¡Creemos espacios de resistencia!

Por José Luis Estrada Betancourt

Consejo Nacional Ampliado de la Asociación Hermanos Saíz. Foto de Juventud Rebelde

Consejo Nacional Ampliado de la Asociación Hermanos Saíz. Foto de Juventud Rebelde

Los errores que hemos cometido en términos de promoción y programación cultural nos han llevado a caer en la trampa de que ahora el público presiona a las instalaciones para que satisfaga esas demandas que estas mismas han ido fomentando. Mas no olvidemos que el gusto no es inamovible. Se puede formar.

Con las palabras anteriores llamaba a la reflexión en la mañana de este miércoles Abel Prieto Jiménez, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro, al intercambiar con los delegados que discutían sobre la creación audiovisual y la promoción del arte joven, tema de una de las cuatro comisiones que sesionaron en la Escuela Nacional de Cuadros de la UJC, como parte del Consejo Nacional Ampliado de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).

La motivación para esta reflexión partió del ejemplo que expusiera el DJ productor de música electrónica Reinier Torres, a partir de sus vivencias en el pasado festival Verano en Jibacoa, donde acudieron más de 20 000 personas, muchas de las cuales han estado sometidas con insistencia a patrones y modelos seudoculturales. «Sin embargo, lo que sucedió allí demostró que la gente acepta otro tipo de propuesta, la asume y disfruta con ella, cuando prima lo novedoso y la calidad», enfatizaba el asociado capitalino, y luego agregaba:

«Por ello hay que unir todas las fuerzas para trabajar en función de la formación, de elevar el nivel de apreciación artística y estética, no solo del público, sino también de los decisores que a veces no tienen en cuenta las jerarquías a la hora de establecer a quién programar para un espacio determinado». Continue reading

Talibanes y Coca Colas: la insoportable impunidad del poder

 

Por Armando Chaguaceda

Coca Cola

Coca Cola entrando libre por el Puerto de La Habana. Foto: Isbel Díaz Torres

Hace algunos años, en pleno apogeo de la campaña política conocida como Batalla de Ideas, la Habana se paralizaba con inusitada frecuencia, al movilizarse cientos de miles de personas -con todos los recursos del estado- hacia las conocidas Marchas del Pueblo Combatiente y Tribunas Abiertas.

Después de la lucha por el regreso del niño Elián Gonzales, cuya justeza concitó apoyo de amplios sectores de la población y en la opinión pública mundial, se fue generando una dinámica rutinaria, donde cada semana se convocaban nuevas marchas por causas que estaban lejos de las reales motivaciones de la gente y de las posibilidades de sustentación de una maltrecha economía.

Semejantes acciones se decidían en una suerte de Puesto de Mando, dirigido por Fidel e integrado por los llamados Talibanes, dirigentes de la Juventud Comunista cuya capacidad para asentir, simular y corromperse resultaron inversamente proporcionales a su calidad humana, compromiso político y honestidad administrativa.

Recuerdo una tarde en la Universidad de la Habana cuando, ante mi critica a la insostenibilidad de semejante ajetreo, un dirigente de aquella camada me espetó “no es esa la lógica, profesor.”

Y seguramente aquel personaje tenía razón, sobre todo porque no había estado junto a la anciana que lloraba, en la parada de autobús del barrio de Alamar, porque la marcha de ese día había secuestrado todo el transporte público. Y- nos decía- al no tener dinero para un taxi privado perdería el turno médico que había demorado meses en conseguir. Continue reading

El trampolín

Por Elaine Díaz (La Polémica Digital)

¿Cuántos jóvenes militan en la UJC? Una pregunta noble, con respuesta del tipo “cifras millonarias”, de esas que suman ceros, de las que amaba la prensa cubana hasta que llegó Raúl en cierto discurso y mandó a parar (las cifras millonarias, no a la prensa). Calificó de monótono, repetitivo y poco creíble el contenido de los órganos oficiales del Partido Comunista de Cuba, así como de sus instancias provinciales.

