Observatorio Crítico, popular en Cuba

En la lata de refresco TuKola (corporación Ciego Montero) el skater pilotea una patineta con el logotipo de Observatorio Crítico…

El sistema cubano de protección al consumidor ha pasado a usar un diseño inspirado en el logotipo de Observatorio Crítico…

En un programa pop de la TV cubana, aparece el logotipo de Observatorio Crítico – ¡con la flecha significativamente virada hacia la derecha!

…AÚN ASÍ, sépanlo, señores gerentes: ¡No les tenemos ningún miedo! ¡quienes quieran asimilarnos a una estética de consumo progre – NO LOGRARÁN DILUIRNOS!!! J

HOY LUNES 15: Café Teatro IRREVERENTE, entrada LIBRE desde las 6pm

5º Café Teatro irreverente: lunes 15 de abril, 6pm

Intentamos un espacio divertido, refrescante y activista donde comprometernos con la crítica, la tolerancia y la convivencia en diversidad.

Convocatoria PERMANENTE de propuestas escénicas, plásticas, musicales, experimentales, etc. para colaborar con el espacio.

Pepito’s Bar- Barbarán – Avda. 26 y Zoológico – Nuevo Vedado- La entrada es libre.

Se agradece difusión… (es un café teatro donde no hay café… qué se le va a hacer, pero se puede llevar de casa un termito, merienda, maní… y hay quien lleva hasta el croché… )

irreverencia producciones (53-7) 8355027 eva@cubarte.cult.cu

Vigencia del capitalismo

Por Félix Guerra

La vigencia del capitalismo hasta hoy día, su casi eterna contemporaneidad en agonía, se debe o puede deberse, básicamente, a algunos acontecimientos y realidades del mundo en que hemos vivido durante el pasado siglo XX. Pasemos lista.

EN PRIMER LUGAR

Su gran capacidad de reinventarse. De rehacerse a partir de una y otras crisis. De su habilidad de asimilación, estimulada siempre por recompensas diversas y ganancias mercantiles. Discurso, oratoria, publicidad y propaganda, arte, además de ideología, se reprograman así casi de forma cíclica y constante para prometer y facilitar nuevas expectativas sociales. Su arsenal ha estado dotado de variadas exitosas manera de alargar el estirón.

Su destreza y arte, con recursos de comunicación amplios, para utilizar tormentas de ideas al gran nivel social, que desataron en su momento desarrollos y consecuentes auges cíclicos de consumos, industria, agricultura, tecnología, ciencia, estética y finalmente de producción (no previstos en amplitud por teóricos de la economía ni clásicos del marxismo).

Su capacidad de refundarse económicamente, de acuerdo y con arreglo a las bases productivas en movimiento, tanto en aspectos sociales, culturales, científicas y tecnológicas, como en imaginerías y esperanzas. Continue reading

Sobre cómo percibir la falsedad en la homeopatía

Por Rogelio Manuel Díaz Moreno

Este tema de la homeopatía merece tomarse con gran seriedad, debido a las potenciales consecuencias sobre las vidas de los seres humanos, que tienen cualesquiera acciones relacionadas con su salud. Desde estas páginas hemos denunciado los intentos de imponer al pueblo cubano una práctica probada como falsa desde todos los puntos de vista de la teoría y de la práctica. Algunas personas podrán cuestionarse por qué descarto una técnica que tiene, a decir verdad, un buen número de practicantes. Sirvan estas líneas para todo aquel que conserva dudas al respecto y esté sinceramente interesado en discernir el grano de la paja.

Empecemos por reconocer que la medicina llamada occidental ha sido objeto de muchas críticas; que se le tacha de mercantilista, de cosificar al paciente y de proceder de manera academicista o dogmática. Como alternativas más humanas se erigen variantes de otros saberes, por lo general agrupables bajo el rótulo algo impreciso de Medicina Natural y Tradicional (MNyT). Bajo este rótulo trata de presentarse la Homeopatía, pero en el criterio de este opinador que no tiene nada en contra de otras prácticas de la MNyT este sayo no le sirve para esconder las vergüenzas.

Para empezar, si se trata de mercantilismo, no se puede desconocer que hay muchos laboratorios que hacen mucha plata vendiendo remedios homeopáticos. Boiron et al, por ejemplo, es una empresa capitalista tan buena o tan mala según quiera verlo cada uno como Pfizer, Merck o Bayer. De igual forma que estas venden antibióticos y otras medicinas validadas por la ciencia moderna, aquel vende agüitas milagrosas con etiquetas que prometen lo que no pueden cumplir. Boiron et al es, dicho sea de paso, el famoso consorcio homeopático relacionado con el escándalo del inmunólogo francés Jacques Benveniste, ampliamente recogido en la revista Nature, cuando el científico galo envió su trabajo relacionado con la homeopatía [1, 2].

