Por Desiderio Navarro
Como es sabido, el periodista y bloguero Percy Alvarado Godoy publicó en Rebelión.org y en su blog personal, un artículo dedicado a examinar “(l)a centralización de los fondos para articular la guerra ideológica contra Cuba, establecida por Obama para el nuevo año fiscal”. En dicho artículo, Alvarado Godoy señaló que, a tal efecto, en la Oficina de Intereses de los Estados Unidos de América en Cuba se había creado un equipo que “se apoya en cerca de 36 diplomáticos y funcionarios norteamericanos”, los cuales
se encargan de ejecutar el financiamiento, organización, capacitación y planificación de los grupúsculos contrarrevolucionarios. Son ellos los que realizan las entregas de dinero provenientes de la USAID y otros entes del gobierno, los que abastecen con computadoras, teléfonos celulares, propaganda contrarrevolucionaria y otros medios a los cabecillas que son citados en las oficinas o son contactados en sus viviendas y otros lugares públicos, así como en la organización de las campañas subversivas anticubanas (…).
Añadió que “(l)a SINA ha estructurado diversos proyectos dentro de Cuba, valiéndose de la apoyatura de sus mercenarios, los cuales están encaminados a ganar espacios dentro de la población del país”, y “se caracterizan por ser, evidentemente, proyectos desestabilizadores estructurados por experimentados oficiales de la División de Planes de la CIA”.
Luego de presentar las actividades de una serie de ya conocidas personas y agrupaciones opositoras, Percy Alvarado concluyó su artículo con la unidad que tituló: “OTROS PROYECTOS DE LA SINA A TRAVÉS DE GRUPÚSCULOS MERCENARIOS”, en la cual afirmó que:
Otros proyectos desarrollados por la SINA con sus asalariados en Cuba, que valen ser mencionados son: (…) Omni Zona Franca (OZF), (…). Se encarga de organizar Desde hace más de una década OZF organizar (sic), cada diciembre, el festival multidisciplinario “Poesía sin Fin”. Otros proyectos son (…) “Sala Oscura: poetas en acción Puerta 1”, con Lina de Feria, Orlando L. Pardo, Grisel Echavarría, Daniel Díaz Mantilla y otros; (…) Poetas en acción Puerta 2, con Reyna María Rodríguez, Desiderio Navarro, Víctor Fowler, etcétera.
Como es sabido, días después, la Dirección de Cubarte del Ministerio de Cultura pidió disculpas por reproducir y difundir ese texto de Percy Alvarado en el que se incluía a “Lina de Feria, Reyna María Rodríguez, Desiderio Navarro, Víctor Fowler y Daniel Díaz Mantilla, como participantes en planes completamente ajenos a nuestras instituciones de la cultura cubana”.
Sólo entonces Percy Alvarado se apuró a publicar la nota “Una disculpa necesaria”, en la que afirmaba:
Por un error, enteramente mío, incluí dentro de las personas que participaban en este proyecto a un valioso grupo de intelectuales, cuya posición política e ideológica puse en entredicho.
En su respuesta al artículo “Las disculpas del agente Percy”, publicado por el periodista Fernando Ravsberg, Alvarado Godoy anunció que
respetuosamente, ni las autoridades cubanas, ni las personas involucradas en mi equívoco, han lanzado una ofensa contra mí. Sé que, condescendientemente, han aceptado mis disculpas y la humildad con que las hice.
Ya antes había circulado por Tweeter un mensaje con el que, unilateralmente, declaraba zanjado el asunto:
Nadie, absolutamente nadie, me criticó. Se esperó a que yo me percatara de mi error, Los aludidos saben de mis disculpas, Zanjado todo.
Si fuera cierto que “nadie, absolutamente nadie” —incluidas las autoridades de los medios e instituciones involucrados— lo criticó, en delicada espera de que él se percatara de su error y en franco desprecio del daño moral que entretanto la propagación creciente de la falsa acusación les seguía causando a sus víctimas, eso hablaría muy mal de la condición ética de nuestra esfera pública. Pero hemos visto que ya la dirección de Cubarte la calificó de “mentira”” y “testimonio totalmente falso””, y la Presidencia de la UNEAC, de “agravio injustificable, ante el cual toda disculpa resulta insuficiente”.
No tengo información de Víctor Fowler ni de Lina de Feria al respecto, pero sé que ni Reina María Rodríguez, ni Daniel Martínez (como él mismo dejó bien en claro en su excelente “Respuesta necesaria”), ni yo hemos aceptado sus disculpas. Una vez más se equivocan las supuestas “fuentes” de Percy Alvarado, o miente una vez más.
