Acaso os cortaréis la oreja

Por Ramón García Guerra

Del lado de allá es muy fácil faltar al respeto
y más si está por medio el océano completo.
Si tú eres guapo de verdad saca un boleto
y ven pa´ que te meta en la candela que me meto.

Los Aldeanos

Saber de qué se habla.

Este artículo mío hace de respuesta a uno anterior de Armando Chaguaceda: “Preservar la solidaridad, desterrar los sectarismos”, que acaba de publicar en estas páginas.

Pero antes debo definir una línea de debate.

La opinión de Marlene Azor ante mi artículo: “Suicidio político”, que publiqué acá, motivó un artículo de mi parte: “Defensa de la Utopía”. Paramentis. Emplee en el texto un viejo truco de Raúl Roa para hacer saltar a la liebre. Usé la palabra coño. Estalló el gusto pequeñoburgués de la Astor. Pero en ella lo peor no será su “tono”. [¡Pobrecitos nosotros: “pacientes de su sabiduría”!] También su modo de razonar se aparta de toda lógica. Porque los métodos que emplea la Azor, por ejemplo, conducen a absurdos. Sus análisis se desconectan del objeto. Estableciendo al final premisas que más tarde emplea en silogismos que, al mirar atrás, nos ponen en el lugar del alumno que entra a clases al final del turno y mira atónito un largo pizarrón lleno de trazos a todas. Pero no solo conmigo lo ha hecho. También usó métodos tales con Dmitri, con Isbel, con Rogelio, con Erasmo… Detesto el diálogo de sordos.

Entonces publiqué: “La causa libertaria en Cuba”, que sería el segundo texto de la serie. La idea que justificó ese texto era marcar la diferencia entre el ideal socialista del ¿SPD? y el de los ácratas en la Isla. (Algo que fue advertido por Octavio Alberola solo de un vistazo.) Intentaba con ese artículo, además, ofrecer una visión de campo al mapear el mundo de la política en Cuba. ¿Cuánto vale tener en política esa visión de campo? [Curiosamente, el mapa que ofrecí allí pasó de largo.] Dibujé un programa de acción. Siempre llevo esa idea en mente: Los árboles no deben hacernos perder la perspectiva del bosque. Porque, si no, la maya afectiva nos traga. Desde luego, quien no esté metido de barriga en las luchas sociales en Cuba poco tendría qué decir de aquel mapa de la política.

Después se publicó: “Reflexiones de un libertario”. Este análisis se basó en realidades y no en teorías. Todo el tiempo hablo de luchas, escenarios, actores… concretos. ¡Hablo desde la experiencia de luchas reales! Porque no hago lecturas apacibles de textos poéticos. Sucede que supe qué es la política bajo las balas, en África. Precisamente, yendo de la mano de Roque Dalton: mientras leía Taberna y otros lugares. No sé. Quizá otros aprendieron con Sartre. Pero yo no. Ciertamente, hay un tono ríspido en el texto. (Entiéndase que mientras otros hacen una carrera académica con la venia del Señor, los ácratas son condenados al ostracismo más severo.) Pero hay más. En el texto se menciona dos veces a Haroldo Dilla: 1) mientras me refería a la “soledad de los libertarios” en otra época, y 2) cuando hablo de un cambio de contexto en las luchas sociales en Cuba. Porque ayuda a entender mejor la realidad. Continue reading

Política de alianza: rechazo del pueblo

Por Ramón García Guerra

RESUMEN: La política de alianzas de los socialistas democráticos acaba de ser rechazada por el pueblo. El rechazo no se debió a la iniciativa de acción ciudadana que se había propuesto en esta ocasión, sino como un resultado de la política de alianza que adoptan éstos junto a la derecha. [Fidel Castro dijo en 1987: “En política las inconsecuencias se pagan caras”.] La crítica de los socialistas libertarios –que sería ideológica y política, además– no predijo este rechazo. Porque nos pareció mejor esperar por la respuesta del pueblo antes que usurpar su palabra y hablar por el mismo.

Izquierda radical apoya acción ciudadana.

Efectivamente, nuestro apoyo a la iniciativa no fue retórico. Incluso llegó en mucho a ser la actuación de los libertarios más eficaz que la de ellos mismos. (Para no llegar a enredar a todos los libertarios en dicha iniciativa el autor manifestó su adhesión al proyecto al hacer pública su intención de voto en esta ocasión. Y así lo hizo: votó por la D. Pero hizo más. Entonces el autor se dedicó a organizar un comité en el Consejo Popular 1 del municipio Playa y varios grupos por circunscripción en tan breve tiempo.) Creamos un equipo de trabajo de 18 miembros. [Integrado este equipo por dos masones, un abakúa, un rockero, una pentecostal, ¡un testigo de Jehová!, cinco amas de casa, dos lesbianas, una anciana… un secretario del Partido (núcleo zonal) y tres delegados del Poder Popular.] El análisis autocrítico del trabajo que realizamos nos reportó ciertos resultados que ahora relaciono:

  1. La eficacia de la movilización se redujo al fundar en exclusiva el trabajo en una relación interpersonal con los electores. Incidió en esto la logística del equipo y la censura del régimen.
  2. La falta de debates que cargaran de sentido la acción ciudadana hizo que ésta cediera ante la liturgia política (despolitización) que alienta el Estado cubano.
  3. La acción de manera independiente que realizó la derecha, instada por Radio Martí, y la ausencia de confrontación con aquella, redujo la cantidad de votos por la DEMOCRACIA.

Fuera de este análisis están los aciertos en el trabajo. Pero por encima de todo se hallará la lección que ofreció el pueblo por sí mismo. Continue reading