La moda de los jeans gastados (también en Cuba): compartir “una de las grandes locuras de esta generación. en su expresión más ridícula”

No sólo la pena capital o el terrorismo de Estado son productos sociales que matan a las personas; también un jean puede ser medio de la muerte, por vía del capitalismo y el consumismo. OC comparte el trabajo periodístico “El lado oculto de los jeans gastados” de Cordelia Hebblethwaite y Anbarasan Ethirajan (Servicio Mundial de la BBC).

Los jeans gastados han estado de moda desde los años ’90, pero uno de los métodos para darles ese aspecto se logra a través del arenado o chorro de arena a presión, lo que puede provocarles a los trabajadores de las fábricas textiles una enfermedad pulmonar incurable. Por lo tanto ¿debemos dejar de comprarlos?

"Tengo dificultades para respirar. Cuando vuelvo del trabajo, me siento muy cansado. De duelen los ojos por el polvo", dice un trabajador de 18 años de una fábrica textil de Bangladés. Ese país asiático alberga más de 4.000 fábricas de ropa y muchas de las principales empresas de pantalones vaqueros del mundo usan fábricas ubicadas allí. El trabajador, que accedió a hablar de forma anónima con el Servicio Mundial de la BBC, dice que trabaja 11 horas al día en una atmósfera asfixiante por un salario de US$70 al mes. "Sé los efectos que esto tiene sobre mi salud, pero lo sigo haciendo porque tengo que alimentar a mi familia", dice. "Soy un hombre pobre, hago esto para sobrevivir".

El arenado manual de los pantalones vaqueros sólo requiere una manguera, un compresor de aire y arena. Los trabajadores literalmente acribillan a los pantalones vaqueros con arena para darles un aspecto desgastado y suavizar la tela, el denim. La silicosis es causada por las pequeñas partículas de polvo de sílice de la arena que se incrustan en los pulmones. Esto ocasiona dificultad para respirar, tos, debilidad y pérdida de peso. Es incurable, y en su forma aguda es mortal. El año pasado, las marcas Levi Strauss & Co y H&M anunciaron públicamente la prohibición del arenado en sus vaqueros.

Marcas que prohibieron el arenado

  • Armani, Benetton, Bestseller, Burberry, C&A, Carrera, Charles Voegele, Esprit, Gucci, H&M, Levi Strauss & Co, New Yorker, Mango, Metro, New Look, Pepe Jeans, Replay, grupo Justo, Versace
  • Algunas marcas dicen que no usan la técnica pero no la han prohibido públicamente
  • Otras dicen que pronto dejarán de usarla

Después de la presión ejercida por grupos de campaña, muchas otras compañías siguieron el ejemplo y anunciaron que prohibían la aplicación de chorros de arena en sus cadenas de producción, o que lo harán en el futuro. Pero esto no siempre es fácil de hacer.

Las empresas en la industria de la indumentaria generalmente no son dueñas de las fábricas que hacen su ropa, y a menudo se subcontrata a fábricas más pequeñas, con regulaciones más débiles. "Estamos todavía en las primeras etapas de la prohibición", dice Sam Maher, coautor de un informe sobre el arenado del grupo de presión internacional Clean Clothes Campaign (Campaña para la Ropa Limpia). "Todavía nos preocupa que aún sea más bien un compromiso en el papel. Es una industria muy mal controlada. Las empresas deberían tener un control mucho mayor de su cadena de producción".

Hay otras maneras de lograr que los jeans parezcan gastados – con rayos láser, raspado a mano o a máquina, por ejemplo – que producen un efecto similar. Por lo tanto, los consumidores no tienen manera de saber si están comprando pantalones vaqueros que les han provocado enfermedades a trabajadores al otro lado del mundo.