Reina María me ha confirmado su no participación en “Poetas en acción Puerta 2”. Y es que por lo menos dos de los tres autores mencionados por Percy Alvarado en relación con esa actividad —o sea, Reina María Rodríguez, Víctor Fowler y Desiderio Navarro— no participamos en modo alguno en ella —si es que llegó a tener lugar. Y, al menos en mi caso, ni siquiera puedo opinar sobre el contenido de esa u otra actividad del Festival porque nunca he participado siquiera como espectador en ninguna de las 13 ediciones del mismo.
Ahora bien, si Percy Alvarado no se basó en una errónea observación ocular suya ni en una deficiente filmación o foto, ¿quién puede haberle dado esa información tan falsa sobre nuestra presencia allí y sobre el carácter “mercenario” y “asalariado” de nuestra supuesta participación?
Ya el periodista Fernando Ravsberg formuló la interrogante que se impone lógicamente: “La pregunta que nos queda a todos y que el agente no aclara es de dónde salió esa información contaminada, quién le orientó a denunciar a esas personas y a otras a las que no pide disculpas. ¿Fue engañado, orientado o fue simplemente su opinión festinada?”
A lo que Percy Alvarado responde como todo un profesional:
jamás informaré a usted, ni a nadie, cuáles son mis fuentes. Ésta ha sido una divisa en mi trabajo. Un periodista como Ravsberg, quien tanto se ha vanagloriado de “cuidar”” a sus fuentes, no puede cuestionarme por ello.
Pues bien, ya que Alvarado Godoy no ha tenido la honestidad y el valor de reconocer el verdadero origen de esas informaciones y ahí ha preferido quedar como una víctima de una despistada y fantasiosa “Garganta Profunda” que él perservera en “cuidar”, me veo en la obligación de revelar la verdadera fuente de sus datos acusatorios, fuente que no tiene nada que ver con la high-tech del monitoreo sofisticado o la low-tech de las infiltraciones. Los datos que ofrece no son el resultado de ninguna investigación secreta de él o de algún analista o informante; y es que la fuente que él se niega a “quemar” no es más que una página que, colocada por la propia agrupación Omni Zona Franca en Internet, está allí al alcance de todos desde noviembre del 2011, si no antes:
http://omnifestivalpoesiasinfin.blogspot.com/2009_10_27_archive.html
Al final de esa página se presenta el programa que proyectaron originalmente los organizadores, pero que, ni durante ni después de la celebración del evento en diciembre, actualizaron en la web en correspondencia con las actividades y participaciones que realmente tuvieron lugar. No obstante, aparece allí como un programa, no como un reportaje post-factum.
Obsérvese a continuación que en el texto de Percy Alvarado tanto los 17 nombres y lugares de las actividades como los nombres de los 9 autores anunciados aparecen exactamente en el mismo orden en que aparecieron en el programa inicial del Festival Poesía Sin Fin del 2011 (sólo en el caso de Lina de Feria hay un ligero desplazamiento). He aquí el texto de Alvarado:
“Lectura espontánea en el Bar de la Esquina (Teniente Rey y Aguiar, Habana Vieja); “Sala Oscura: poetas en acción Puerta 1”, con Lina de Feria, Orlando L. Pardo, Grisel Echavarría, Daniel Díaz Mantilla y otros; “La Peregrinación del Garabato”, hasta el Rincón de San Lázaro; “Por la Salud de la Poesía; Spoken Word, con Mesa debate, Show y Video poema; la Exposición “El Cubano Común”, con Fotos-poemas de Orlando L. Pardo, Nilo J. Damián, autores de los certámenes gráficos País de Píxeles y Un cartel grande y otro chiquito; “El Día de la Sala Oscura”, en la Casa Templo del Arte Cubano; “Rotilla-Electrospoken”; la “Feria Espiritual”; Poetas en acción Puerta 2, con Reyna María Rodríguez, Desiderio Navarro, Víctor Fowler, etcétera. “Cabaret Poético OMNI”; la “Jornada cultural por la integración racial y la diversidad”; el “Día de la Sala Oscura”: “Fiesta Poética”, y, por último, “Voces en Poesía sin fin”.
