunicación y entendimiento entre nosotros mismos. Todo lo anterior fue siempre muy lejano para mí hasta que me encontré con el proyecto El Trencito. El Trencito es una intención con una vida cercana a los 15 años, del que dos generaciones ya salieron imbuidas de herramientas necesarias a la hora de cuestionarse de qué manera estoy actuando para mí y para el otro, cuál es mi lugar en el hoy y el ahora en este país donde deseo vivir y crear mi familia. Este Proyecto acoge a un grupo de niños al final de cada semana en la casa de sus creadores Yadira y Ernesto, quienes comenzaron esta colaboración social siendo dos jóvenes esposos con un hijo en camino y que actualmente ya tienen dos niños propios. Ellos, con el deseo de entregar el amor que los llena y jugar semana por semana con los niños de su barrio que estén dispuestos a hacerlo, han logrado ser una referencia en la Ciudad. Este espacio de juegos defiende el principio de la no competitividad, ante una realidad que presiona al niño educacionalmente a tener una actitud contra el igual, lo mismo por el barrio, la escuela, que por los padres y la sociedad en general. Continue reading