¿Y cómo es posible que esto ocurra en sociedades desarrolladas y reguladas? Por ejemplo, en Estados Unidos, esto puede explicarse dado que la agencia gubernamental que regula estas cosas, la FDA, solo exige licencias y demostraciones a los medicamentos que presentan un principio activo, esto es, a los medicamentos occidentales. Un preparado homeopático solo tiene agua a veces, también un poco de alcohol, por lo tanto, no requiere licencia de la FDA y se puede vender libremente. Si los homeópatas sostienen que en esa agua hay propiedades milagrosas y convencen así a sus clientes, eso no le importa a la FDA, que con ello se lava las manos. Los científicos serios, empezando por la Asociación Médica Americana, han estado bien claros por su parte de que todo no es más que una vil estafa [3, 4, 5]. En otro país, Gran Bretaña, las instituciones gubernamentales se han asesorado también sobre el asunto pero la respuesta ha sido más drástica, y han llovido truenos contra la homeopatía [6]. En otros países desarrollados no sé bien cómo está establecido el asunto, sería positivo que otras personas informadas lo expusieran.

Para continuar con lo del academicismo: hay pocas cosas más absurdamente dogmáticas y cerradas que los llamados principios de la Homeopatía. Un alemán de los siglos XVIII y XIX, Samuel Hanehman, se sacó dos afirmaciones de abajo de la manga: que lo semejante cura lo semejante y que mientras más diluído, más fuerza tiene. En esas dos frases se basa todo el tinglado homeopático, en ese par de ideas poco convincentes pero que son proclamadas a grito pelado, sin el más mínimo sentido crítico, lógico, racional, por parte de sus propulsores. Eso es así porque así es; así lo dijo Hanehman, por lo tanto es cierto.

Desde el punto de vista científico, la primera afirmación no se apoya en nada más que la palabra del señor Hanehman, y la segunda viola todos los principios del conocimiento existentes. En realidad, hoy no se requiere ser un graduado de Física Nuclear para estar hoy un poco más al día que Hanehman y, con una educación muy sencilla, cualquier persona en sus cabales comprende que echar agua en cantidades cada vez mayores a un preparado de una sustancia cualquiera, disuelta allí, solo puede conducir a la desaparición de hasta la última traza de la sustancia punto en el cual los homeópatas recomiendan seguir echando agua porque entonces es que el efecto, según ellos, está empezando a ponerse bueno de verdad.

Nótese que no hemos querido decir que, por ejemplo, el cocimiento de mastuerzo no funcione. Lo que definitivamente no funcionará, es un cocimiento hecho con dos hojitas de mastuerzo y un billón de billones de galones de agua. A menos que usted esté muriendo de sed.

Ah, que se puede encontrar personas que se han curado o han visto curarse seres queridos luego de consumir un medicamento homeopático, es cierto. Esto no demuestra, sin embargo, que lo que lo haya curado sea el preparado de marras. La persona puede haber tomado, además, el tratamiento occidental. O puede ser alguien de constitución fuerte, la enfermedad no era muy grave, y se mejoró por sí mismo. En todo caso, es posible que tras consumir el remedio homeopático, la persona se haya sentido mejor psicológicamente, simplemente por la confianza en lo tomado, y este sentimiento subjetivo, denominado efecto placebo, es conocido por ayudar al organismo a curarse.

Ahora bien, una medicina comprobada por la ciencia moderna, se diferencia de otras en que se ha demostrado, en estudios clínicos de elevado rigor, que presenta una acción objetiva, capaz de actuar sobre el paciente aún cuando éste no esté tan confiado o ni siquiera sepa que se le suministró aunque si se presenta el efecto placebo y ayuda, bienvenido sea. Estos estudios descartan a los preparados homeopáticos como posibilidades realistas de curar ningún problema de salud concreto, como lo revelan numerosas publicaciones de las revistas científicas más establecidas y de mayor prestigio [7, 8, 9, 10, 11].

Un último paréntesis es necesario para recordar que muchas personas requerimos de auxilios espirituales en los duros bregares de la vida, especialmente en casos de enfermedad. Nuestra diatriba antihomeopática no pretende atacar las ceremonias mágicas o religiosas de cualquier tipo, que cualquier ser humano perciba como adecuadas para sí, que respetamos profundamente y que no interfieren ni estorban la acción de la medicina que se aplica entretanto. El problema con la homeopatía es que pretende ser una disciplina científica, emplea un vocabulario que puede confundir a un incauto por su énfasis en este sentido y lo puede conducir a dejar camino por vereda al dar de lado al remedio de verdad probado científicamente, a cambio de un pomito de agua etiquetada.

