Por Félix Sautié Mederos
Recientemente, un muy destacado intelectual cubano a quien le tengo gran estima y consideración, el doctor Esteban Morales, ha publicado en su blog personal un artículo con el título El reto de la Intelectualidad en el que con valentía plantea que los intelectuales cubanos deberían tener pleno acceso a la información y al ejercicio de la crítica. En este orden de pensamiento dice textualmente que la intelectualidad cubana “debe sentir que cuenta con la confianza, la más alta valoración de su espíritu creador y de su libertad de creación”
En resumen, debo decir que lo considero un planteamiento objetivo, importante y muy necesario con el que concuerdo en su conjunto; lo que me ha motivado a añadir por mi cuenta algunas opiniones y criterios personales al respecto, con el ánimo de desarrollar aún más el análisis planteado y participar en el debate que ya se está manifestando, dado el hecho que en los momentos en que escribo este artículo he podido leer algunas reacciones sobre el particular.
Ante todo, quiero decir que entiendo que es totalmente válido que él especifique sus criterios sobre la importancia que tiene para nuestro país el ámbito intelectual cubano, del cual es uno de sus más promitentes representantes; y no estoy de acuerdo con las expresiones de algunas personas que he podido leer en la WEB, que lo descalifican incluso con términos insultantes porque los conceptos planteados por el profesor Morales no coinciden con las opiniones de ellos. Esa no es forma de debatir, reduciendo el tema al plano personal, al insulto y a las veladas amenazas. Lo importante en mi opinión sería analizar los conceptos que se desprenden de esta declaración con todo el rigor y con el espíritu crítico que sea necesario, sin pasar a la fase de las descalificaciones, de los insultos y de las advertencias, porque así no será posible establecer y generalizar el diálogo que con urgencia casi agónica necesita Cuba.
El hecho que en los sectores oficiales y de la dirección del país no se entienda, se rechace y se repudie además la necesidad de un diálogo de todos con todos, en el que no participen únicamente los que no deseen hacerlo o no tengan nada que decir, no autoriza moralmente a los que no estemos de acuerdo con estas actitudes oficialistas de prohibiciones y censuras que tanto daño nos hacen, a coartar el derecho de opinar responsablemente de cualquier cubano, ya sea militante o no; intelectual o trabajador manual; oficialista, disidente o neutral.
En esas condiciones se les daría la razón a quienes desde su posición de poder impiden el desarrollo del diálogo y de la búsqueda de un consenso entre todos los cubanos sin omisiones onerosas, ya sea que vivan adentro o afuera del país.
En este sentido, debo expresar que hay personas que producen un gran cansancio con sus reiteradas opiniones descalificadoras y diatribas contra los que no coincidan con sus criterios por muy justos que puedan considerarse. Estas actitudes constituyen en realidad una práctica estalinista que deberíamos rechazar en conjunto, porque es contraproducente con el propósito de hacer posible una República con todos y para el bien de todos como la soñó José Martí.
No solo Esteban Morales se ha referido a la muy lamentable situación de la política informativa, incluyendo además las prohibiciones que con empecinamiento sostenido se mantienen en relación con la urgente necesidad de liberar el acceso a Internet de todos los cubanos sin excepción.
Existe un verdadero clamor de rechazo de algo que pone a Cuba en unas condiciones de un gran retraso aún por debajo de países menos desarrollados, que en cambio no tienen prohibiciones tan absurdas que impidan a sus ciudadanos acceder a una tecnología símbolo del progreso científico técnico en pleno siglo XXI.
El libre acceso a Internet en la actualidad deviene condición inexcusable para mantenerse al día en los desarrollos de la ciencia y la técnica que abren los camino de la humanidad hacia el futuro que tenemos por delante. Baste con señalar que en lo referido a la libre conexión a Internet, Cuba se encuentra muy por debajo de Haití que es la nación más pobre de América, así como sin las facilidades de equipos personales para estudiantes y de libre acceso generalizado de conexión con precios razonables, incluyendo determinadas gratuidades que se practican en otros países de Latinoamérica y el mundo.
La Historia no podrá absolver esta terquedad oficialista en Cuba porque sus consecuencias inevitablemente no sólo nos afectan en el presente, sino que se extenderán hacia el futuro como si fueran un karma que costará muchos esfuerzos y tiempo para deshacerse del retraso que ya significa. Ninguno de los criterios inmovilistas y retrógrados que se aducen para justificar estas prohibiciones poseen un fundamento válido y en la medida que se demore más su solución, las consecuencias aumentarán el daño a la sociedad cubana.
En consecuencia, respetando todos los criterios que puedan suscitarse al respecto de este complejo planteamiento del amigo Esteban Morales, quiero añadir a sus criterios que si bien la necesidad de información es fundamental para la intelectualidad, no se puede disminuir la importancia que tiene para toda la población sin excepciones de ninguna índole. La necesidad de información es de todos sin excepción, ya sean intelectuales reconocidos, estudiantes o pueblo general.
Ese cambio de mentalidad que se plantea como tan necesario, no podrá desarrollarse efectivamente con la vigencia de esas prohibiciones absurdas y con un acceso tan limitado y estratificado de la información. Mientras más se demoren las soluciones a este agudo problema que es decisivo para nuestro desarrollo social, económico, científico y humano, más nos retrasaremos en relación con los demás países del mundo. Es una responsabilidad que asumen con el presente y el futuro los que tienen poder para resolverlo.
Así es como lo veo y así lo afirmo con mis respetos para las opiniones diferentes. fsautie@yahoo.com
Publicado en Por Esto! el lunes 13 de agosto del 2012. http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=185158