Activistas que no se casan ni con la disidencia ni con el régimen en Cuba

Por June Fernández

Ven con algo rojo y besa a alguien. ¡Porque todas las formas de amor importan!. El pasado 28 de junio, cuarenta y seis personas que habían recibido ese mensaje por sms o correo electrónico se reunieron en la terminal de ómnibus de La Habana, cerca de la Plaza de la Revolución, para besarse. Convocaba Proyecto Arcoiris, un colectivo independiente que pretendía movilizar a la ciudadanía a favor de la diversidad sexual y de la expresión libre de afectos y reivindicaciones en la calle. Pese a que el Gobierno de Raúl Castro se haya desmarcado del pasado homófobo del régimen y esté lanzando políticas contra la discriminación, las muestras de afecto entre personas del mismo sexo siguen siendo penalizadas por policías que las califican de exhibicionismo impúdico. Hicimos la besada justamente para la gente que no se decidió a salir del armario de lo autorizado y coordinado, de lo amparado por las instancias superiores que todo lo saben y todo lo definen. Aprendieron que la calle no era suya, sino de una entelequia llamada los revolucionarios que nadie por fin sabe cómo lucen o qué creen, explicó en su blog Yasmín Silvia Portales Machado, fundadora del Proyecto Arcoiris.

Aunque medio centenar de personas pueda parecer poca cosa, organizar una acción reivindicativa ajena al Gobierno y a la disidencia anticastrista es algo inédito en un país en el que la polarización política empaña toda iniciativa social. En el caso de la diversidad sexual, el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), responsable de las políticas de diversidad sexual, que dirige Mariela Castro (hija de Raúl) no reconoce el 28-J (Día Internacional del Orgullo LGBT: lesbiana, gay, bisexual y transexual) porque lo considera una celebración imperialista y capitalista. En cambio, organiza en mayo el mes contra la homofobia, con actividades para sensibilizar a la población a favor de cuestiones como las uniones civiles entre personas del mismo sexo o la cobertura sanitaria para las personas transexuales. Así, en anteriores 28-J sólo el Observatorio de los Derechos LGTB, un colectivo identificado con la disidencia, ha salido a la calle. En definitiva, actividades institucionales en mayo, o un Orgullo anticastrista en junio. Proyecto Arcoiris ha roto con esa lógica y se ha sumado sin complejos a celebrar el aniversario de los disturbios de Stonewall en sintonía con la comunidad LGTB internacional.

Sus organizadores estaban de los nervios (desde el martes tenía un tic nervioso en el ojo derecho, dice Yasmín), pero esta vez no hubo incidentes. Eso sí, recibieron mensajes de personas que temían por su seguridad o de que quienes habían escuchado que la iniciativa era de un grupo opositor, cuenta en su blog otro de los promotores, Luis Rondón Paz. Pese a esos rumores, la policía no apareció ni recibieron presiones. Supongo que tal permisividad estuvo asociada a que el acto de besarse puede verse como algo legítimo, inocente, hermoso, escribió Isbel Díaz Torres, fundador también del colectivo, quien reivindica el carácter político de la acción en un post en el que recuerda cómo fue multado hace años por besarse con su novio en la playa. Después de la lectura del comunicado titulado “La revolución es la lucha contra todas las discriminaciones“, la gente esperó nerviosa la señal, y se besó. Escasearon la pasión y, sobre todo, los besos entre mujeres, pero la foto de Isbel con su novio ha dado la vuelta al mundo entero así que está lograda la visibilidad LGBT en Cuba. Logramos nuestro objetivo, celebra Luis.

Izquierda crítica

Proyecto Arcoiris es uno de los pequeños colectivos autónomos que han emergido en la última década bajo el paraguas de la experiencia más destacada de activismo social al margen de las instituciones cubanas: Observatorio Crítico. Esta red aglutina a personas que defienden el anticapitalismo, el socialismo (y algunas el anarquismo) y la soberanía de Cuba, desde la crítica contundente a todas las formas de discriminación, autoritarismo y represión que promueve o consiente el Gobierno.

Lo hacen a través de iniciativas como Proyecto Arcoiris, la Cofradía de la Negritud (que critica el racismo institucional y social que persiste en la sociedad cubana y recupera la memoria histórica de la comunidad negra) o El Guardabosques (proyecto ambientalista liderado por Isbel). El Observatorio Crítico difunde por correo electrónico compendios de artículos, organiza debates sobre temas tan diversos como los transgénicos, el transfeminismo o el reguetón y la cultura popular, y celebra anualmente foros sociales que se han convertido en el espacio de referencia de la izquierda crítica cubana. Están con el proyecto socialista, pero no con el talante estalinista del régimen. Defienden las libertades, pero se desmarcan de la disidencia oficial, partidaria de implantar un sistema capitalista tutelado por Estados Unidos. Frente a quienes se vuelcan en la defensa incondicional de lo que llaman la Revolución, y quienes dirigen sus esfuerzos a derrocar lo que definen como una cruenta dictadura, las personas vinculadas a Observatorio Crítico se centran en denunciar expresiones concretas de desigualdad y en debatir sobre un modelo que permita conciliar los principios revolucionarios con el respeto a las libertades. Dicen que la Revolución será feminista, antirracista y antihomófoba, o no será. La proclama recuerda al movimiento 15-M del que estos activistas cubanos se sienten hermanos.

