¡Creemos espacios de resistencia!

Por José Luis Estrada Betancourt

Consejo Nacional Ampliado de la Asociación Hermanos Saíz. Foto de Juventud Rebelde

Consejo Nacional Ampliado de la Asociación Hermanos Saíz. Foto de Juventud Rebelde

Los errores que hemos cometido en términos de promoción y programación cultural nos han llevado a caer en la trampa de que ahora el público presiona a las instalaciones para que satisfaga esas demandas que estas mismas han ido fomentando. Mas no olvidemos que el gusto no es inamovible. Se puede formar.

Con las palabras anteriores llamaba a la reflexión en la mañana de este miércoles Abel Prieto Jiménez, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro, al intercambiar con los delegados que discutían sobre la creación audiovisual y la promoción del arte joven, tema de una de las cuatro comisiones que sesionaron en la Escuela Nacional de Cuadros de la UJC, como parte del Consejo Nacional Ampliado de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).

La motivación para esta reflexión partió del ejemplo que expusiera el DJ productor de música electrónica Reinier Torres, a partir de sus vivencias en el pasado festival Verano en Jibacoa, donde acudieron más de 20 000 personas, muchas de las cuales han estado sometidas con insistencia a patrones y modelos seudoculturales. «Sin embargo, lo que sucedió allí demostró que la gente acepta otro tipo de propuesta, la asume y disfruta con ella, cuando prima lo novedoso y la calidad», enfatizaba el asociado capitalino, y luego agregaba:

«Por ello hay que unir todas las fuerzas para trabajar en función de la formación, de elevar el nivel de apreciación artística y estética, no solo del público, sino también de los decisores que a veces no tienen en cuenta las jerarquías a la hora de establecer a quién programar para un espacio determinado». Continue reading

¿Sigue vivo el 15-M?

Por Paula Vilella (Madrid)

Menos masivo y mediático, ¿sigue vivo el 15-M? ¿Cuáles han sido sus aportes?

Decenas de miles de personas salieron este sábado a las calles de distintas ciudades españolas para protestar contra las medidas de austeridad económica adoptadas por el gobierno y con el aniversario del 15-M como marco de las marchas. Las manifestaciones más importantes ocurrieron en Barcelona y en la capital, Madrid, donde una multitud se congregó en la céntrica Puerta del Sol. Desde el origen del movimiento conocido como de los "indignados" o 15-M, que ahora cumple un año, la situación económica ha empeorado en España y el desempleo ha alcanzado nuevos máximos. El gobierno del conservador Partido Popular ha dicho que no se apartará de su programa de austeridad. "El 15-M es un punto de inflexión con el cual hay que contar para hacer el cambio, pero no es el cambio", indica a BBC Mundo el sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid, Marcos Roitman. La periodista Patricia Hornillos cree que, aunque los medios tradicionales no informen de ello, el 15-M sigue en las calles y "hay que salir ahí para comprenderlo". Para ella, se trata de "un cambio de actitud" cuyo mayor logro ha sido "romper la falta de comunicación entre personas cercanas, la apatía y el individualismo mal entendido, y articular distintas luchas de manera solidaria".

“Hasta que el New York Times no publicó la foto de las concentraciones masivas, los grandes medios españoles no le dieron relevancia”

La microciudad que sembró la semilla

"No somos mercancía en mano de políticos y banqueros". Bajo este lema, unas 130.000 personas se manifestaron en toda España para protestar contra un sistema que consideraban que les daba la espalda en pleno contexto de crisis económica. Era un soleado 15 de mayo, y de ahí tomaría el movimiento su nombre. Las apenas treinta personas que decidieron espontáneamente acampar en la céntrica plaza madrileña del Sol al finalizar la manifestación se convirtieron en cientos después de que la policía desalojara a las primeras y así, en el corazón de la capital, surgió una microciudad autogestionada y asamblearia que pronto se extendería a otros lugares del país y del mundo. "Hasta que el New York Times no publicó en portada la foto de las concentraciones masivas, los grandes medios de comunicación españoles no dieron relevancia al movimiento", considera Hornillo, quien ha cubierto el 15-M desde sus inicios.