Y he aquí el orden en que aparecen todos esos mismos datos en el texto de esa página de Internet:
PROGRAMACION FESTIVAL MUNDIAL 2011
(…) Lectura espontánea en el Bar de la esquina (…) Teniente Rey y Aguiar, Habana Vieja. (…) SALA OSCURA Poetas en acción: Puerta 1: (…) Orlando Luis Pardo/Grisel Hechavarría/ (…) Daniel Dias (sic) Mantilla (…) Peregrinación del Garabato hasta el Rincón de San Lázaro "Por la Salud de la Poesía" (…) Spoken Word: (…) (Mesa Debate) (…) (Show) (Videos Poema) (…) EXPO El Cubano Común (…) Foto-poemas: Orlando Luis Pardo/ Nilo Julián D (…) País de Pixeles, Expo Un cartel grande y uno chiquito EL DÍA DE LA SALA OSCURA: (…) Casa Templo OMNI del Arte (…) Lina de Feria (…) Rotilla-Electrospoken (…) Feria Espiritual (…) Poetas en Acción: Puerta 2: (…) Reyna María Rodríguez/ (…) Desiderio Navarro/ (…) Victor Fowler/ (…) Cabaret Poético OMNI: (…) Jornada Cultural por la Integración y la Diversidad: Comité Ciudadano por la Integración Racial. (…) DÍA DE LA SALA OSCURA: (…) Fiesta Poética: (…) Voces en Poesía Sin Fin: (…)
Si se examina ese programa (reproducido íntegramente como apéndice al final de este mensaje), se comprueba que Percy Alvarado no compiló ni procesó ninguna información resultante de laboriosas investigaciones “en el terreno”, sino que se limitó a copiar y “podar” el anuncio hallado a la mano: a tachar los datos de días, horas y lugares previstos para esas actividades, así como los nombres de decenas de autores y colectivos que le parecieron menos relevantes para sus fines (recortes aquí señalados con puntos suspensivos entre paréntesis), dejando el resto tal cual.
Ahora bien, eso era un anuncio anterior al evento: ¿se cumplió el programa?, ¿tuvo lugar finalmente la actividad o fue suprimida por alguna razón externa o interna? Y en el caso de cada uno de los autores por separado: ¿se había comprometido formalmente a asistir o era sólo un invitado, una presencia esperada?, ¿asistió y participó finalmente y, si no, por qué?, ¿cuál fue el contenido político de su participación? Y la pregunta más importante en definitiva: ¿recibió él o ella de la SINA, en sus manos, antes o después, dinero proveniente de la USAID para su participación?
Ésas son las preguntas que, en busca de la verdad y de sus evidencias, se haría un verdadero investigador periodístico o policíaco en el caso particular de cada actividad y cada autor. Pero para Percy Alvarado, que no va en busca de la verdad y sus evidencias, sino de personas a quienes acusar, esas preguntas y sus respuestas son innecesarias, superfluas, y, en todo caso, él da por sentado sus respuestas sin necesidad de investigación. A él le basta con dar unos golpes de tecla en su computadora, buscar en Google la página de entrada de Omnizona Franca y pasar de ésta a la del Festival Poesía sin Fin, y, con las funciones de Copiar, Pegar y Cortar del Word, realizar la poda y entresaca cuyo resultado presentará como una “revelación” inculpatoria.
Si a más personas como Percy Alvarado se les da una PC, acceso a Google y la capacidad para distribuir masivamente informaciones por blogs, boletines y otros medios electrónicos nacionales y extranjeros, los ciudadanos cubanos estarán a merced de las acusaciones que las mismas harían si por cualquier razón —el error y la mala fe incluídos— alguien escribiera en alguna página de Internet sus nombres atribuyéndoles tales o cuales actos a los que los émulos de Percy, sin evidencia alguna, pudieran atribuirles, a su vez, un contenido enemigo y una motivación mercenaria. Los que conocemos un poco de historia de la URSS sabemos a qué puede conducir a la larga la creación de una atmósfera cargada de tales acusaciones infundadas y arbitrarias de colaboración con el enemigo, de las que ni siquiera innumerables acusadores ni sus máximos jefes (Iagoda, Ezhóv, Beria, et al.) pudieron escapar con vida.
Pero, ¿creía realmente Percy Alvarado que la mera mención del nombre de un autor en esa página de Omni Zona Franca como participante en alguna de las actividades organizadas “desde hace más de una década” por esa agrupación bastaba para dar por sentado que se hallaba ante un “mercenario” “asalariado de la SINA” que él estaba en el deber de denunciar públicamente?
