Por Isbel Díaz Torres
HAVANA TIMES — El Laboratorio CASA-CUBA nos ha dotado de un magnífico instrumento para el trabajo colectivo con sus recientes “Propuestas para nuestro porvenir inmediato”.
Aunque debo reconocer que la mayoría de las veces descreo de los documentos y declaraciones públicas de esta índole (me parecen solo letra muerta), no puedo dejar de reconocer que en algunos casos, cuando la propuesta es presentada con un sentido dialógico y cierta diafanidad, es posible que genere una utilidad real.
Ello es lo que he percibido hasta el momento. Con excepción quizás de las desinformadas e inexactas impresiones promovidas por el bloguero Alejandro de la Cruz, el documento mencionado ha tenido una muy favorable repercusión, incluidas lecturas críticas del texto, y ha permitido hacer converger en un mismo empujón, varios discursos que pululan en el paisaje de ideas de la sociedad cubana actual.
Ello me ha animado, con humildad y admiración hacia los autores y autoras de las “Propuestas”, a reflexionar sobre una idea, estimulada a raíz de la lectura del documento.
En el punto número 12 se nos propone “Asegurar eficazmente el derecho al trabajo y las garantías laborales; así como las libertades económicas necesarias, y subordinar la ejecutoria económica a compromisos sociales y ambientales”.
Con tal propósito no puedo estar más que de acuerdo, por supuesto, pero me hizo darme cuenta que esa “Cuba soñada”, esa “Cuba futura”, carecía de una intencionalidad más marcada hacia el cambio de paradigma de desarrollo, crítica de la lógica consumista y depredadora del medio ambiente. Continue reading