Su ideología anticapitalista les lleva a oponerse a toda injerencia estadounidense, pero también a cuestionar el modelo económico raulista que promueve la iniciativa privada, la inversión extranjera y también los despidos masivos y a abogar por fórmulas colectivistas como el cooperativismo. También fue significativo su toma de postura ante la visita del Papa a Cuba el pasado marzo. Mientras los castristas se frotaban las manos por la legitimidad que les daría la visita, y los anticastristas lamentaban la escasa atención que les dedicó el jefe de la iglesia católica, Isbel, Yasmín y demás miembros del Observatorio fueron la nota discordante: criticaron que un Estado laico como el cubano derroche dinero público para acoger al líder de una institución que no reconoce los derechos sexuales y reproductivos, ironizaron sobre el empeño del Partido Comunista en agasajar a un líder beligerante contra el marxismo, y censuraron que las religiones afrocubanas (cuya influencia supera a la del catolicismo) no hayan recibido tales reconocimientos gubernamentales. Meses antes fantasearon con indignarse ante la visita del Papa, pero al final se conformaron con expresarse en medios de comunicación y blogs.

El derecho de asociación en Cuba

Para entender la situación en la que se encuentra esta izquierda aútonoma, cabe aclarar primero si en Cuba existe el derecho de asociación. Un Estado que se define como revolucionario ha obstaculizado históricamente que existan movimientos sociales independientes. El discurso aperturista de Raúl Castro quien, al menos de palabra, ha defendido la libertad de expresión y de prensa es uno de los factores que explica la eclosión y supervivencia de iniciativas sociales y culturales autónomas, pero el castrismo sigue defendiendo que son las organizaciones de masas oficiales como la Unión de Mujeres Cubanas o los colectivos ligados al Cenesex quienes tienen la legitimidad para movilizar a la ciudadanía en torno a reivindicaciones sociales.

El bloguero y miembro de Observatorio Crítico Rogelio M. Díaz, lo atribuye al discurso oficial de que el concepto sociedad civil es burgués, subversivo y una estrategia de Estados Unidos para penetrar en el Tercer Mundo, mientras que las organizaciones de masas incorporan en sus estatutos la noción de acatar el liderazgo del Partido. Lo atribuye a tres factores: el clima de agresión por parte de Estados Unidos, el estilo de liderazgo de Fidel y la política del campo socialista. Dado que muchas supuestas asociaciones independientes no son más que grupúsculos promovidos por la CIA y demás fuerzas de los USA, el bloguero subraya que es imprescindible para que la situación se normalice que Estados Unidos cese en su intención de promover un cambio de régimen: Si esto ocurriera milagrosamente mañana, habría que ver entonces qué voluntad tiene el Gobierno cubano de dejar de ejercer sus férreos controles.

Se refiere entre otras cosas a la conjunción de trabas burocráticas y falta de voluntad política que hace prácticamente imposible constituir asociaciones. Si bien la Constitución reconoce en su artículo 54 los derechos de reunión, manifestación y asociación (aunque el artículo 62, advierte que es punible ejercer esas libertades contra la existencia y fines del Estado socialista), para que el Ministerio de Justicia autorice la inscripción de una asociación en el registro correspondiente, esta tiene que recibir el aval de una entidad estatal, que se convierte en su órgano de relación, el que le controla y atiende, explica Dmitri Prieto, fundador del Observatorio Crítico.

El registro tarda años en llegar (cuando llega), así que los colectivos optan por fórmulas como crear cátedras académicas o proyectos adscritos a centros culturales: Mientras no hay confrontación con el sistema actual, las autoridades no ponen impedimentos, pero pueden toparse con incomprensión, falta de recursos y poca visibilidad, señala. Toda iniciativa individual asociativa se demoniza sistemáticamente, más si es de carácter político. Cuestionar de fondo las estructuras políticas y sociales es muy difícil, y además es suicida, lamenta Yasmín.

Observatorio Crítico nació de la Cátedra Haydée Santamaría, creada dentro de la Asociación Hermanos Saiz (AHS, la institución de jóvenes artistas y escritores) para investigar las transformaciones de la sociedad cubana. En 2010, cuando sus propuestas empezaron a resultar incómodas, AHS les comunicó que sus integrantes habían superado la edad para permanecer vinculados a la institución. Entonces ya no hubo la necesidad de ser políticamente correctos en cuanto a la crítica a las instituciones, señala Yasmín, lo que convirtió al Observatorio en uno de los colectivos más contestatarios de la Isla.

Pero haberse convertido en una red sin respaldo institucional tiene sus consecuencias. Los exiguos recursos de Observatorio Crítico, que apenas alcanzan para comprar la merienda para las reuniones, provienen de la solidaridad de colectivos anarquistas y anticapitalistas europeos. No tienen sede: lo mismo celebran debates en un paladar (restaurante de iniciativa privada) regentado por alguien simpatizante o en un parque. Eligieron la segunda opción para un coloquio con una activista del movimiento 15-M en Madrid que contó con la presencia tanto de un agente de la Seguridad del Estado como de un periodista independiente (de la disidencia oficial).

