Los sujetos están omitidos: Si TÚ produces, NOSOTROS tendremos más ingresos… (poster por el XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, en una calle habanera)
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La Central de Trabajadores de Cuba escoge bando
Por Daisy Valera
HAVANA TIMES — “Unidos por un socialismo próspero y sustentable” es el lema con que convoca la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) a este primero de mayo. Sin dudas una consigna más optimista que aquellas del tipo: ¡A trabajar duro!
Llena la primera plana de varios periódicos y de paso nos exhorta a que participemos en la materialización de los lineamientos del Partido Comunista de Cuba (PCC).
¿Podríamos esperar otra actitud de la CTC?
Sería ingenuo, en las últimas cinco décadas la Central ha engordado una lista poco feliz de deslealtades que incluyen la ilegalización de otros sindicatos;) la creación del policiaco expediente laboral, la supresión del derecho a huelga; y recientemente el apoyo a una Ley de Seguridad Social (2008) que adicionó cinco años a la edad de retiro.
En poco más de 13 meses la CTC ha cambiado su discurso.
En el 2012, con la ola de despidos basada en la “idoneidad demostrada” y apoyada por este organismo, el llamado que se hizo a los trabajadores fue a participar y a discutir los planes laborales y el presupuesto. Continue reading
Sobre el Llamamiento urgente por una Cuba mejor y posible y los posicionamientos de la nueva izquierda cubana (Final)
Por Karel Negrete
En la primera parte del artículo Sobre el Llamamiento urgente por una Cuba mejor y posible y los posicionamientos de la nueva izquierda cubana realizaba un análisis sobre los peligros terminológicos y políticos que corre la izquierda cubana si utiliza la misma terminología de derechos humanos, libertad y democracia, sin profundizar críticamente en los proyectos políticos que estos términos contienen. Aun cuando estemos de acuerdo que son derechos universales más allá de las ideologías, estas últimas salen a relucir cuando hablamos de proyectos políticos para su materialización y realización.
Es por ello que expondré en esta segunda parte, algunas ideas que son parte del debate, en la construcción de una alternativa a los capitalismos y autoritarismos hegemónicos existentes.
En la isla, en lo referente a los partidos políticos el debate se centra en sus dos formas de sistemas: el pluripartidismo y el monopartidismo. El pluripartidismo que garantizaría la libertad de asociación de las diferentes tendencias políticas, permitiéndonos escoger entre las diferentes opciones políticas.
En este caso sería interesante plantearse las preguntas sobre la implementación del multipartidismo en Cuba. ¿Cómo y quienes financiaran estos partidos? ¿Cuál será su independencia con las empresas mercantiles, gobiernos extranjeros? ¿Cómo se financiaran las campañas electorales, mítines y todo el sistema presupuestario que requiere un partido (empresa)? Son tres preguntas simples que deben responderse desde izquierda cubana que quiere un cambio democrático. Así, cuando llegue el momento de entrar en el juego de la democracia liberal (que va a llegar), más que teorizar sobre la democracia, habrá que realizar propuestas concretas en este tema.
Por otro lado, está el monopartidismo y su teoría del centralismo democrático, la cual alude a la posibilidad de la diversidad de opiniones desde una misma ideología. Esta teoría en Cuba no se ha aplicado de ninguna manera, el debate y la discusión han sido un dialogo entre sordos y muchas veces quienes se han atrevido a formar parte de algún debate critico frente al gobierno han terminado sancionados por las instituciones gubernamentales garantes del criterio único. Lo que ha traído como consecuencia que solo aquellos que son parte del partido comunista cubano y del gobierno estén de acuerdo con el monopartidismo.
Pero por qué pensar solo en estas estructuras de la democracia política tradicional y no buscar otro punto de mira a partir de las experiencias políticas cubana, latinoamericana y mundial. Muchos de los presupuestos ya respaldados constitucionalmente, otros engavetados en centros de estudios y universidades cubanas, o crear nuevas estructuras de organización políticas que muestren una alternativa a estos dos sistemas. Continue reading
Una meta, dos abismos y un camino
Por Ariel Hidalgo
El Mundo y la época actuales en que nos encontramos los cubanos
El derrumbe del campo socialista de Europa se interpretó en casi todas partes, pero sobre todo en Occidente, como el triunfo del capitalismo sobre el socialismo. Nada más lejos de la realidad, no sólo porque lo que se derrumbaba nada o muy poco tenía que ver con socialismo, sino porque lo que estaba sucediendo era el principio del fin de casi todas las estructuras sociales e instituciones tradicionales del mundo. Tanto los complejos estado-bélico-industriales controlados por grandes bancos internacionales como el modelo de Estado centralizado regido por dictaduras de partido que absorben a toda la sociedad civil, son las dos caras del sistema monopolista de Estado a que condujo el largo proceso de centralización de capitales de la sociedad industrial, marcado por el gigantismo de las grandes fábricas que determinó las estructuras piramidales monopólicas. Esta sociedad industrial, a su vez, es el último período de una civilización humana despiadada y cruel nacida hace más de ocho mil años con un paradigma civilizatorio patriarcal de violencia, muerte, desigualdad y despojo. Estos “civilizados” organizaron estructuras represivas que devinieron en los actuales Estados y organizaron sociedades basadas en la desigualdad de clases y la explotación de unos seres humanos por otros.