Andrea Raboso, de 24 años y miembro de la organización Juventud Sin Futuro, recuerda aquellos días con emoción: "El 15-M mostró que la política no es votar cada cuatro años, sino que la sacó a la calle, al debate entre la gente. Solo a diario y organizándote se pueden cambiar las cosas".

De la indignación a la acción

Después de que las tiendas de campaña se plegaran y abandonaran las plazas españoles, el 15- M se descentralizó a las asambleas de barrios, ciudades, universidades y centros de trabajo. La victoria de los partidos conservadores en todas las elecciones posteriores no ahogó la esperanza del movimiento. Desde entonces, la paralización de desahucios, los movimientos vecinales contra los controles de identidad policiales a personas extranjeras, las acciones contra la privatización del agua y los recortes en el Estado de Bienestar en sanidad, educación y asuntos sociales, se han nutrido de la mayor movilización en España.

Aunque la mayor parte de las peticiones generadas en torno al 15-M no se han plasmado en las políticas públicas llevadas a cabo por el gobierno, Roitman recalca que el movimiento "ha puesto sobre la mesa debates que no se querían discutir y ha intervenido en la agenda porque ha obligado a referirse a ello". De las dieciséis propuestas que realizó el movimiento en mayo del año pasado, se ha conseguido la dación en pago para las hipotecas, impulsar un borrador de la ley de acceso a la información pública, la nacionalización de algunas cajas de ahorros así como la reforma de las condiciones de trabajo de la clase política. Sin embargo, muchas de ellas han sido desoídas por la clase política. Es el caso del refuerzo de la educación y la sanidad públicas, la reforma fiscal, el cambio de la ley electoral, la desvinculación entre Iglesia y Estado, la abolición de algunas leyes que consideraban discriminatorias como la de extranjería, la condena de la corrupción a través de las leyes, la recuperación de empresas públicas privatizadas y el cierre de centrales nucleares y la promoción de energías renovables, entre otras.

La clase política se ha mostrado en general bastante cauta a la hora de valorar el movimiento. No ha sido el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que consideraba en su cuenta de twitter que tras el concepto de democracia directa "se puede esconder un golpe de Estado". "Bajo la apariencia de inocentes movilizaciones que se pretenden formas de democracia directa se esconde la deslegitimación de nuestro sistema representativo", señaló en otra ocasión. En esta línea, para el actual ministro de Cultura, José Ignacio Wert, el éxito del 15-M, al que calificó de radical y reaccionario, ha sido "notablemente exagerado". En su libro "Los españoles ante el cambio", publicado antes de ocupar su cargo actual, apunta que el movimiento es "una mezcla de socialismo utópico, radicalismo político y supino desconocimiento de que en la vida social las ambiciones y los recursos tienen que ir de la mano".

Recortes y protestas

Con más de cinco millones de personas desempleadas y más de la mitad de los jóvenes sin trabajo, la capacidad adquisitiva de los españoles desciende por momentos y las redes familiares se han vuelto imprescindibles para sobrellevar la crisis. Actualmente, 1,7 millones de hogares tienen a todos sus miembros en paro. Los viernes en España ya no marcan sólo el inicio del fin de semana sino de nuevas limitaciones en el presupuesto estatal. El presidente, Mariano Rajoy, anunció que hasta el final de la legislatura se producirían todo tipo de recortes para paliar el déficit público del país, tarea encargada desde la Unión Europea, lo que le ha valido la denuncia ante Naciones Unidas de diversas ONG españolas que alertan del recorte de derechos sociales que se están produciendo en el país. Esta situación ha llevado a que prácticamente todas las semanas se organicen concentraciones y manifestaciones, en protesta por unas u otras medidas.

"Sin el 15-M no se puede entender la manera en la que se han organizado todas las protestas y las reclamaciones actuales. Además, la gente ha perdido el miedo a salir a la calle a manifestarse", dice Andrea Raboso.