La izquierda crítica cubana se proclama revolucionaria, sus activistas trabajan estrechamente con las instituciones cubanas o con proyectos amparados por éstas, y se resisten a autodenominarse oposición, porque se identifican más con un proyecto socialista cubano que con el que defiende la disidencia. Esto les sitúa en una posición incierta: no sufren una represión frontal, se puede decir que se tolera su actividad, pero a medida que se consolidan sí que sienten un marcaje cada vez mayor. El último susto ha sido que el exagente de la Seguridad del Estado Percy Francisco Alvarado Godoy ha acusado en un artículo a un grupo de reconocidos intelectuales cubanos de trabajar contra la Revolución desde proyectos dirigidos por Estados Unidos en la conocida como guerra cibernética contra el castrismo. Alvarado Godoy ha pedido disculpas por lo que califica como un desafortunado error, pero los afectados no las han aceptado: Errores similares hundieron en el ostracismo durante años a autores como José Lezama Lima, Virgilio Piñera y otros; trajeron dolor innecesario a muchos y causaron un daño irreparable a la cultura y a la sociedad cubanas, alerta el escritor Daniel Díaz Mantilla, uno de los difamados.

La relación con las instituciones

Rogelio destaca la estrategia del Gobierno de recoger y canalizar inteligentemente las tensiones en varios potenciales conflictos. El caso paradigmático es el del movimiento LGTB. El Cenesex, adscrito al Ministerio de Salud, promueve redes de gays, lesbianas y transexuales que, si bien salen a la calle para plantear sus movilizaciones, actúan tuteladas por la institución. Odaymara Cuesta y Olivia Prendes, las raperas Krudas Cubensi (emigradas a Texas), recuerdan cómo el colectivo de lesbianas Oremi, en el que participaron, fue fagocitado por el Cenesex. Un buen día, Mariela llegó con una actitud autoritaria a decidir que el grupo debía trabajar de una manera vertical. Nos impuso la presencia y liderazgo de unas psicólogas que no eran lesbianas, que nos traían los casos con patologías que atendían en sus consultas. No pudimos hablar de nuestros problemas como lesbianas sanas. Por eso preferimos la autonomía, explica Prendes.

No fue su primer encontronazo con Mariela Castro. En los años noventa trataron de montar un colectivo queer con amigas de Estados Unidos y planearon llevar una bandera arcoiris a la manifestación del 1 de mayo. El objetivo de la marcha es unirnos contra el imperialismo y por el socialismo, así que dijimos: ¿por qué no llevamos nuestra banderita, que nosotras también somos parte de este país? Ay, mija. Nos dieron una mano de golpes. Nos robaron la bandera, después empezaron a ir a la casa de cada activista. Le dijimos a Mariela Castro si nos daba algún papelito o algo para hacer un grupito LGTB. Ella dijo: No, Cuba no está preparada para esto. Coño, Mariela, esta gente nos están contando que por ahí lo que hay es mucho: No, esto es una cultura muy machista. Quizás en diez años.

Y más de diez años después, el Cenesex sigue tratando de monopolizar el activismo LGTB a través de sus organizaciones, si bien algunos de sus integrantes se muestran partidarios de que existan colectivos autónomos. Creo que sí, es necesaria la formación de un movimiento por los derechos sexuales que sea autónomo, pero que incluya a las personas heterosexuales que disienten de las hegemonías y que tenga un funcionamiento horizontal, participativo y ajeno a rencillas, rencores y vanidades personales. Ello no implica una negación de los principios del socialismo cubano, sino su fortalecimiento y la construcción de una sociedad más justa y digna, defiende Alberto Roque, dinamizador de Hombres por la Diversidad y militante del Partido Comunista.

Sus participantes sienten que este espacio adscrito al Cenesex da margen para canalizar críticas a las políticas del Gobierno y para expresarse con libertad. Algunos, como Luis Rondón Paz y Paquito el de Cuba, mantienen también sus propios blogs, en los que arremeten contra cuestiones como la homofobia en el trabajo, en el deporte o en los medios de comunicación. Hace tiempo me la estoy jugando. Me dice un amante que tuve: ¡Tú estás loco pal carajo!, yo le respondí: Oiga, los cambios no caen del cielo, y lo que está mal hay que decirlo usando todos los canales necesarios para que el mensaje llegue a su destino lo menos contaminado posible. Así explicó Luis su apuesta por hacer activismo dentro y fuera de las instituciones en un post a modo de desahogo, harto de quienes le recriminan que participe también en proyectos autónomos como Proyecto Arcoiris.

Luis fue, junto con Yasmín, uno de los promotores del boletín NotiG, que difundía por correo electrónico tanto artículos sobre identidad de género como contenidos más ligeritos. Se les informó de que el boletín no podía circular sin estar inscrito en el Registro Nacional de Publicaciones Seriadas. Aceptaron el requisito de pedir el aval de Cenesex, pero siguen esperando respuesta.

En todo caso, Proyecto Arcoiris se presenta como una iniciativa más ambiciosa que aspira a ofrecer asesoría legal en caso de discriminación por orientación sexual o identidad de género, además de promover el debate y el compromiso ciudadano contra los prejuicios heteronormativos, a través de acciones como la besada. Se encuentran también difundiendo una encuesta entre personas no heterosexuales para recabar sus demandas.

También en el caso del feminismo, el discurso oficial sigue siendo que la existencia de la Federación de Mujeres Cubanas hace que no haga falta un feminismo autónomo. Sin embargo, esta organización de masas sigue reproduciendo la feminidad tradicional y no afronta con valentía problemas como la violencia machista o la persecución policial contra las mujeres que ejercen la prostitución.

Probablemente la iniciativa autónoma más potente a favor de la igualdad de género fuera la Asociación de Mujeres Comunicadoras, Magín, a la que se sumaron más de un centenar de periodistas, artistas, científicas e incluso políticas. No duró mucho: en 1996, tres años después de su fundación, en los que no lograron ser legalizadas, se les informó de que no podían seguir funcionando, bajo el argumento de que se temía que Estados Unidos las utilizase.

