Reproducimos el artículo “Sector privado: ¿panacea o mal necesario?”, publicado en La Jiribilla el pasado viernes (www.lajiribilla.cu/2012/n578_06/578_39.html), acerca de la sesión del espacio de Último Jueves titulada “El sector privado: impactos precursores”, correspondiente al mes de mayo. El material fue gentilmente enviado por los colegas de la revista Temas.
Por: Tania Chappi Docurro • La Habana
Sin duda el asunto ocupa y preocupa a los residentes en la Isla. Muestra de ello constituyó la abarrotada sala Fresa y Chocolate del ICAIC, en La Habana. Durante las dos horas del debate organizado por la revista Temas, en torno al Sector privado: impactos precursores; se evidenció, además, que si algo queda claro para los implicados en el proceso de Actualización económica por la cual atraviesa el país, es que entre el ahora y el futuro pende un gran signo de interrogación. ¿Cómo vemos y se ve a sí mismo el emergente sector —para utilizar el neologismo de moda— cuentapropista?, ¿qué esperamos de él? Criterios heterogéneos mostró el público asistente a este panel de Último Jueves. Desde el aplauso sin reservas, hasta la aprensión ante el resurgimiento de actitudes egoístas, prácticas abusivas, y especialmente de un estrato social que pudiera erigirse en explotadora de sus conciudadanos. En tanto, los integrantes del panel, aun considerando que todavía es demasiado pronto para una valoración rotunda, se atrevieron a exponer cierto balance preliminar.
Según el sociólogo Ricardo J. Machado, profesor e investigador del Instituto de Altos Estudios de Hotelería y Turismo, en informaciones publicadas en diferentes medios se señala que a finales del 2015 la cifra de trabajadores no estatales debe ascender a 1 millón 800 mil personas (alrededor del 30 porciento de la fuerza laboral del país). No obstante, “en muchas de las entrevistas que hemos realizado en diversas provincias, encontramos que los cuentapropistas se sienten inseguros, incluso algunos mantienen doble vínculo laboral, es decir, a la par trabajan en un órgano estatal”. La desconfianza tiene como base la historia del cuentapropismo en los últimos 15 a 20 años, caracterizada por el abrir y cerrar las posibilidades, avanzar y detener el proceso. El futuro depende del papel activo de los órganos reguladores, entre ellos la ONAT, el Instituto de la Vivienda, el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, y la sólida preparación profesional que les permita disponer de las competencias necesarias para gestionar con eficiencia el crecimiento de este sector, manifestó. Continue reading