Teniendo en cuenta que la fundamentación teórica de la homeopatía es lo peor que hay, y que los resultados prácticos son tan pobres, la mayoría de los que conocen del asunto guardan (guardamos) una pobre opinión sobre la ética de los que, desde la aventajada posición que les puede dar un conocimiento científico medio y cierta disponibilidad de recursos industriales, manipulan al público y lo inducen a consumir falsos medicamentos [12]. Esta actitud puede provocar consecuencias fatales para la salud y la vida del que descarte la atención médica científicamente validada para irse con estos aprendices de brujo, situación inaceptable para cualquier persona con un mínimo de decencia y enterada del asunto. Esto es válido tanto para los consorcios capitalistas extranjeros, como para nuestros aventureros locales de Labiofam y el Instituto Finlay.

Las fuentes propuestas en este material pueden encontrarse con bastante libertad a través de Internet, en bibliotecas públicas de ciencias o, en el caso cubano, también a través de la red de Infomed. Espero que fundamenten un poco más mis palabras a los ojos de quienes todavía no se sientan convencidos.

[1] E. Davenas et al, Human Basophil degranulation triggered by very dilute antiserum against IgE.
Nature, Volumen 333, número 6178, pag. 816, Nueva York, 30 Junio 1988, ISSN: 0028-0836 EISSN: 1476-4687
[2] Maddox, J., Randi, J., and Stewart, W., High dilusion experiments a delusion. Nature, Volumen 334, número 6180, pág. 287, Nueva York, 28 julio 1988, ISSN: 0028-0836 EISSN: 1476-4687
[3] “Supported by science?: What Canadian naturopaths advertise to the public”. Allergy, Asthma and Clinical immunology. http://www.aacijournal.com/content/7/1/14.
[4] Paul S. Boyer. The Oxford Companion to United States History. ISBN 9780195082098.
[5] James Randi (1995). An encyclopedia of claims, frauds, and hoaxes of the occult and supernatural. St. Martin’s Press. ISBN 9780312109745
[6] Evidence Check 2: Homeopathy, Fourth Report of Session 200910, House of Commons Science and Technology Committee, 20 October 2009, parliament.uk
[7] Jonas WB, Kaptchuk TJ, Linde K, A critical overview of homeopathy.
Annals of Internal Medicine Volumen 138, Número 5, Página 393. Washington, 4 Marzo 2003 Print ISSN: 0003-4819 Online ISSN: 1539-3704
[8] Linde K, Clausius N, Ramirez G, Melchart D, Eitel F, Hedges LV, Jonas WB. Are the clinical effects of homeopathy placebo effects? A meta-analysis of placebo-controlled trials. The Lancet. Volumen 350, Número 9081, página 834. Londres, 20 septiembre 1997. ISSN 0140-6736
[9] Cucherat M, Haugh MC, Gooch M, Boissel JP., Evidence of clinical efficacy of homeopathy. A meta-analysis of clinical trials. HMRAG. Homeopathic Medicines Research Advisory Group. European Journal of Clinical Pharmacology. Volumen 56, Número 1, página 27, Berlin, Abril 2000. ISSN 0031-6970
[10] Shang et al, “Are the clinical effects of homoeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homoeopathy and allopathy”, The Lancet, Volumen 366, Número 9487, página 726. Londres, ISSN 0140-6736, 27 agosto 2005
[11] Ernst, E. (2002), “A systematic review of systematic reviews of homeopathy”, British Journal of Clinical Pharmacology 54 (6): 57782
[12] Homeopathy is where the harm is: five unethical effects of funding unscientific remedies. Editorial. J Medical Ethics 2010;36, 3:130-131.

Farmacéuticas cubanas apuestan por el agua milagrosa

Por Rogelio Manuel Díaz Moreno

El agua embotellada suele verse, según la conciencia y nivel adquisitivo del observador, como una necesidad, un lujo, o un negocio agresivo al medio ambiente e innecesario la mayoría de las veces. En última instancia, es un negocio estándar para las compañías que pueblan los anaqueles de los supermercados y hasta para los pequeños estafadores que rellenan los envases vacíos con agua del grifo -con frecuencia igual de buena.