Desde hace año y medio, el foro de debate Mirar desde la sospecha se ha consolidado como un espacio de encuentro para las feministas cubanas. Han tratado temas como el ciberfeminismo, género y nación, o literatura y feminismo, contando como ponentes con académicas como Isabel Moya o Norma Vasallo, pero también con activistas autónomas como Negra Cubana, Yasmín Portales o Krudas Cubensi. Lo promueven tres comunicadoras: Helen Hernández Hormilla, Lirians Gordillo Piña y Danae C. Diéguez. Lograron el respaldo legal del Grupo de Reflexión y Solidaridad Monseñor Óscar Arnulfo Romero (OAR), una ONG de inspiración cristiana legalizada, y de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en cuya sede se celebran los debates. Podíamos habernos reunido en nuestras casas, pero nos interesaba penetrar en el espacio institucional y dialogar con esa estructura, que también tiene fortalezas, explica Danae. Sin embargo, varias de las asistentes fantasean con la idea de crear una red de comunicadoras autónoma y transgresora, como lo fue Magín.

Otro proyecto lanzado de forma autónoma pero con cierto respaldo institucional, es Afrocubanas, promovido por la bloguera Sandra Álvarez y la escritora Inés María Martiartu, con el objetivo de visibilizar las contribuciones de las negras cubanas a la cultura e historias nacionales, explica la primera. Su resultado es un libro, un blog y varias reuniones de mujeres negras en casa de la propia Sandra, para debatir sobre feminismo y antirracismo.

Internet, la llave para la autonomía

En Cuba la mayoría de la población sigue sin acceso a internet, y quienes lo tienen sufren una conexión muy precaria. Eso sí, en La Habana la información circula mediante las socorridas memorias USB. El Gobierno sostenía que el bloqueo por parte de Estados Unidos impedía habilitar la banda ancha, con lo que justificaba definir sectores con acceso prioritario a internet vía satélite (instituciones públicas, universidades, hoteles…). En 2007 Hugo Chávez anunció que se instalaría un cable de fibra óptica desde Venezuela a Cuba, pero el proceso ha sido lento, misterioso y no han faltado los rumores de corrupción. A día de hoy, el Gobierno declara que el cable se encuentra absolutamente operativo, pero los internautas no han notado mejora alguna en la conexión. Incluso blogs considerados oficialistas, como La Joven Cuba, han criticado la falta de transparencia y las resistencias a universalizar el acceso a internet. La mayoría de ciberactivistas publica en sus blogs y en las redes sociales desde sus puestos de trabajo, con el consiguiente riesgo de vigilancia y despido.

En todo caso, internet ha sido uno de los elementos que ha permitido a personas de izquierda crítica hacerse visibles, sobre todo fuera de la isla, e ilusionarse al menos con esta nueva forma de compartir información y difundir sus denuncias. En junio, por ejemplo, la policía detuvo durante doce horas en La Habana a dos miembros de Observatorio Crítico que portaban sprays de pintura en las mochilas. A esas horas ya el OC había hecho pública la denuncia en Facebook, Twitter, y el blog del colectivo en WordPress. Afortunadamente, las nuevas tecnologías logran acelerar un poco el proceso de justicia, aunque no alcanzan a transformar el absurdo, escribió Isbel en Havana Times.

Havana Times es el diario digital de referencia de la izquierda crítica: entre sus articulistas habituales destacan varios militantes de Observatorio Crítico. Su director, Circles Robinson, lo define como una fuente independiente sobre la compleja realidad cubana, que lucha por un pluralismo informativo y de criterios en un país donde esa voluntad ha sido vista con ojos de sospecha. Navegando en aguas muy polarizados, pretendemos contribuir a elevar el debate para encontrar soluciones incluyentes a las problemáticas del país, añade. HT publica en castellano e inglés artículos de opinión sobre el multipartidismo, las relaciones con la iglesia católica o las reformas económicas; noticias que informan sobre cuestiones que los medios oficiales silencian (los derrumbamientos de edificios o el misterioso cable de fibra óptica) y entrevistas para dar a conocer a nuevos talentos de la cultura cubana.

Durante el último mes, Havana Times ha sido acusada en dos artículos publicados en Cubadebate y Rebelión, respectivamente, de ser un medio alentado por Estados Unidos y de apoyar a contrarrevolucionarios como la bloguera Yoani Sánchez o Estado de Sats, por haberles entrevistado. Que Circles naciera en Estados Unidos (como podía haber nacido en cualquier otra parte, dice él, que ha vivido en diferentes países y ha trabajado durante siete años para el Gobierno cubano) facilita las cosas a quienes le acusan de estar ligado a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba.

Otro espacio interesante para quienes quieran salirse de la llamada ciberguerra entre blogs anticastristas y oficialistas es la comunidad Bloggers Cuba. Nació con la vocación de romper con la dicotomía entre la experiencia de vida en la Isla y su escaso reflejo en los medios nacionales y extranjeros. La mayor parte de sus integrantes defienden abiertamente el socialismo, pero la incorporación de blogueras feministas, antirracistas y a favor de la diversidad sexual, como Yasmín o Sandra Álvarez, autora de “Negra cubana tenía que ser”, ha reforzado el contenido crítico y comprometido de este agregador de bitácoras.