Es aquí donde se va a poner en evidencia el carácter consciente, premeditadamente dirigido y mal intencionado de la aparición de nuestros nombres por vez primera en el contexto de nombres ya habitualmente asociados al activismo político oposicionista en la prensa y blogosfera cubana on line. Y es que, una vez abierta dicha página web del Festival Poesía sin Fin de Omni Zona Franca, Percy Alvarado, para llegar a leer dicho programa de actividades en que aparecen nuestros nombres, tuvo que pasar primero por párrafos y párrafos dedicados a las más recientes ediciones del evento en los que no simplemente se mencionan los nombres de los Premios Nacionales de Literatura Antón Arrufat y César López, sino que se destaca con fotos y reseñas su participación en las ediciones de 2008 y 2007, respectivamente:
César López y Basilia Papastamatíu son recibidos por los organizadores del Festival Poesía sin Fin
Antón Arrufat lee de su poesía en el evento
Antón Arrufat y Caridad Atencio cortan el cake en la celebración del Décimo Aniversario del Festival Poesía sin Fin
De la participación del poeta en el Festival, esa página de OmniZona Franca reporta:
Antón Arrufat es un hombre muy antiguo en la Poesía (esto le despertó mucha risa) y su presencia como poeta, a su edad, nos estimula y nos dice que se puede vivir en la Poesía. (…)
Ellos [él y Caridad Atencio] nos hicieron el honor de cortar el pastel (bombochíe por el medio) y compartir la fiesta.
Antón leyó su poesía de una forma contundente, con una voz y una proyección muy atractivas que propiciaron una conexión incondicional con cada verso. Después de ver la proyección documental de Poesía Sin Fin, dijo que por aquí habían pasado todos menos él. Se pensó olvidado.
Pero es que, además de los nombres ya mencionados, en un espacio destacado de esa misma página Percy pudo leer, sin necesidad de ninguna exhaustiva investigación, ya lista, la extensa relación de los “INVITADOS DE POESÍA SIN FIN 199-2011 (sic)”, en la que figuran, entre otros, los nombres de los destacados poetas Waldo Leyva, Guillermo Rodríguez Rivera, Luis Marré, Jesús David Curbelo, Liudmila Quincoses, Nelson Simón, Domingo Alfonso, Felix Contreras, Frank Padrón, Juana García Abás, Soleida Ríos y Ana Lidia Vega, de los populares cantautores William Vivanco y Emiliano Sardiñas, y de bien conocidos colectivos como la Escuela Nacional de Circo y Gigantería, todos ellos, al igual que Antón y César, Basilia y Caridad, tan totalmente ajenos como nosotros a cualquier vínculo mercenario con la SINA.
Sin embargo, Percy Alvarado ignoró la presencia gráficamente destacada de todas esas decenas de nombres muy conocidos y de otros menos conocidos de la cultura cubana para escoger como objeto de su denuncia, por el contrario, sólo cinco nombres perdidos en medio de la extensísima enumeración de títulos, lugares, horarios y nombres del programa.
¿Por qué calló Percy Alvarado y no cumplió su deber de denunciar como “mercenarios” y “asalariados de la SINA” también a los primeros?
No faltarán quienes digan que su deliberada omisión se debe a la cobardía de no buscarse un escándalo nacional e internacional que terminaría muy mal para él por lanzar sin fundamentos ni evidencias una acusación tan grave a dos Premios Nacionales de Literatura, varios miembros del Partido de larga militancia, un diplomático del Ministerio de Relaciones Exteriores, un director de un Centro Cultural del Ministerio de Cultura, una Escuela Nacional de ese mismo Ministerio, y así sucesivamente.
Pero eso no explicaría por qué, entre los menos importantes que Antón y César y a la vez desprovistos de cargos oficiales y militancias, fuimos escogidos precisamente nosotros y sólo nosotros. De ahí que me incline por ver su motivación oculta en la “coincidencia” de que dos de ellos —Reina María y yo— seamos personas que conducimos atípicos centros culturales autónomos —La Torre de Letras y el Centro Teórico-Cultural Criterios, respectivamente— cuya “heterodoxa” actividad cultural divulgadora de lo mejor del pensamiento y la poesía internacionales, es —como ya desde los inicios de La Azotea y de la Sección Criterios de La Gaceta de Cuba— particularmente odiosa para las personas y redes de ellas que siguen tratando de imponer en Cuba su concepción stalinista de la política y la vida culturales con medios y a veces cargos de instituciones estatales y sociales nacionales. También Víctor Fowler ha sido con su obra ensayística y su actividad cultural uno de esos creadores “heterodoxos” que nuestros “duros” califican despectiva y condenatoriamente de “electrones libres”, y no es casual que sea él el autor cubano que más conferencias ha impartido en el Centro Teórico-Cultural Criterios (como también lo ha hecho en la Torre de Letras), ni que a él se deba uno de los textos más extensos publicados en celebración de Criterios.