Las empresas europeas Vichy y Evian, por ejemplo, sacan ganancias millonarias con esta actividad, que multiplica cientos de veces el precio de un litro del sencillo líquido. No obstante, acá en Cuba tenemos compañías que dejan chiquitas a estos consorcios. No se trata de Ciego Montero, ni de Los Portales. El centro Labiofam, ubicado en las afueras de La Habana, multiplica el precio del litro de agua por mucho más. Los pingues ingresos tienen la ventaja adicional de no tropezar con tantas suspicacias ecológicas, pues la etiqueta del frasco vendido opera una estafa de gran efectividad. Labiofam comercializa una cantidad cada vez mayor de los mal llamados medicamentos homeopáticos, de amplia aceptación entre el público con problemas de salud y falta de cultura científica.

Cualquiera puede averiguar cómo se preparan estos medicamentos. Las mismísimas personas que recomiendan la homeopatía se lo pueden explicar. Se toma una sustancia X y se diluye en agua hasta el punto que no queda una simple molécula del compuesto original en trillones y trillones de litros. La descripción sencilla de la elaboración de la medicina homeopática revela que, con ella, lo más que se puede resolver son los casos de deshidratación. Por esta razón, la explicación del proceso nunca es simple ni diáfana, sino que viene sazonada por una gran dosis de rutilante palabrería y términos de alguna manera relacionados con las corrientes filosóficas en boga. Por ejemplo, a finales del siglo XVIII-principios del XIX, Samuel Hanehman, descubridor de la Homeopatía, mencionaba propiedades divinos, mensajes de Dios, entre otros argumentos que convencían a las personas. Hoy los homeópatas dan a entender que se trata de propiedades de la mecánica cuántica u otras de la física y la química que le otorgan al agua una impronta o memoria de los poderes curativos de la sustancia original. Tales propiedades no existen, según el nivel de conocimiento de la ciencia actual. Continue reading

Café Teatro IRREVERENTE: entrada LIBRE lunes 25 de marzo, 6pm

4º Café Teatro irreverente: lunes 25 de marzo, 6pm. – entrada libre.

Intentamos un espacio divertido, refrescante y activista donde comprometernos con la crítica, el respeto y la convivencia en diversidad.

Convocatoria PERMANENTE de propuestas escénicas, plásticas, musicales, experimentales, etc. para colaborar con el espacio.

Pepito’s Bar- Barbarán – Avda. 26 y Zoológico – Nuevo Vedado. La entrada es libre.

(Es un café teatro donde no hay café… qué se le va a hacer, pero se puede llevar de casa un termito, merienda, maní… y hay quien lleva hasta el croché… )

Se agradece difusión…

irreverencia producciones (53-7) 8355027 eva@cubarte.cult.cu

Desde Venezuela: Respuesta de una hija a un amigo Palestino que le dice que para ellos Chávez era un héroe.

Por La hija
Querido Flaco,

Yo no comulgo con ningún gobierno, yo no comulgo con el poder. Somos muy débiles, los seres humanos. En mi país hay una “guerra” de ricos y pobres. Toda la vida ha sido así. Las diferencias sociales han sido abismales. La opulencia del venezolano con dinero de toda la vida es tanta, que es vulgar. Camionetas, casas enormes, aviones, yates, fiestas. En mi país siempre ha sido más importante lo que tienes que lo que eres. En mi país se le dice “mono” al que no tiene, al pobre, a la mayoría. Y es terriblemente doloroso. La prepotencia del rico, el maltrato, el desprecio y sobre todo la indiferencia hacia el pobre ha creado una brecha irreconciliable y con razón. Esto es así desde la colonia, esto ha sido así desde siempre y necesariamente tiene que cambiar.

Comparto 100% las ideas del proceso. Confío plenamente en las personas que se involucran, en los colectivos que trabajan en los “cerros” con las comunidades más necesitadas. Admiro y respeto a los que están trabajando entregados por un cambio y por dignificar a mi país.

Pero mi querido amigo, los ricos de ahora son rojos y están en el poder. Son los terratenientes, los de las casas, yates, aviones y fiestas. Son los que hacen negocios con las multinacionales y se mantienen y van chupando gracias al discurso chavista. Estos hombres que ahora tienen el poder, en el fondo no son diferentes a los otros. Solo que han cambiado el discurso y engañan al pueblo haciéndoles creer que ellos están allí, mientras se demarcan con poder y dinero, igual que antes, igual que siempre. Además, no se aceptan críticas, porque cualquiera que critique, que no piense igual es enemigo.