Sandra, Yasmín, Isbel, Luis, Dmitri, Rogelio… Los nombres se repiten cuando se trata de hablar de izquierda crítica, de activismo feminista y LGTB, de blogs y medios independientes, o de proyectos culturales ligados a las instituciones. Son un puñadito de personas, pero van ganando adeptas en su empeño por construir una Cuba socialista y soberana, fiel a los principios revolucionarios que guiaron la lucha contra la dictadura de Batista, y libre de represión y autoritarismo. En plena eclosión del cuentapropismo a raíz de que Raúl Castro ampliase el catálogo de profesiones que se pueden ejercer de forma autónoma, bromean con solicitar a la Organización Nacional de Administración Tributaria una licencia para activistas por cuenta propia. Mientras el Gobierno sigue obstaculizando la consolidación de movimientos sociales independientes, la gente de la órbita del Observatorio Crítico pide a los colectivos de izquierda de otros países que abandonen la complacencia hacia el régimen castrista y les apoyen como el movimiento que puede sacar a Cuba de la pugna entre dos modelos en crisis, el comunismo estalinista y el capitalismo imperialista.

June Fernández es periodista. Dirige la revista digital Pikara Magazine y colabora con Diagonal y eldiario.es, entre otros medios. Su blog: . En Twitter: @marikazetari

Tomado de Frontera D, 23 de julio 2012, URL: http://www.fronterad.com/?q=node/5856

__________ Información de ESET Smart Security, versión de la base de firmas de virus 7308 (20120718) __________

ESET Smart Security ha comprobado este mensaje.

http://www.eset.com

Periodista izquierdista y feminista vasca apoya a Havana Times

Por June Fernández

Ya os lo he contado alguna vez: estaba empeñada en descubrir una Cuba fuera de la polarización, una Cuba formada por gente como yo, activistas que critiquen la falta de libertades y derechos del régimen cubano, desde el anticapitalismo, el antiimperialismo, el feminismo, etc. Cuando buscaba blogs, topaba con la consabida guerra entre anticastristas y oficialistas, y pensaba que igual no existía aquello que yo deseaba. Y entonces descubrí Havana Times, que fue una ventana a toda la gente maravillosa con la que he estado en Cuba y que es una fuente de información privilegiada para informarse no sólo de cuestiones políticas, sino para conocer nuevos artistas, saber que se ha derrumbado un edificio o qué ocurre con el cable de fibra óptica, asistir a debates interesantísimos entre blogueros sobre el pluripartidismo o el modelo económico, transportarte a través de sus fotografías a las calles de La Habana, enterarte del parte meteorológico… Buenos reportajes, buenos articulistas, y con perspectiva de género. Una gozada. Luego tuve el honor de conocer a algunos de sus colaboradores, como Isbel Díaz Torres y Dmitri Prieto, y conociéndoles no cabe ninguna duda sobre la independencia del proyecto.

Así la define su director, Circles Robinson (un parrafito que me pasó para el reportaje que hice para Diagonal): “Havana Times es una fuente independiente de noticias, comentarios y fotografía sobre la compleja realidad cubana, con historias variadas sobre temas diversos y desde diferentes regiones del país. El sitio en sí es un medio en la lucha por un pluralismo informativo y de criterios en un país donde tal pretexto ha sido visto con ojos de sospecha. Navegando en aguas muy polarizados, pretendemos como colectivo participar en la Cuba de hoy y mañana, y contribuir a elevar el conocimiento y el debate para encontrar soluciones incluyentes a las problemáticas del país”. Pero es mejor que leáis la larguísima entrevista que le hizo el compañero Dmitri Prieto, fundador del Observatorio Crítico y bloguero en Havana Times: Un reflejo de Cuba en el ciberespacio

Havana Times tiene todos los boletos de recibir palos por todos lados. Es un proyecto crítico, que no se casa ni con un sector ni con el otro, y que de hecho busca que se dé el encuentro entre personas con sensibilidades políticas diferentes. Entre sus articulistas hay todo tipo de posturas hacia el modelo cubano, excepto las dogmáticas. Así que a los oficialistas no gusta un periódico que habla de aquello que los medios cubanos no cuentan, y a los anticastristas no gusta un periódico en el que se defiende el proceso revolucionario y que no caricaturiza la situación en Cuba. Havana Times cuenta con la desventaja de que su director nació en Estados Unidos, como podía haber nacido en cualquier otro lado, porque de hecho ha vivido casi toda su vida en países latinoamericanos, actualmente en Nicaragua. Pero nació en Estados Unidos, y eso facilita más aún las recurrentes tesis conspiranoicas (entendibles, por otra parte, teniendo en cuenta que el Gobierno estadounidense sigue empeñado en influir en la sociedad civil cubana para forzar un cambio de régimen).

Lo último es que CubaDebate ha publicado un artículo en el que se acusa a Havana Times de estar “alentado” por Estados Unidos. Sin más, os dejo con el artículo que ha escrito Dmitri en respuesta: Recordatorio: la difamacion en Cuba es un delito.

Tomado de Mari Kazetari: Acusan a Havana Times, mi medio cubano de cabecera, de estar alentado por EEUU

Lo que les quita el aire es que salgamos a la calle

Por Yasmín S. Portales Machado

Desde el martes tenía un tic nervioso en el ojo izquierdo, del nerviosismo: el martes echamos a rodar la bola la Besada. Claro, dentro del desastre que significa que te surja un tic, es mejor en el lado izquierdo, porque yo en casi todo le voy a la izquierda, ¡fíjense que soy zurda!