En lo que a mí respecta, esta difamación se inscribe en la ya larga serie de vandalismos, obstáculos “burocráticos”, restricciones económicas e invisibilizaciones mediáticas que ha sufrido Criterios, sobre todo en los últimos años, desde mi carta pública de enero del 2007 y el inmediato Ciclo de Criterios sobre el Quinquenio Gris, y con especial intensidad en los últimos meses —como ya me he visto obligado a denunciar varias veces por esta misma vía. Obviamente, esa acusación se hizo contando con que, incluso si al final era necesario disculparse, entraría en acción ese principio de psicología social que alguien formuló así: “¡Calumnia, que algo queda!”, con el consiguiente alejamiento de los más crédulos, juvenilmente inexpertos o simplemente precavidos entre el cada vez más numeroso público de las ediciones y actividades de Criterios.
Si no fuera ésa la intención político-policíaca de Percy Alvarado, ¿entonces por qué, todavía hoy, a más de dos semanas de su disculpa, mantiene en su blog, ni más ni menos que bajo el epígrafe general “Descubriendo verdades. Archivos desclasificados, verdades ocultadas por los medios, las agresiones terroristas”, las páginas http://percy-francisco.blogspot.com/2012/06/obama-centraliza-su-guerra-mediatica.html y http://percy-francisco.blogspot.com/2012/06/obama-centraliza-su-guerra-mediatica_28.html, que reproducen su artículo difamatorio (hace mucho retirado por Rebelión de sus páginas) sin borrar de él nuestros nombres ni insertarle una nota de disculpa?
Con tanto mayor razón no acepto sus excusas, cuya hipocresía era evidente ya desde el primer momento en el siguiente pasaje:
A quienes pretendan sacar provecho de esta lamentable equivocación, iniciando una avalancha de twitters ofensivos contra mi persona, desde la twistósfera contrarrevolucionaria, como ya lo están haciendo, espero que sepan ver que estas disculpas no afectan ni la intención, ni la denuncia, contenida en dicho artículo.
¿Qué clase de disculpas por una falsa denuncia son aquellas que terminan diciendo que ellas “no afectan ni la intención, ni la denuncia, contenida en dicho artículo”, dejando todo como en el principio?
¿Qué clase de disculpas por la peor acusación política en Cuba son aquellas que la llaman un “lapsus”, un “gazapo”, un “equívoco”, un “desliz”, del que, por ende, cualquier ciudadano de este país podría ser su próxima víctima? ¿Qué clase de “lapsus” o “gazapo” puede ser uno que termina con la amenaza “Advierto que sabemos más, mucho más”, pasando de la primera persona de singular a la primera persona de un plural que en ese contexto sólo puede ser leído como "los de un cuerpo investigativo sabemos", para, después, cuando Cubarte ha señalado la mentira y se ha disculpado por reproducirla, dar marcha atrás diciendo que se trataba de un “error, enteramente mío”; que,
aunque equivocada, fue mi propia apreciación la que provocó dicho desliz. Nadie me orientó escribir tal cosa, ni seguí instrucciones de algún órgano cubano.
Aseverar falsamente que alguien participó físicamente en un determinado evento y que por ello recibió dinero físicamente existente como asalariado de la SINA, no es un error de “apreciación”, ni un “impensado error”, porque es una afirmación factual, empírica, nada subjetiva, sobre la ocurrencia de hechos muy concretos, respecto a la cual es imposible pronunciarse “sin pensar”.
¿Qué pasaría si alguien en Cuba cometiera el “lapsus”, “gazapo”, “equívoco”, “desliz” o “impensado error” de acusar en la esfera pública a Alvarado Godoy de doble agente al servicio del enemigo y días después se disculpara, pero “sin afectar la intención y el contenido de su denuncia” y manteniendo en Internet, ante el mundo, su difamatoria acusación?