La autocrítica es lo más sano que puede tener un proceso, es lo que hace que se rectifique y se retorne a la esencia del ideal. Sin la autocrítica este movimiento, según yo, se ha convertido en un movimiento de fanáticos.

Y tú sabes muy bien sobre la maldad y la bondad. Tú conoces muy bien el ego del héroe buenísimo. Tú conoces muy bien al oportunista.

El movimiento social sí que existe. Está vivo. Es profundo y está en los “cerros”, en los pueblos. Es mucho más que posiciones, discursos y promesas, son acciones.

Por otro lado, me niego a que me ubiquen. Me niego a que me definan buena o mala, chavista o escuálida porque me guste o no un líder.

No creo en esto. Creo que los seres humanos somos tan complejos, creo que es imposible definir nada en estos tiempos. Hay demasiados matices. Este tiempo, para mí, es el tiempo del trabajo colectivo. No creo en líderes, no creo en “ismos”.

Chávez se hizo gracias a los medios de comunicación, ha sido un personaje mediático. Él ha dicho exactamente lo que muchos queríamos escuchar. Y más allá de la crítica estúpida y superficial, Venezuela es un país que va por un camino incierto, en donde la corrupción, los abusos de poder, el narcotráfico, la delincuencia, la violencia, la impunidad, los negocios con las trasnacionales (quizás las gringas son más bajo perfil, pero destacan significativamente las Chinas y Rusas) siguen siendo protagonistas en su gobierno.

La gran fuerza de Chávez, lo que lo ha hecho grande ha sido el haberse enfrentado con los “poderosos”, con los neoliberales, con los sionistas, como dices tú, con la hipocresía de Europa, pero para mí, esto ha sido más otro show, otro hacernos creer, otro espectáculo más de esta sociedad superficial y mediática. Yo lo veo así, es una guerra de poder. Aquí no importan ni las personas, ni nada. Importan los recursos y los gobiernos y los líderes mediáticos que nos siguen manipulando, para que sigamos creyendo. Mientras los verdaderos amos del mundo siguen llenando su arcas.

El trabajo difícil realmente es ser coherente. Que nuestras palabras sean consecuentes con nuestras acciones. Es mi opinión.

Te quiero y te extraño,

La hija

Tomado de blog El Libertario

Regresando a un viejo fantasma

Por Rogelio M. Díaz Moreno

En un compendio reciente del OC ha salido un material que me ha producido mucha inquietud. El camarada Gonzo Pedrada le entra a pedradas en su trabajo a las alternativas de la energía nuclear y los alimentos transgénicos. Sobre el primer tema, abre con una metáfora sonora: El fantasma de Juraguá navega las Aguas del Golfo de México pertenecientes a Cuba. Me gustaría aportar alguna información para discrepar, respetuosamente, de varios de los argumentos del autor.

Al final de este material intentaré adicionar unas líneas para apuntar a un camino por el cual se considere que es posible negociar un avance en el proceso de poner al servicio de la humanidad, valiosos recursos de la naturaleza.

Pedrada le ha llamado pesadilla al proyecto, cancelado por imperativos económicos (se cerró la tubería que traía rublos), de usar la energía nuclear para producir electricidad en una planta en la localidad cienfueguera de Juraguá. Las explicaciones para el mal dormir son, a nuestro entender, unilaterales y superficiales, y vamos a dar nuestro criterio disidente.

Dice El bonche y el relajo tropicales cubanos hubieran decidido, con sólo el pulsar de un botoncito rojo, un desastre regional mayor, competidor, este sí, con el otro ucraniano. Esto es, por una parte, una falta de respeto con el personal profesional cubano formado rigurosamente, tanto en los países del desaparecido CAME, como en la facultad habanera donde un servidor estudió Física Nuclear. Por otra parte, denota un desconocimiento de los principios de funcionamiento y control de este tipo de instalaciones donde, huelga decir, no existe el tal botoncito rojo.

Cito La electronuclear de Cienfuegos, habiéndose invertido en ella casi mil millones de dólares, sólo sería suficiente para proveer el 25 % de la energía requerida por el país. No poseo información sobre los planes económicos nacionales que se manejaban en la época. Me consta que el proyecto de Juraguá implicaba 4 reactores de 440 megawatt, para un total de 1760 megawatts. La inversión perdida se distribuyó en llevar la construcción del edificio del primer reactor hasta cerca del 90%, el edificio del segundo que no llegó a la mitad, y obras de infraestructura necesarias para el funcionamiento del conjunto completo. La capacidad instalada hoy ronda los 4000 megawatts, pero una parte no genera sino que permanece en reserva, con lo que Juraguá bien que supondría más de la mitad de lo que funciona al día de hoy. Eso no es necesariamente bueno porque una avería la podría detener y ¡zas!, a correr a buscar alternativas pero, de cualquier modo, sugiere un manejo de los números poco cuidadoso.