Volví a preguntarme cuántos jóvenes militaban en la UJC, porque los canguros de Australia no tienen por qué entender qué es la UJC y sería interesante ilustrárselos con cifras. Tecleé en vano la dirección http://www.ujc.cu. Al parecer el presupuesto mensual recogido por la organización en concepto de cotización no alcanza para crear una página donde dialogar franca y horizontalmente con sus miembros y no miembros.

Googleé la pregunta. Estaba a punto de insertarla en Quora, en un perfecto spanglish (Guat is de nomber of members of de UJC) cuando reparé en cierta página de Wikipedia. “La UJC es la organización juvenil del Partido Comunista de Cuba”, confirma Wikipedia. Añadía algunos datos utilísimos de su historia y a continuación el listado de sus primeros secretarios.

1962. Joel Iglesias. Según Wikipedia, “no ha tenido cargos políticos desde su cese”. Irrelevante.

1966. Jaime Crombet Hernández – Baquero. “Sin problemas”, según el Detector de Problemas Ideológicos de Saavedra.

1972. (“Año del comienzo de la catástrofe en serie”). Luis Orlando Domínguez Muñiz. Condenado a 20 años de cárcel por corrupción y conspiración en 1987.

1982. Carlos Lage Dávila. Destituido en 2009 por… (ya todos sabemos por qué).

1986. Roberto Robaina González. Destituido por corrupción y conspiración.

1994. Victoria Velázquez. Destituida en 1997 por corrupción.

1997. Otto Rivero Torres. Destituido por corrupción.

Captura de pantalla de Wikipedia

Corrupción es la palabra más repetida en todo el listado de primeros secretarios. La Unión de Jóvenes Comunistas convertida en la Unión de Jóvenes Consumistas por obra y gracia de cinco individuos. Cincuenta por ciento de manzanas podridas en la dirección de la vanguardia juvenil de la Revolución cubana, hasta la fecha… La misma organización que hoy nos llama a suspender las Brigadas Universitarias y Estudiantiles de Trabajo Social y las Fuerzas de Acción Pioneril porque “en las condiciones actuales no resulta viable, ni sería sensato y útil mantener tal como fueron concebidas las movilizaciones de un millón de estudiantes en toda la isla”.

Foto: DESMOND BOYLAN/REUTERS

Recuerdo cordialmente mis primeras BUTs. Coincidieron con mis últimas BUTs. Volaba el año 2003 y en una semana pasaría un ciclón por Cuba. Nos enviaron al rastro de Guanabo, donde hacía años no vendían pintura, ni cemento, ni material de la construcción alguno. En aquel monumento a la disponibilidad futura, yacían cinco obreros que nos recibieron cariñosamente. “Aquí hay poco que hacer”, se cuidaron bien de pronunciar la palabra “nada” en un sublime acto de orgullo laboral. En una semana cruzaría por Cuba un ciclón que dejaría familias enteras sin hogar; pero, seguramente, en las planillas de la por entonces burocrática UJC no estaba previsto este suceso, por tanto, no se podía cambiar la actividad laboral de los jóvenes. Pasamos una semana practicando el difícil arte de jugar a las cartas y no morir del aburrimiento. Liga de las cartas de 4 horas por día y 3 horas los fines de semana. Consolidamos incluso nuestra amistad, lema a hurtadillas de las poco productivas Buts. Una semana después un ciclón destrozó Brisas del Mar. Quizás para burlarse de nosotros, jugadores de cartas profesionales en tiempos de brigadas estudiantiles de trabajos. No fui más a las Buts. Tampoco jugué de nuevo Continental. Olvidé esta famosa movilización hasta que escuché de su suspensión formal por parte del Buró Nacional de la UJC. Me pregunté qué hacía el Buró Nacional mientras yo jugaba Continental una semana antes de que un ciclón hiciera trizas la comunidad donde vivía. No encontré respuesta. Busco hoy en Wikipedia cuántos miembros tiene la UJC. Y acabo de encontrar la respuesta a mi cuestionamiento de 2003, por azar, en la descripción adjunta a la corta lista de Secretarios Generales. “Escalando, para luego saltar al vacío”, confirmé.

Publicado en Crónicas, julio 26, 2011 a 11:24 am: El trampolín