Silicosis

  • Es una de las enfermedades del trabajo más comunes, suelen padecerla los trabajadores que aplican chorros de arena en la construcción y la minería
  • No tiene cura. En casos menos severos, el tratamiento ayuda con los síntomas asociados
  • La silicosis tradicionalmente tarda muchos años en desarrollarse, pero algunos trabajadores en Turquía la contrajeron en pocos meses
  • En 2009, el gobierno turco prohibió el arenado de jeans y en 2011 se acordó pagarles subsidio de invalidez a aquellos que no puedieran trabajar como consecuencia de la silicosis
  • El arenado está permitido dentro de la UE y EE.UU., pero la cantidad de sílice debe ser inferior al 1% en la UE y por debajo del 0,5% en EE.UU.

Prohibición turca

La reacción al arenado comenzó en Turquía, uno de los mayores exportadores de jeans del mundo.

En 2004, un médico en un pueblo en la región de Bingol, en el este del país, comenzó a sospechar después de hacerles exámenes médicos en un grupo de jóvenes que estaban por comenzar el servicio militar. Decenas de ellos sufrían de silicosis y todos habían estado trabajando en las fábricas de arenado de denim en Estambul. Fue la primera vez que la enfermedad – que tiene una larga historia entre los trabajadores de la construcción y la minería – se registraba dentro de la industria de la confección. Hasta la fecha, al menos 46 trabajadores de la confección han muerto de silicosis en Turquía y hay 1.200 casos registrados, aunque los médicos sospechan que el número real de personas afectadas es mucho mayor.

Cinco años después de los descubrimientos en Bingol, el gobierno turco prohibió el arenado. Pero en otros países el tema ha recibido escasa atención. "Debería haber sido un gran escándalo y no lo fue", dice Sam Maher. La Clean Clothes Campaign cree que la técnica de arenado se trasladó de Turquía a otros países como Bangladés, Pakistán, China y Egipto.

Los trabajadores suelen ganar menos de US$100 al mes.

Controles sobre el terreno

Es difícil para los periodistas acceder a fábricas de pantalones vaqueros en Bangladés, pero el dueño de una fábrica accedió a mostrársela a la BBC. "El 100% de nuestros compradores están fuera del país. Son marcas de renombre mundial", dice Mohammad Jahangir Alam, director ejecutivo de Express Washing and Dyeing Limited en las afueras de la capital, Dhaka. Su fábrica tiene algunas máquinas de arenado y él nos las muestra tranquilamente aunque insiste en que ya no están en uso. "Hemos abandonado totalmente el chorro de arena. La unidad de arenado está absolutamente cerrada, bajo llave. Esta sección no se está utilizando hoy en día. Todo está a la vista, nada es secreto", indica. "Los compradores están empleando una gran cantidad de mano de obra para auditar de este tipo de cosas. Hay inspecciones sin previo aviso. A veces, a las noche, de repente aparecen los compradores".

La Clean Clothes Campaign quiere que la Unión Europea prohíba la importación de ropa producida con la técnica del chorro de arena, y que la Organización Mundial de la Salud y la Organización Internacional del Trabajo agreguen el arenado de ropa a su lista de trabajos peligrosos. También argumentan que las empresas deben darles asistencia médica a los trabajadores que pueden haber contraído silicosis.

"En realidad no es suficiente con decir a partir de ahora, no vamos a hacerlo", dice Sam Maher. "También tienen que asumir la responsabilidad de aquellos trabajadores que ya se enfermaron y que si no reciben tratamiento van a sufrir una muerte horrible".

Nadie sabe cuántas personas en todo el mundo podría haber contraído silicosis como consecuencia del gastado con arena del denim. Como no hay antecedentes dentro de la industria de la confección, los médicos no suelen diagnosticarles la enfermedad a los trabajadores de ese sector. Los activistas dicen que es probable que muchos casos se hayan confundido con tuberculosis. Los síntomas son similares. De hecho, es común que una persona padezca ambas enfermedades a la vez.

El fabricante de jeans Levi Strauss & Co le dijo a la BBC que no tenía conocimiento de ningún caso de silicosis entre los trabajadores dentro de su cadena de producción, y que antes de que la prohibición entrara en vigencia, el trabajo era realizado de acuerdo con las normas de seguridad más estrictas.