Cito las dos plantas, las cuales no llegarían a satisfacer la demanda energética nacional y pondrían en peligro nuclear a toda la región del Caribe y tal vez más allá de él. Sin embargo, estas consideraciones no fueron tenidas en cuenta

Primero: Tal vez no llegarían las dos plantas a satisfacer la demanda energética nacional, si esta hubiera seguido creciendo, pero sí una buena parte. En su lugar, hoy tenemos plantas basadas en combustibles fósiles, que tampoco la satisfacen, a un elevado precio económico y con emisión de grandes cantidades de gases contaminantes de efecto invernadero.

Segundo, lo del peligro, que obviamente es lo más preocupante. Sobre esto se pregunta el autor ¿quién hubiera puesto su mano en el fuego por el futuro de Juraguá, y de Cuba, con el trasfondo de Chernobil y de otros desastres, acaecidos en países capitalistas como EE.UU., Japón, Argentina, Brasil, España y otros, en las décadas del ´70 y ´80- azotando, marcando, despellejando la memoria de cualquier ser viviente implicado en ellos o no?
Para responder a estas interrogantes, que son justas, hay que desarrollar un poco las ideas, para lo que hay que tener paciencia, y por ello es justo rogar al lector que también la tenga, si el tema de veras le interesa.

De los países que menciona, solamente EEUU, más la Unión Soviética, tuvieron accidentes de gran magnitud con centrales electronucleares en la época que menciona. Y Japón tuvo el año pasado uno en Fukushima. Pero muchas personas opinan que es exagerado comparar el accidente de la Isla de las Tres Millas (el estadounidense) y el de Fukushima, con el de Chernobil, puesto que en los dos primeros no ocurrieron víctimas achacables al accidente nuclear propiamente dicho. En los demás países, no han ocurrido accidentes comparables a los anteriores, al menos no en centrales electronucleares.

La salvedad es importante. En varios países, sí han ocurrido accidentes donde se involucra la energía nuclear, pero no en electronucleares. Producir electricidad no es la única manera de usar esta fuerza. El accidente de Brasil, por ejemplo, puede referirse a los sucesos de la localidad de Goiania. Allí se regó el material radiactivo botado por un hospital que se mudó con una irresponsabilidad sencillamente criminal. ¿Y para qué usan radiactividad en los hospitales? Muchas personas no lo conocen, así que es justo explicar que una de las maneras más efectivas de curar muchos tipos de cáncer es con radiaciones, y para ello se utilizan isótopos radioactivos de elementos como el yodo, el iridio, el paladio, el oro, etcétera. También se utilizan para estudiar y realizar el diagnóstico de complicadas enfermedades. En Cuba estas prácticas se realizan desde hace mucho tiempo, y muchas personas le deben hoy su vida a estas técnicas nucleares. Espero que Pedrada no insista en privar a los pacientes de recibir esta oportunidad; tal vez no confíe en que las fuentes radiactivas y los desechos inevitables son manejados sin el bonche y el relajo tropicales cubanos, o tenga miedo de que apretemos el botón rojo equivocado y volemos al hospital con nosotros y los enfermos dentro.

En otras ramas económicas, económicas e industriales también se usa la energía nuclear; incluso sirve para efectuar estudios sobre el medio ambiente y la ecología, como los que condujo el entonces Instituto Superior de Ciencias y Tecnologías Nucleares sobre el rio Almendares y la bahía de La Habana. Pero descuiden, que se tomaron las medidas para que no nos contamináramos con sustancias radiactivas, aunque no se pueda decir lo mismo de los demás contaminantes humanos vertidos en esas cuencas.

El manejo de la energía nuclear, como puede verse, es algo conocido en Cuba. Lamentablemente no se ha hecho un trabajo correcto de divulgación y consenso con la población no especializada, deficiencia que lleva a incomprensiones como las expuestas, pero podemos responder, en principio, que toda una comunidad de profesionales con formación y experiencia en el trabajo en las ramas nucleares, sí hubiera puesto su mano en el fuego por Juraguá y, de hecho, estaba comprometida con el proyecto.