La cosa iba bien, dentro de los planes, hasta que mi jefe me llamó el miércoles en la noche para que le hiciera un informe. Yo pensé que no había problema con eso, pero el jueves a la mañana descubrí que la mayoría de las informaciones para ese informe se habían perdido con la PC de mi oficina. ¡De madre! A rastrear la red, pasito a pasito.

Después lluvia y tormenta eléctrica, con el consiguiente alto en el informe, porque nadie me pagará otra PC.

Total, que salí a la calle casi a las 4 30 p.m., la hora en que debía encontrarme con el resto del grupo para estar coherentes y serenos.

Llegué a las 5 03 p.m., y la prensa me calló encima:

¿Tú eres la directora? No ¿Entonces eres la vocera? Esta vez, si.

¿Quién organizó la besada? Todo el grupo hizo algo: Sandra en FB, Luis con los MSM, yo en el blog, Samuel con el espacio y el concepto, Isbel en los diseños. Esto es trabajo horizontal y cooperativo.

¿Qué relación hay con el Observatorio Crítico? Varios de los integrantes somos miembros.

¿Sufrieron alguna presión para impedir el evento? No, llegué tarde porque el transporte está malo.

¿Por qué están aquí? Porque es el 43ro aniversario de las protestas de Stonewall y eso se considera el inicio del Movimiento del Liberación Homosexual Contemporáneo, aunque no hay que olvidar que la cosa empezó en Alemania en el XIX. Entonces, estamos aquí para celebrar nuestra diversidad como comunidad LGBT, para ocupar el espacio público como ejercicio de derecho.

Por suerte Sandra y Samuel me sacaron del círculo mediático y pudimos hacer lo planeado: leer el Comunicado y besarnos.

Hubo cosas no muy felices que se explican por la falta de experiencia: La primera dejarme detener por la prensa en lugar de mantenerme centrada en la acción. ¡La prensa no puede ser la que marque la agenda! La segunda que me esperaran para besarse. Eran las 5 p.m. y las personas se miraban las caras, inseguras de qué hacer. Tiene que ver, coincidimos al valorar nuestro trabajo, en la falta de tradición con las flashmob en Cuba, que se opone a la lógica vertical: hay que estar a la espera de una señal.

La tercera, y más indicativa de cuanto queda por hacer, fue la asistencia. ¡Por supuesto que el resultado fue excelente! Había gente que no era del OC, ni de Bloggers Cuba, y sumamos más de veinte. Esa modesta cantidad se logró a través de mensajes de texto, correos electrónicos, invitaciones de FB y llamadas por teléfono. Se logró saltando sobre el obstinado silencio institucional que no puede -¿por naturaleza o falta de deseos? reconocer que las sexualidades no son monopolio del Estado, sino tema que corresponde a la sociedad toda (y eso incluye a las iglesias, grrrr). La cosa perturbadora está en quienes sabían y no fueron.

Luis y yo comentamos luego que ahí hay de todo:

Gente que es muy OK por teléfono, pero no en la concreta.

Gente que no lee su correo electrónico y luego se queja de que no sabe nada.

Gente que no puede entender que organicemos acciones públicas sin permiso, que necesitan saber ¿por quién está amparado el Proyecto Arcoiris? y el miedo a lo desconocido les paraliza. Así que se hacen cómplices del silencio: no se atreven a dar un corta y pega y la red de activistas se va al teatro el fin de semana, sin saber que podían elegir asistir a una acción política contra la homofobia.

Gente que se asustó porque circuló un mail afirmando que somos un grupo opositor al CENESEX y que circular la invitación o asistir podría traer problemas (típica actitud difamatoria y opaca de la política estalinista). Se dejaron amedrentar si usar la cabeza, porque si un grupo anticapitalista es opositor del CENESEX, el problema es del CENESEX ¿o no?

Gente que simplemente se complicó.

De cierto modo, hicimos la besada justamente para la gente que no se decidió a salir del armario de lo autorizado y coordinado, de lo amparado por las instancias superiores que todo lo saben y todo lo definen. Aprendieron que la calle no era suya, sino de una entelequia llamada los revolucionarios que nadie por fin sabe cómo lucen o qué creen.

Salimos a la calle ¿y qué?

Hablamos de política, identidades, derechos, legalidad, diversidad social, ¿y qué?

Exigimos nuestros derechos en Cuba y los derechos de quienes en el resto del mundo comparten la discriminación ¿y qué?

Enfrentamos a la prensa internacional ¿y qué?

Pues si, colega, la calle es nuestra. ¿No sabías que lo dice la Ley? La calle es de toda la nación con sus colores, sus religiones, sus ideologías, sus elecciones estéticas, dietéticas, éticas o extradiegéticas.

Lo que les quita el aire es que nos demos cuenta y actuemos. ¿Vienes a la próxima?

Acción por igualdad de derechos sexuales rompe estereotipos y transcurre sin interferencias.

# BesadaHabana

Sin interferencias concluyó cerca de las 1730 la Besada que frente a la habanera Terminal de Ómnibus organizó el Proyecto Arcoíris hoy, como parte de las conmemoraciones por el Día del Orgullo LGBTI. Más de 20 personas de distintas orientaciones sexuales concurrieron al sitio para reivindicar el derecho de manifestar el amor y el afecto públicamente y sin discriminación. Como informó la activista Yasmín S. Portales Machado, una de las coordinadoras del proyecto, hasta el momento (1745) no se han registrado interferencias de ningún tipo, por lo cual se cumplieron los propósitos de la acción de fijar pautas para la aceptación pacífica de la pluralidad en las manifestaciones de género. Estuvieron presentes representantes de varios medios de prensa que intercambiaron con participantes. Las fuerzas del orden respetaron la convocatoria, y las personas que transitaban por esta zona muy concurrida de la Ciudad mostraron curiosidad y tolerancia a lo que ahí ocurría.