No quisiera terminar sin agradecer a todos aquellos que, públicamente o no, han repudiado la falsa acusación. Con la mejor intención, algunos de ellos han subrayado, como muro de contención y antídoto contra la mentira, que, en el caso de Lina, Reina María, Fowler, Daniel y el mío propio, se trata de autores “de mucho prestigio”, “de reconocida valía”. E incluso una de las personas que intervino, luego de exponer buena parte de nuestros currícula, planteó lo siguiente:
Entonces surge la inquietud más importante: ¿es posible referirse a nuestros intelectuales con una vara de medir que ignora sus méritos concretos en la producción artística, literaria o científica y pone en primer plano la suspicacia?
Yo podría aducir, por ejemplo, que, en contraste con lo que haría un “mercenario de la SINA”, he sido precisamente la persona que más autores y textos de lo mejor del pensamiento estadounidense marxista y de izquierda ha traducido y divulgado en Cuba: Fredric Jameson, Hal Foster, bell hooks, Cornel West, George Yudice, Jochen Schulte-Sasse, Andreas Huyssen, Edward Said, Nancy Fraser, Susan Buck-Morss y Mohammed A. Bamyeh, entre otros; autores que probablemente la SINA no considere los más indicados para Cuba. Sin embargo, no he sacado eso a relucir; y no porque una persona con la capacidad manipulatoria de Alvarado y su irrespeto a la verdad hubiera podido replicar que esa labor divulgativa no era más que una engañosa fachada para una actividad “mercenaria” de signo contrario, sino porque creo que, en un caso de difamación, la única vara de medir —y de hacer justicia— ha de ser la verdad de los hechos, independientemente de si la persona difamada tiene o no méritos culturales y políticos, reconocimiento y prestigio, y, desde luego, también independientemente de si la persona difamante tiene o no méritos políticos o de otra índole.
Ya a los 18 años de edad, siendo asesor literario del Conjunto Dramático de Camagüey, como un principiante sin los méritos que hoy se me atribuyen, supe lo que era una monstruosa acusación totalmente falsa con fines exclusivamente político-culturales: sacar del Conjunto Dramático y de la vida cultural a un divulgador local del pensamiento teatral internacional de vanguardia de entonces (Artaud, Grotowski, el Living, el happening, el teatro pánico, etc.), promotor —como crítico y organizador de actividades— de la vanguardia nacional y extranjera en la plástica, la poesía y el cine, impugnador del realismo socialista soviético y sus apologistas provinciales, y, a la vez, un extravagante vestido de negro, con pantalones estrechos, y amigo de otros jóvenes creadores extravagantes, heterodoxos y Beatlesómanos como Carlos Victoria o el Beny. En esa ocasión, un tribunal provincial al que apelé, decidió, sin tener en cuenta los respectivos currícula culturales y políticos, pero sí el testimonio pericial del DTI, que los dirigentes de la Delegación Provincial de Cultura tuvieran que firmar un documento legal en el que se reconocía la total falsedad de la denuncia por la que me habían expulsado del Conjunto.
Ya cometí recientemente el error de no haber llevado a los tribunales la denuncia del allanamiento y la destrucción vandálica de equipos electrónicos y eléctricos en el Centro Criterios. Cada nueva falta de la debida respuesta pública a estos personajes los anima a acciones más agresivamente violatorias de la Ley socialista. Hay que poner fin de una vez por todas a la difamacion política como instrumento de la política cultural neoestalinista que determinadas nostálgicas personas y cofradías aisladas siguen tratando de imponer en Cuba, utilizando medios y cargos de instituciones estatales y sociales nacionales. Una vez más las convoco públicamente a un debate ideológico, porque de ideas se trata: a argumentar en los medios de comunicación culturales disponibles por qué nuestros investigadores, críticos, curadores, profesores y estudiantes universitarios y creadores de la literatura y las distintas artes, así como los cuadros culturales y los historiadores, antropólogos, sociólogos, politólogos y demás estudiosos de las distintas ciencias sociales, no deben leer los textos del pensamiento teórico mundial actual traducidos, publicados o accesibilizados electrónicamente por Criterios, ni escuchar las conferencias que destacadas personalidades internacionales y nacionales ofrecen en el Centro Teórico-Cultural Criterios; y, en fin, por qué, según ellos, no se debería permitir la existencia de Criterios, sus publicaciones y actividades.
Tienen la palabra.
Entretanto, Criterios seguirá siendo, frente al mismo odio al pensamiento y a los intelectuales que caracterizó a los Leopoldos Ávilas de los 70, una ventana abierta al mundo.
27 de julio del 2012