A mí la burocracia estatista no me cae nada bien, y no la voy a defender. Sin embargo, a la luz de lo que ya he expuesto, me parece que las razones de los adeptos a la energía nuclear eran algo más que las consideraciones seudo vanguardistas provenientes de estatistas y cuadros funcionariales, desoyentes de toda evidencia y lógica científicas. Y voy a reforzar mi criterio:

El modelo de electronuclear de Juraguá, del tipo moderado por agua ligera y circuito de conducción del calor independiente o secundario, VVER-440, era sustancialmente diferente y más seguro que el de Chernobil, moderado por grafito y circuito de conducción del calor directo, primario, modelo RBMK. Los reactores VVER habían sido exportado ampliamente por la Unión Soviética y se han explotado asimismo sin grandes sobresaltos. Los diseños de estos sistemas cuentan, como último recurso, con sistemas de seguridad pasivos, que descansan en mecanismos que usan la capacidad de derretirse de un material cuando se calienta más de la cuenta, la fuerza de gravedad y ese tipo de características de la naturaleza difíciles de estropear hasta por el más descuidado de los cubanos. Estos sistemas apagan al reactor por sí mismos, cuando las cosas parezcan salirse de las manos y los sistemas de control normales anteriores no hayan funcionado eficazmente. Pero vamos a suponer que el león se come al cazador de cualquier forma, que pase lo que es físicamente imposible, se queme lo que no es combustible, llueva para arriba, la rana críe pelos, se den un terremoto y un tsunami como el de Japón y el reactor explote: todo el reguero de vapores y elementos radiactivos quedaría encerrado en el edificio que albergaría al reactor, un recinto de hormigón con paredes de varios metros como el que no existía en Chernobil, que estaba en una planta industrial común y corriente.

Es totalmente injusto, dicho sea de paso, echarle la culpa a la energía nuclear de la contaminación por polvo de aluminio sufrida por los constructores, que estarían aplicando entonces técnicas poco seguras de trabajo, como las que emplearían, para levantar en cualquier otro lugar, cualquier otra edificación. Por cierto, que las personas con experiencia en el uso de la energía nuclear en cualquiera de sus ramas, podrían señalar además cómo los riesgos particulares del uso controlado de la radiación son menores como lo demuestran la teoría y la práctica que los que se dan por sentado en la mayoría de las otras esferas de la economía.

En fin, que para echarle a la energía nuclear se requiere de un trabajo más cuidadoso y fundamentado en el conocimiento científico técnico establecido que el evidenciado por el autor de mi desvelo. Y se puede continuar con otras consideraciones, por ejemplo sobre las alternativas a la electricidad generada con fuentes distintas a la nuclear.

En un material anterior hice una somera relación de los accidentes relacionados con otras fuentes de energía, básicamente aquellas que emplean combustibles fósiles. Cualquier comparación mínima, demostraría abrumadoramente que la energía nuclear es comparativamente más segura para el hombre y el medio ambiente que el petróleo y el carbón. El empleo de estos últimos causa accidentes tan cotidianamente que ya no son noticia y pocos los notan más allá de sus víctimas y familiares, a menos que se monten en decenas o centenares los muertos y heridos en cada incidente cosa que también pasa con no poca frecuencia. Y todavía falta mencionar el daño fundamental que provocan, el peligro que ya nos afecta como civilización. El cambio climático, demostradamente provocado por nuestra civilización según los informes del Panel Internacional montado al respecto, que ha provocado la degradación irrecuperable y pérdida de regiones por desertificación, inundación del mar, etc., en una magnitud mil veces mayor que todos los desastres nucleares que hayan ocurrido jamás, juntos.

Claro, que Pedrada también critica a los combustibles fósiles. Yo lamento que ponga ambas alternativas como si fueran igual de malas sin que, a mi juicio, aporte suficientes argumentos. Coincido, en principio, que puede y debe trabajarse más en la extensión de fuentes ecológicas de energía. Digo ecológicas, y no renovables, que una cosa no es necesariamente sinónima de la otra.

Renovable puede ser la electricidad basada en paneles solares, que parece gustarle a Pedrada. Lo que tal vez este autor no conozca es que el complicado proceso industrial, requerido para obtener y procesar el silicio hasta obtener el panel y la electricidad, es más contaminador para el medio ambiente que la mismísima energía nuclear, según estimaciones de muchos especialistas.

Renovable puede ser la electricidad basada en grandes hidroeléctricas con sus grandes presas, que son otra pesadilla para el medio ambiente.

Renovable puede ser el combustible obtenido de cultivos como el maíz y otros, nada ecológicos si se considera que en esas tierras no se puede entonces sembrar alimentos para las personas.

Renovable puede ser hasta la electricidad en ciertas electronucleares, donde a partir del combustible de uranio se obtiene, además, el elemento llamado plutonio que también sirve para reactores nucleares. Pero esa variante no gusta mucho, aún entre los que usan esta energía, porque de este plutonio es relativamente fácil obtener armas nucleares.