Según el anuncio circulado previamente, por el proyecto, “así como el 17 de mayo nos recuerda la necesidad de la lucha constante contra la homofobia, el 28 de junio busca reivindicar el derecho al uso del espacio público en igualdad con las personas heterosexuales. Por eso convocamos a una besada. Besarse es una muestra de cariño cotidiana, pero para muchos ojos constituye “escándalo público” si ocurre entre personas no heterosexuales.”

Se ha tratado, por tanto, de un esfuerzo original y pionero por lograr la aceptación pública de gestos que en unas personas suelen ser apreciados como “normales” y en otras generan conflictos.

El lugar donde ocurrió la Besada está ubicado céntricamente, muy cerca de las edificaciones de los Ministerios de Comunicaciones y del Interior, del Comité Central del PCC, los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, de una sala deportiva polivalente, de la Biblioteca Nacional y del Instituto de Investigaciones Culturales.

Participantes del Proyecto Arcoíris, que frente a los cambios que tienen lugar en Cuba se define como anticapitalista, repartieron volantes explicativos del sentido de la acción. La movilización tuvo lugar según el método de flashmob, y se sugería a los participantes llevar “algo rojo” en sus ropas o accesorios.

Más de 20 personas asisten a Besada convocada por proyecto Arcoiris

# BesadaHabana

Según informes desde el lugar, está teniendo lugar la Besada por la Diversidad y la Igualdad en La Habana. Hacia las 1705 de este jueves, habían asistido más de 20 personas al sitio frente a la capitalina Terminal para esta acción pacífica que pretende celebrar las diversas formas de amor en una fecha en que se conmemora el Día del Orgullo de las comunidades LGBTI. La Besada fue convocada por el anticapitalista Proyecto Arcoiris.

Stonewall, su legado histórico

Por Alberto Roque Guerra

El 28 de junio de 1969 ha sido considerado mundialmente como un día histórico en la lucha por el reconocimiento de los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros.

El bar Stonewall Inn, ubicado en la calle Christopher del Greenwich Village de la Ciudad de Nueva York, fue el epicentro de una de una enconada protesta de jóvenes homosexuales y transgéneros contra la represión policial. Una mirada a este hecho desde nuestros días nos permite apreciar su justo significado en el largo proceso de estas luchas en el mundo, que comenzaron con acciones individuales a finales del siglo XIX y continúan vigentes en la actualidad.

El lugar de los hechos y su tradición de resistencia

Greenwich Village se caracterizó desde su fundación por ser un barrio bohemio y rebelde. En tiempos de dominación holandesa, cuando Nueva York era Nuevo Ámsterdam, los primeros habitantes de la villa se enfrentaron violentamente a las autoridades, en contra de la transformación del trazado de sus calles que permitiera el tráfico de carruajes que invadían poco a poco la ciudad.

Hacia la segunda mitad de los años 60, la calle Christopher llegó a ser un sitio tan frecuentado por personas gay que muchos creían que Gay Street, nombre de una calle ubicada en ese barrio, obedecía a este motivo. Sin embargo, el origen del nombre provenía de 1834, cuando Sydney Howard Gay lideró con éxito una protesta contra la instalación de la infraestructura para trenes elevados en la ciudad.

Stonewall era un negocio de la mafia neoyorkina. El espacio devino casa del té durante la Ley seca y la afluencia de artistas, intelectuales y hombres gays le hizo ganar notoriedad, hasta convertirse en el restaurante Bonnie´s StoneWall Inn en los años 40.

Homofobia a la American way

En 1967 Stonewall Inn. devino bar gay, década en que se produjeron dinámicos cambios sociales y políticos en los Estados Unidos. Los sesenta significaron el renacer del movimiento de las mujeres, la revolución sexual y la expansión del movimiento por los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam.

En ese contexto las personas gays, lesbianas y transgéneros eran víctimas de una profunda discriminación y una cruel persecución policial. Las leyes que penalizaban la homosexualidad y las prácticas de terapias reparativas por la medicina eran la norma.

David Carter (2004) en su libro Stonewall, las protestas que encendieron la revolución gay manifiesta que, en 1961 las leyes que penalizaban la homosexualidad en Estados Unidos eran más duras que las aplicadas en Cuba, Rusia o Alemania del Este, países usualmente criticados por el gobierno estadounidense por sus métodos despóticos (1)

En tiempos de la administración de Eisenhower, la Orden Ejecutiva 10450 consideraba a la perversión sexual como causa de investigación gubernamental y de despidos. El Macartismo estimuló el endurecimiento de las leyes contra la homosexualidad y los puritanos de la extrema derecha centraban sus histéricos ataques hacia el abuso infantil como vicio de la homosexualidad.

El espectro del estigma se ampliaba en consecuencia a otras cualidades negativas relacionadas con la ideología, llegando a relacionar la homosexualidad con el comunismo.

La aplicación de electroshocks, terapia farmacológica, castración y lobotomías en Clínicas de Internamiento Psiquiátrico estaban amparados por el delito de sodomía consensual en la ley de 1941 en muchos estados de la unión.