Orsola de Castro, fundadora y directora creativa de la marca de moda ética From Somewhere, sostiene que los consumidores también tienen un papel que cumplir. "La ropa no crece de los árboles, por arte de magia ", dice. "Hay una cadena de producción y hay personas detrás de nuestros jeans".

Una forma de atacar el problema sería introducir un sistema de etiquetado para identificar el denim que no ha sido tratado con chorro de arena, aunque llevaría tiempo ponerlo en práctica. Mucho más simple sería que los consumidores dejaran de comprar jeans gastados, dice Orsola de Castro. "Yo creo que el denim gastado será visto como una de las grandes locuras de esta generación, un símbolo de la ‘moda rápida’ en su expresión más ridícula. "No creo que pueda ser un motivo de orgullo, creo que es una vergüenza".

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Tomado de BBC Mundo. Comentario de OC: ¿Conocen el Ministerio de Comercio Exterior y las Tiendas Recaudadoras de Divisas de esto? ¿Alguien sabe dónde se fabrican los jeans gastados que se venden en Cuba?¿Cuán solidarixs somos nuestro Estado y nosotrxs mismxs con lxs trabajadorxs de otros países? Y, por otra parte, ¿hay que esperar por los Estados y por los burócratas/capitalistas para ser solidarixs?

La empresa Hugo Boss se confronta con su pasado nazi

Autor: Friedel Taube / Diego Zúñiga

La marca de moda se ha unido al creciente número de compañías alemanas que han ordenado voluntariamente investigaciones sobre sus vínculos con el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Hugo Boss comenzó su carrera como un simple sastre. Después de la Primera Guerra Mundial fundó su propia compañía, cuando tenía 33 años, en la ciudad de Metzingen. En ese tiempo era una pequeña sociedad relativamente exitosa, con cerca de 30 empleados, pero lejos de ser la renombrada marca de moda en la que se convertiría con el tiempo. Cuando en 1931 la compañía sintió el impacto de la crisis económica mundial, Boss recibió una oferta para fabricar uniformes para el partido nazi. Y ese mismo año se volvió uno más de los miles que portaban su carné de miembro del Partido Nacionalsocialista, que precisamente a comienzos de la década del 30 vivió un auge explosivo en el número de sus afiliados. "El hecho de ser miembro del partido en 1931 ciertamente no le afectaba, y si ves el resto de la carrera de Boss, te queda claro que no se unió a ellos sólo por una cuestión económica", dice a Deutsche Welle Roman Köster, de la Universidad de la Bundeswehr en Múnich, quien ha estudiado el pasado de Boss. "Al contrario, uno puede ver con claridad que él era un nazi convencido", agrega el estudioso, quien llevó a cabo el estudio por encargo de la empresa Hugo Boss.

Auge comercial

En 1931, los empleados de la compañía de Boss manufacturaban uniformes para las fuerzas paramilitares SS y SA, y también para las Juventudes Hitlerianas. Boss compartía el negocio con muchas otras empresas de confecciones en toda Alemania. Además de los uniformes, Boss también fabricaba ropa para trabajadores y camisas.

"Eso cambió en 1938. Desde esa fecha, Boss se enfocó en producir exclusivamente uniformes para la Wehrmacht y las Waffen SS", dice Köster sobre los resultados de su investigación… "Pero hay que decir además que Hugo Boss era una compañía entre muchas otras", continúa. "Sacaron provecho del régimen, eso es demostrable, su número de empleados llegó en algún momento hasta los 300 trabajadores, pero no eran uno de los grandes en el campo de la producción de uniformes", indica. El estudio de Köster demuestra que los negocios con los nazis permitieron a Hugo Boss convertirse en parte de la mediana empresa. Durante el proceso de desnazificación en 1945, Boss fue clasificado como alguien que no tenía "las manos limpias", pero se le permitió seguir adelante con su compañía.