En fin, que hay que distinguir que no cualquier energía renovable es la panacea.

Nos quedan como fuentes aceptables unas pocas, como las eólicas, las mareomotrices y las hidroeléctricas de pequeñas corrientes de agua. Estas últimas son inestables y en las estaciones de seca pueden dejar desabastecidas aquellas necesidades que de ellas dependan. En las otras se puede adelantar mucho, pero no satisfarán ni de lejos las necesidades actuales de la humanidad.

Lo que nos lleva a otra fuente muy importante, posiblemente la más trascendente, que es el cambio de mentalidad. Usar la energía más ahorrativamente, renunciar al consumo extremo e irracional, son pasos fundamentales, pero que requieren de una profunda y verdadera revolución en la manera en que funcionan las cosas. Incluso con esta variante, hoy no se puede ignorar que existen grandes cantidades de personas en condiciones de pobreza intolerable, que requieren de aumentar su consumo en cierta medida para lograr un nivel de justicia mínimo.

Todos bueno, todos los de este lado estamos de acuerdo en que se deben transformar muchas de las condiciones de la humanidad para hacerla más ecológica, que es hacerla más sustentable, ética, racional. Pero eso no se va a lograr en tres o cuatro días e, incluso en ese futuro soñado, las personas seguirán padeciendo enfermedades que se curan con radiaciones, o presentando otras necesidades que se resolverán con energía nuclear. En lo que trabajamos y llegamos a ese estado de cosas ideal, hay que seguir empleando una cantidad de energía eléctrica que mantenga funcionando los hospitales, los frigoríficos que almacenan alimentos, las industrias y el resto de las bases de la civilización cuya desaparición súbita acarrearía la muerte por insatisfacción de necesidades básicas de una gran parte de la humanidad. Para cumplir esta etapa de transición, mi convicción profunda y meditada es que la energía nuclear es preferible a los combustibles fósiles. Incluso el uso de estos últimos resulta inevitable en el presente, por mucho que nos pese. Atacarlos a todos ellos con excesiva superficialidad puede resultar contraproducente, pues puede provocar el alejamiento de un auditorio importante que pasa mucho trabajo para sobrevivir cotidianamente. Por último, el petróleo es una materia prima de enorme valor más allá de su burda combustión, pues de él se obtiene un sinnúmero de productos, plásticos, gomas, textiles, como materiales de construcción, etc., así que su disponibilidad no es obligatoriamente la maldición que Pedrada presupone.

Al principio apunté que trataría de señalar un camino por el que se pudiera trabajar en un consenso que apuntara a modos seguros y ecológicos de vida con las necesidades imperativas del presente. Ya me he alargado demasiado pero quiero cumplir con ese punto para culminar.

Ya que la mayoría de la civilización estará en contra de regresar a la Edad Media, hay que asumir el precio a pagar por tener una esperanza de vida prolongada; facilidades de comunicaciones y transporte; dieta sana, balanceada y suficiente; atenciones médicas sofisticadas para contrarrestar enfermedades graves; manifestaciones artísticas y culturales que hagan nuestras vidas más plenas y hasta dedicar recursos a investigar si de veras existen pequeños seres verdes en el espacio que sean más sabios que nosotros. Este precio pasa por manipular esas vigorosas fuerzas de la naturaleza con las que se puede establecer una relación constructiva. La sociedad civil, necesariamente, ha de ejercer el control sobre cada gran proyecto o emprendimiento donde se involucren energías poderosas como las nucleares, la industria química, entre otras muchas capaces lo mismo de entregar vida que muerte, felicidad que desdicha, abundancia o desastres.

En todas estas esferas, por igual y equitativamente ¡no tiene sentido apuntar los cañones contra las electronucleares y dejar que una sintetizadora de quimbombó nanotecnológico nos explote o envenene! debe estar manifiesto y explícito cada principio y peligro, cada riesgo y medida de control. El conocimiento tiene que pertenecer tanto a la parte de allá como a la de acá. Aquellas personas al frente del asunto, tecnólogos o administradores, se deben en última instancia a la sociedad, que tiene el derecho inalienable a cuestionar cada detalle, a satisfacer toda inquietud. Entonces, con esta información en la mano, después de evaluarla con un criterio objetivo imparcial tal que le permita evaluar los pro y los contra, y sin basarse en simples temores a cosas que resultan nuevas o desconocidas, se podrá tomar una decisión colectiva, sabia.