La PlomoCultura del autoritarismo cubano

Por Marfrey Cruz

…y si a alguien le preocupa tanto que no exista la menor autoridad estatal, entonces que no se preocupe, que tenga paciencia, que llegará el día en que el Estado tampoco exista.
Palabras a los Intelectuales, Fidel Castro, junio de 1961.

Foto: Isbel Díaz Torres

“Echar plomo” en el argot juvenil significa flirtear, ligar, conseguir sexo. Esta frase tan repetida en discotecas, plazas y playas demuestra cómo el ordenamiento militar de la sociedad durante 50 años ha destruido no solo la naturaleza y las fuerzas vivas que necesitamos para nuestro desarrollo sino que ha arruinado el lenguaje y los cuerpos de los jóvenes cubanos. Cuando el “Poder” entra en nuestras camas, es porque de alguna forma, nos hemos enamorado de las cadenas y mordazas de nuestra servidumbre.

El mito guerrero-heroico y el poder simbólico-represivo que ejerce el ente metafísico partidogobiernoestadonaciónrevoluciónpatria en nombre del pueblo, se usan para atemorizar e impedir que la gente se organice y actúe autónomamente para cambiar su realidad y así mantener los privilegios, el abuso y la violencia que lo perpetúa en el poder.

La cultura es la primera víctima y luego una eficiente aliada del autoritarismo cuando se masifica e histeriza. Es curioso que la palabra “autor” sea la matriz lingüística de tanta miseria y muerte (uno de los tantos riesgos de vivir en español). La militarización de la sociedad necesita la sublimación de la violencia como necesaria y característica de la naturaleza humana como lo son la sexualidad y la espiritualidad. Para ello, el Estado convierte al lenguaje en cómplice, ceba y agita los rencores hasta que, muertos, nos re-matamos unos a los otros y luego rectificamos errores. El reclutamiento, entrenamiento, la propaganda y las doctrinas repetidas como eco de nuestra evolución como especie, nos convierte en ciego rebaño que se idiotiza y hasta vuelve “inteligente” el cansancio que elegimos, democráticamente. El “Poder” es disciplinar; corrige, ejemplariza y mata sólo si es necesario. ¡Ah! y si nosotros autorizamos, claro.

A continuación, les comparto algunos casos y frases típicas de nuestra cotidianidad que refuerzan el autoritarismo y el consecuente militarismo de la PlomoCultura: Continue reading

Contra las injusticias en cualquier parte del mundo

Por Rogelio Manuel Díaz Moreno

Unas noticias más o menos recientes nos movieron las fibras sensibles y me dio por escribir esto. La cosa empezó cuando el 26 de abril pasado, el Tercer Circuito de Apelaciones de los EEUU reafirmó que la sentencia de muerte para Mumua Abu Jamal era improcedente.

En el extenso y controvertido proceso judicial, aplicado al ex-pantera negra por el asesinato del policía Daniel Faulkner, se han producido, atendiendo a las informaciones que uno puede conseguir, tantas contradicciones, irregularidades e incertidumbres que parece monstruoso que se mantenga al célebre condenado en el corredor de la muerte. El sentimiento de justicia de la sociedad y de los seres queridos del fallecido no se pueden satisfacer con una ciega venganza, que puede fácilmente errar su objetivo cegada por el odio. Ensañándose con la persona equivocada, lo único que se logra es que un verdadero asesino viva tranquilamente en su casa el resto de sus días, y que los traumas y conflictos de la discriminación racial se enquisten en una atribulada sociedad.

Mumia, como es sabido, se ha convertido en un ícono universal de todos los que consideran su inocencia y admiran su resistencia y capacidad de manter desde su celda una actividad intelectual y política sobresaliente. La sociedad estadounidense, que ha sabido dar muestras de su capacidad para superar -paulatinamente- máculas que la han acosado históricamente, tiene en él una posibilidad más de recapacitar qué tipo de futuro desea para sus hijos. Continue reading