Boss no vivió para ver a su empresa convertida en una reconocida marca internacional. Murió en 1948 en su ciudad (Metzingen) y fueron sus hijos los que se hicieron cargo de todo. En los 60 giraron hacia la fabricación de trajes, lo que que llevó a Boss a obtener la categoría de marca de nivel mundial.

Confrontación con el pasado

Sólo en los últimos años la firma Hugo Boss se ha visto confrontada con acusaciones que la vinculan con el nazismo, según Hjördis Kettenbach, del departamento de comunicaciones de la empresa. Pero en la actualidad Boss no tiene ningún vínculo con la familia que le da el nombre a la marca, pues pertenece a nuevos dueños. "Es muy molesto que el nombre se vincule con esto, pero por otro lado la decisión de mantener el nombre fue tomada con el fin de continuar con la marca", dijo Kettenbach a Deutsche Welle. "Es necesario enfrentar el pasado. Era nuestro deseo realizar un estudio objetivo con el fin de mostrar qué sucedió en ese tiempo y expresar nuestro pesar. Pero hoy somos una compañía distinta", afirmó.

Ola de revelaciones

Hugo Boss no es la única compañía que ha encargado estudios independientes de sus vínculos con el régimen nazi. Este año la familia Quandt, una familia industrial que posee la mayor parte de la empresa BMW, rompió su silencio y admitió haber tenido cientos de trabajadores forzados y haber hecho negocios con los nazis. Por su parte, en 1999, el Deutsche Bank ordenó una investigación interna sobre las prácticas de la compañía durante la época nazi. Entre otras cosas, un crédito del Deutsche Bank fue utilizado para construir el campo de concentración de Auschwitz. Y también una institución política como el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán ha revisado recientemente su pasado, llegando a la conclusión de que durante las décadas de los 50 y 60 muchos de sus diplomáticos tenían un pasado nazi.

Trabajo forzado

Con el fin de compensar a las víctimas de los trabajos forzados, el Estado alemán creó a fines de los 90 un fondo de reparaciones. Compañías con pasado nacionalsocialista, incluida Hugo Boss, entregaron dinero a ese fondo. Al igual que otras empresas, en todo caso, no revelaron la cantidad que pagaron al fondo de reparaciones.

En su investigación, Köster muestra cómo Boss interactuaba con sus 140 trabajadores forzados polacos y 40 franceses, la mayoría mujeres. "Boss solicitó que sus trabajadores comieran en su cantina y no en el campo de trabajadores del este, donde ellos tenían que vivir en 1943", dice Köster. "Pero por otro lado también tenemos reportes de casos de abuso. Trabajadores, por ejemplo, que fueron amenazados con ser enviados el campo de concentración. Estos casos no dejan una buena impresión de la compañía". Eso se complementa con lo que describe su informe: "Muchas veces las condiciones de higiene y la entrega de comida no estaba asegurada", escribe Köster.

El trato de los medios

Desde la publicación del estudio, la marca de moda siente que no ha sido representada fielmente por la prensa. Kettenbach dice que al menos en un principio, muchos periódicos no entendieron que lo que Hugo Boss quería era promover la transparencia poniendo un poco de luz sobre su pasado y ofreciendo disculpas. "En vez de eso, se ha tomado esto de la peor forma", dice. "Hay hechos que no han sido presentados fielmente y han aparecido muchas preguntas del estilo ¿Fue Hugo Boss el sastre de Hitler? El estudio, que está disponible para las partes interesadas, claramente refuta esto. Todo se ha presentado de manera sensacionalista. Nuestra idea, y recordemos que publicamos el estudio de forma voluntaria y sin que nadie nos obligara a hacerlo, no consiguió sus objetivos".

De acuerdo con la compañía, lidiar con su pasado es un proceso que no ha concluido con el estudio. En los próximos años la investigación interna continuará. Los interesados pueden descargar el estudio desde Internet.

Tomado de Deutsche Welle: PORTADA.