Reflexiones de un libertario

Por Ramón García Guerra

I

Cuando se observa el mapa político del país desde las élites letradas de la vieja clase media (OCM) en Cuba los motivos para ser optimista se diluyen; puesto que, según éstas, inexorablemente, las reformas nos deben de conducir hacia un maridaje entre el régimen estatista-autoritario y el capital transnacional a corto o mediano plazos. Las bases epistémicas y políticas que adoptan estos compatriotas les impide un acercamiento al universo de luchas populares que suceden hoy mismo. [Padecen aquéllas de miopía política.] Sin embargo, los espacios de fronteras en la sociedad cubana se han convertido en laboratorios de creatividad popular y activismo comunitario que se adelantan en mucho –o desdicen– a las reformas.

Pongamos un ejemplo:

Los notables de una pequeña ciudad (de 30 mil habitantes) han constituido una Sociedad de Fomento y Desarrollo de la Comunidad (SF&DC) y han creado un fondo fiduciario –con un efectivo de $ 96 mil pesos (CUC) y activos por 1,7 millones de pesos (CUC)– para la creación y estímulo de un entramado de Pymes en la localidad. La política de créditos a la inversión que han adoptado exige que la Sociedad tenga un 15-20% de participación en las nuevas cooperativas creadas y que estas últimas estén en la obligación de contribuir (con el 5%) en la financiación de los proyectos de tipo cultural, ecológico, etcétera que resulte de beneficio para la comunidad. Los notables parten de un diagnóstico bien fundado y han adoptado la política de intervenir en puntos decisivos del proceso de reproducción social de la comunidad. Consideran que el modelo de sociedad local debe ser rehecho por los lugareños sin mediación alguna y su misión sería la de facilitar dicho proceso.

[Incluso, tanto han avanzado en esta experiencia práctica de autogestión que una de estas empresas ha logrado la firma de un contrato de servicio en la Zona Franca del Mariel sin aún estar aprobada la Ley Cooperativas que fuera anunciada (y no cumplida aún) por las reformas.]

Estamos ante la creación de una fundación en tal caso. [“Entidad privada con fines públicos sin ánimo de lucro” –según el Código civil vigente–.] Institución que no puede ser inscrita en el Registro de Asociaciones del MINJUS, aclaro, dado que la política de confiscación de los derechos civiles que practica el Estado cubano así lo impide. Continue reading

Defensa de la Utopía

Por Ramón García Guerra

SUMARIO

La crítica que recibió mi artículo La causa libertaria en Cuba, hace que precise mi análisis al respecto de la política de UNIDAD –o frentista– que animan los socialistas democráticos en Cuba ante un enemigo en común. (¿Estatismo o castrismo?) Empezaré por quitar de en medio la hojarasca. Discreparé con la socióloga Marlene Azor Hernández en puntos específicos y trataré de dialogar con un libertario de mil batallas: Octavio Alberola. Después me ocupo de identificar los desafíos de los socialistas en Cuba de frente a la transición.

DIATRIBAS (ACASO) ERRÁTICAS.

Deficiente el artículo dada “la ausencia de posibilidad de que la voluntad popular no sea en la dirección de [la] plataforma” que ofrece el mismo.

1. Epistémicamente, usted sufre de empacho libresco en tal caso –fruto de leídas de última hora–. Indigestión que hace evidente en su crítica a mi artículo. [Cuando tan magras lecturas hayan llegado al giro decolonial –sic. Ramón Grosfoguel y otros– (dado en las academias del NORTE), entonces, podré hablaros de Nicolás Guillén Landrián y Sara Gómez –o acaso de subalternistas y poscoloniales auténticos, como: Martí, Mariátegui o Fanon–.] Desde luego, hallo correcta la observación de Octavio Alberola en este punto. Precisando, usted debió de consultar el gráfico que había insertado en el artículo. Las fuerzas que alientan dicha “plataforma” se deducen de las bases sociales que sostienen la causa libertaria en Cuba. Entonces no será difícil dar cuentas de que –con las viseras– hablo desde adentro y desde abajo con el pueblo cubano.

“Y como estrategia política discursiva no me parece feliz definirse a partir de criticar al hermano ideológico más cercano”.

2.   Empecé así mi artículo: “Este estudio no personaliza el objeto de crítica”. Usted hace tal cosa ahora. [Debería de revisar los artículos de su autoría en relación con las críticas a nuestros “hermanos ideológicos” hechas en estas páginas (Observatorio Crítico).] ¿Acaso me ha medido con su vara? Sugiero mirar todo desde otro ángulo. Precisamente, la fuerza de la izquierda está en debatir sus diferencias en público sin miedo a errar y rectificar. ¡Quién dijo que le hacemos el juego al enemigo al debatir las diferencias en público! Cuando recién se había alfabetizado este pueblo, abrirá el Che Guevara un debate sobre la vigencia de la ley del valor en la transición al socialismo, entre otras cosas, porque hacer la revolución no es tarea de elegidos sino drama de multitudes. Nada en los salones sino en las calles. Porque a todos compete hacer la sociedad. Continue reading