Una pregunta y una respuesta

Por Alejandro Cruz

@EspacioLaical ¿espacio para todos?

¿Qué es Espacio Laical?

Es un proyecto de comunicación social, que forma parte del Centro Cultural Padre Félix Varela, de la Arquidiócesis de La Habana.

Objetivos:

Espacio Laical está alentada por el interés de ofrecer una lectura cristiana de nuestra sociedad, en diálogo con otras visiones. Pretendemos realizar este propósito, respuesta a la exigencia evangelizadora de toda la Iglesia, mediante una metodología de encuentro, escucha y comprensión; queremos crear un espacio para todos. Un espacio para los diferentes ámbitos de la actividad social, política, económica, cultural…, con el propósito de insertarnos y contribuir de manera humilde a la obra creadora de una sociedad cada vez más próspera y fraterna –de ahí su carácter eminentemente laical”. Queremos ver en esta sencilla unión de lo diverso, un símbolo de la posibilidad de armonizar lo aparentemente contradictorio, si en ello se pone inteligencia, tesón y voluntad, con la intención de edificar la Casa Cuba –esa bella metáfora de monseñor Carlos Manuel de Céspedes, vicario en la Arquidiócesis de La Habana e importante intelectual.

Nota:

1. Alguien me puede explicar por que la cuenta de @EspacioLaical solo sigue a @Todo_sobre_Cuba y a @yoanisanchez acaso no dicen que quieren “crear un espacio para todos. Un espacio para los diferentes ámbitos de la actividad social, política, económica, cultural…, con el propósito de insertarnos y contribuir de manera humilde a la obra creadora de una sociedad cada vez más próspera y fraterna –de ahí su carácter eminentemente laical” Continue reading

Café Teatro IRREVERENTE: entrada LIBRE lunes 25 de marzo, 6pm

4º Café Teatro irreverente: lunes 25 de marzo, 6pm. – entrada libre.

Intentamos un espacio divertido, refrescante y activista donde comprometernos con la crítica, el respeto y la convivencia en diversidad.

Convocatoria PERMANENTE de propuestas escénicas, plásticas, musicales, experimentales, etc. para colaborar con el espacio.

Pepito’s Bar- Barbarán – Avda. 26 y Zoológico – Nuevo Vedado. La entrada es libre.

(Es un café teatro donde no hay café… qué se le va a hacer, pero se puede llevar de casa un termito, merienda, maní… y hay quien lleva hasta el croché… )

Se agradece difusión…

irreverencia producciones (53-7) 8355027 eva@cubarte.cult.cu

Si no hubiera que sacarle presión a la caldera

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Todo el mundo anda de lo más contento con la largamente esperada Reforma Migratoria. La implementación, a partir del próximo mes de enero, despejará algunas de las incógnitas que todavía quedan y que dan pie a amargas desconfianzas, no carentes de algún sentido.

En cuanto a las divisiones que introduce la famosa ley, este servidor espera caer en el grupo de los que necesitan autorización, por el tema de la protección del recurso humano profesional que trabaja en salud. Parece coherente, desde mi punto de vista, pedir un número de años de trabajo en pago por la formación académica. El hecho de que debamos empezar desde cero, incluso los que ya hemos trabajado un poquito, tal vez sirva de enseñanza a los más jóvenes para que pidan su autorizo, justo desde el primer día en que se gradúen, aunque no tengan planes inmediatos. Lo que me gustaría pedir, de todas formas, es algo probablemente imposible: sinceridad. Yo recibí los recursos para mi formación académica, muy bien, pero no se diga más que fue gratis, sino a retribuir, con esos años de trabajo, a la sociedad por la inversión realizada. No al Estado, que lo único que hace es mal-redistribuir el producto del trabajo del pueblo. Si fuera creyente, diría que esto es una señal divina para que me dedique a hacer mi doctorado en lo que va pasando el tiempo.

Tampoco me parece descabellado un tratamiento diferenciado a los que tienen asuntos legales pendientes, pero estos asuntos deberían ventilarse en los tribunales adecuados y no a través de medidas extrajudiciales que cercenen derechos de las personas.

Ahora, hay un par de mosquitos que me zumban en la cabeza alrededor de esta ley, tan inquietantes como los que trasmiten el dengue. ¡Qué trabajo les ha dado a las autoridades, y cuánta demora en aceptar la necesidad de cambios y de respeto a las personas de este pueblo! Cuando entre en vigor la ley, y descubramos que el cielo no se cae sobre nuestras cabezas, que las líneas aéreas no colapsan y ni siquiera se abarrotan, nos preguntaremos, ¿qué daño hacía aprobarla dos años antes, tres, cinco, diez? ¿Cuánto daño innecesario, cuánto dolor y sufrimiento a la familia cubana, por el que nadie responderá?

La forma de proclamación de la ley descubre también el estado inerme en que permanece sumida la mayoría de la población cubana. Si alguna de las últimas modificaciones en la manera de administrar los asuntos públicos cubanos ameritaba arribar a consensos a través de la discusión popular, era esta. No sería un proceder tan extraordinario pues, al menos en teoría, algunas de las leyes que se crean son objeto de un ejercicio de participación popular. Pero solo aquellas que el gobierno estima pertinentes. Ni siquiera en la Asamblea Nacional del Poder Popular, esa reunión patética de asentidores, fue la reforma migratoria analizada o presentada para la ceremonia formal de aprobación. Esto no quiere decir que todo sea mérito o responsabilidad del gobierno: muchos activistas, blogueros, escritores, trabajadores de todos los sectores, militantes y demás interesados, mucho han pataleado, expuesto, criticado y combatido, en la medida de las posibilidades de cada uno, contra lo inicuo de la vieja situación. Esta actualización es también un triunfo para todas esas personas. Como mismo hubo también quienes se opusieron y vociferaron en contra del principio de libertad que la ley ahora reconoce, hasta día anterior al cambio de orientación de los niveles superiores.