La sociedad industrial, basada en el trabajo asalariado, se encuentra hoy en proceso de descomposición por nuevas tecnologías que atentan contra las estructuras de sus dos modelos. Esa tendencia tecnológica hacia el gigantismo en que se fundamentaba el proceso de centralización ha cambiado radicalmente en un giro de 180 grados hacia el pequeñismo y la descentralización cuando en los años 70 del siglo XX se descubrieran los circuitos integrados que permitieron las computadoras personales y una nueva tecnología de la información para hacer posible que cualquier persona pudiera establecer, sólo con un procesador, su propia empresa y que la capacitación de los trabajadores convirtiera al capital humano en el factor más importante del proceso productivo. Las nuevas tecnologías son ya incompatibles con las viejas estructuras que empezaron a derrumbarse en 1989. Por mucho que se teorice en la indagación de las causas de la caída del llamado “socialismo real” de Europa del Este, en el trasfondo siempre estará la raíz madre de todas las causas: una nueva tecnología. Tras el derrumbe del ala más débil de la sociedad industrial comenzó a resquebrajarse la otra ala con una sucesión de crisis regionales que desembocaron en la gran recesión del 2008. La sociedad industrial está en proceso de descomposición y está comenzando otra nueva: la informática. Y aunque los grandes poderes que han regido la industrial siguen pie, están destinados irremediablemente a derrumbarse, y con ellos, toda la civilización patriarcal.
¿Por qué termina también la milenaria civilización patriarcal? Marx había llamado fuerzas productivas al conjunto de factores necesarios para la producción de bienes materiales y había dado a su desarrollo una importancia vital en su doctrina social, pero no se percató de que esos factores poseían dos efectos paralelos antagónicos y que con el desarrollo de fuerzas productivas se desarrollaban también otras fuerzas: las destructivas. Esas fuerzas destructivas habían jugado un papel fundamental en la desaparición de una civilización precedente matriarcal sin clases sociales, basada en un paradigma de paz y amor (1), y había generado la actual civilización patriarcal basada en un paradigma de violencia y despojo. Actualmente esas fuerzas están poniendo en peligro no sólo a esta civilización sino incluso a la vida misma del género humano, porque el peligro no sólo se manifiesta en la tecnología expresamente creada con el fin de provocar muerte y destrucción, sino en aquellas destinadas a la producción de bienes que tienen como efecto paralelo la destrucción del medio ambiente. Continue reading
Pensar a China 22 años después de Tiananmen
Por Taller Libertario Alfredo López
Para la Cuba de hoy, China no es sólo uno de los socios comerciales más importantes de la isla, es también uno de los nuevos modelos referentes con los que la clase dirigente cubana está actualizando su capitalismo estatal.
Es por lo anterior que la desinformación sobre las crudas contradicciones que se están produciendo en China es una de las piezas claves en el actual orden en curso en nuestro país.
Así, audiovisuales producidos por televisoras del capitalismo global, con todas sus limitaciones e intenciones antagónicas a las nuestras, nos ofrecen más información de esa sociedad que todo un año de la televisión cubana revolucionaria.
A mediados de abril de 2011 realizamos en una sesión del Taller Libertario Alfredo López un diálogo abierto, a propósito de los veintitrés años de la masacre de la Plaza Tiananmen.
Ahora queremos compartir lo que ocurrió en aquel encuentro del año pasado, más los audiovisuales “Tiananmen” y “Good bye Mao”, realizados por el Canal 2 de la Televisión Española, con la esperanza de que estos materiales sean una contribución al propósito mayor que nos anima a muchxs de pensar y experimentar una vida individual y colectiva con justicia y sin opresiones, sin explotadxs ni explotadorxs, sin dirigentes, ni dirigidxs.
Estaremos este sábado 8 de septiembre, a las 2:00 PM, en la glorieta del Parque de H y 21, en el Vedado capitalino.
El imperiodismo cubano
Por Mikel @ren
Un decano de nuestra prensa señaló que en Cuba hay periodistas pero no periodismo. ¡Centró la diana!
Poco antes, Gerardo Hernández, en su celda, había dibujado nuestra isla con una gran rosa filmada por dos cámaras de TV: una, cubana; extranjera la otra. La segunda solo enfoca las espinas; la primera, exclusivamente la flor. Una imagen que vale por mil palabras; mas adicionó, para evitar una sola duda, la frase: Ni muy muy ni tan tan.
La verdad, verdad es que la mayoría de los cubanos quiere al país y el socialismo que son ficcionados por el Granma, Juventud Rebelde, Trabajadores o en la TV. Lástima que tienen muy poco que ver con lo existente que venimos penando.
Resulta muy difícil computar las veces que la jefatura del país ha expresado a entrevistadores generalmente extranjeros que los órganos de prensa están al servicio del pueblo y el socialismo; y que,si alguna censura hay, es fundamentalmente de los propios periodistas que no hacen valederos trabajos investigativos ni se lanzan a criticar con profundidad los aspectos negativos del proceso, y todo lo que cuelgue de éste. Continue reading