En opinión de Raboso, los anuncios de reforma del código penal, que calificaría la resistencia pasiva y pacífica como atentado contra la autoridad, "son un instrumento para desmovilizar a la población y acabar con todo movimiento de contestación". Distintos participantes del movimiento, que se ha destacado por su carácter pacífico, han considerado que la medida obedece a "una estrategia del miedo" mientras que el Sindicato Unificado de Policía se ha manifestado abiertamente en contra de equiparar ambas.

Según un censo provisional elaborado por la Comisión Legal del 15-M, hasta enero de 2012 hubo 75 personas detenidas en movilizaciones, cuatro en desahucios, 33 sanciones administrativas, 114 identificadas en ocupaciones de viviendas vinculadas al movimiento y cinco casos de juicios de faltas. Sin embargo, advierten de que estas cifras pueden representar sólo un 10% del total. Este sábado, día de la manifestación principal, un millar de agentes policiales se desplegaron en los aledaños de la plaza de Sol para evitar que se repitan las acampadas. Sólo en la boda del Príncipe Felipe y Letizia Ortiz se ha dado una concentración de policías de esta magnitud.

Tomado de BBC Mundo: ¿Sigue vivo el 15-M?

Las revoluciones contra las vanguardias

Por Raúl Zibechi

Las potentes movilizaciones que atraviesan el mundo están desbordando tanto democracias como dictaduras, regímenes nacidos de elecciones y de golpes de Estado, gobiernos del primer y del tercer mundo.

No sólo eso. Desbordan los muros de contención de los partidos socialdemócratas y de izquierda, en sus más diversas variantes. Desbordan también los saberes acumulados por las prácticas emancipatorias en más de un siglo, por lo menos desde la Comuna de París.

Naturalmente, esto produce desconcierto y desconfianza entre las viejas guardias revolucionarias, que reclaman organización más sólida, un programa con objetivos alcanzables y caminos para conseguirlos. En suma, una estrategia y una táctica que pavimenten la unidad de movimientos que estarían condenados al fracaso si persisten en su dispersión e improvisación actuales. Lo dicen a menudo personas que participan en los movimientos y quienes se felicitan de su existencia, pero que no aceptan que puedan marchar por sí mismos sin mediar intervenciones que establezcan cierta orientación y dirección.

Los movimientos en curso cuestionan de raíz la idea de vanguardia, de que es necesaria una organización de especialistas en pensar, planificar y dirigir al movimiento. Esta idea nació, como nos enseña Georges Haupt en La Comuna como símbolo y como ejemplo (Siglo XXI, 1986), con el fracaso de la Comuna. Continue reading

¡Abajo la política! ¡Viva la política!

Por Ailynn Torres

I. El 15-M en España – y ya en otras ciudades de Europa y América Latina– desmantela aquel discurso sobre la apatía y el apoliticismo de los jóvenes que se ha utilizado para reproducir la dominación.

La escasa participación política de los jóvenes se ha reseñado como síntoma de sociedades en crisis que avanzan hacia el desentendimiento de la vida política. Los jóvenes, considerados siempre como futuro y no como presente, no asegurarían, en consecuencia, el buen ejercicio de la política.

En las investigaciones sociológicas sobre juventudes, la integración y participación sociopolítica de los jóvenes es tomada como indicador de los niveles de integración social. Sin embargo, en la mayoría de los modelos de institucionalidad existente es habitual su exclusión en la toma de decisiones. La apatía, pasividad, retraimiento político y escepticismo es entonces, en buena parte, la justificación montada para legitimar la exclusión e impedir que se conviertan en actores políticos estratégicos. Es la misma maniobra mil veces usada contra los indígenas de América Latina, los negros de África o los pobres de todo el mundo, presentados como perezosos e incapaces para legitimar los reales condicionamientos económicos, sociales y culturales –todos siempre también políticos– que constituyen la base de la exclusión y el empobrecimiento. Continue reading