Ahora, nos agobia otra inquietud. ¿Cuánta presión habrán estimado, aquellos que acá cortan el bacalao, que hay acumulada en la caldera que se hace necesario aliviar del único modo que les quedaba? Yo me sospecho que dentro de poco, van a arreciar todas aquellas reformas relacionadas con la liquidación de lo que queda de subsidios a los consumidores, los reajustes masivos de plantillas y demás. Y por eso habrían dado este airecito de esperanza a las personas primero, para ganar tiempo y cuotas de tolerancia de la población ante las próximas zozobras. Preparémonos para lo que viene ahora.

También es significativa la fecha de mañana, domingo 21 de octubre, en la que se celebrarán las elecciones cubanas. Este ejercicio es, en Cuba, una especie de referendo de aceptación del gobierno. Nada habría que la predispusiera más favorablemente, que este soplo de libertad conquistada.

Finalmente, pudiera haber otra causa que inclinara al gobierno a suministrar a la población un tema en el que concentrarse. Al dar la noticia de una ley que no va a entrar en vigencia hasta dentro de tres meses, se pudiera estar intentando que las personas se distraigan un poco de los rumores que corren insistentemente en estos días, sobre la salud de cierta persona. Los intentos de desmentido por parte del gobierno y sus blogueros asalariados ¿de dónde sacan la información que dicen tener, en todo caso? no hacen más que confirmar la impresión que se arraiga en las calles. Yo soy de los que no sabemos nada, excepto que un país no debe depender de la voluntad o existencia o sentimientos de una persona, lo que no es más que la manifestación del culto a la personalidad. También opino que las intimidades deben respetarse. Por estas y otras razones, no voy a decir el nombre de la persona a la que nos estamos refiriendo. Pero lo que sí sé, es en quién los lectores están pensando.

No era el momento ni el lugar adecuado

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Hace unos minutos terminó la asamblea de nominación de candidatos de la circunscripción electoral a la que pertenezco. La ceremonia correspondió a la etapa en la que los vecinos proponen, en sus barrios, a personas que consideren aptas para desempeñar la alta responsabilidad de representar sus intereses en las Asambleas Municipales del Poder Popular. Los candidatos que resulten elegidos al final, integran además la cantera para escoger candidatos para las asambleas provinciales y el Parlamento nacional.

Aunque hasta ahora el papel de los delegados municipales y provinciales no haya parecido nada del otro mundo, si los proyectos de descentralización administrativa que se manejan en el país toman cuerpo, las asambleas regionales pueden llegar a adquirir una importancia capital. En todo caso, uno cree conveniente conocer de los detalles de estas votaciones. Así que, como muchos electores, hice uso de mi derecho y acudí al lugar a donde fuimos convocados los residentes de mi circunscripción para el ejercicio de la selección de candidatos.

El conductor de la reunión realizó la introducción esperada, con el destaque adecuado a la importancia del acto electoral, la invocación a los principios de la democracia socialista y demás. A continuación se invitó a los presentes a adelantar sus proposiciones. Un compañero realizó la suya, que al final fue la única. El proponente elogió a su selección como al típico hombre revolucionario, de los que dan el paso al frente por La Patria, etcétera, y a mí me picó la curiosidad porque no conocía al propuesto.

Hay que tener en cuenta que esta persona puede llegar a ser el representante de los intereses de mi barrio. Se supone que valdría la pena conocerlo, no solo en cuanto a lo que ha hecho, sino también saber cómo piensa y lo que cree que se deba hacer en el futuro. Así que pedí la palabra para felicitar al compañero y tratar de que nos expusiera algunas de sus opiniones sobre

En realidad no importa mucho sobre qué. Cuando el conductor de la asamblea de nominación vio por dónde yo iba, me cortó la palabra y me explicó que este no es el momento, ni el lugar adecuado para intercambiar con el candidato. Que para eso, me pareció entender, habrá tiempo. Al final el compañero fue electo por mayoría de votos y yo me quedé por ahora sin satisfacer mis dudas.

Algunos compañeros han expresado sus criterios de que el presente proceso eleccionario puede ser un buen momento para expresar su indignación y los anhelos de cambio, en función del avance del socialismo cubano hacia una real democratización y empoderamiento de la clase trabajadora. Yo mismo he reiterado mi insatisfacción con la legislatura saliente respecto a su incapacidad de aprobar una ley de cooperativas, una reforma migratoria, un código de familia, entre otros instrumentos que cimenten mejor los derechos de libertad, realización individual y colectiva, solidaridad, etc., que se aspira a consagrar en cualquier sistema legítimamente revolucionario y socialista. El poder solo tiene legitimidad y a esto nadie en su sano juicio se le ocurre oponerse explícitamente, cuando emana de la voluntad del pueblo. Yo no voy a perder la voluntad de hacer uso de los derechos que me reconocen la constitución y la legislación de este país, de conocer a candidatos nuevos que cumplan mejor su trabajo.