La persecución policial hacia las personas gays y transgéneros estaba a la orden del día. Los bares gays y los sitios de encuentro público eran objeto de redadas policiales. Hacia 1966, alrededor de 100 hombres gays eran arrestados cada semana por solicitar sexo homosexual. El cuerpo de policía de Nueva York tenía la orden de arrestar a toda persona que usara al menos tres prendas de vestuario que no fuese apropiado para su sexo.

Resistencia y activismo político

Aun cuando los sucesos de Stonewall se han universalizado como el nacimiento del Movimiento de Liberación Homosexual, y se ha reconocido como la fecha que conmemora el orgullo gay, el movimiento de resistencia por los derechos de las personas homosexuales había comenzado desde hacía buen tiempo.

En 1950 se funda en la ciudad de Los Ángeles la Sociedad Mattachine. Su fundador, Harry Hay, era miembro del Partido Comunista de los Estados Unidos. La mencionada sociedad se autodenominó movimiento homófilo y en muy poco tiempo tuvo alcance nacional. Sus objetivos se centraban en cohesionar a las personas gays, educarlas y pasar posteriormente a las acciones políticas.

Sus miembros consideraban que podían eliminar la discriminación y el prejuicio hacia las personas homosexuales mediante la educación sobre la homosexualidad en términos exactos y científicos. Lo anterior chocaba con la percepción de la población y muchos de los argumentos que se esgrimían en las campañas educativas eran aportados por la Psiquiatría y la Psicología, los supuestos expertos sobre homosexualidad. Los nuevos líderes consideraron que el movimiento había perdido su visión política.

Es justo reconocer que los primeros intentos de legitimar a nivel internacional a las personas homosexuales, proviene desde los inicios mismos del uso del término homosexual. El escritor austro-húngaro Karl Maria Kertbeny, fue quien usó el término por primera vez en 1869, y la consideraba como una condición innata al ser humano. Sostenía que las leyes que penalizaban la homosexualidad eran contrarias a los derechos del hombre y que los actos sexuales privados libremente consentidos no debían tener relevancia penal.

Afínales del siglo XIX, el alemán Magnus Hirschfeld fue aún más lejos, al crear un grupo de activismo por los derechos de los homosexuales y abogar por la disolución de la ley 175 que condenaba la homosexualidad en el Código Penal alemán. También fue un destacado investigador en Sexología a quien el fascismo truncó su carrera y su activismo político.

Frente de Liberación Homosexual: la chispa de Stonewall

La persecución y acoso policial en Christopher Street desencadenó una violenta protesta frente al Bar Stonewall. Durante tres noches, gays y transgéneros resistieron la fuerte represión de la policía neoyorquina. Los colectivos homosexuales se unieron a los miembros de la Sociedad Mattachine, tomaron las calles de la ciudad y formaron una nueva entidad política: el Frente de Liberación Homosexual (FLH).

El FLH toma su nombre como homenaje al Frente de Liberación Nacional durante la guerra del Estados Unidos en Vietnam. Se autodefinía como un grupo revolucionario. Resulta interesante el fragmento de la siguiente declaración:

Somos un grupo homosexual revolucionario, de hombres y mujeres, con la conciencia de que no se puede lograr una total liberación sexual a menos que se supriman las instituciones sociales existentes. Rechazamos los intentos de la sociedad de imponernos roles sexuales y definiciones a nuestra naturaleza () Nos identificamos con todos los oprimidos: la lucha del pueblo vietnamita, de los negros, los trabajadores () con todos aquellos que son oprimidos por esta podrida, sucia, vil y jodida conspiración capitalista.

Lamentablemente, el frente vio frustrado sus objetivos fundacionales, que fueron revindicados con el surgimiento del Sida a comienzo de la década de los 80. La adquisición de poder económico de los hombres gay y la exclusión de las lesbianas, de las lesbianas feministas radicales y de las personas trans fragmentaron el movimiento. Las marchas por el Orgullo gay perdieron su significado político, contaminadas por intereses comerciales.

Lo anterior conllevó al surgimiento de otro frente de resistencia a comienzos de la década de 1990: el movimiento Queer. Pero ese sería tema para otro artículo.

Para las y los activistas de las redes sociales del CENESEX, para toda aquella persona que realice activismo de manera individual, así como a la población en general, es fundamental conocer el legado histórico de Stonewall y del movimiento internacional por los derechos de las personas LGBT. Trabajemos de conjunto por el reconocimiento de nuestros derechos, con nuestras propias ideas e iniciativas, sin presiones ni interferencias y en apego a nuestra legítima soberanía. (28/06/2011)

Nota:
(1) Carter D. (2004). Stonewall, the riots that sparked the gay revolution, St. Martin´s Griffin, New York, p.16

Bibliografías consultadas:
1. Carter D. (2004). Stonewall, the riots that sparked the gay revolution, St. Martin´s Griffin, New York, p.16
2. Herzer, Jean Claude. «Homosexual Studies and Politics in the 19th Century: Karl Maria Kertbeny .» Journal of Homosexuality 19, nº 1 (1990).
3. James D. Steakley. The Early Homosexual Emancipation Movement in Germany. (1975).
4. John Lauritsen and David Thorstad. The Early Homosexual Rights Movement, 1864-1935. (Second Edition revised).
5. Molly McGarry, Fred Wasswerman. Becoming visible, an illustrated history of lesbian and gay life in twenty century America. Nueva York: Penguin Studio, The New York Public Library, 1998
6. Manfred Herzer, Kertbeny and the nameless love, Journal of homosexuality, XII 1985, fascicolo 1, pp. 1-26.

Tomado de Web del CENESEX